Charles Chaplin: el lado oscuro del genio tirano, controlador, mezquino e hiriente.

CINE 130 años de su nacimiento

Las diversas y continuas biografías que se han ido publicando sobre Charles Chaplin a lo largo del tiempo suelen coincidir en varios aspectos singulares de su vida personal. 

Por ejemplo, que sin contar las películas, raramente sonreía en su trato personal con las personas que tenía a su alrededor, y que cuando lo hacía, era con un gesto amargo. Mucha gente que lo conoció lo ha descrito utilizando adjetivos como controlador, tirano, mezquino e hiriente, no únicamente cuando daba órdenes tras la cámara -lo cual es un rasgo compartido con muchos otros directores, que cuando están rodando son como Napoleón, pero cuando ha terminado el trabajo son bellísimas personas-, sino en todos los momentos del día.

Hay una explicación de este carácter, sostenida por muchos biógrafos, que tiene que ver con el trauma que le supuso a Chaplin su tránsito penoso por la infancia: nacido en 1889 en un carromato de una compañía de espectáculos itinerantes fundada por una familia gitana, hace de esto ya 130 años, su vida fue, desde el primer minuto, un ejemplo de desarraigo.

Chaplin, en dos fotografías de su juventud.GTRES

Su madre dio a luz en un lugar impreciso, en una carretera de tierra, y esa sensación de no pertenecer ni a un lugar ni a un entorno feliz se acentuó a medida que tanto su padre, un borracho incurable que abandonó el hogar familiar cuando él apenas tenía tres años, como su madre, fueron desatendiendo sus obligaciones. 

Durante varios periodos largos antes de llegar a la adolescencia tuvo que ser acogido en orfanatos.

Y aunque conoció el éxito personal cuando recogió la profesión familiar, la hizo suya y la perfeccionó como actor de comedia en espectáculos de vaudeville y, una vez en Estados Unidos, con algo más de 20 años, se convirtió en la gran estrella cómica del cine de los años 10, aquello no se tradujo en un cambio de carácter fundamental. 

La amargura seguía ahí, y su visión cósmica era una cáscara frágil. 

Chaplin se enriqueció muy pronto, contribuyó a fundar los cimientos del Hollywood de la edad dorada -gracias al comienzo de la compañía y estudio United Artists-, pero la sonrisa raramente volvió a su cara.

En El gran dictador.GTRES

Se casó varias veces, y todos sus matrimonios siguieron un patrón fijo: sus parejas fueron adolescentes, incluso cuando lo hizo por cuarta vez con Oona O’Neill; ella tenía 18 años, y él 54. 

Esto, que también puede interpretarse a la manera freudiana -es decir, el intento de recuperar la infancia y transformarla en una época feliz a través de la búsqueda de una figura maternal joven-, también se puede interpretar siguiendo la pauta DiCaprio: a Chaplin le gustaban las mujeres jóvenes y nada más, lo cual a posteriori ha servido para arrojar sobre su vida la sombra de que fue un potencial abusador o un vicioso imperdonable.

El director y su esposa, Oona, con su Oscar en la mano.GTRES

No hubo nada ilícito en sus relaciones amorosas, aunque siempre estuvo al filo de la edad legal. 

Y sus matrimonios no estuvieron libres de amarguras: se divorció de sus tres primeras esposas, en algunos casos sin que hubiera transcurrido apenas el primer año de relación, y tuvo hijos que murieron a los pocos meses del parto. En total tuvo 11, de tres madres distintas.

Chaplin, que hubiera sido el hilo conductor del festival Festimatge 2020 -que por razones conocidas no se llevó a cabo-, murió rico, reconocido unánimemente como un genio, aunque sin generar esa misma unanimidad en la gente que le conoció, que sufrió su ira y su falta de simpatía. 

También fue una suerte de apátrida que no encajó ni en Estados Unidos ni en su Inglaterra natal, y que al final de su vida tuvo que ir a vivir a Suiza, donde falleció el día de navidad de 1977 a los 88 años.

Incluso después de muerto, protagonizó un último número «cómico»: unos delincuentes desenterraron su ataúd y pidieron un rescate a su familia a cambio de devolverlo íntegro. 

La familia no quiso pagar y los resurreccionistas -término de la Inglaterra del siglo XIX aplicado a los ladrones de cuerpos- se tuvieron que quedar con el fiambre en medio del salón, hasta que la policía los detuvo y el cadáver pudo regresar a la fosa, esta vez dentro de un ataúd a prueba de robos.

Imagen de portada: Gentileza de El Mundo

FUENTE RESPONSABLE: El Mundo

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6 comentarios sobre “Charles Chaplin: el lado oscuro del genio tirano, controlador, mezquino e hiriente.

  1. No conocía esta faceta de Charles Chaplin, la verdad es que no he leído nunca sobre su vida y me ha sorprendido. Supongo que en este caso se puede aplicar aquello de «las apariencias engañan». Gracias por traernos este trocito de historia para mí desconocida. Un abrazo! 😉

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