Nos leemos a la vuelta o…

Me encuentro en el aeropuerto de Buenos Aires, utilizado mayoritariamente para vuelos nacionales, almorzando un «brunch» y a la espera del embarque hacia mi destino de vacaciones en Esquel, Provincia de Chubut en la Patagonia Argentina.
Siempre he sido agradecido de la vida y del Creador en darme la posibilidad de viajar y sorprenderme gratamente en todo lugar que he visitado.
Recuerdo que en enero de 2020 hice mi último viaje al exterior, llegando a la península de Yucatán con una importante infraestructura turistica y bellas playas.
Así lo fue también el Hotel de playa en que me alojé, como las visitas que realicé a la Isla Cotoy (paradisiaca), los Cenotes y las Ruinas Mayas de Chichen-Itza, en donde mi curiosidad fue ampliamente satisfecha.
A ello el agregado de la práctica de snorkel maravillandome con el lecho marino, la fauna y las formaciones de corales.
La frutilla del postre fue conocer personalmente, hasta ese entonces a una amiga virtual -via Twitter-, llamada Mercedes Maldonado con la cual compartimos un día maravilloso, dejandome el sabor de la cordialidad y gentileza del pueblo mexicano.
Volvi a Buenos Aires, comenzando al poco tiempo a planificar mi viaje a Portugal, donde pensaba hacer cabeceras en Lisboa y Porto, ya que como es mi costumbre viajando en solitario, me satisface mezclarme con la gente del lugar al que llego y conocerla socialmente, además de visitar aquellos lugares de interés ricos en naturaleza, historia, arquitectura y tantos otros aspectos.
Así compre mi aéreo para el 14 de abril de 2020, hice las reservaciones de hoteles y los itinerarios a realizar. En esos días no tengo horarios, desde las 7 AM hasta las 11 PM me encuentro fuera de cualquier hotel, vagabundeando.
Ya las noticias que fueron llegando a fines de enero de aquel eran alarmantes. La pandemia del coronavirus se estaba desplazando a nivel global, de una manera alarmante.
Resultó una obviedad que el Gobierno cerrara sus fronteras, como así quien fuera primer ministro de Portugal se autoaislo en su hogar, al haber concurrido a un acto con la presencia de numerosas personas.
Se esfumó el viaje a Portugal -que incluía un paso por Barcelona, mi amante luego de Buenos Aires-. Cancelación de aéreos y hoteles en consecuencia.
A fines del 2020 y 2021, recorrí los 1.200 km. que me separan de uno de mis hijos y su familia, en ambos casos a fines de diciembre ya que mis dos nietos cumplen su aniversario de nacimiento los días 26 y 27.
Sin dejo de «falsa modestia»; mi país posee de norte a sur y de este a oeste, tantos maravillosos lugares para visitar que esto fue lo que ameritó mi decisión de viajar a Esquel.
Lugar que no he conocido, a pesar que desde mi adolescencia primero como mochilero y luego como adulto viajero frecuente, recorri rutas, ciudades y provincias por igual.
Pero se que es imposible «conocer el todo», en cualquier lugar que uno se encuentre.
Aquí llegan noticias tan contradictorias, que como todos aguardo que se llame endémica a esta pandemia que nos cambio la vida como sociedad y que en algunos casos perdimos seres queridos, con ese vacío tan profundo que es insoportable y aún latente.
Mis estimad@s amigos por unos días me dedicaré a observar y disfrutar. Un abrazo sentido a tod@s.