Me abrazaste
con nueva pasión,
hasta ayer
desconocida.
Subiste
a mí cuerpo,
desenfrenada
de amor
y lujuria
al mismo
tiempo.
El amor
hizo estrago
en nuestros
cuerpos.
Por qué
me pregunto,
hiciste
desaparecer
la tediosa rutina.
Cuan extraño
es el amor,
en este día gris
e indefinido,
de un verano
que demorará
en irse.
Sé que
regresarás
después
de las cinco,
como cada día.
Pero es
tan tediosa
la espera,
que las horas
parecen
siglos.
Quiero
volver a tenerte
entre mis brazos.
recibir
tu boca trémula,
para que así
me conviertas
en tu Dios pagano.