Historias de Vida

Juan Manuel – Capítulo 5

-¿ Y cuando te atendieron en la salita; que dijeron?-

-Solo vieron las lesiones que tenía; y le dijeron a mi mama que me llevara al Hospital de La Falda, una localidad vecina pero más grande que Villa Giardino, porque me tenía que ver un o una especialista en ginecología-

-¿Entonces?-

-Mi padre que era jubilado de la policía cordobesa; se enteró por los vecinos cuando llegó a la casa; y se vino a la salita cuando estábamos saliendo. Había venido con un vecino; un tal Jacinto que tenía auto y menos mal que vino con él, así pudimos ir a la Falda.-

-Dale Marianela, decime que te dijeron o que te hicieron en el Hospital?

-Por favor Juan Manuel, no te impacientes, me pones nerviosa más de lo que estoy, diciendo esto. Es como que cada vez que lo recuerdo, me pongo muy triste. Me atendió una ginecóloga y me reviso. Luego me dio unas órdenes para no solo hacerme unos análisis se…..como era, si serológicos, sino también unos estudios de la pelvis y vaginal por el sangrado….-

-¿Y los resultados que te dieron? ¿Que decían?-

-Cuando los tuve, volví a ver a la ginecologa con todo acompañada por mamá. Ahí nos dijo que enfermedad transmisible no tenía ninguna; pero…-

-¿Qué … .? Marianela-

-Que habían dañado el aparato reproductor y que iba a tener dificultades de quedar embarazada en un futuro….(vuelve a romper en llanto).-

-Tranquila, mi amor. Como habrás sufrido toda esa situación. Además los comentarios estúpidos, que la gente del lugar puede haber hecho. ¿Y vos tuviste apoyo psicológico luego de una situación tan grave como esa?-

-Si, estuve con terapia durante unos seis meses. Luego deje de ir; porque de una u otra manera cuando asistía salía el tema; y me ponía tan mal que algunas veces la terapista debia suspender la sesión.-

-Qué barbaridad, mi amor. Pero bueno, ahora hay quien te cuide….¿No?-

-Si, te amo tanto- Estar con vos me da seguridad…no sé. Sos más joven que yo, pero pareces más maduro.-

-No te creas; también he pasado las mías. Pero no son nada, comparado con lo tuyo.-

Se abrazaron, y Juan Manuel la apretó contra su pecho, besándola en la cabeza.

Pasaban los días; y el poco dinero que tenían se esfumaba entre los gastos de colectivos, al buscar ambos con mucha ansiedad un empleo, como por las pocas compras de alimentos que hacían.

Juan Manuel, faltando una semana para el pago del alquiler tomó una decisión que no deseaba, pero se la quería comentar ahora a quien era su esposa y conocer su parecer.-

Era sábado; no tenían absolutamente nada ni siquiera un televisor ni una radio para entretenerse, todo lo que estaba en el departamento era del español que se los alquilo amueblado, solo pudieron comprar unas sábanas y algunas cosas para la cocina.- Disfrutaban estando juntos; salían a caminar por el barrio de Flores o iban a la Iglesia San Jose de Flores, ya que Marianela era una ferviente católica. Juan Manuel; en cambio era deísta -creía en algo superior, pero no en alguna religión-, sin embargo no se opuso a acompañarla.

Ese día; a la salida de la iglesia Juan Manuel le propuso caminar hasta la Plaza Irlanda a tomar un poco de sol y aire fresco; ya que además tenían que decidir qué hacer con sus vidas, las que en ese momento estaban muy bien juntas, pero sin recurso alguno. Marianela estuvo de acuerdo, Juan Manuel la tomó de la cintura y caminando , le iba contando algunos recuerdos  de soltero, como para animar a Marianela y sacarle alguna sonrisa.

Llegaron a la Plaza, y se sentaron en un banco debajo de un gran Plátano, alejados de donde estaban los niños en los juegos infantiles o la calesita, ya que era un mundo de gente, y no podrían tener la intimidad que buscaban para conversar.

-Bueno…dijo Juan Manuel; mira he pensado en algo que realmente no quería hacer, pero no tenemos otra salida Marianela.-

-¿Qué pensaste?-

-Sé que mi madre sigue enojada; pero es la única persona con la cual he tenido una relación más allá de madre-hijo, quizás por ser el menor y haber pasado algunas cosas conmigo, nos amamos realmente.-

-No me contaste nada …bueno lo nuestro fue tan rápido, que ni siquiera hemos terminado aún de conocernos. Decime ¿qué cosas te pasaron?-

-Y mira a los ocho años tuve una seria enfermedad que se llama meningitis, que me afecto el cerebro y la médula espinal…casi me muero…estuve tres días en coma…en el Hospital Israelita, el que a veces cuando pasamos por ahí te lo señale.-

-Ohhh … .y que paso; ¿como saliste del coma?-

-Mira la vieja estaba desesperada; le preguntó a uno de los médicos cuál era el diagnóstico, porque para colmo en la década del ´´50 se dio una epidemia de poliomielitis en el país, cuando le dijeron que solo un milagro podía salvarme, les pidió a los médicos que la dejaran quedarse en esa sala grande donde éramos todos niños, algunos afectados por la polio.-

-O sea; que corriste riesgo de muerte.-

-Si; no recuerdo nada. Lo sé; porque estuve un mes internado. A mi mamá la dejaron quedarse a mi lado y ella se puso de rodillas en la sala. A cambio, trapeaba todas las mañanas la sala que era grandísima. Me decían que se la pasaba rezando pidiéndole a su dios -Alá- por mi vida. Mira cómo habrá sido que cuando me dieron el alta médica -ninguno de los médicos lo podía creer-, papá y mamá me llevaban de cada brazo, porque estaba tan débil que me caía al caminar.-

-Qué bárbaro…¡te salvaste de milagro!-

-Sí, la verdad que sí.-

-¿Y luego te recuperaste bien?-

-Vos sabes; que tuve un episodio cuando tenía unos diecisiete años, que es el día de hoy que no recuerdo nada, me agarro como una amnesia progresiva, me tuvo que tratar un psiquiatra que me dio una pila de psicofarmacos que me tenian como un idiota. Pero salí de esa, luego de un par de meses. Si me preguntas algo de lo que pasó en esos meses…no recuerdo nada.-

-Pobre tu familia…principalmente tu madre; ¡como habrán estado!-

-Y si…pero bueno vinimos hasta acá; para comentarte que voy a hablar con mi madre…para que me de una mano. Ella no me va dejar pasar necesidades ni mi padre tampoco, alguna solución me darán.-

-¿Querés que te acompañe cuando vayas?-

-Mira Marianela, vos no tenes nada que ver pero con el enojo que tiene mi vieja, es lo menos conveniente, por ahora. ¿No te molesta, verdad?

-No…para nada. Sería una tonta si no lo entiendo. ¿Cuando vas a ir?-

-Mañana domingo, ya que también va a estar el viejo-

-Bueno, está bien Juan Manuel, ¿a la mañana o a la tarde?-

-A la mañana porque van a estar más tranquilos, como para conversar. A la tarde, seguro que reciben la visita de mi hermana Alicia y su familia.-

-Esta bien…me olvide de preguntarte ¿siguen viviendo en la misma casa en donde naciste vos?-

-Ohhh…esa es otra historia de vida. Vos sabes que en el año 60, el polaco judio que les alquilaba les ofreció a mis padres, comprar la casa. Justo se estaba por contraer matrimonio Mabel con el que hoy es mi cuñado Roberto, quien era empleado de su padre y llevaba adelante el negocio familiar. Era un negocio para el gremio de los electricistas pero también vendía artefactos de iluminación y todo lo que fuera a necesitar de materiales eléctricos para el público en general. Ahí al conocer Roberto, el ofrecimiento que le habían hecho al viejo; se lo comentó al padre de él. Y el padre le ofreció el 50% para que la comprara junto a mis padres.-

-Uyyy…que bueno ¿y la compraron?-

-Espera, que ahora viene lo mejor. Mi mamá estaba en la cocina, a mi padre ya le había comentado Roberto de que el padre le daba el cincuenta por ciento del valor de la casa. Entonces mi viejo entro a la cocina *mi vieja como siempre de espaldas cocinando- y le dijo. Que macana mami; nosotros que quisimos tener siempre el techo propio, ahora que el dueño la ofrece y Roberto tiene el dinero que le da el padre, nosotros no la podemos comprar…Mi madre se dio vuelta y le respondió: y ¿a vos quien te dijo que no tenemos el dinero?. Mi viejo se quería morir de alegría. ¿Qué había pasado? Mi vieja durante casi veinticinco años, ahorró moneda sobre moneda. Y sí…tuvieron el dinero para comprarla junto a Roberto. Vos fijate, que unos tres años de esa compra, por el temor a un desalojo, habían comprado en Morón que para que te ubiques es en el suburbio Oeste de la provincia de Buenos Aires, un terreno de 10 x 50 metros como en 60 cuotas y habían colocado una casa premoldeada ahí -también la compraron en cuotas- para tener donde vivir, llegado el caso.-

-A tu madre deberian hacerle un monumento. ¡Qué conducta!-

-Y si la verdad que es admirable; en casa nunca hubo lujos pero de comer nunca faltó.-

-¿Que pensas que te van a decir, Juan Manuel?-

-No se…luego de ir mañana, lo sabremos….-

Continuará

Glosario:

“Viejo/Vieja”    –  Padre/Madre

Imagen de Portada: Barrio de La Boca – Ciudad de Buenos Aires

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