Espérame
Rambla
de las canaletas
y de ensueño.
Beberé de aquellas
nuevamente,
porque siempre
por ti, Barcelona
vuelvo
a enamorarme.
Caminare
hasta el puerto
y de allí,
cerca de
las 7 portas,
lugar vip
si los hay,
prefiero entrar
a dos cuadras
al viejo bar.
Con sus tapas
y pinchos
para disfrutar
con una
buena pinta,
o un buen vino
en el mostrador.
Ajustado al
feliz bolsillo
que ríe con
los mozos,
ya conocidos
y más que
cordiales,
con quienes
nos retribuimos
bromas, ya
que cada tanto
vuelven a ver
a este argentino,
enamorado
empedernido
de Barcelona.