Eras miel
dulce y transparente,
que fluía tan rápido
que obligabas a tomarte,
para que no perderte
en el humedal.
Amar puede lastimarme,
pero no haber vivido
ese y único gran amor,
me hubiera convertido
en un ebrio demente
lleno de resentimiento
y obscuridad.
Te estoy buscando
nuevamente
en esta noche,
recorro las calles
aquellas,
por las que caminábamos.
Hace meses, que lo hago
desde que me dijiste,
hasta aquí…no más.