Crees que soy tan crédulo,
para pensar que tu vida cambió
así de manera repentina,
en solo veinticuatro horas.
Belleza salvaje, sangre incaica
que me has sometido
a tu vida vana y de mentira plena.
No quieres liberarte o no te dejan,
eres aún una preciada presa
utilitaria para tu prisión sin celda.
Decirte adiós, es decirle adiós
a tu esperanza de un distinto amanecer.
Pero ya no puedo ayudarte a salir de ello,
si las garras del león te siguen sometiendo.