Estoy en el bar de siempre,
muy cerca de Puerto Madero,
barrio paquete en que algunos
viven porque han estafado
la moral de tantos otros.
Vivimos con la filosofía
derrochando cada noche
frases a flor de labios,
pero inmunes somos
para cambiar aunque
mas no sea nuestra vida,
haciéndola más cercana
para aquellos
que más lo necesitan.
Somos hidalgos miserables
con rumbo oscuro
hacia un nuevo horizonte,
trimando tiempos y recuerdos
y seguimos sin encontrar el norte.
Debería venir una luz cegadora
esa que tememos porque creemos
que no es la aurora sino la señora
cumpliendo su tarea de limpieza.
Pero nada ya nos conmueve,
ya que la desgracia la tomamos
como una realidad de cada día,
razón por la que permanecemos
inmutables e impávidos
ante los dolores de los otros.
Imagen de portada: Gentileza de Pinterest