Bien sabes que tú y yo,
que de la ciudad nos hemos alejado
a la cabaña frente al lago
alejada de vecinos y curiosos,
no para disfrutar aquellas vacaciones
en donde la compañía y el amor,
nos unía mirando cada atardecer.
En realidad, hemos decidido escapar
de la incertidumbre que se propaga
en cada avenida y calle de la ciudad.
Personas, cuan egoístas son
que solo piensan en sí mismas,
y nada cumplen ante la pandemia
que llego a las costas del Plata.
Ni que hablar de aquellos
a quienes cada tanto,
me gustaba acompañar
por las noches, llamados
“aquellos en situación de calle”.
Me siento con culpa, sabes.
Temo, por que lo pasara con ellos.
Si antes, eran los invisibles para muchos,
imagínate hoy, donde cada cual
solo se monta en su propio ego.
Mira, ya se. Pero no me detengas,
sé que me encuentro entre
quienes en riesgo se encuentran.
Pero ellos necesitan más que yo,
solo a alguien que los acompañe
escuchando sus angustias y miedos.