Han pasado
años,
muchos
para mi gusto,
pero aun
sigo oliendo,
cada cosa
que en casa,
estimulaba
mis sentidos.
El aromático
perfume
de las especias
del medio oriente,
que
en la cocina,
mi madre
esparcía
sobre
sus tradicionales
platos,
solo únicos
para alguna
de las
festividades
mas importantes
de cada año.
Entrelazados
el perfume
del jazmín,
con los capullos
del limonero,
unidos en
en el patio,
bajo un techo
de perlas moradas,
con que la vid
nos regalaba
su fruto
cada año.
El perfume
inconfundible
de los
guardapolvos
blancos,
lavados
y planchados
a mano,
impecables
que nos hacia
iguales
a todos
en la escuela,
fuera hijo
del doctor
o del almacenero.
Los olores
a familia
en tardes tranquilas,
de buenos mates
con amenas charlas,
la visita inesperada
de algún familiar
o amistad,
que ahí nomas
nos acompañaba.
Sin embargo,
cuando pretendo
recordar
los tonos
de las voces,
resulta casi
un imposible,
se han ido
perdiendo
o quizás
se esconden
esperando
mi llegada.
Imagen de portada: Gentileza de Pinterest
Precioso… seguro que afloran, las voces, con el estímulo necesario. Un saludo!
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Muchas gracias amigo; por leerme. Un abrazo.
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