Cuando
todo termina,
para algunos
se acaba
el sufrir,
para otros
la plenitud
de haber
dejado de lado
las cosas efímeras,
banales
y sin sentido,
poniendo
todo su interés
en el calor
del privilegio
de vivir.
Compartir
la alegría
de quien
ha logrado
su mentado
deseo,
de saber
respetar
el silencio
del otro,
y solo
acompañar.
Reflexiono
cuando
en los albores
de las creencias,
los eternos
filósofos
en sus diálogos
nos legaron
pensamientos
sobre el mundo
que ideal o no,
no es lo
que en realidad
es importante.
Porque está
en la esencia
del ser humano,
construir
para si mismo
su único
y deseado
pequeño mundo.