Dicen que en la vida de una persona
nada mejor que poseer una mascota,
no voy ha decir aquí cuánto de realidad
hay en ello ya que mucho se ha escrito.
Dicen muchos que la razón es su compañía
pero creo que nadie piensa que esa mascota,
que como todo ser viviente percibe su medio ambiente,
tanto cuando le es amable como cuando no lo es.
Percibe el dolor al igual que la alegría
de quien la tiene como una fiel compañía,
pero en la madurez de la vida próxima al ocaso
se convierte en la preocupación sensible de su amigo,
que piensa que sucederá con ella cuando ya no esté.
Tantas tristes historias hemos leído o nos han contado
de mascotas leales y fieles que acompañan el último destino
de aquel que las acogió con amor prodigándole hasta el mismísimo
sonido de un ladrido o bien un aullido, en ese juego casi humano.
Será que a esos leales compañeros de ruta, el destino les tiene señalado
un camino vertical para facilitarle ese día, su reencuentro mas deseado.
Imagen: Gentileza domandoallobo.blogspot.es – Pinterest
Sabias palabras, lo único que supera la lealtad de un perro (de un gato, d elo que sea) es la lealtad de dos perros.
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