No había percibido el color
de sus ojos, insolente como soy
o mejor simpático para algunos,
se sorprendió al decirle que deseaba verlos.
A mis años, las jóvenes
saben de qué soy solo atrevido
y no un viejo baboso,
que se va arrastrando por ahí.
Sorprendido, exclame
hermosos ojos tienes
¿dime son verdes?
y con una sonrisa perfecta
asintió con un mohín
encantador, que realzo
su belleza de antepasados europeos.
La conocí y siempre
vi en ella su seguridad
profesional como excelente abogada,
pero que jamás oculto detrás de ello
su simpleza y encantador trato.
La simpatía es un don
que recibió seguramente de almas nobles,
y solo pienso que quien la pretenda
debe hacer méritos,
para hacerla aún más feliz.
De esas miradas que atrapan y se van quedando…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si, así es. Y siempre tienes algún recuerdo lejano. Un cálido saludo.
Me gustaMe gusta