Quiero sostenerte
como se sostiene
una rosa roja,
con ternura
y pasión
al mismo tiempo.
Que te sientas
más que
protegida,
profundamente
amada,
como nunca
lo has sentido.
Eres mi
Deidad única
y maravillosa,
que ha llegado
a dar luz
a mi alma,
que paciente
por ti,
aguardaba.