Disfruto
compartiendo
contigo,
esta soledad
como ser
y no del alma,
que a veces,
solo a veces
me acompaña,
ya que es
también tu
soledad,
el alma mía.
Es como
encontrar
el sosiego
necesario,
para
preguntarnos
todo aquello
que trasciende
el alma humana.
Esa libertad
es lo
que nos hace
únicos,
y nos permite
entender,
como podemos
complementarnos
al igual que seres de luz,
en cuerpos humanos.