La estupidez, no dudes
es más común
que sea propiedad
de aquellos
que se creen poderosos.
Desde el Génesis hasta aquí,
siempre lo ha sido.
Seguramente hoy serás feliz,
abrazando a quien amas
porque si bien este día
se lo festeja como festividad
de la pareja,
el amor adquiere tantas
dimensiones como seres
irreemplazables nos rodean.
Claudio II emperador romano
allá en el siglo III de nuestra era,
creyó en forma estúpida
que las repetidas derrotas
de sus famosas legiones romanas,
consecuencia afín a que el matrimonio
distraía y debilitaba a los soldados.
Su alquimia y oscurantismo,
lo llevo a afirmar que los solteros
eran mejores, ya sin ataduras.
Pero por ahí disgustado, un sacerdote
llamado Valentín, desafío tal barbarie
celebrando en secreto matrimonios
dándoles los sagrados sacramentos.
Pero siempre hay quien habla de mas
y al ser descubierto, acusado de traición
fue ejecutado un 14 de febrero del 270.
Pero hubo que esperar hasta el 494,
cuando el Papa Gelasio I
declaro ese día como oficial de San Valentin,
lo que se prolongó durante 15 siglos.
En 1969, el Concilio Vaticano II,
elimino esa festividad del calendario,
pero resulto tarde, muy tarde.
El arraigo de las sociedades
con la festividad del
Día de los enamorados,
se potencio cuando en los albores
de la revolución industrial
ella permitió la producción en cadena
de tarjetas de felicitación
y así hasta hoy.
Pero al margen
de lo comercial que puede ser
este mundo lleno de pobres e infelices,
el solo hecho de que exista amor
entre un hombre y una mujer,
o de dos seres que han decidido
compartir sus sueños y vidas,
mas todos aquellos que los rodean,
el mundo seguirá andando
aun rengo y ciego como está…