Por qué el estoicismo es más importante de lo que podrías pensar.

ELIGE QUE NO TE IMPORTE

La idea actual del estoicismo parece más relacionada con sufrir y con la gente exitosa de Silicon Valley, pero en realidad no debería ser así.

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea por favor adonde se encuentre escrito en color “azul”. Muchas gracias. 

Cuentan que cuando Alejandro Magno se encontraba en Corinto, se topó un día con el filósofo Diógenes de Sinope que estaba tomando el sol tranquilamente. «Pídeme lo que quieras», le dijo entonces el conquistador, y Diógenes contestó con estoicismo: «Apártate, que me quitas el sol».

Sí nos atenemos a la historia, entonces Alejandro lejos de tomárselo mal, murmuró con admiración: «Si no fuera Alejandro me gustaría ser Diógenes».

Desde entonces, los estoicos han cambiado mucho. En los últimos tiempos muchos ricos de Silicon Valley aseguran haberse ‘convertido’ al estoicismo.

La malograda Elizabeth Holmes (propietaria de la empresa Thanos) a menudo mencionaba las ‘Meditaciones’ de Marco Aurelio; Jack Dorsey (director ejecutivo de Twitter) ha asegurado en alguna ocasión que le gustan los baños fríos o caminar ocho kilómetros para llegar al trabajo.

Pero su idea del estoicismo está más relacionada con el dolor y pasarlo mal, para saber lo que es sufrir en un mundo que les da demasiadas comodidades. Sin embargo, algunas creencias como que el estoicismo es solo para tiempos difíciles o que ser estoico se basa en reprimir las emociones no son más que mitos.

Así lo defiende el psiquiatra Tim LeBon de ‘Psychology Today, que organiza todos los años desde 2012 la Semana Internacional Estoica (una oportunidad para que las personas aprendan lo que es el estoicismo) y siempre se sorprende con los resultados de las encuestas: tras una semana, todos los participantes aseguran sentir mayor bienestar en términos de satisfacción con la vida y un aumento en las emociones positivas. «El estoicismo ciertamente puede ayudar en tiempos de crisis, pero no solo en esos momentos». 

Tras una semana, todos los participantes aseguran sentir mayor bienestar en términos de satisfacción con la vida y un aumento en las emociones positivas

«Uno de los hallazgos más destacados fue en 2017, cuando descubrimos que la cualidad de carácter más asociada con el estoicismo resulta ser el entusiasmo, lo que significa energía y ganas de enfrentar los desafíos de la vida», apunta.

«Otro estudio, de 2020, demostró lo que habíamos sospechado durante mucho tiempo: que el Estoicismo (con mayúsculas) no tenía nada que ver con el estoicismo (en minúsculas). Cuando les pedimos a las personas que completaran dos cuestionarios, uno que medía el Estoicismo, la filosofía, y otro que medía el estoicismo (lo que se practica en Silicon Valley), descubrimos que había una pequeña correlación negativa entre los dos: en realidad son dos cosas totalmente diferentes».

Los tres pilares del estoicismo moderno

Si el estoicismo no se trata de «aguantar» o apretar los labios, ¿qué es? Pues algo mucho más profundo. El estoicismo antiguo era una filosofía de amplio alcance que sintetizaba muchas ideas sobre la naturaleza del Universo, la ética y la psicología. A decir verdad, existe cierto debate entre los estoicos modernos sobre qué ideas del Estoicismo antiguo podrían ser de mayor valor en la actualidad. Según Lebon, hay tres.

La dicotomía del control

De acuerdo con los estoicos, debemos dejar de lado la idea de que tenemos un control directo y completo sobre muchas de las cosas que nos preocupan, como lo que otras personas piensan de nosotros, lo que sucedió en el pasado e incluso lo que podría suceder en el futuro. Lo único sobre lo que tenemos control directo, de acuerdo con los estoicos, es sobre cómo pensamos sobre las cosas y lo que hacemos voluntariamente. La vida será mucho más fluida si nos enfocamos solo en estas cosas.

Desarrollar un buen carácter

Los estoicos, junto con muchos otros filósofos antiguos, argumentaban que no había un conflicto trágico entre ser feliz y ser ético.

Desarrollar un buen carácter podría ayudarte a lograr ambas cosas. Se decía que cuatro virtudes cardinales centrales eran la clave para un buen carácter: sabiduría, coraje, autocontrol y justicia. Los estoicos recomiendan que cultivemos estas virtudes y que prioricemos mantener nuestro buen carácter por encima de todo lo demás. Siempre debes hacer lo correcto en lugar de tomar lo que puede ser la opción más fácil, pero en última instancia menos buena.

Atención plena (y terapia)

Los eventos en sí mismos no tienen el poder de angustiarnos, de lo contrario, ¿cómo podrían dos personas responder de manera tan diferente al mismo evento? Imagina reaccionar catastróficamente a que tu tren se ha retrasado, frente a hacerlo de manera sensata y estoica.

Es importante destacar que no estás reprimiendo tus emociones negativas; estás viendo la situación de manera diferente y, por lo tanto, no te enojas tanto en primer lugar.

Los estoicos, junto con muchos otros filósofos antiguos, argumentaban que no había un conflicto trágico entre ser feliz y ser ético Psicólogos contemporáneos como Martin Seligman, creador de la Psicología Positiva, han estudiado los beneficios de practicar dichas virtudes.

Los creadores de la Terapia Cognitiva Conductual (TCC) moderna descubrieron inspiración en un pasaje de Epicteto: «el todo es mayor que la suma de sus partes».

Imagen de portada: iStock

FUENTE RESPONSABLE: Alma, Corazón y Vida. 29 de enero 2023.

Sociedad y Cultura/Filosofía/Estoicismo/Actualidad.

7 comentarios sobre “Por qué el estoicismo es más importante de lo que podrías pensar.

  1. la anecdota descrita no corresponde al estoicismo, ni ninguno de sus representantes, es un diálogo entre el conquistador y Diogenes el cínico, el can, el Sócrates enloquecido, que con una lámpara encendida en el día buscaba «hombres»…distintas corrientes besos al vacío desde el vacío

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    1. Muchas gracias por detenerte a leer el artículo. Me extraña ya que regularmente tamizó la información que subo. Volveré nuevamente a realizarlo; las disculpas del caso. Saludos cordiales.

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    2. Hola; deseo que te encuentres bien. Lamento decirte que las fuentes de la entrada se encuentran validadas. Aguardo de tu amabilidad; que me cites fuentes que refute el contenido, tal como tu lo has afirmado. Un cordial saludo.

      Diálogo entre Alejandro y Diógenes
      La obra representa una famosa escena del diálogo entre Alejandro Magno y el filósofo Diógenes. El célebre cínico está sentado en su tonel, rodeado de filósofos y soldados, mientras que el soberano avanza hacia él. La anécdota cuenta que, estando Diógenes en Corinto, dormía en una tinaja. Al llegar Alejandro a la ciudad con su ejército, toda la población fue a recibirlo, pero Diógenes, se mantuvo indiferente a la pompa del emperador. Entonces fue el propio Alejandro Magno quien, conocedor de la fama del filósofo, buscó a Diógenes y le dijo: “Quería demostrarte mi admiración. Pídeme lo que tú quieras, puedo darte cualquier cosa que desees”, ante lo que Diógenes respondió: “Por supuesto. No seré yo quien te impida demostrar tu afecto hacia mí. Querría pedirte que te apartes del sol. Que sus rayos me toquen es, ahora mismo, mi más grande deseo”.

      Al igual que su maestro Antístenes, Diógenes consideraba que para ser un hombre virtuoso era necesario eliminar todas las necesidades que no fueran vitales. Además, culpaba a la sociedad del origen de estas necesidades, de modo que se pasó media vida tratando de demostrarle a la misma lo tonta e ignorante que era.

      El estoicismo predicó el valor de la razón, al proponer que las emociones destructivas son el resultado de errores en nuestra manera de ver el mundo y ofreció una guía práctica para permanecer resueltos, fuertes y en control de la situación

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      1. La secta del perro. Carlos García Gual / La vida de los filósofos cínicos. Diógenes Laercio
        Alianza Editorial, Madrid, 2021.

        A la pregunta del joven Alejandro: “¿Qué quieres de mi?”, responde el indolente Diógenes, sentado junto a su tinaja, en tono tranquilo: “Que te apartes un poco y no me quites el sol”. Un bon mot, cierto. “De no ser Alejandro, habría querido ser Diógenes”, se cuenta que habría dicho el gran macedonio, en este u otro lance. Uno y otro representan dos tipos del máximo individualismo, ambos por encima de las convenciones de la gente y de la época. p. 56

        (…) el topos del encuentro entre el rey y el sabio. El philósophos pone en evidencia la inferioridad del tirano por su insaciabilidad y su sumisión a la doxa; el sabio está por encima de esa ambición de riquezas, honores, poder y pasiones que determinan la conducta del monarca; todo eso es, para el cínico, vanidad, typhos. p. 57
        La anécdota existe, lo único que cuestiono es poner al maestro Diógenes dentro de la corriente estoica…no pretendía causar malestar ni controversia…besos al vacío desde el vacío

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  2. Excelente post, muchísimas gracias.

    La verdad es que el estoicismo es una corriente filosófica muy interesante que si se enseñará bien en los institutos (como el resto de filosofía) serviría realmente a mucha gente cuando la aplique en su día a día.

    Es muy injusto como la Historia ha querido distorsionar al mismo Diógenes, pues todo el mundo que no lo conoce lo falsamente recuerda como aquel filósofo que acumulaba basura, cuando más bien hacia todo lo contrario: no quería (porque no necesitaba) nada de nada… Si los cínicos valoraban la pobreza como una virtud, Diógenes llevó la misma hasta el extremo.
    No la pobreza por la pobreza, obviamente, sino como ejemplo de independencia, pues para ellos no había nada más valioso que el hombre que era capaz de vivir con lo justo y necesario. Esa era la piedra angular de su pensamiento y Diógenes lo tomó al pie de la letra.
    Cómo hogar se buscó una simple tinaja de barro, vistió día y noche el mismo manto sucio y raído, caminó descalzo todo el año y el resto de su equipaje lo formaban un bastón , un zurrón y un cuenco para comer… hasta que vio a un niño bebiendo directamente con sus manos y pensó que el cuenco no le hacía falta, así que lo tiró. Para él no había término medio.

    Todo aquello que no fuera necesario era superfluo, y todo lo superfluo, por consiguiente, un lastre para la vida plena. Aquello que no era para él una necesidad vital acababa abandonado (si era algo material) o erradicado (si era un sentimiento). Su objetivo era bien claro: deshacerse de todo deseo que le generara dependencia. Pero esa disciplina feroz consigo mismo no acababa en él, sino que desarrolló la voluntad de señalar esas deficiencias a otros y es ahí donde alcanzó una enorme fama. Diógenes veía en el mundo de su época un verdadero problema moral, pues la gente, en lugar de forjarse a sí misma y valorar sus opiniones en torno a qué era bueno y qué era malo, se posicionaban y actuaban en función de qué era lo que los demás pensaban y cómo esa opinión podía afectarles. Vivían de cara a la galería como unos estúpidos y el decidió que pasaría el resto de su vida haciendóselo ver.

    Una de las costumbres que tenía Diógenes y que molestaba sobremanera a la sociedad griega era su manía de masturbarse en público. Un día, mientras lo hacía en mitad del ágora, le recriminaron su actitud y él contestó sin reparo alguno: ‘¡Ojalá pudiera matar el hambre frotándome también el vientre!’, con lo que quería decir que, si bien el deseo sexual es innato a los seres humanos, él no necesitaba a nadie para calmarlo y satisfacerlo, añadiendo una muesca más en su cinturón autárquico.
    Por tanto, Diógenes no veía nada malo en esta actitud y no la cambió.

    En otra ocasión, alguien le dejó un candil junto a su tinaja para que pudiera ver por la noche. Él, que no quería más trastos y no tenía interés en ver por la noche, empezó a usarlo como elemento de provocación. Paseaba por las calles de Atenas con el candil en la mano gritando: ‘¡Busco un hombre justo!’. Un día decidió buscar a un justo en el teatro, ¡intentando entrar cuando todos salían!
    Ante el jaleo resultante muchos le preguntaron por qué hacía eso, qué necesidad de ir a contracorriente tenía. Él respondía: ‘Para que sientan en su propia piel lo que es vivir como yo lo hago’. Un buen día un noble invitó a Diógenes a su casa, y mientras se la mostraba en la visita de cortesía, no paró de hacer referencia al lujo y la limpieza de su hogar, haciendo hincapié en lo orgulloso que estaba de que su casa destacara por su higiene.

    Ni corto ni perezoso, Diógenes le escupió un gargajo en la cara a su anfitrión, y cuando este le recriminó a gritos su actitud, se encogió de hombros y dijo: ‘¡Era el único lugar sucio que encontré para hacerlo!’. En cierto momento de su vida, Diógenes fue hecho prisionero para ser vendido como esclavo⛓, y cuando sus captores le preguntaron qué es lo que sabía hacer, soltó: ‘Sé mandar. Id a ver si alguien quiere comprar un amo’.
    Su genio para la réplica era legendaria, pero probablemente la mejor de todas sus anécdotas es la que le dedicó al mismísimo Alejandro Magno, y que tú nos has recordado.

    Se cuenta que, tras su encuentro, Alejandro diría: ‘Si yo no fuera Alejandro querría ser Diógenes’.

    Sea verdad 100% esas anécdotas o fruto de la imaginación de escritores e historiadores que nos han dejado este gran legado, sin lugar a dudas lo que está claro es que Diógenes era un ser excepcional del que desde luego podemos aprender mucho.

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