No dejo de mirarte, mientras te alejas
me sigues seduciendo como aquel primer día.
Han pasado años, pero te pones más bella con ellos
adorable con la experiencia que hemos compartido
y la inteligencia de amarnos sin dejar la independencia.
Nos abrazaron los gustos por las mismas cosas,
como así la disidencia entre tantas otras.
Porque el amor no es poseer al otro, sino compartir.
Soy el dueño de tu corazón, como tu del mío
pero jamás de nuestras personas, que necesitan
aire y libertad, para seguir creciendo junto al otro.
Y ese detalle que tienes siempre cuando te alejas,
darte vuelta y mirarme, lanzándome un beso
sobre la palma de tu mano, que yo pretendo tomar en el aire.
Te amo tanto, lo sabes. Y que al irte, ya te extraño.
Me has dicho que te sucede a ti lo mismo.
Es que nos hemos conocido tanto y a la vez,
hemos hecho de cada uno de nuestros días
siempre uno diferente…aunque sea no más, que algo pequeño.
Ve y vuelve, que te aguardare al atardecer
para abrazarnos y mimarnos como siempre.