Escucho solo
mi silencio,
recuerdos
de otros tiempos
que sobrevuelan
mis sueños,
y siempre
con el mismo
final desgarrador
por tu abandono.
Te veo riendo
no entendiendo
la razón
de tanto rencor,
y luego amanezco
con el sudor
que se pega al cuerpo.
Y despierto
como huyendo
de un pasado,
que deseo
sacar de una vez
de mi cabeza.
Temo cada noche
que llegan a mi,
a esas tortuosas
e imaginarias
traiciones,
que se repiten
identicas al pasado,
tú sigues
riéndote de mí,
una y otra vez
en un círculo
que ya
de tan vil
se hace infinito.