Cuando la última catástrofe llegue,
será porque la naturaleza harta
de ser maltratada,
provocara el deceso de todo ser viviente,
nada quedara en el páramo declinante
y no abra arca de Noé, que salve a nadie.
La vida y la muerte, dejaran de existir
y vaya a saber uno, si alguien volverá
a habitar un lugar en donde el respirar
será imposible y en el que no habrá lugar,
ni siquiera para la más pequeña flor.
Que nadie se sorprenda, cuando sepa que
la propia ONU difundió un vídeo en el que afirma
que en el 2050, el calentamiento global
terminará por acabarnos a todos,
o a quienes nos sucedan, nuestros hijos y los siguientes.
Aquella frase de que “el hombre se destruye a si mismo
y a todo lo que lo rodea”, se transformara en realidad
ante la mirada estúpida de un mundo ciego.