Éramos muy niños
y pasábamos,
todas nuestras
tardes, juntos.
Tú jugabas
con tu juego
de cocina,
y me cocinabas
mi platillo favorito.
Pasaron los años,
el vértigo
de la secundaria,
nos separó y nos quitó
esa ternura amiga.
Hoy estas en la cima,
tapa de revistas.
Y ya no me animo
a pedirte, que cocines.