5 poemas de Cosas asombrosas ocurrirán hoy, de Carmen Berasategui.

La poeta Olga Novo dice en el prólogo: “Cosas asombrosas ocurrirán hoy, un título de enunciación oracular, abre la puerta al misterio y afirma el milagro de lo cotidiano escondido en la aparentemente insignificante brizna de hierba, en la ráfaga de viento que nos despeina con alegría súbita, en el remolino que hacen las hojas y en su levitación, en la callada fotosíntesis o en un mínimo gesto de amor. Carmen Berasategui nos da la clave de toda poesía: la mirada”.

Zenda adelanta cinco poemas del libro.

***

LA CURVA DE TU HOMBRO

Acá, lo único que importa es la curva de tu hombro

bajo la tenue luz.

Pareces otro hombre cuando sueñas,

la piel se destensa, tu barba yace intacta,

como las piedras que tiemblan indemnes

bajo la fuerza del río. Podría ser la hierba húmeda,

a la orilla de ese río.

o mi pubis presto cuando,

callada, te observo.

Sigo leyendo en la penumbra. Pero ya no puedo

atender los versos. La curva

de tu hombro.

La curva de tu hombro.

La mirada no se aparta.

Como si todo el misterio habitara ese meandro.

La curva de tu hombro es apolínea, la sigo con un dedo y no acabo el hombro exquisito y preciso, se precipita en terreno oscuro, inalcanzable a la mano. Apenas es medianoche. La curva, la piel, la luz, la semilluvia. Una sinfonía.

***

LA DENSIDAD, ESE ABISMO

La niebla se diferencia de la neblina sólo en la densidad de la nube.

Todo radica en ese diálogo entre la masa y el volumen de los cuerpos.

La amistad, el amor, diminutas densidades.

El sacrificio, la generosidad, abismos que se tocan.

El flujo magnético de estos pequeños poemas,

que tanto dicen, que tanto callan,

la maleza de lo cotidiano,

la sed de nuestras manos al imaginar la caricia,

la sacudida del pecho al no saber,

el agujero en el pecho al saber.

El hambre no cesa.

Lo sagrado cae.

***

LA ESPERANZA TIENE NOMBRE DE ÁRBOL

Y de pronto,

los adultos no quieren ser adultos

y los niños dejan de serlo antes de tiempo.

Desdibujo los confines de lo viejo, lo joven,

la dichosa edad inventada.

Puede que lo muestre la longitud de nuestra sombra.

El ciclo de la vida se rebela con el mismo empuje

con el que las cigüeñas blancas toman el cielo

para llegar a África en invierno.

O como los árboles,

que florecen a partir del año de vida,

otros tardarán más,

pero una vez lo hacen,

irán erigiéndose poderosos

hasta el final de sus días.

Un diminuto ejercicio en esta odisea,

un segmento de universo

en el que sentimos rozarnos los distintos vientos,

la danza no se rinde

y los inviernos conquistan la noche.

Leo sobre la esperanza de vida de un árbol.

Aquí mi florilegio arbóreo,

hay especies muy obstinadas:

  • Acacia: 40-60 años.
  • Adansonia (baobab):más de 1500 años.
  • Fagus (hayas):unos 250 años.
  • Olea (olivos y acebuches):más de 1700 años.
  • Prunus (cerezos, almendros, …): 40-50 años.
  • Quercus (robles, encinas, …):unos 1000 años.
  • Sequoia:más de 3000 años.

La esperanza tiene nombre de árbol

el árbol siempre permanece,

se abre paso

se cuela en lo más profundo

de nuestra carne

mientras siento su raíz en mi vientre.

La savia que golpea.

Y siento muy fuerte

que mi madurez torna mi piel corteza y

oscurece mi sombra en la tierra.

La vida que medra es exultante,

pecho barro,

dedos musgo,

corazón cielo,

ráfaga de muslos,

mejillas en rama.

La esperanza tiene nombre de árbol

porque la vida siempre triunfa en el bosque.

Un bosque es un árbol y otro árbol y el de al lado y el de más allá.

Un bosque es una fantasía de árboles anudados

mediante sus raíces. Una fantasía que respira.

Un bosque es un poema que no muere,

un ángelus sin fin, la danza sencilla

del acontecer de la vida.

Paseo de la mano

con mis hijos por un bosque sin nombre.

Me florece un vértigo extraño mirándolos,

riendo y  levantando hojas

con su movimiento efusivo;

no rige el tiempo en la honda cadencia

de este momento hermoso.

Puedo no irme nunca, pienso,

vestirme de encina, olivo o roble

o quedarme desperdigada en el sotobosque,

observando, muda,

—raíz, luz, agua—

mi propia sombra que no acaba.

***

INCENDIO

Espero, callada,

en el borde de la cama,

a que la noche

se derrumbe

sobre mi osamenta.

Me habita

un espesor de carne caducada,

de nube honda;

apenas pienso,

no me muevo,

tengo los músculos derrotados.

Siento tu presencia

en la buhardilla.

Siento tu vergüenza,

el llanto mudo

en la desvencijada espalda.

Apenas nos une un hilo,

respiración de pajarillo

exhausto.

Estoy triste.

Tan triste.

Tristísima.

“Nosotros” se acaba,

apenas oso decirlo.

Náufragos somos de tacto, de lenguaje.

Disfrutar del amor

por años,

encarnar toda la dicha

no mengua

el incendio,

el alarido

de la vida rota.

***

LA ESCRITURA ES NUESTRA

La escritura está en las mujeres.

La escritura no está en cualquier sitio.

Está aquí, entre nosotras.

Nos la han negado y la reclamamos, hoy, aquí.

Con estas paredes como testigos

Con toda esta gente que nos mira

La escritura multiplica nuestras voces

y desata el estruendo por las rechazadas, las no invitadas,

las silenciadas, las agredidas, las ocultas, las ignorantes,

las eternas acompañantes, las beatas, las condenadas,

las inmorales, las excesivas y las mosquitas muertas.

Se desata en todas nosotras.

Porque somos tan fuertes como el poema que nos narra, más necesarias.

La escritura está en las mujeres y en las salas de parto,

en las migas de las mesas, en los insomnios, en el despertador y en el tedio,

en los pechos de las madres, en la libertad de las no madres

en el sudor cotidiano, en la edad del cuerpo

en quién soy, a quién amo, en las flores que hoy me compro,

en el hambre, la sed, el deseo,

en saber cuidar, en no saber cuidar, en descuidarnos,

en la maldita autoexigencia.

Bienaventurada escritura, ahora sí, eres nuestra

para atestiguar nuestras audaces miradas

y todo, todo aquello que ha de ser contado.

el llanto y la risa, cada derrota, cada conquista.

La escritura es hoy y mañana.

La escritura está en las mujeres.

En ti, en ella, en nosotras, en vosotras, en las ahora ausentes.

Florece en este grito íntimo, en la luz y la penumbra

de este espíritu que os habla.

—————————————

Autora: Carmen Berasategui. Título: Cosas asombrosas ocurrirán hoy. Editorial: Olifante. Venta:Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa  del Libro.

BIO

Poeta, editora, gestora cultural y artista visual. Tras vivir en Madrid, Francia e Inglaterra unos años, se establece en Barcelona donde trabaja en varias editoriales. Crea el festival de poesía NUDO en 2017 y lo dirige desde entonces. Es socia y edita en la editorial literaria Trampa ediciones. Forma parte de la Societat Barcelonina de Collage y la asociación Mujeres en las Artes Visuales. Participa desde hace años en diversas exposiciones, encuentros y festivales a nivel nacional e internacional. Autora de los poemarios Cosas asombrosas ocurrirán hoy (Olifante, 2022) y Donde planean los pájaros (Piezas azules, 2019). Sale en la antología La casa del poeta (Trampa, 2021) junto a 110 poetas españoles más, y es autora en las obras colectivas ilustradas de El romancero gitano de Lorca y Luces de Bohemia de Valle-Inclán (Mil editores).

Imagen: Cubierta de portada de “Cosas asombrosas ocurrirán hoy”

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Laura Di Verso. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 3 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Literatura/Poesía.

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