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La imagen de un hombre mayor aupando con dulzura a un niño sobre sus hombros, quizás se trate de su nieto, es una de las primeras que le dieron a la fotógrafa estadounidense Judith Joy Ross cierto reconocimiento. Cuando le preguntaron a la artista acerca del significado de esta instantánea, señaló: “Todo lo que necesitas saber de ellos está ahí”.
Esta es quizás la máxima que trasciende y unifica la trayectoria de Joy Ross, a la que la Fundación MAPFRE dedica una exposición hasta el próximo 9 de enero. Sus retratos, género al que consagró su vida artística, atisban el presente, el pasado y el futuro de los sujetos con una delicadeza penetrante.
La lente atenta y siempre curiosa de la artista es capaz de captar la complejidad del verdadero ser de la persona retratada, yendo más allá de una mera proyección de quiénes podrían ser.
Judith Joy Ross Sin título, Eurana Park, Weatherly, Pennsylvania, 1982 Untitled, Eurana Park, Weatherly, Pennsylvania 19,37 × 24,45 cm © Judith Joy Ross, courtesy Galerie Thomas Zander, Cologne
La particularidad principal de su obra reside en la elección de los protagonistas de sus retratos, la gran mayoría son gente anónima, de clase trabajadora.
Nunca juzgó, ni ensalzó ni subrayó maldad en quienes fotografió, más bien buscó capturar su humanidad y el reflejo posible en su rostro de su historia y su porvenir.
Al contrario que otros grandes retratistas, como Nadar o Sander, nunca ha tenido estudio propio y rara vez ha trabajado por encargo. Sus composiciones son fruto de una intuición innata cuyo principal propósito es entender el mundo con sus propias reglas, un conjunto de condiciones que suele comenzar con una idea concreta pero que a menudo conduce a algo más.
Judith Joy Ross Adam Rutski, profesor de español, Hazleton High School, 1992 Mr. Adam Rutski, Spanish teacher, Hazleton High School 19,37 × 24,45 cm © Judith Joy Ross, courtesy Galerie Thomas Zander, Cologne
En efecto, Roy Ross se vale de la cámara para acercarse a los individuos que fotografía, pero también trata a través de ella, una vez iniciada la conversación, de trascender su reflejo, llevando su producción hacia terrenos más enigmáticos y graves.
Con una cámara es quién de llegar a ver y comprenderlo todo… en cada rostro, aprecia un sinfín de preguntas y respuestas.
Su método de trabajo consistía en fijar previamente los temas de su interés: el Eurana Park, los visitantes del Monumento a los Veteranos de Vietnam, los miembros del Congreso durante el escándalo del Irangate, los niños de las escuelas públicas de su ciudad natal, Hazleton, y allí acudía buscando caras e instantes que le inspirasen, con las mínimas ideas previas.
Sin título, Monumento a los Veteranos de Vietnam, Washington, D.C.,
1984 Untitled, Vietnam Veterans Memorial, Washington, D.C. 24,45 × 19,37 cm © Judith Joy Ross, courtesy Galerie Thomas Zander, Cologne
El recorrido, compuesto por 200 fotografías y algún material documental complementario, se desarrolla a través de nueve secciones que, en sentido cronológico, muestran un amplio panorama de los principales proyectos de la artista.
Se trata de la mayor retrospectiva de su trabajo realizada hasta la fecha. Un inmenso álbum de retratos a desconocidos que gracias a la pericia de Ross para captar su esencia pasarán a resultarnos mucho más familiares.
Judith Joy Ross en Fundación MAPFRE.
Del 24 de septiembre hasta el 9 de enero de 2022.
Imagen de portada: Gentileza de Judith Joy Ross Celia, 1980
7,62 × 9,84 cm © Judith Joy Ross, courtesy Galerie Thomas Zander, Cologne
FUENTE RESPONSABLE: Cultura inquieta. Por Carlota Solarat. Diciembre 2021
Sociedad y Cultura/Fotografía/Arte/Mujer