Se preguntaba cada día
porque mentía sobre el,
negando ese monstruoso vacío
que lo rodeaba…se sentía
casi obligado solo a expresar,
lo que el otro quería o deseaba escuchar.
Divagaba en cuanto a que
estaba pleno con sus rutinas,
creyendo que le alcanzaban
no solo para darle un sentido
a su vida tan errática y sin rumbo,
cosa de llenar cada jornada,
pero nada de eso era cierto…
se engañaba para burlar el atroz
y oscuro silencio que lo rodeaba.
Dolor confuso de vieja data
deseoso de decir sin temor
a equivocarse que piensa que lo tiene
desde su propio alumbramiento,
pero no se atreve es como si fuera
un secreto que lo desvela y angustia.
Específica como lo es
su soledad autoinfligida,
en donde la voluntad
de un cambio no podrá lograrlo,
ya que bien sabe que la voluntad
no se diagnostica ni médica.
¡Buenísimo, me encantó!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias amigo mio; por detenerte siempre y leerme. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona