De repente soltaste mi mano
en un ademán más que brusco,
¡zas! -me dije, otra escena de celos.
Tus cejas transformadas en una
y la frente que pusiste en forma altiva,
fue el preámbulo del torrente de tu enojo
-porque miras a otra, estando conmigo?-
Me detuve sonreí y te dije lo de siempre
-los ojos nos fueron dados para ver la belleza.
tanto de una hermosa mujer como de un paisaje.-
Furiosa como una leona herida te ibas,
pero no te detuve y te sujete de la cintura
y te susurre al oído ya agotado lo siempre
“sabes, no me ahogues, dejame ser…”.
Y proseguí “hubieras preferido a
que como a hurtadillas lo hiciera
en algún momento en que te distraias”.
O tú no lo haces con algún hombre
bien plantado con quien te cruzas,
amar es no ser propiedad de nadie
ni tú ni yo somos el objeto del otro.
¿Si lo nuestro tendrá futuro quién lo sabe?
vive el hoy deja atrás lo que hayas pasado,
disfruta nuestros besos, nuestras caricias
cuando dejamos impregnados nuestros cuerpos
en esas sábanas de mil hilos que sueles estrenar.
Dejame ser e intentalo tú también…
Imagen de portada: Gentileza de Pinterest