6 poemas de Ani Galván

Ani Galván es una poeta nacida en Murcia en 1992.

Se graduó en Historia del Arte y es contratada predoctoral en la universidad, donde investiga en torno al selfie, la identidad y la cultura visual contemporánea.

Publicó Catábasis (Raspabook, 2016), y algunos de sus poemas han sido antologados en diversos medios y revistas digitales. En 2022 resultó ganadora del XXXIX Premio Carmen Conde de Poesía con su poemario Educación de una cortesana, actualmente publicado en la editorial Torremozas.

***

una infancia en el gineceo

todo lo que sé de la vida lo aprendí en un tocador de señoras

una cocina humeante un cuartito de costura

alcobas nubladas e inabarcables como misterios

donde muchos solo escucharon el estoico y trivial curso de los días

y otras en cambio penetramos en el oculto arrullo de las nodrizas

consagradas a los dientes de los otros

donde la fuerza yace en armas sorprendentes peine marmita fragancia aguja

donde nunca se presencian los verdaderos amos de esta casa

aras privadas

sacros cuadrantes

donde el amor es pan y lana hilada desde hace muchas generaciones

gineceos condenados

a la ficción de las fábulas

en ellos y no en las ágoras

estuvo siempre hirviendo la Historia

***

un amante venido del mar

[2006, algún punto del Báltico entre Rusia y Dinamarca]

un labio aquí y otro labio aquí y en medio una cítara esa es

la anatomía de un ósculo sea cual sea la coyuntura de su origen

por eso yo comprendo anticipo tu señal aunque jamás

la haya puesto en práctica un labio aquí y otro labio aquí y en medio esta noche

de meridiana intriga de consumada sorpresa gris: en este beso

—susurra el mundo— ya no estás sola

[2017, Barcelona]

puedo contarte lo que he hecho durante once años

una crónica cuya estructura gramatical al fin comprendas

—aunque mi acento en tu idioma me aproxime

a variantes dialectales de escasa armonía—

enumerar viajes diplomas fracasos

explicar

que para hoy hablarte

hube de leer best-sellers sobre amoríos adolescentes

—la biblioteca y sus limitados fondos—

conversar sobre el clima o la compra frente a una grabadora coger dos aviones

hubo de nacer en Roma un gladiolo mientras mamá Caterina lloraba

junto a los juegos de su niña si gira e dorme non siamo felici come prima

podría contártelo o permitir que un beso nos abrase

como abrasaba antes de saber dónde comenzaba y acababa un cuerpo

hoy lo sé: el mío aquí y el tuyo aquí y en medio el gladiolo en aquel balcón de Viale Somalia

en medio el tiempo las llagas el soñado accidente

de esta mañana oscura: en estos ocultos

esponsales enmudece el mundo

***

una amazona

I

¿y si el cuerpo no fuera pantalla para la visión de sus ficciones?

¿y si el propósito de mis dedos no fuera el tacto sino el calibre

de la tensión entre cuerda y arco?

¿y si el fin de mi voz no fuera la gracia

sino los cánticos de guerra?

¿y si en lugar de batir al ciervo aprendiera cómo cabalgarlo?

II

la consecuencia más visible de la fuerza

ha sido la pérdida de mis pechos

[dos brevas aún no granadas apenas llenan mis viejos vestidos]

tal vez expiación por deslizarme

pronta en las palestras de la edad:

un escudo de punzante

suavidad

sabrá protegerme

***

edades

me crié en la vejez

identifico

unos dientes sin dueño como infancia

alcanfor custodiando el ropero

carmesí sellando mi mejilla

me crié en la aceptación del tiempo

y la profundidad de su pisada

convencida de que las arrugas

son dunas, gajes inherentes

a la erosión de la plenitud

bien merecedoras de toponimias

—deterioro y biografía, humanidad y náusea: mares comunes

memoriza:

cada ponzoña

tiene su antídoto

—Seguril, insulina

cada hospital es, por su tránsito y adioses,

un curioso aeropuerto

no escatimes en ternura

cuando repitas de quién eres

qué es lo que estudias si te sale novio

interioriza: todo albor

se repliega al paso de los lustros

exiliado en las fotografías

todo esqueleto se quebranta

todo alfabeto languidece

solo sabrás que es la juventud

cuando en la distancia la veas boquear

y pedir socorro entre las ruinas

me crié en la verdad

por eso, a ti

no te digo:

te amaré hasta mi muerte

—omitiendo los interludios—

te digo mejor:

te amaré incluso

cuando tus piernas pierdan su fuelle

cuando se desfigure tu rostro

y tu juicio altere mi nombre

te amaré tanto

que seré yo

quien pose la cuchara en tus labios

y en el temblor

encuentre alimento

***

una mujer espejo

me ungen

no por ser yo

sino por ser

vergel de azogue

capaz de emanar sus rasgos

mi amor es argento vivo

***

una virgen de la Antigua Roma

La jaula está abierta, pero no sé volar.

Anaïs Nin

I

hasta que no sepas poseerte

tan bien como sabes entregarte

vivirás la suerte del asceta

reza

trabaja

escribe

ama a Dios y su imagen

—que es la imagen

que te forma—

antes de amar a ningún otro

o el día de tu boda será

también el día

de tu prendimiento

II

¿por qué preparar tu venida?

dicen que mi senda fue trazada

por una mano más prudente que la mía y si esa guía

te empujara inequívocamente hacia mi existencia

sería yo quizá esposa galilea

descansaría esta posada cedida al azar de los peregrinos

abandonaría todo afán de abandonar

pero nada sabría

de no haberme excavado las garras

de los otros; de no haber sido

áurea cicatriz en sus vetas profundas

hoy soy porque una vez

no supe ser sin nadie

Imagen de portada: Ani Galván

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Juan Domingo Aguilar. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 1 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Literatura/Poesía/Versátiles.

2 comentarios sobre “6 poemas de Ani Galván

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s