Te vi. llegar,
apresurada
entraste al bar.
Ni te diste
cuenta
del cigarrillo,
entre
tus dedos.
El mesero
te advirtió,
y lo apagaste
con furia,
no por el
más bien por ti,
en no
advertirlo.
Te veía
tensa,
tu rostro
endurecido,
como
por algo
trágico.
Cubriste
tu cara
con ambas
manos,
como para
abandonar
todo
lo que te
rodeaba.
Se te cayó
un libro
que llevabas.
Me apresuré
a levantarlo.
Que mejor
excusa,
para saber
si podía
ayudarte.
Alzaste
tu mirada,
y en ella
leí “siéntate”.
Necesitabas
a alguien
que escuchará,
y yo fui
ese alguien.
Te escuche,
conversamos
como amigos
de toda la vida.
Me agradeciste,
te dije que, nada.
Salimos juntos
del bar,
ofrecí acompañarte.
Al llegar,
me dijiste
si queria tomar
un café,
acepte.
Amanece,
y te tengo
a mí lado.
Pensar
que uno duda,
cuando
le cuentan
una historia
semejante.
Es muy bueno el titulo quien no a pasado por casualidades pero aveces suelen ser raras… es bonito el poema. La vida es tan incierta, que a veces suceden cosas extraordinarias, difícil de creer.
________________________________
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nuevamente, gracias por leerme Mercedes. Abrazo.
Me gustaMe gusta