Aguardo
cada noche
como aquel
que será
un nuevo
capítulo
en un
escenario
conocido,
quizás
el inicio
de la obra
o alguno
de sus
actos,
de las
tantas
que
el mundo
de los sueños
entreteje
sabiamente,
siendo yo
quien personifica
el papel
principal,
junto
a otros
seres
conocidos
que están
presentes
en mi vida,
o
ya han partido
al lugar
del que
no se vuelve.
La alegría,
como así
la tristeza,
provocan
tensa emoción
que me lleva
sin comprender
su razón,
a salir
del letargo,
al despertar
conversando
con otra
persona,
y es ahí
cuando
de repente
se hace
la luz,
y con ella
que
contradicción
la oscuridad,
porque no
me permite
jamas
ver el final,
quizás
impensado,
dejando
ese sabor
amargo,
de no saber
el fin
de tanto guión.
Imagen de portada: Gentileza de Pinterest
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