7 poemas de Ángeles Mora

Ángeles Mora es una poeta nacida en Rute, Córdoba, en 1952. Licenciada en Filología Hispánica (Universidad de Granada). Su obra es una continuada reflexión sobre las concretas situaciones cotidianas e históricas de nuestra existencia. Se han destacado también los aspectos feministas de su poesía. Miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada. Tiene diversos reconocimientos, entre otros: Premio Nacional de la Crítica (2015) y Premio Nacional de Poesía (2016) por su libro Ficciones para una autobiografía (Bartleby, 2015), traducido al italiano por Elena Palumbo-Mosca: Finzioni per un’autobiografia (Medinova, 2022). Su más reciente publicación es Soñar con bicicletas (Tusquets, 2022).

Otras publicaciones suyas son: Pensando que el camino iba derecho (1982); La canción del olvido (1985, 2018); La guerra de los treinta años, Premio Rafael Alberti de poesía (1990 y 2005); Contradicciones, pájaros, Premio Internacional de poesía Ciudad de Melilla (Visor, 2001), traducido al italiano por Elena Palumbo-Mosca (Contraddizioni, uccelli, Edizioni dell’Orso, 2005); y Bajo la alfombra, Accésit del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma (Visor, 2008). Su obra se ha recogido o ha formado parte de las siguientes antologías: Antología Poética, ed. de Luis Muñoz (1995); ¿Las mujeres son mágicas?, Prólogo de Miguel Ángel García (2000); La sal sobre la nieve. Antología, ed. de Ioana Gruia (Renacimiento, 2017, 2021); Érase un chico que no tuvo un gato. Antología, Introducción de Mónica Doña, 2018; Canciones inaudibles (“Librisco”, 2018, con dos CDs, Prólogo de Olalla Castro, 2ª ed. 2019); Spiegel der Spione/ Espejo de los espías, Antología bilingüe, traductoras: Geraldine Gutiérrez-Wiebken y Martina Weber (Hochroth, Heidelberg, 2019); Contigo misma (Poemorias), Audiolibro, Fonoteca Española de Poesía, 2020; Poesía da vida, ed. de Luciano Rodríguez, Prólogo de Pilar Pallarés (Juan Caballos, Fundación Huerta de San Antonio, Úbeda, Jaén, 2022).

Parte de su obra ha sido traducida a varios idiomas (italiano, portugués, alemán, inglés, chino, francés. catalán, gallego). Ha participado en numerosos Encuentros Internacionales de Poesía.

También ha colaborado con “Granada Ciudad Unesco” en Proyectos Internacionales como “Multipoetry Cracovia” (2017) y “Poetic Encounters” (2018). Fue invitada a la Tercera Semana Internacional de Poesía de la Ruta de la Seda (Xichang Silk Road), Xichang (China), noviembre, 2018. Presentamos una selección de poemas de su último libro, Soñar con bicicletas (Tusquets Editores, 2022).

***

SOÑAR CON BICICLETAS

Buscar la luz,

no mirar por los rotos

donde el rencor oculta

su negrura infinita.

Yo, que no tuve bicicleta,

soñé con bicicletas

y lloré al despertar.

La huella de aquel sueño,

Me ayudará a cruzar

con esperanza

caminos prohibidos.

***

VIVIR EN TERCERA PERSONA

Ella se acerca

un largo paseo a sus espaldas

y la batalla de lo que aún está por venir

(JOANNE KYGER)

La mañana perdida entre minucias,

y luego, distraída,

sale tarde a la compra.

La luz se le adelanta soñadora

y la tibieza de este invierno

va envolviendo sus pasos.

No lleva prisa,

parece que jugara

a dejarse llevar por el destino

para cruzar al fin al otro lado,

donde el cielo se ensancha.

Detrás el sol calienta

como unos brazos lentos

y sonríen sus ojos

al aire azul de la alegría.

Aunque no va de fiesta

ni a sumergirse en la corriente

fabulosa del azar:

tan sólo va a la compra.

Y tarde.

Y sin embargo se demora, deja

que le muerda ese sol

que acaricia su espalda.

Camina como si no fuera ella,

la que lleva su nombre,

la que cuenta sus años.

Porque tal vez sea otra,

porque tal vez es necesario,

en el fondo, ser todas.

¿Cómo encender la vida

sin hacerle un quiebro a la muerte?

¿Cómo ir al trabajo,

al mercado del mundo,

olvidando esa calle distinta

que nos crece en las venas?

¿Cómo llamarse libertad

mientras te arrastra

el río de la historia?

En la historia pequeña de este día

ha llegado por fin a su destino,

el santuario donde todo se vende,

donde todo se alcanza:

adiós a la alegría, al cielo limpio,

ahora toca cambiar el paso.

Sin mirar el reloj, ya sabe

que el tiempo volará

arañando segundos,

que se hará tarde y volverá,

precipitadamente, al nido

donde los suyos

abren el pico con apetito.

Al final, recogiendo,

el aire azul

se le irá entre los dedos,

como el agua traspasa el colador.

***

LUGAR COMÚN

Tengo un beso guardado en la palma de mi mano,

en mis ojos un árbol que desapareció.

Una casa, una higuera allá en el infinito

hoy son huecos desiertos que están llenos de mí.

Al final de la vida volvemos al principio:

mi madre recordaba la fruta de su tierra,

los regalos de un chico,

golosinas de amor.

Cosas lejanas que no vuelven nunca,

ni tampoco se van.

***

NOCHES DE VERANO

O la luz del poema 

The Brain is deeper than the sea

Emily Dickinson

Igual que nos envuelve el mar

en la hondura de un sueño,

cuando se alza encendido

y se vuelca en los ojos

y penetra,

y una no sabe ya qué es el mar

y qué un pecho invadido

por la luz y las olas.

Igual que nos envuelve el mar

y nos deslumbra,

en noches desveladas

se me alzaron brillantes

las líneas de aquel libro,

sus sílabas contadas,

penetrando en mis ojos de repente

la luz de un firmamento

incierto y palpitante,

pleno, como la sal amarga

picándome la sed,

enigmático,

como el continuo batir de las mareas.

Palabras igual que olas, insistentes, veladas,

abriéndome el poema, ocultándolo.

Lo perseguía en la otra cara de los versos,

mirando bajo sus costuras,

sus hilvanes,

mientras, entre destellos, por las hebras

de espuma inmaterial se deslizaba

como si no quisiera

ser visto, sólo dejando huellas

para mis ojos sorprendidos a cada instante,

por sus inquietos pasos.

Así intenté rasgar el velo

que guarda el corazón de la escritura.

¿Era otro corazón? ¿Acaso el mío?

Eran las noches claras de luna del verano,

eso sí, cuando blanca nos miraba.

O era el silencio que nos habla

gracias al murmullo de un libro,

al fluir desigual de sus imágenes

rotas y reveladas

a medias, cálidas y frías

como la luz de las estrellas,

parpadeando tan lejanas con su brillo de ayer.

Su ayer en mi hoy desconcertado, vivo,

abriéndose al secreto que revela y encubre

esa música escrita en un papel sin pautas,

blanco, como un camino sin abrir,

sin pisadas,

a la espera de nombres

que las olas arrastran.

***

IMÁGENES PARA UNA EXPOSICIÓN

Llegan desde los siglos,

de los oscuros barros de la selva,

desde la esclavitud,

la explotación,

el exterminio.

De las rotas miradas de las mujeres rotas,

del hambre,

de las rugosas manos,

de los rostros curtidos del desierto,

misterios de la luz y las arenas.

Llegan desde los cielos infinitos

de todos los azules y todas las estrellas,

de las entrañas minerales

de la tierra, el espanto,

la muerte lenta,

las matanzas,

la guerra,

las fronteras.

Como fantasmas

los muestra el telediario

entre maderas, bultos, ropas,

dejando en nuestros ojos

jirones de fatiga,

oleadas de sal seca.

En la sala de estar todos los días

colgamos las imágenes

de la vergüenza.

***

PREGUNTAS

La vida, preguntas interminables

que tantas veces

crecieron en tu boca:

¿Naturaleza o Historia? por ejemplo.

¿Es el niño el padre del hombre?

¿La mujer que olvidó Rousseau,

que ignoró Freud,

quién la detuvo ayer,

quién la detiene ahora?

Tan amante, tan lúcida,

tan diaria,

nadando río arriba.

¿Quién puede detenerla ya?

Hombre y mujer, mujer y hombre

¿traerán al fin juntos el viento fuerte,

el agua brava que abrirá los valles?

¿Crecerán las semillas de otra historia?

Vivir,

ese maravilloso río de que gozamos,

¿pesa más que su estrecho margen?

La vida,

respuestas vacilantes,

malditas unas,

memorables las otras,

todas sin terminar,

mirando hacia el mañana:

¿Otra pregunta

donde me esperas?

***

CINEMA PARADISO

¡Ah, si el cielo nos gustase tanto

como nuestra vieja casa!

(E. DICKINSON)

Rostros que nos acompañaron

con la belleza de la juventud,

el fuego de la madurez,

habitan la memoria.

Su imagen siempre

nos aparece limpia,

ese instante de luz.

Vuelven sus gestos,

vuelven una vez y otra

y sonreímos.

Pasa el tiempo

y no ha pasado el tiempo,

y marcan santo y seña

sus nombres en las fiestas del recuerdo.

Pero tú, que de pronto nos dejaste,

tú, no sé cómo decírtelo,

es que nunca te has ido.

Cuántos rastros, señales

han quedado,

día a día,

noche a noche encendidas.

Tanta luz despertando,

anocheciendo en mí.

Sin ella no soy yo.

Tantos lazos

cómo pueden borrarse:

cuanto era amor,

cuanto se hizo dolor.

Son tantos fotogramas nuestros,

una larga película.

Alguien cortó la escena del adiós,

roto cliché que heló la madrugada.

Hasta que todo sea del todo

pasto ya de las llamas.

Hasta que todo sea del todo

cenizas que nos unan definitivamente.

Imagen de portada: Ángeles Mora (Foto: Antonia Ortega Urbano.)

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Juan Domingo Aguilar. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 8 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Literatura/Poesía/Versátiles.

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