Llueve
en el atardecer
del domingo,
el cielo
se ha puesto
rojizo.
Y es casi
color sangre,
como la que
en mi corazón
corre sin cesar,
diciéndome
¿qué esperas?
Ayúdate
a ti mismo,
o pretendes
que otro
lo haga por ti…
No es fácil,
aprender
de nuevo
a caminar.
Mis manos
hace tiempo,
que no acarician
la piel
de la mujer
amada.
No, no entiendes
que un compromiso
de una noche,
sólo es una
ficción
para los intérpretes.
Lo que intento
decirte,
es que deseo
sentir la humedad
de esos labios
únicos, que
sólo saben
a lo más rico,
cuando amas
y te aman
de verdad.
👏👏👏👏😉
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Muchas gracias. Un cálido saludo.
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