Nos conocemos solo
por esas fotos que acompañan
nuestro perfil en la plataforma,
fotografías que nos muestra pletóricos
sonrientes, con el fondo de viajes
por el mundo, como si fuera una vidriera
que le permita al otro, quizás
hacer una valoración subjetiva,
ya que solo hasta ahora,
hemos tenido alguna que otra charla telefónica
y decenas de chateos, en esta era digital.
Se lo dije, creo conocerle
de toda la vida, quizás sea solo mi sensación.
A las compatibilidades del “algoritmo”,
se suman los gustos musicales y otros
que presuponen en mi, la operación de sumar.
Nos veremos mañana, en un bar
le di lo que correspondía
que eligiera el lugar, día y hora
para que ella, se sintiera cómoda.
¿Cómo será el resultado de este encuentro?
Mi anhelo es que sea el inicio
de un camino lento, pero sin pausa
para que con ella podamos compartir,
una vida plena de armonía y complicidad.