El crepitar
del fuego
lanzando
al aire
estrellas azulinas,
acompaña
a los amantes
en esa noche
destemplada.
***
Lejos, muy lejos
las luces
del pueblo
de campo,
parece que
titilan agobiantes,
por tanta rutina
gris y cansina.
***
Seguramente
en el bar,
algunos clientes
barajaran
de nuevo,
o mezclaran
las fichas
que no son
nácar
de ese domino
ya tan gastado,
y por última
vez
beberán
su ultimo
sorbo espirituoso,
preámbulo
del
“hasta mañana”.
***
Ríen los amantes
sobre la manta
extendida,
sus cuerpos
ya son el espejo
de las llamas
que crepitan,
para ellos
solo esta el amor,
sus sueños
compartidos,
en los que
como
tantos otros,
se irán
de ese pueblo
que languidece
como hoja
de otoño.
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