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No ríen
no cantan
no lloran.
Sentenciados
en quimeras fatídicas
su sombras vagarán
entrelazadas
con destellos
anhelantes
de cumbres y desafíos.
Humanidad
Una noche sin luna.
Aves siniestras.
Senderos diabólicos
trazados en piedras
que doblegan
la bajamar.
Y doblegan
el paso de los errantes
que huyen
de su ventura.
Solamente
con los frutos amargos
cosechados
en el estío.
A la deriva
Ansiamos
el augurio de no dejar que las tormentas
nos lleven a lugares oscuros y solitarios
ni a los huecos provocados por los buitres
que acechan el comienzo de los sueños
en las estaciones sombrías.
Ansiamos
la promesa que no llega
el sendero correcto
iluminado sin prisa.
No caer en los abismos desiertos
causados por los últimos destellos
de las partidas.
Lentamente aceptamos que la luna
se refugie en los regazos.
El egoísmo de la misma.
Y los interrogantes
que apartaron
temporalmente
las señales
incumplidas.
Salud mental
Renglones torcidos.
Imperfectos.
Señalados
por los “renglones perfectos”
de la sociedad.
Cuando
irónicamente
TODOS
integramos
la Caligrafía Universal.
Imagen de portada: Beatriz Iriart
FUENTE RESPONSABLE: Letralia. Tierra de Letras. Beatriz Iriart.Poeta argentina (La Plata, 1954). Estudió cerámica y pintura. Ha publicado los libros Perspectivas (1977), Collage de cinco (1981), Extraño linaje (1984), La muerte quiere (2003; 2016) y Te he soñado tanto, libertad (2017). Ha recibido premios y menciones de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) y de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires (SEP), entre otros. Su obra ha sido publicada en varios países y traducida a varios idiomas. También ha sido incluida en diferentes antologías en su país y en el extranjero. Formó parte del movimiento underground en la década del ‘70, colaborando con la revista literaria Machu Picchu.
Sociedad y Cultura/Literatura/Poesía.