Que penoso es no dormir,
cuando pesadillas atraviesan
trayendo historias desconocidas,
con rostros del pasado
los que se convierten
en tormentos inenarrables,
por representar hechos
embebidos en argumentos
demoníacos que se agitan
en tu mente con la sinrazón.
Malos sueños que obligan
a salir de cada uno,
con tu corazón palpitando
veloz y sudor en tu cuerpo.
Con que poco uno se conforma,
huyendo de aquello que aterra
cada noche, al ver la luz del día
Pensando que al volver a dormirte
deberás enfrentar nuevamente,
a esos demonios que bien sabes,
continúan aguardando por ti, siempre.
Algún día tendrás que recurrir así sea al vudú para quitar los malos pensamientos y te dejen dormir en paz. Me gustó tu poema. Un gran abrazo
Manuel
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Muchas gracias Manuel…te diría que es casi seguro, que el protagonista recurrirá adonde sea. Otro gran abrazo. Daniel
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