Escuche el celular vibrando en sueños,
una y otra vez, encendí la luz,
busque aun dormido mis gafas
tomándolas con mis manos,
al ver la hora de madrugada
leer quien me llamaba,
era una obviedad que nada
bueno podría haber sucedido.
Hola…-Tío, mi sobrino Germán
diciéndome “la mamá se fue con Dios.
No habían pasado doce horas
que habíamos estado junto a ella,
cuando fui el último en acariciarla
susurrándole de que no cesara de luchar
que como tantas veces en su vida,
por el milagro que su fe reclamaba
no dejara de saltar un nuevo obstáculo,
como otros cruentos momentos superados.
Vino a mí una sensación de profundo enojo,
fue solo un instante, respondí adormecido
“nos encontramos en el Hospital en veinte”,
no se cómo en cinco ya estaba en la calle
mi mente solo juzgaba porque casi siempre,
los inocentes, son los que primero parten.
Subí al auto, pandemia en curso
transito más que fluido,
llegue al hospital y un abrazo partido
le di a cada uno de mis sobrinos.
Al ingresar, nos detuvieron
y al preguntarnos las razones,
solo al mencionar un deceso por COVID
nos dejaron entrar de a dos
a terapia donde nos anunciamos,
la espera fue un martirio
de ansiedad y llanto contenido,
debimos cumplir con los protocolos
recién allí y solo de a uno a la vez
ingresamos al box, en donde ella yacía.
Ingreso su hijo menor, Maxi
no demoro mucho en salir
porque su dolor ya lo laceraba
desde hace largos y traumáticos días.
Entre, me acerque a mi hermana
a ese cuerpo inerte que no parecía ella,
su rostro era de sufrimiento extremo
los labios cortados por el entuba-miento,
unas vendas fuertemente ajustadas
alrededor de su cabeza, presionando
sus maxilares para mantener cerrada su boca.
Ella, en horas envejeció diez años
no importaba ya explicación alguna,
se había ido dejándonos el dolor a procesar
cada uno a su manera, hiriente como
se supone de toda muerte injusta.
Para las noticias, será un número
dentro de la cantidad de muertos,
para sus hijos comenzar a transitar
los recuerdos y el duelo tan temido.
Para mí, lo mismo mas cargar la frustración
de que el milagro no pudo ser posible.
Solo le pido a quien lo determino
que ahora adonde su alma vaya,
haga posible el reencuentro
con quienes le darán descanso eterno.
Lo lamento muchísimo…
Ánimo y un abrazo grande. 🌌
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Muchas gracias, solo tiempo y llenarse con los mejores recuerdos vividos.Un cálido saludo a ti y a quienes me han acompañado, con su generosidad.
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Lo siento, esa es la parte más anónima de esta pandemia. Mi pésame!!!
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Muchas gracias, Ana. Un cálido saludo.
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Lo siento mucho ! Mucho ánimo
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descanse en paz
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Gracias amigo, por acompañarme. Un abrazo.
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momentos difíciles
saludos
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D.E.P.
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Muchas gracias Anabel, por estar. Un cálido saludo.
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Siento enórmemente tu pérdida, querido amigo, ella desde el otro lado t seguirá abrazando y queriendo como siempre.. 😉Besos y abrazos d luz😘🤗❤🌟🌟
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Muchas gracias, querida amiga por acompañarme. Así será…Besos de luz para ti.
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Abrazo fuerte. Mi deseo para que ella viva en el recuerdo de cada uno de quienes disfrutaron su paso por la vida.
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Gracias, mi querido amigo. No sabes; como la extraño ya, pero será el transito conocido, ese de recuerdos y una nueva cicatriz que guardare en esa mochila de dolor. Un abrazo.
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Te acompaño en tu dolor. Ánimo.
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Muchas gracias Álex, por estar. Un cordial saludo.
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Lo siento… Abrazo fuerte desde Brasil.
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Muchas gracias Nicole; por estar. Un cálido saludo.
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Quiero compartir el único consuelo que existe contra el dolor, que es el amor, en forma de abrazo cordial, cercano y fraterno. Unirme a tu sentir y recordarte que si ella no ha muerto en vuestro corazón, ni en las almas de aquellos que en vida le querían, seguirá presente ante vosotros por la fe del que la acogió. Que el Dios de la VIDA os consuele y anime en el camino hacia El.
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Muchas gracias; querida amiga por tus palabras, mas que ciertas. Que Dios te bendiga. Un cálido saludo.
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Mi sincero pésame. Intento comprender tu dolor y el de tus sobrinos. Tienes razón, por detrás de las estadísticas frías hay historias de vida y de emoción, porque los números son para las noticias pero el dolor, el amor y el llanto queda siempre a vuestro lado. Recibe mi fuerte abrazo.
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Muchas gracias amigo, por tus palabras y acompañar. Es así, sumas una nueva cicatriz en tu mochila y al igual que aquellas, no curara nunca. Un abrazo desde el corazón.
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