Dime, mujer virtual, desconocida, en que ambos,
solo en nuestra fantasía, de llenar esos momentos de hastió,
solemos leernos y escribirnos, no sientes como yo, esa necesidad
de un cara a cara, en la mesa de un bar un par horas
abriendo nuestras puertas, contando la verdad de nuestras vidas.
Mujer y hombre, corpóreos, auténticos como es en la vida real,
con sus alegrías y desesperanzas, sorpresas y contratiempos.
Qué bueno sería, como dijo una buena amiga muy querida
ser transportados ambos, tal cual los extremos de un largo hilo rojo
por los infinitos caminos de la red interminable, como la vieja Matrix,
para mirarnos a los ojos, y decirnos sin mentirnos porque escribimos.
👏👏👏😘❤🍁🍂
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