Tan inútil
es alejarte
de mi memoria,
resultado del
intenso amor
que profesamos,
como cual religión
indisoluble de dos
y de por vida.
De la misma
manera
que disfrutamos
nuestro amor,
así lo fue
también brusca
e inesperada,
tu partida.
Como me
reconstruyo,
cuando poseo
solo fragmentos
de tu silueta,
en toda la casa.
Recorro
cada rincón,
en donde
tu impronta
lo hacía distinto.
Y busco,
sin cesar
una respuesta
a esta garra
que me oprime
y me llena de odio,
al quedarme
sin ti,
por no darnos
tiempo a nada.
Tú, por favor
sabes
como se supera…