No vivamos
para otros,
si para
nosotros.
De qué
sirve
tu bello
vestido,
si dentro
de el
solo cabe
el hastío
de tener
que brillar
ante los
otros.
Porque
la apariencia
es lo que vende.
No te pido
deja
ese mundo
y ya.
Nada
de eso.
No te
masifiques,
no pierdas
tu esencia.
Sería
como vender
tu alma.
Vive para ti,
sabes
que si caes,
salvo yo
nadie,
te extenderá
la mano
para ayudar
a levantarte.