Era una forma
de no hacer nada,
de convertirse
en alguien impersonal
casi inexistente,
quizás le sumaba
a su vida
otras sombras,
pérdidas recientes,
aislamiento,
tristeza sin razón aparente.
Todo aquello
era un mundo
que lo embargaba
y atenazaba
de manera tal,
que su mente
le negaba
el control
de ella
ya que
cual picara
omnipresente,
lo llevaba
a todo averno
existente,
aquí y más allá
de lo desconocido.
Hasta en ellos
era rechazado,
replicando una
y otra vez
sus pesadillas,
que lo guiaban
a escenarios variopinto,
donde protagonizaba
vidas ya pasadas,
con sus miserias
junto a otros tantos
por él conocidos,
de los buenos
y de los otros,
trato de abstraerse
obligando
a su mente,
resolver ese dilema
con el cual
ya no podía
lidiar más…