Venecia sin ti, cantaba
el inolvidable Aznavour.
como que la ciudad milenaria
era otra, sin ese amor partido.
Hoy, la plaza San Marcos
bastión de los enamorados
y de los amantes de un buen café
con vista a la Basílica,
se inunda con las lagrimas
del desatino de la naturaleza.
Y también de los hombres
que se ahogan en la avaricia,
fe a la que solo comulgan.
Pobre hermosa ciudad
surcada por infinidad de canales,
que nos han enseñado
donde vivieron Mozart, Casanova
y tantos otros que la inmortalizaron.
Cantemos juntos, y también oremos
no importa en quien creas.
Si amas lo bello de contemplar
y mantener en tu memoria,
solo hazlo.
Tu alma te lo agradecerá.