Por esa mirada
te daría
un mundo
imperfecto,
pero
en mi caso
noble y único,
solo para ti.
Mi alma,
junto
a la tuya,
en un
encuentro
haciendo
arabescos
de ternura.
Juntas
las dos almas
por vez
primera,
se abrazarían
en un irrepetible
“te quiero”,
elevándose
luego hacia
un mundo
paralelo, desconocido
para toda
la eternidad.