La fuerza del mar golpeo con dureza
y cubrió la escollera en un instante,
El viento del sur envolvía la noche
que parecía ser interminable.
De golpe la vi, sobre el abismo mismo.
No le grite, me acerque despacio
adonde estaba, no deseaba lo inevitable.
Llegue a su lado, me hablo de traición,
la escuchaba y extendí mi mano hacia ella.
Segundos eternos parecieron,
hasta que la tomé con mis brazos,
la baje y estalló en un llanto sin final.
Aun no comprendo cómo alguien
puede quitarse la vida por amor,
más aun, cuando aquel fue mentido.