Demonios persiguen
cada una de mis noches,
tortuosos e inesperados
viles sin sentido alguno,
hundiéndome en el temor
de cerrar mis ojos,
ante lo irreal, que
agazapado sorprenderá
mi sueño sin remedio.
Búsqueda de razones
que no emergen
en mi memoria,
llevándome a creer
que soy el déja vu
de otro que me somete.
Hasta mi Ángel Guardián
parece haber escapado,
de esos deformes engendros
que ensombrecen mi alma.
Versos saludos de la oscuridad del ser interior. Reflejo de sentimientos encontrados. Me gustó tu poema.
Manuel
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Gracias Manuel, por leerme. Así es, el inconsciente es impredecible. Un abrazo.
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