Mañana de dos
sobre el blanco
de la cama.
Contigo
aquí conmigo
me dices
que me amas,
y yo
pretendo
creerte,
pero sabes,
se nota
que lo dices
sin desearlo.
Quien eres
dulce muchacha
de pechos de miel
como bien decía
el flaco Spinetta.
La vida
son solo soplos,
pequeños y fugaces
de felicidad
y grandes tristezas.
Estoy a tu lado,
como tu,
quizás
por intereses
tan distintos,
como quienes
somos.