¿Cuáles son los orígenes del cáncer y por qué aún no ha desaparecido con la evolución?

Las investigaciones intentando explicar los mecanismos con que funciona esta enfermedad y demás enfoques clínicos no han sido efectivas para responder a estas cuestiones. Por eso se hace necesario observar el cáncer desde una nueva perspectiva, adoptando una visión evolutiva.

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El cáncer plantea multitud de cuestiones a los biólogos, gran parte de ellas todavía sin terminar de resolver. 

¿Cómo se explican los orígenes de esta enfermedad? ¿Por qué es tan difícil de curar? ¿Por qué persiste la vulnerabilidad al cáncer en la mayoría de los organismos pluricelulares?

Los enfoques basados en la explicación de los mecanismos de esta enfermedad y las investigaciones clínicas no son suficientes frente a estos interrogantes. Debemos observar el cáncer desde una nueva perspectiva, adoptando una visión evolutiva. En otras palabras, debemos mirar el cáncer a través de los ojos de Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución.

Desde hace unos años, el esfuerzo conjunto de biólogos evolutivos y oncólogos está fomentando reflexiones que se traducen en avances transversales beneficiosos para ambas disciplinas, a la vez que cambian nuestra comprensión de la enfermedad.

Cómo la evolución de los organismos pluricelulares prepara el terreno para el cáncer.

El cáncer afecta al conjunto del reino animal pluricelular. La razón es que se trata de una enfermedad ancestral relacionada con la aparición de los metazoos (animales compuestos de varias células, en oposición a los protozoos que están constituidos por una sola célula), hace más de quinientos millones de años.

La aparición de tales organismos complejos requirió el desarrollo de altos niveles de cooperación entre la multitud de células que los componen. En efecto, esa cooperación se sostiene por comportamientos complementarios y altruistas, en particular por la apoptosis o suicidio celular (por el cual una célula activa su autodestrucción al recibir una cierta señal) y por la renuncia a la reproducción directa por parte de toda célula que no sea una célula sexual. 

Es decir, la evolución hacia entes pluricelulares estables se produjo por la selección de adaptaciones que, por un lado, facilitaban el funcionamiento colectivo y, por otro lado, reprimían los reflejos unicelulares ancestrales.

El cáncer representa una ruptura de esa cooperación pluricelular, seguida de la adquisición de adaptaciones que permiten que esas células «renegadas» se perfeccionen en su propio modo de vida. 

Dicho de otra forma, las células malignas comienzan a «hacer trampas». 

Pueden hacerlo pues han sufrido mutaciones genéticas (modificaciones de la secuencia de genes) o epigenéticas (modificaciones que cambian la expresión de los genes y que, además de transmisibles, son reversibles, al contrario de las mutaciones genéticas), o incluso las dos, lo que les confiere un valor selectivo más alto en comparación con las células de comportamiento cooperativo. Puede consistir, por ejemplo, en ventajas de crecimiento, de multiplicación, etc. De la misma forma, es imperativo que las células portadoras de esas modificaciones se sitúen en un microentorno favorable a su proliferación.

Si estas «rebeliones celulares» no son reprimidas de manera correcta por los sistemas de defensas del organismo (como el sistema inmunitario), la abundancia de células cancerosas puede aumentar localmente. 

Consecuencias: los recursos se agotan y estas células pueden iniciar entonces comportamientos individuales o colectivos de dispersión y de colonización hacia nuevos órganos, las tristemente conocidas metástasis responsables de la mayoría de los decesos debidos al cáncer.

Células del sistema inmunitario (linfocitos T citotóxicos) rodean una célula cancerosa. — Alex Ritter, Jennifer Lippincott Schwartz y Gillian Griffiths / US NATIONAL INSTITUTES OF HEALTH

De ese modo, en unos meses o años, una sola célula cancerosa puede generar un «ecosistema» complejo y estructurado, el tumor sólido (comparable a un órgano funcional), así como metástasis más o menos diseminadas por el organismo.

Un aspecto intrigante de esta enfermedad reside en el número significativo de semejanzas entre los atributos de las células cancerosas provenientes de diferentes órganos, individuos e incluso especies, lo que sugiere que los procesos que tienen lugar en cada caso son similares. 

Sin embargo, cada cáncer evoluciona como una nueva entidad, ya que, aparte de los cánceres transmisibles antes mencionados, los tumores desaparecen siempre junto a sus huéspedes, sin transmitir sus innovaciones genéticas ni fenotípicas.

Entonces, ¿cómo se explican esas semejanzas?

Persistencia del cáncer a lo largo del tiempo evolutivo.

Desde un punto de vista evolutivo, hay dos hipótesis que pueden explicar la aparición del cáncer y la similitud de sus atributos.

La teoría del atavismo explica el cáncer como un retorno a capacidades anteriores de las células, entre las que se encuentra la liberación de un programa de supervivencia excelentemente conservado, siempre presente en toda célula eucariota y, por tanto, en todo organismo pluricelular. 

Se cree que la selección de este programa ancestral tuvo lugar durante el período precámbrico, que comenzó hace 4550 millones de años y terminó hace 540 millones de años. Durante este período, que vio surgir la vida sobre nuestro planeta, las condiciones medioambientales eran muy distintas de las actuales y, a menudo, desfavorables. Las fuerzas selectivas que actuaban sobre los organismos unicelulares favorecieron las adaptaciones para la proliferación celular.

Algunas de esas adaptaciones, seleccionadas a lo largo de la vida unicelular, quedaron presentes para siempre, más o menos escondidas en nuestros genomas. 

Cuando su expresión escapa de los mecanismos de control, comienza una lucha entre los rasgos ancestrales unicelulares y los rasgos pluricelulares actuales y es entonces cuando puede aparecer un cáncer. Es más, esta hipótesis podría explicar también por qué las células cancerosas se adaptan tan bien a los entornos ácidos y pobres en oxígeno (anóxicos), pues estas condiciones eran habituales en el Precámbrico.

La segunda hipótesis implica un proceso de selección somático –las células somáticas agrupan la totalidad de las células de un organismo a excepción de las células sexuales– que conduce a una evolución convergente, es decir, a la aparición de rasgos análogos. 

Esta hipótesis sugiere que la aparición de los rasgos celulares que caracterizan las células «tramposas» se somete a una fuerte selección cada vez que aparece un nuevo tumor, con independencia de cuáles sean las causas inmediatas de dichos rasgos. Estos procesos de selección somática, al tener lugar en entornos regidos en gran medida por los mismos condicionantes ecológicos (como los que reinan en el interior de los organismos pluricelulares), darían lugar a una evolución convergente.

Eso podría explicar las similitudes que observamos a través de la diversidad del cáncer. No olvidemos que solo vemos los cánceres que consiguen desarrollarse, pero no sabemos cuántos «candidatos» fracasan al no conseguir adquirir las adaptaciones necesarias en el momento adecuado.

Estas dos hipótesis no son excluyentes: la reaparición de un programa ancestral puede estar seguida de una selección somática que culmine en una evolución convergente.

Cualquiera que sea la razón del origen del cáncer, hay una pregunta que sigue sin respuesta: si esta enfermedad suele causar la muerte del huésped, ¿por qué no ha sido más eficaz la selección natural en conseguir que los organismos pluricelulares sean completamente resistentes al cáncer?

Los animales grandes no tienen más cáncer

Los mecanismos de supresión del cáncer son numerosos y complejos. Cada división celular puede provocar mutaciones somáticas que alteren los mecanismos genéticos que controlan la proliferación celular, la reparación del ADN o la apoptosis, perturbando así el control del proceso de formación del cáncer (carcinogénesis).

Si cada división celular conlleva una probabilidad dada de que se produzca una mutación cancerígena, entonces, el riesgo de desarrollar un cáncer debería ser función del número de divisiones celulares a lo largo de la vida de un organismo. Sin embargo, las especies de gran tamaño y más longevas no tienen más cáncer que aquellas pequeñas que viven menos tiempo.

En las poblaciones naturales animales, la frecuencia del cáncer varía, en general, entre un 0% y un 40 % para todas las especies estudiadas y no existe relación con la masa corporal. En los elefantes y en los ratones se observan niveles de prevalencia del cáncer bastante similares, a pesar de que los elefantes desarrollen muchas más divisiones celulares a lo largo de su vida que los ratones. Este fenómeno se conoce como «la paradoja de Peto».

La explicación de esta paradoja reside en el hecho de que las fuerzas evolutivas han seleccionado mecanismos de defensa más eficaces en los animales grandes que en los pequeños, lo que permite reducir el lastre ligado al cáncer por el aumento de tamaño. 

Por ejemplo, los elefantes tienen veinte copias del gen supresor de tumores TP53, mientras que los humanos solo disponemos de dos.

Encontramos excepciones notables a esta tendencia general, como es el caso de especies de pequeño tamaño con una longevidad fuera de lo normal. Estas especies tampoco desarrollan apenas cáncer. Un buen ejemplo es el de la rata topo desnuda (Heterocephalus glaber), una especie cuyos individuos viven mucho tiempo (especie longeva) y no desarrollan tumores espontáneos, con la excepción de algunos casos de cáncer detectados de forma anecdótica.

Una enfermedad que se manifiesta de forma tardía.

Recordemos también que la eficacia de las defensas contra el cáncer experimenta una disminución una vez que los organismos han llevado a cabo lo esencial de su reproducción, ya que las presiones evolutivas son menores en esta etapa de la vida. 

Esta pérdida de eficacia, junto con la acumulación de mutaciones a lo largo del tiempo, explica que la mayor parte de los cánceres (mama, próstata, pulmón, páncreas…) aparezcan en la segunda mitad de la vida.

Una de las implicaciones evolutivas capitales es que si, desde una perspectiva darwiniana, el cáncer no es una preocupación relevante cuando se manifiesta tras la fase reproductiva, eso significa también que nuestras defensas se habrán optimizado por selección natural no para erradicar de forma sistemática los procesos oncogénicos sino para controlarlos mientras tengamos capacidad reproductora…

Al final, esas defensas low cost, cuyo objetivo es resistir frente a los tumores, se revelan más ventajosas para salvaguardar el éxito reproductor que como estrategias de erradicación sistemática, que serían sin duda mucho más costosas. El sistema inmunitario, por ejemplo, no trabaja a cambio de nada… 

En general, los seres vivos se rigen por soluciones de compromiso, trade-offs en inglés, que hacen que toda inversión en una función necesite de una serie de recursos y energía que ya no estarán disponibles para otras funciones. 

Nuestras defensas contra las enfermedades, el cáncer incluido, no quedan fuera de esta regla de funcionamiento.

Por desgracia, esas defensas low cost contra el cáncer se convierten al final en bombas con retardo… En otras palabras, ¡la lógica darwiniana no nos lleva siempre a resultados que se casen con nuestras expectativas como sociedad en términos de salud!

Aunque la mayor parte de las mutaciones cancerígenas se producen en células somáticas a lo largo de la vida, hay casos raros de cáncer cuya causa se encuentra en mutaciones hereditarias en la línea germinal, la que produce las células sexuales. Esas mutaciones congénitas, a veces, son más frecuentes de lo que se esperaría del equilibrio mutación-selección.

Esta paradoja se puede explicar por diversos procesos evolutivos. Por ejemplo, se ha sugerido que, probablemente, la selección natural no actuará sobre esas mutaciones si, una vez más, sus efectos negativos sobre la salud solo se manifiestan cuando haya terminado el período reproductivo.

Por otro lado, se podría recurrir a la teoría de la pleiotropía antagonista

Esta teoría estipula que ciertos genes tienen efectos contrarios sobre la probabilidad de supervivencia / reproducción según la edad considerada: sus efectos serían positivos al comienzo de la vida y negativos en el resto. Si el efecto positivo inicial es notable, es posible que la selección retenga esa variante genética aunque cause una enfermedad mortal más tarde.

Por ejemplo, las mujeres que presentan una mutación de los genes BRCA1 y BRCA2 tienen un riesgo significativamente más alto de desarrollar cánceres de mama o de ovario, pero esas mutaciones parecen estar relacionadas con una mayor fertilidad.

Implicaciones en materia de tratamientos

El cáncer, auténtico lastre de las poblaciones humanas, es ante todo un fenómeno regido por procesos evolutivos, desde su origen en la historia de la vida hasta su desarrollo en tiempo real en una persona enferma. 

La separación tradicional entre oncología y biología evolutiva, por tanto, debe desaparecer, pues limita nuestra comprensión de la complejidad de los procesos que culminan en la manifestación de la enfermedad.

Esta nueva perspectiva del cáncer podría resultar útil para el desarrollo de soluciones terapéuticas innovadoras que limiten los problemas asociados a las estrategias de tratamiento disponibles en la actualidad. 

Estas terapias de altas dosis, que buscan matar el máximo de células malignas, acaban provocando a menudo la proliferación de células resistentes. A la inversa, la terapia adaptativa, profundamente enraizada en la biología evolutiva, podría constituir un enfoque alternativo.

Esta estrategia consiste en disminuir la presión que conllevan las terapias de altas dosis con el fin de eliminar solo una parte de las células cancerosas sensibles. Se trata de mantener un nivel suficiente de competición entre las células cancerosas sensibles y las células cancerosas resistentes, con el fin de evitar The importance of cancer cells for animal evolutionary ecology | Nature Ecology & Evolutiontar o de limitar la proliferación sin restricciones de las resistentes.

Una problemática que no se limita al ser humano

Hasta hace poco, rara vez la oncología había adoptado los conceptos de la biología evolutiva para mejorar la comprensión de los procesos malignos. De igual forma, los ambientalistas y los biólogos evolutivos apenas se han interesado en la existencia de estos fenómenos en sus investigaciones sobre los seres vivos. 

Pero las cosas cambian y la consideración del cáncer –o, más bien, de los procesos oncogénicos en su conjunto– en el seno de la fauna salvaje suscita un entusiasmo creciente en el seno de la comunidad de los ambientalistas y de los biólogos evolutivos.

En efecto, a día de hoy, el cáncer se muestra con claridad como un modelo biológico pertinente para estudiar la evolución de los seres vivos, así como un fenómeno biológico de importancia para comprender diversas facetas de la ecología de las especies animales y sus consecuencias sobre el funcionamiento de los ecosistemas.

Aunque no siempre evolucionen hacia formas invasivas o metastásicas, los procesos tumorales son omnipresentes en los metazoos y hay estudios teóricos que sugieren que, probablemente, en estos últimos tengan influencia en variables fundamentales en ecología, como son los rasgos de historia de la vida, las aptitudes competitivas, la vulnerabilidad a los parásitos y a los depredadores, o incluso la capacidad de dispersarse. 

Esos efectos provienen tanto de consecuencias patológicas de los tumores como de los costes asociados al funcionamiento de los mecanismos de defensa de los huéspedes.

La comprensión de las consecuencias ecológicas y evolutivas de las interacciones huésped-tumor se ha vuelto también un tema de investigación de referencia en ecología y en biología evolutiva en estos últimos años.

Estos cuestionamientos científicos son todavía más pertinentes cuando la práctica totalidad de los ecosistemas del planeta, sobre todo los medios acuáticos, está contaminada hoy en día por sustancias de origen antrópico y, a menudo, mutágenas. Por lo tanto, es primordial mejorar la comprensión de las interacciones huésped-tumor y sus efectos en cascada dentro de las comunidades, para así predecir y anticipar las consecuencias de las actividades humanas en el funcionamiento de los ecosistemas y en el mantenimiento de la biodiversidad.

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation

Imagen de portada: El demonio de Tasmania es víctima de una forma particular de cáncer, transmisible de un individuo a otro. Pixabay.

FUENTE RESPONSABLE: Público. 4 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Salud/Cáncer/Biología/Oncología/Genetíca/Organismos pluricelulares/ Investigación científica.

Qué no decirle a una persona diagnosticada con cáncer y otros consejos de una sobreviviente de dos variantes simultáneas de la enfermedad.

Recibir un diagnóstico de cáncer es difícil. Nadie sabe realmente cómo va a reaccionar ante la noticia y el tratamiento subsiguiente es un camino largo y lleno de incertidumbres. La situación también es complicada para familiares y amigos: ¿qué hacer o qué decir cuando te enteras de que un ser querido tiene esta devastadora enfermedad?

En un libro recientemente publicado, una paciente relata en detalle su propia historia en forma directa, clara y hasta humorística, ofreciendo una serie de consejos con los que espera fomentar un mejor entendimiento entre todos los que entran en contacto con el cáncer.

En enero de 2012, Sarah McDonald, una alta jefa de personal en Silicon Valley, fue diagnosticada con una poco común forma de cáncer llamada carcinoma adenoide quístico -básicamente cáncer de las glándulas salivales-. La enfermedad es tan rara que el médico que la diagnosticó le confesó su ignorancia al respecto.

No se había repuesto del impacto, cuando en marzo del mismo año tuvo un segundo diagnóstico: esta vez de carcinoma ductal invasivo, mejor conocido como cáncer de mama. Se encontraba en la etapa 3, lo que significaba que la enfermedad se había diseminado más allá del tumor.

A los 44 años de edad, Sarah había estado en terapia de fertilidad porque quería tener hijos, pero ahora enfrentaba un largo, doloroso y doble tratamiento de cáncer que implicaba sesiones tanto de radiación como de quimioterapia. Sus perspectivas de supervivencia no eran muy buenas.

Sin embargo, con la misma energía, determinación y organización que usaba en su exigente trabajo, Sarah coordinó a sus médicos, se zambulló en los tratamientos más agresivos -incluyendo los alternativos- y planeó en detalle cómo sacarle lo mejor a lo poco que pensaba que le quedaba de vida.

Diez años más tarde, Sarah McDonald no manifiesta evidencia de la enfermedad, tiene una hija de 6 años y acaba de escribir un libro sobre sus experiencias, The Cancer Channel, que espera pueda servir como una guía no solo para las personas que son diagnosticadas con cáncer, sino para su círculo más cercano.

«Quise describir la montaña rusa que es el cáncer», le contó Sarah a BBC News Mundo. «Describir los muy intensos momentos de desesperación al recibir el diagnóstico».

El libro Cancer Channel de Sarah McDonald

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD. En el libro, Sarah comparte sus experiencias y ofrece una serie de recomendaciones para las personas diagnosticadas con cáncer y su círculo de familiares y amigos.

El cáncer produce un profundo sentido de soledad, dice, y quiere que los pacientes que lean el libro «se sientan menos solos, más reconocidos, que hay otras personas que se sienten así».

También busca darle una perspectiva a las personas que tienen un ser querido con cáncer. Cómo relacionarse con ellos, qué hacer por ellos, qué decir y, más importante, qué no decirle a un paciente con la enfermedad.

Pero además de abordar el terror del diagnóstico y la consecuente incertidumbre, sus observaciones también incluyen «los momentos ridículos, graciosos y hasta indignos por los que se pasa», expresó.

«Es difícil no verle el humor de estar sentada en el sótano de un centro médico, con el pecho desnudo, mientras dos doctores te inyectan en el pezón una sustancia radiactiva», explicó.

«Cuando estás en el momento, se siente horroroso, pero con un poco de tiempo y espacio puedes encontrar el humor. Es increíble, pero es la absoluta verdad».

Sarah McDonald recibiendo tratamiento de radiación

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD

«Una historia loca»

Uno de los consejos que Sarah resalta en su conversación con BBC Mundo, citando su propia experiencia, es no dejar absolutamente todo en manos de los médicos.

La primera vez que sintió un bulto en la base de la boca, fue al dentista porque pensaba que se trataba de una infección. El odontólogo le explicó que podría ser una gama de condiciones, la más grave una forma rara de cáncer que se apresuró a descartar.

Después de consultar con varios especialistas y de someterse a una resonancia magnética y una biopsia, el diagnóstico fue, en efecto, carcinoma adenoide quístico, un cáncer de las glándulas salivares.

Cuando le preguntó al doctor que le explicara más, este le dijo: «Realmente no sé. Lo he estado googleando, pero tú eres un chica lista, tú lo resolverás».

En su caso, ella tuvo que investigar por sí sola, pero por ser una enfermedad tan rara, no había mucha información al respecto, ni siquiera sobre la expectativa de vida. «Fue un momento muy oscuro», dice.

Ahí no terminó todo. Seis meses antes, había sentido un bulto en el seno que, tras una mamografía y un par de biopsias, le dijeron que probablemente solo era un quiste. Pero, ahora, teniendo en cuenta su anterior diagnóstico de cáncer de glándula salivar, pensó que tal vez era un carcinoma metastásico.

Los médicos le aseguraron que así no se comportaba ese cáncer, que si hacía metástasis era más posible que fuera en los pulmones o el cerebro y, además, eso no se veía mucho en alguien tan joven. Sin embargo, le dijeron que podían realizar más pruebas «si eso la hacía sentir mejor».

Así lo hizo y resultó ser cáncer de mama, etapa 3.

«En ambos casos, fui yo quien descubrió los bultos y en ambos casos yo era la que presionó a los doctores para que me hicieran las pruebas que determinaron lo que era», comenta.

Sarah McDonald

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD. Sarah tuvo que presionar a sus médicos para lograr los diagnósticos precisos e investigar a fondo la naturaleza de sus cánceres.

Ambos diagnósticos la dejaron entumecida, sintiéndose sola, entrando en pánico, pensando que no llegaría al final de ese año.

Una vez se repuso del shock y aceptó su suerte, pensó: «Si solo tengo un año de vida, ¿cómo lo quiero vivir?, ¿cómo puedo morir de la manera más digna?»

Se lanzó a leer todo lo que pudo sobre la enfermedad incluyendo los complejos textos en la biblioteca de la Universidad de Stanford, California.

Decidió con sus médicos seguir los métodos más agresivos que ofrecía la medicina occidental, lo que incluyó tratamientos simultáneos de radiación para el cáncer de glándula salivar y quimioterapia para el cáncer del seno.

Puso en práctica sus habilidades administrativas para coordinar los diferentes grupos de médicos que trataban ambos cánceres y que un tratamiento no interfiriera o anulara al otro.

Curiosamente, su oncóloga de cáncer de mama le comentó que no había mejor momento para tener esa enfermedad gracias a la cantidad de dinero que se ha vertido en la investigación y todos los nuevos tratamientos que hay.

Pero con el cáncer de glándula salivar la situación es diferente. No hay muchos datos sobre las tasas de supervivencia. Lo único que se sabe por ahora es que es incurable, señaló Sarah.

Fueron nueve meses de tratamientos con efectos devastadores. Cuando la quimioterapia se administra al mismo tiempo que la radiación, esta última se intensifica. «Como consecuencia, mi boca era un lugar muy tóxico», explica Sarah. «Conté hasta 21 llagas en mi boca, sentía como si estuviera quemada».

Sarah McDonald

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD. Los efectos del tratamiento de radiación se intensifican si tambien se está recibiendo quimioterapia.

Hubo un período de tres semanas en las que no podía pasar bocado y la quimio también la podía dejar exhausta.

«Una historia loca», es como lo resume. «Estaba pasando por tratamientos de fertilidad, recibí dos diagnósticos de cáncer, el cáncer de mi padre regresó, tuvimos tratamientos simultáneos, yo sobreviví, él no. Esa es mis historia».

Aunque en su libro describe en detalle todas estas sensaciones, dolencias y complicaciones, también las salpica con anécdotas graciosas y da recomendaciones prácticas de como sobrellevar momentos complicados o embarazosos.

Unos ejemplos son en torno a la caída del cabello, algo común con los pacientes que reciben quimioterapia.

Sarah comenta sobre las miradas de los otros al ver a una mujer completamente calva, sin cejas ni pestañas. Recomienda cubrirse la cabeza con pañoletas de lana, «las pañoletas de seda se deslizan».

También revela, con cierta gracia, que la quimioterapia te deja la cara reluciente. «Es uno de los mejores defoliantes de piel. [El proceso] también mata las células de la piel y estas van cambiando rápidamente».

Sarah McDonald antes de cortarse el pelo

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD. La caída gradual del cabello es una de las consecuencias de la quimioterapia. Aquí Sarah se prepara para que le rapen la cabeza cuando su alopecia se vuelve muy evidente.

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Algunas recomendaciones de Sarah para los pacientes diagnosticados con cáncer.

  • Nadie está preparado para el cáncer, ni nadie en tu entorno. Prepárate para las diferentes reacciones de parte de ellos. Algunos tendrán palabras o acciones hermosas, otros se alejarán porque estarán aterrorizados con tu diagnóstico, pero eso no es responsabilidad tuya.
  • Infórmate lo más que puedas sobre tu cáncer antes de comunicarles la noticia a familia, amigos y colegas, así podrás contestar mejor todas las preguntas que te van a llover.
  • Dile adiós a las manicuras, pedicuras y jacuzzis. Son posibles fuentes de infección. Los pacientes en quimioterapia tienen el sistema inmune debilitado por lo que le es más difícil combatir un virus o bacteria potencial.
  • Piensa dos veces antes de prepararle la comida a otra persona. Los pacientes en quimioterapia pueden perder el gusto y reportan tener un sabor metálico en la boca. Suelen echarle demasiada sal a sus platos.
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«Calla y escucha»

Sarah también mezcló sus tratamientos médicos con otras terapias alternativas, como yoga y meditación, lo que le ayudó con el estrés mental, a estar más calmada, recuperar energías y fortalecer su voluntad para seguir adelante.

Tomó un licencia de un año de su exigente trabajo para conocer mejor su ciudad, San Francisco, y sus alrededores y aprovechar todo lo que ofrecía, como los museos, las galerías, los conciertos y las caminatas al aire libre por las playas, bosques y montañas.

A pesar de que debía conducir una larga distancia para ir a sus tratamientos, se metió a un gimnasio, hizo pesas y salía a correr. Administró su tiempo cuidadosamente para estar con su esposo y no olvidarse de incluir poder tomar un café con alguna amistad.

El contacto con lo que llama su «círculo cercano» es algo que también aborda en su libro, porque el cáncer es una enfermedad que no solo afecta a quien lo sufre, sino a sus parientes y amigos.

Sarah McDonald caminando por San Francisco con su esposo

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD. Sarah se dedicó a conocer más a su ciudad, San Francisco, y a tomar largas caminatas.

«Una de las cosas que los amigos hacen con la mejor intención es preguntar ‘¿Qué puedo hacer por ti?'», indica Sarah. «Pero para una persona con cáncer eso es como decirle ‘dame una tarea’ y uno piensa ‘¡Dios mío, además de todas mis cosas que tengo que administrar, ahora tengo que administrar a otra persona!’. Eso te puede abrumar».

Sugiere, en cambio, que la persona proponga directamente lo que se ofrece a hacer: «Me gustaría pasar a dejarte un helado» o «Quiero sacar a tu perro a caminar», «¿te queda bien a las 2 pm?»

Toda esa comunicación se hace más fácil gracias a internet. Sarah recomienda usar los sitios online para pacientes donde pueden publicar blogs adelantando cómo van los tratamientos o cómo está su agenda, así los interesados pueden leer y ya estar informados de cómo pueden ayudar.

Es perfectamente normal que alguien tenga curiosidad por el estado de una amistad o pariente con cáncer, pero algunas veces sus preguntas pueden ser desatinadas.

«‘¿Cuánto de te queda de vida?’ definitivamente no es algo que quieras oír a pesar de que es en lo que piensas mucho y es la realidad», dice Sarah.

«Tal vez, lo mejor que puedes hacer es callar y escuchar. Así aprenderás qué temas abordar, inclusive los más sensibles, cuándo abordarlos y qué hacer».

Sarah abrió un sitio internet (thecancerchannelbook.com) donde publica sus listas de qué hacer y qué decir para pacientes y sus allegados.

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Cosas que no le debes decir a alguien con cáncer

  • «Déjame saber qué puedo hacer por ti». Eso es injusto porque la persona con cáncer ya tiene mucho con qué lidiar y ahora tendrá que buscar una tarea que puedas cumplir.
  • «Nunca podría pasar por lo que tú estás pasando». Puede sonar como un cumplido, pero nadie escoge tener cáncer ni se vuelve un héroe al tenerlo, simplemente hace lo mejor que puede para mantenerse con vida y tú también lo harías.
  • «Me encanta tu actitud». En realidad me da ira tener cáncer, pero temo que si expreso cómo me siento los que me rodean no se van a sentir muy bien conmigo. Así que pretendo tener una buena actitud.
  • «Tengo una tía que tuvo cáncer». Todos los cánceres son diferentes y sus tratamientos y protocolos cambian día a día. La experiencia de tu tía va a ser muy diferente a la mía.
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El libro The Cancer Channel surgió del impulso de querer describir su experiencia, con altibajos emocionales y físicos, para que otras personas recién diagnosticadas se pudieran identificar, no sentirse tan solas y lo que pueden esperar.

Los médicos pueden hablar desde el punto de vista científico, el tratamiento, los medicamentos y demás, pero Sarah quería compartir su historia desde el día a día, las cosas prácticas, las curiosidades y ridiculeces «como si le estuviera explicando a mi mejor amiga qué esperar si estuviera pasando por lo mismo que yo pasé».

Cuando estaba en pleno tratamiento y había perdido el pelo y tenía que dibujar sus cejas a lápiz, Sarah cuenta que una mujer se le acercó en una tienda. «Me dijo, ‘hace cinco años salí del tratamiento y solo quería hacerle ver que aquí estoy, con vida, y que hay algo que le espera al otro lado'».

«Fue increíble escuchar a alguien que ha tenido cáncer y que me dejara saber que no tiene necesariamente que ser una sentencia de muerte. Se lo agradecí tanto», dijo Sarah.

Diez años después de su doble diagnóstico, se encuentra en un estado al que refieren como «ninguna evidencia de la enfermedad».

Sarah McDonald con su hija y esposo

FUENTE DE LA IMAGEN – SARAH MCDONALD. Sarah suspendió su tratamiento de fármacos inhibidores de hormonas para poder quedar embarazada y dar a luz a su hija, Rory.

Naturalmente, tiene que estar monitoreando continuamente su estado, particularmente el del cáncer de glándula salivar, y seguir tomando medicamentos.

Sin embargo, unos años después de terminar la radiación y quimioterapia y de empezar con el tratamiento de fármacos inhibidores de hormonas, Sarah contemplaba tener un hijo mediante una madre subrogada. Pero se enteró de que un estudio en Europa hablaba de mujeres que habían interrumpido sus fármacos, logrado quedar embarazadas y, luego de dar a luz, regresar al régimen farmacológico.

¿En el tiempo que te queda, en tu corta pero preciosa vida, qué quieres hacer?'», se preguntó. La respuesta le llegó en la forma de su hija Rory, que ahora tiene 6 años.

«Después de un diagnóstico de cáncer todo se reduce a una sola cosa: vivir. El resto es ruido», afirma.

«Priorizo mi hija, mi esposo, mis amistades por encima de todo. Al final la medida se toma por cómo hemos amado y a quienes hemos amado».

Imagen de portada:SARA MCDONALD. Sarah McDonald fue diagnosticada con dos cánceres simultáneos y se sometió a tratamientos de nueve meses para ambos.

FUENTE RESPONSABLE: William Márquez. BBC News Mundo. 17 de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Ciencia/Salud/Salud de la Mujer/Cáncer.

 

 

 

 

Científicos argentinos investigan la cura del cáncer a través de una vacuna.

Científicos del Conicet junto con investigadores de la Fundación Sales, se encuentran en pleno trabajo sobre diferentes métodos para abordar el tratamiento de la enfermedad.

Tres equipos de científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y Cáncer con Ciencia, de la Fundación Sales, trabajan en torno a la inmunoterapia para la cura del cáncer a través de una vacuna, en nuevas terapias para el cáncer de mama y en el estudio del rol de una proteína, informó el Conicet.

 

Uno de estos avances es la vacuna terapéutica Vaccimel, que «demostró activar una fuerte respuesta inmune contra el melanoma», luego de décadas de investigación, sostuvo el doctor José Mordoh, líder del equipo de científicos.

 

La vacuna obtuvo la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para comenzar la última etapa del ensayo clínico, y se espera que para fin de este año ya esté disponible para tratar el melanoma, el más grave cáncer de piel.

 

«Lo interesante del estudio es que también pudimos determinar que el tratamiento con Vaccimel es compatible con los llamados ‘inhibidores de los puntos de control inmunológico’, un tipo de inmunoterapia que en los últimos años ha probado mejorar enormemente las perspectivas de estos pacientes», señaló Mordoh.

 

Y agregó que «la combinación de ambos tratamientos es segura y potenciaría la respuesta inmune contra este agresivo tumor de la piel».

 

De esta forma, los resultados mostraron que los pacientes tratados con Vaccimel recayeron a los 96 meses, mientras que el 50% de los pacientes tratados con interferón (una sustancia natural que ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer) lo hicieron a los 13 meses, al tiempo que la vacuna inhibió la metástasis del tumor a otros órganos.

 

Más estudios

 

Otro equipo de investigación, dirigido por el doctor Gabriel Rabinovich, gira en torno al estudio de la Galectina-1, una proteína que se encuentra en un gran número de tumores, entre ellos el melanoma, cáncer de pulmón y cáncer de mama, y es la responsable de evadir el ataque a la enfermedad a partir del propio sistema inmunológico.

 

Este trabajo permitirá, en el mediano plazo, profundizar «la incorporación de nuevas herramientas para que el sistema inmune se active en enfermedades en las que su acción está reducida, tales como el cáncer y otras», explicó Rabinovich.

 

A su vez, añadió que también se analiza la producción de anticuerpos «para bloquear las moléculas que inhiben al sistema inmune, para que se active y combata los tumores».

 

Finalmente, el tercer equipo de investigación estudia el comportamiento de la hormona progesterona y su implicancia en algunos tipos de cáncer de mama.

 

La líder de la investigación, la doctora Claudia Lanari, postuló por primera vez en el mundo que la progesterona podía producir cáncer de mama, cuando se creía que sólo la hormona estrógeno lo generaba.

 

Con el estudio clínico en marcha, el equipo se prepara para evaluar el efecto terapéutico de un antiprogestágeno sobre un grupo seleccionado de pacientes con cáncer de mama.

 

Frente a este avance, será posible desarrollar «métodos de diagnóstico que ayuden a elegir a las pacientes que respondan a este tratamiento», concluyó Lanari.

Imagen de portada: Sede del Conicet / Foto: Street View.

FUENTE RESPONSABLE: Télam. 20 de septiembre 2022.

Argentina/Ciencia/Investigación y Desarrollo/CONICET/Cáncer /Vacunas/Inmunoterapia.

 

Cerco a los tumores imposibles de detectar: ya es posible diagnosticar cáncer en la sangre.

REUNIÓN DE ONCÓLOGOS

Algunos tumores, como el de páncreas, suelen diagnosticarse en fases muy avanzadas, pero ahora se abre paso una nueva esperanza: la identificación de ADN tumoral en la sangre.

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En el diagnóstico del cáncer, lo peor es llegar tarde. Los especialistas siempre destacan que los programas de cribado para los tumores de mama o de colon están siendo fundamentales para aumentar la supervivencia: cuanto antes se encuentra el problema, antes se actúa y más eficaces son las cirugías y los tratamientos. 

Sin embargo, detectar otros tipos de cáncer es mucho más complicado. En el caso del páncreas, por ejemplo, la enfermedad casi siempre está demasiado avanzada. Por eso, muchos de los esfuerzos en el campo de la investigación oncológica van dirigidos a la búsqueda de nuevos métodos de detección temprana que resulten eficaces y, a ser posible, poco invasivos.

¿Podría funcionar un simple análisis de sangre? Parece una buena idea, ya que con un método tan sencillo sería fácil multiplicar los test en la población y anticipar los diagnósticos. Sin embargo, resulta difícil de poner en práctica. Necesitamos identificar biomarcadores que se puedan utilizar en las pruebas y hagan saltar las alarmas. Aun así, ¿tendríamos que ir uno por uno descartando todos los tipos de cáncer? 

El Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO Congress) que se celebra en París en estos días puede suponer un hito en la lucha contra la enfermedad. Allí acaban de presentarse resultados sin precedentes que avalan la precisión de los análisis de sangre de detección temprana de múltiples cánceres (MCED, por sus siglas en inglés).

Aunque aún están en desarrollo, estas nuevas pruebas pueden detectar señales de cáncer relacionadas con más de 50 tipos de tumores diferentes e identificar de qué parte del cuerpo proceden. 

La clave está en la identificación de pequeñas secuencias de ADN tumoral circulante (ct DNA) en el fluido sanguíneo que tienen algunos patrones de metilación diferentes del ADN no tumoral. En concreto, el estudio Pathfinder, que se ha dado a conocer en esta importante cita de la oncología internacional, fue capaz de detectar una señal de cáncer en el 1,4% de un grupo de 6.621 personas de 50 o más años a los que no se le había diagnosticado la enfermedad previamente. 

Además, para otro grupo de 6.290 personas que no tenían cáncer, dio un 99,1% de resultados negativos. Asimismo, confirmó el cáncer en el 38% de las personas que tenían un diagnóstico positivo anterior. 

Entre aquellos con un resultado positivo en la prueba, el tiempo para lograr la resolución del diagnóstico (es decir, encontrar el cáncer o decidir que no había evidencia de malignidad que requiriera más investigación) fue una mediana de 79 días. ¿Cómo logra detectarse en la sangre algún tipo de señal cuando se trata de un cáncer sólido? 

Desde el principio, el tumor va dejando algunas de sus células en el torrente sanguíneo. En los últimos años, el avance de la tecnología de secuenciación vive un crecimiento exponencial y está permitiendo encontrar biomarcadores que hasta hace poco eran indetectables. En este caso, se localizan regiones concretas del ADN tumoral en la sangre del paciente. Algunas empresas, como la española Universal DX, se dedican específicamente al desarrollo de test dirigidos a un tipo concreto de cáncer.

Los autores del trabajo presentado en París destacan que estamos ante la primera investigación prospectiva que muestra que una prueba MCED puede detectar cáncer en pacientes con cáncer no diagnosticado, ya que estudios anteriores demostraron su validez solo con pacientes que ya habían sido diagnosticados anteriormente. 

No obstante, hacen falta muchos más estudios adicionales antes de generalizar esta herramienta. El más importante de los que ya están en marcha es el ensayo clínico aleatorizado que incluye a 140.000 personas asintomáticas en Inglaterra para investigar la eficacia clínica de este tipo de test.

Deb Schrag, autora del estudio. (ESMO)»

Los resultados son un primer paso importante para las pruebas de detección temprana del cáncer porque mostraron una buena tasa de detección para las personas que tenían cáncer y una excelente tasa de especificidad para las que no lo tenían», explicó la autora principal del estudio, Deb Schrag, investigadora del Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering (Nueva York, EEUU). En las personas con una prueba positiva, la confirmación del diagnóstico llevó alrededor de dos meses. En los que finalmente se descartó, la demora fue mayor, principalmente porque los médicos optaron por realizar estudios de imágenes y repetirlos meses más tarde.

«Pocos participantes con una prueba de detección de falso positivo requirieron múltiples procedimientos invasivos, como endoscopias y biopsias. Este hallazgo debería ayudar a disipar las preocupaciones de que estas pruebas podrían causar daño al generar procedimientos innecesarios en personas que se encuentran bien», afirmó Schrag. 

La autora del estudio también hizo hincapié en la importancia de la detección estándar continua para tumores, como el cáncer de mama y colorrectal, ya que las pruebas MCED aún se están refinando y validando, especialmente, para cánceres como el de páncreas, intestino delgado y estómago, donde actualmente apenas hay otras opciones de detección.

Laboratorio de investigación contra el cáncer. (EFE)

En ese sentido, esta investigación supone una «esperanza» para encontrar tumores que son indetectables en sus primeras fases. «Las pruebas deben refinarse para que distingan mejor el ADN tumoral del resto del ADN que circula en la sangre», comentó la experta. «También es fundamental tener en cuenta que el propósito de la detección del cáncer no es disminuir la incidencia del cáncer, sino disminuir la mortalidad por cáncer», matizó.

Cómo afectará al sistema sanitario

A pesar de todas las cautelas, los expertos creen que podemos estar a las puertas de una revolución en el diagnóstico de los tumores. «En los próximos cinco años necesitaremos más médicos, cirujanos y enfermeras, junto con más infraestructura de diagnóstico y tratamiento, para atender al creciente número de personas que serán identificados mediante pruebas de detección temprana de múltiples cánceres», afirmó Fabrice André, director de Investigación del Centro Oncológico Gustave Roussy (Villejuif, Francia) y futuro presidente de ESMO para los años 2025-2026.

«Necesitamos ensayos comparativos en todos los tipos de cáncer para averiguar si tener una prueba de detección temprana afecta a la morbilidad y la mortalidad. 

También necesitamos saber cómo las pruebas benefician a los pacientes y cómo discutir los resultados con ellos», señaló André. “Además, tenemos que saber más sobre la pequeña proporción de pruebas falsas positivas”, comentó en referencia a los resultados que indican la presencia de cáncer, pero finalmente no se confirma. 

Los oncólogos reunidos en París creen que si estas pruebas se consolidan, los sistemas sanitarios deben adaptarse a una nueva realidad. Los análisis de sangre para la detección del cáncer pueden convertirse en un test corriente que desemboque en otras pruebas diagnósticas, de manera que el trabajo de los médicos se puede multiplicar. «Tenemos que acordar quién se hará las pruebas y cuándo y dónde se realizarán, y anticipar los cambios, por ejemplo, en el diagnóstico y tratamiento de personas con cáncer de páncreas y otros tipos de cáncer que generalmente son diagnosticados en una etapa mucho más tardía», destacó André.

Imagen de portada:Investigación del cáncer en un laboratorio. (EFE/Federico Anfitti)

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por J. Pichel. 11 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Salud/Ciencia/Cáncer/ADN/Inglaterra.

 

La investigación que puede cambiar por completo nuestro entendimiento sobre el cáncer.

Un equipo de investigadores dice haber descifrado cómo la contaminación del aire conduce al cáncer, en un descubrimiento que transforma por completo nuestra comprensión de cómo surgen los tumores.

El equipo del Instituto Francis Crick de Londres demostró que, más que causar daños, la contaminación del aire despierta células viejas y dañadas.

Uno de los principales expertos del mundo, el profesor Charles Swanton, dijo que este avance marca una «nueva era».

Y que ahora puede ser posible desarrollar medicamentos que detengan la formación de cánceres.

Los hallazgos podrían explicar cómo actúan en el cuerpo cientos de sustancias cancerígenas.

La visión clásica del cáncer comienza con una célula sana. Esta adquiere más y más mutaciones en su código genético, o ADN, hasta que alcanza un punto de inflexión. Luego se convierte en un cáncer y crece sin control.

Pero esta idea es problemática: hay mutaciones cancerosas en tejido aparentemente sano, y muchas sustancias que se sabe que causan cáncer, incluida la contaminación del aire, no parecen dañar el ADN de las personas.

¿Qué es lo que está pasando entonces?

Los investigadores han producido evidencia de una idea diferente. El daño ya está ahí, en el ADN de nuestra célula, generado a medida que crecemos y envejecemos, pero se necesita algo que apriete el gatillo para que realmente se torne canceroso.

Investigadora

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. La investigación puede llevar al desarrollo de medicamentos para prevenir el cáncer.

El descubrimiento se hizo al explorar por qué los no fumadores desarrollan cáncer de pulmón.

La gran mayoría de los cánceres de pulmón son causados ​​por fumar, pero aún así, uno de cada 10 casos en Reino Unido, por ejemplo, se debe a la contaminación del aire.

Los científicos del Instituto Crick se centraron en una forma de contaminación llamada materia particulada 2.5 (conocida como PM2.5), que es mucho más pequeña que el diámetro de un cabello humano.

A través de una serie de detallados experimentos con humanos y animales, demostraron que:

  • Los lugares con niveles más altos de contaminación del aire tenían más cánceres de pulmón no causados ​​por fumar.
  • Respirar PM2.5 provoca la liberación de una alarma química, la interleucina-1-beta, en los pulmones.
  • Esto causa inflamación y activa las células en los pulmones para ayudar a reparar cualquier daño.
  • Pero alrededor de una de cada 600.000 células en los pulmones de una persona de 50 años ya contiene mutaciones potencialmente cancerosas.
  • Estas se adquieren a medida que envejecemos, pero parecen completamente sanas hasta que son activadas por la alarma química y se vuelven cancerosas.

De manera crucial, los investigadores pudieron detener la formación de cánceres en ratones expuestos a la contaminación del aire mediante el uso de un medicamento que bloquea la señal de alarma.

Doble avance

Los resultados son un doble avance, tanto para comprender el impacto de la contaminación del aire como los fundamentos de cómo desarrollamos un cáncer.

La doctora Emilia Lim, una de las investigadoras del equipo de Crick, dijo que las personas que nunca fumaron, pero que desarrollaron cáncer de pulmón, a menudo no tenían idea de por qué.

«Darles algunas pistas sobre cómo podría funcionar esto es muy, muy importante», señaló.

«Es superimportante: el 99% de las personas en el mundo vive en lugares donde la contaminación del aire supera los parámetros de la OMS, por lo que realmente nos afecta a todos».

Repensando el cáncer

Pero los resultados también mostraron que las mutaciones por sí solas no siempre son suficientes para causar cáncer. Se puede necesitar un elemento extra.

Swanton dijo que este fue el hallazgo más emocionante que su laboratorio había encontrado, ya que «realmente reconsidera nuestra comprensión de cómo se inician los tumores». Y explicó que esto llevaría a una «nueva era» de prevención molecular del cáncer.

La idea de tomar una pastilla para bloquear el cáncer si vives en un área muy contaminada no es del todo fantasiosa.

Hombre fumando

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

¿Es solo el daño conocido en el ADN causado por los químicos en el tabaco o el humo también causa inflamación?, se pregunta Swanton.

Los médicos ya probaron el fármaco interleucina-1-beta en enfermedades cardiovasculares y descubrieron, por accidente, que reduce el riesgo de cáncer de pulmón.

«La contaminación es un hermoso ejemplo, pero habrá otros 200 ejemplos de esto en los próximos 10 años», le dijo Swanton a la BBC.

Y añadió que necesitábamos repensar incluso cómo fumar causa cáncer: ¿es solo el daño conocido en el ADN causado por los químicos en el tabaco o el humo también causa inflamación?

Idea de hace tres cuartos de siglo

Curiosamente, la idea de que el ADN mutado no es suficiente y que los cánceres necesitan otro desencadenante para crecer fue propuesta por primera vez por el científico Isaac Berenblum en 1947.

«Desde el punto de vista filosófico es fascinante. Estos increíbles biólogos hicieron este trabajo hace 75 años y en gran medida han sido ignorados», afirmó Lim.

Michelle Mitchell, directora ejecutiva de Cancer Research UK, enfatizó que «fumar sigue siendo la principal causa de cáncer de pulmón».

Pero agregó: «La ciencia, que lleva años de arduo trabajo, está cambiando nuestra forma de pensar sobre cómo se desarrolla el cáncer. Ahora tenemos una comprensión mucho mejor de las fuerzas impulsoras detrás del cáncer de pulmón».

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: James Gallagher, Corresponsal de Salud y Ciencia, BBC News. 12 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Salud/Cáncer/Medio Ambiente/Contaminación

 

Harán en Argentina el primer estudio que une consumo de hongos alucinógenos y meditación para tratar a pacientes oncológicos avanzados.

  • Será un trabajo entre profesionales del Hospital Borda y el Conicet. La investigación tiene como objetivo cambiar el paradigma que se tiene de la vida y de la muerte y sumar el protocolo como un posible cuidado paliativo.
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Las estadísticas del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC), indican que sólo en 2020 en Argentina se notificaron 70 mil muertes por esta enfermedad. En ese momento, aún no regía en el país la Ley Nacional de Cuidados Paliativos que se promulgó hace menos de un mes. Dicha legislación busca dar una buena calidad de vida a pacientes con diagnósticos irreversibles otorgando atención física y espiritual. 

Meditación

En esta línea, desde hace algunos años comenzaron a surgir ensayos que se concentran en desarrollar técnicas y prácticas más vinculadas con el acompañamiento a quienes atraviesan una situación de ese tipo.

Ricardo Corral, jefe de investigación y docencia del Hospital Borda; Enzo Tagliazucchi, científico del Conicet; y Ain Stolkiner, médico que cursa la especialización de Psiquiatría en el Hospital de Clínicas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, encabezan el equipo que por primera vez realizará un estudio con Psilocibina -el ingrediente activo de los hongos alucinógenos- y meditación en pacientes oncológicos en estadios avanzados, con cuadros de depresión producto de la enfermedad. “Vamos a observar su estado emocional a través de lo que llamamos escalas, que son cuestionarios en los que se trata de objetivar, por ejemplo, la severidad de su depresión. Pero en última instancia, lo que tratamos es el buen morir”, resume Corral, quien sostiene que la meditación bien podría ser una política de Estado que comience en los jardines, porque tiene evidencia científica.

Hito científico

El Comité de Ética del Hospital Borda aprobó el ensayo que retomará un estudio de la Universidad de Johns Hopkins que demostró la mejoría en el estado de ánimo de un 80 % de los 50 pacientes oncológicos con depresión que participaron de la prueba. En el estudio se utilizó solo psilocibina, mientras que en Argentina, los investigadores irán un paso más allá y sumarán la meditación.

“Somos innovadores, al menos en lo que yo sé, no hay estudios en los que estén combinadas las sesiones previas de meditación con psilocibina en este tipo de pacientes”, resaltó Corral desde su consultorio en la institución emblema de la salud mental nacional.  

Tenían previsto empezar en el segundo semestre de 2022, pero, como era lógico y esperable, se demoró un poco la aprobación. Al ser algo nuevo, el comité se tomó el tiempo para investigar. Con respecto a la selección de los pacientes, explicó que no se abrió la convocatoria porque aún falta definir la llegada de la sustancia, entonces no quieren adelantarse generando expectativas. Pero sí especificó que no habrá condiciones de inclusión, por lo que se tendrá en cuenta a pacientes oncológicos, en estadio avanzado, que tengan además un trastorno depresivo ligado a la enfermedad. Aunque sí habrá criterios de exclusión que pueden estar vinculados con la medicación que están tomando, o el estado clínico, o antecedentes de trastornos psiquiátricos.

Sobre el escenario actual, Stolkiner explicó: “En Argentina hay una incidencia de 130 mil casos de cáncer al año y 60 mil o más muertes en igual período. Por otras estadísticas se estima que entre el 30 y el 40 % de las internaciones por cáncer sufren de algún trastorno del ánimo como ansiedad y depresión. Esos datos nos dan un número bastante grande de posibles pacientes que necesiten este tratamiento”.

En principio, la idea es que sea una selección pequeña, entre 40 y 50, que se someterá a un doble ciego: en ambos grupos se implementará la meditación, pero uno será medicado con psilocibina y al otro se le dará placebo. Asimismo, el médico de la UBA puntualizó en que a este tipo de pacientes en general se los trata con antidepresivos convencionales y no queda muy claro que sean tratamientos efectivos. 

Procedimiento no invasivo

El entrenamiento será super intensivo durante tres jornadas y todo el día, lo que se conoce comúnmente como retiro espiritual. Al respecto, el jefe de investigación y docencia del Hospital Borda hizo hincapié en que todas las técnicas de meditación están basadas en lo mismo, después hay variaciones más relacionadas con los enfoques de cada tradición.

“La base de todo es el aquietamiento mediante la respiración y después hay distintas líneas, como la meditación a través del mantra o la visualización. Nosotros lo que vamos a hacer es algo guiado porque es la manera más sencilla para alguien que no está entrenado”, detalló Corral.  

La intensidad del procedimiento tiene que ver con que se va a tratar con una población muy vulnerable porque son pacientes oncológicos, en estadios avanzados, entonces el objetivo es que puedan incorporar la técnica y los beneficios en el corto plazo.

“En muchos trastornos psiquiátricos, y particularmente los depresivos, pueden impactar factores protectores y terapéuticos que no son farmacológicos. Uno de ellos es el ejercicio físico y el otro la meditación”, argumentó Corral. 

Sobre este punto, Stolkiner relató que ya se hicieron estudios con combinación de meditación y psilocibina, pero no en pacientes oncológicos. Sobre los resultados, indicó que en 2019 se encontró que se multiplican los efectos positivos al unir los retiros de meditación y el tratamiento con psilocibina. En pruebas de 2018, por ejemplo, en personas sanas con una alta carga horaria de meditación y psilocibina, se demostró que tenían más efectos positivos en cuanto a calidad de vida que en quienes solo se utilizaba la sustancia y tenían baja carga de meditación o al revés.

Una de las cuestiones que aclara Corral es que la meditación es una palabra muy amplia que implica muchas cuestiones diferentes, porque más allá de la idea coloquial que tiene la población, abarca técnicas variadas. En síntesis, indicó, lo que se busca es producir una relajación y, a través de la respiración pausada, aquietar la mente incorporando técnicas que provienen del hinduismo y del budismo. Stolkiner agregó que la meditación no tiene contraindicaciones: “Si bien aún no queda del todo claro cuál es el esquema más favorable, no tenemos mucho temor con respecto a que se pueda sacar lo que nosotros publiquemos y que después se aplique mal. La meditación trae muchos beneficios, el principal problema que tiene es que es difícil mantenerlo a largo plazo, como hacer ejercicio o tener una buena dieta”. 

Meditar Joshua Woroniecki

A lo cual, Corral sumó: “Hoy en día se puso de moda por el mindfulness, pero ahí lo que se hizo fue occidentalizar una técnica oriental. De alineamiento, le decimos nosotros. Que es concentración de la mente para relajar las tensiones y preocupaciones”.

Al respecto, explicó que este tipo de actividades permiten entrenar la mente y genera factores protectores de todas las enfermedades, en particular la ansiedad y la depresión, y mejora la respuesta a los estresores.

A su vez, añadió: “La idea es no tener ningún prejuicio ni cancelar por este motivo nada que pueda ayudar a las personas a estar mejor. Nosotros venimos trabajando hace tiempo, no con la medicación porque está prohibida, de hecho tenemos que hacer un trámite especial para poder utilizarla, pero hay mucha información de que estas investigaciones con la molécula generaron este beneficio”. 

Aun así, en este punto hay que aclarar que Argentina es de los pocos países en el mundo que está trabajando con este tema, junto con Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos. “Argentina está en la punta de esto”, subrayó Corral. 

Un impasse de 50 años 

La psilocibina es una sustancia que se encuentra en los llamados hongos alucinógenos. En la década del 60 y del 70 fue la sustancia de culto entre los hippies y los movimientos antiguerra de Vietnam. Albert Hofmann fue el primero que pudo sintetizar la psilocibina, alcaloide psicodélico procedente de las triptaminas y el que empezó a experimentar. “Fue un momento especial. Lo que terminó sucediendo fue toda una situación de distorsión social, más que nada en Estados Unidos. Era un mundo, a nivel político, bastante convulsionado. Hoffmann después se lamentó porque la sustancia pasó del área de investigación científica a las calles”, explicó Corral.

En aquel momento la psilocibina fue prohibida y con ese hecho se frenaron todos los estudios. A lo que Corral aclara: “La sociedad lo manejó mal y el Estado no pudo controlarlo en ese momento”. 

Actualmente, para que pueda ser utilizado el producto tiene que contar con una serie de autorizaciones, como la que tiene que otorgar la Anmat en Argentina. “Nos dijeron que no nos pondrían ningún impedimento, pero para importar la psilocibina necesitamos que nos hagan un nuevo permiso. Estamos en eso”, especificó Stolkiner. 

El equipo de investigadores está en diálogo con laboratorios de Europa y de Estados Unidos para gestionar la llegada de la psilocibina. “Tenemos muy poco presupuesto. Es un estudio voluntarista. Estamos a la espera de que desde los laboratorios tengan algún tipo de reconocimiento para facilitárnosla al menor costo posible”, comentó Corral. 

Para cerrar, resaltó que la psilocibina tiene un efecto farmacológico sobre el sistema nervioso que según el criterio del equipo tiene que estar muy de la mano con la perspectiva interior del paciente con respecto a la existencia. Básicamente, es cuestión de apuntar no tanto a la psicodelia, porque el tema engancha por lo recreativo o experiencial, sino que en realidad el objetivo de ellos es ayudar a este grupo a tener una mejor calidad de vida en lo que les queda y a un mejor morir. En resumen, no tiene que ver con una experiencia psicodélica, sino con una mirada existencial. “Se busca -explica Corral- tener una visión distinta de la vida y de la muerte. Todos vamos a morir, el tema es de qué manera y que sea la más humana posible”.

Imagen de portada: Meditar Jeremy Bishop

FUENTE RESPONSABLE: elDiarioAr Por Luz Pérez. 20 de agosto 2022

Sociedad y Cultura/Argentina/Cáncer/Hongos/Meditación/Cuidados paliativos.

 

 

La historia de amor detrás del Papanicolaou, el test que ha salvado millones de vidas de mujeres.

«La mayor contribución del siglo a la salud de la mujer estadounidense, a las mujeres de todo el mundo, y de hecho representa el descubrimiento más significativo, prácticamente útil, del gran campo del cáncer de nuestro tiempo».

Esas palabras fueron pronunciadas en un discurso durante una reunión especial de la Federación General de Clubes de Mujeres en Estados Unidos en 1957.

El honrado era el doctor George Papanicolaou, el científico que desarrolló la prueba que lleva su nombre.

Como alguien que ha recibido tratamiento para prevenir el cáncer de cuello uterino como resultado de su descubrimiento, quise descubrir la historia detrás de él.

Una historia más larga de lo necesario pues tomó tiempo antes de que su hallazgo fuera aceptado.

Y una historia de dos, pues hubo alguien que no sólo evitó que tirara la toalla, sino que fue parte de la investigación.

Originario de la isla griega de Eubea, el doctor Papanicolaou tuvo una carrera temprana muy variada.

Tras estudiar filosofía, literatura, lenguajes y música en la Universidad de Atenas, siguió el consejo de su padre y se convirtió en cirujano.

Adquirió experiencia en el ejército. También se formó en zoología en Alemania y realizó una expedición de investigación oceanográfica con el príncipe Alberto I de Mónaco en 1911.

Luego sirvió en la Primera Guerra de los Balcanes.

A otro mundo

En pos de una vida mejor viajó a EE.UU. en 1913, a la edad de 30 años.

Su sobrina nieta, Olga Stamatiou, le dijo a la BBC que se fue de Grecia sin la bendición de su padre, decidido a seguir su pasión.

«Quería ser científico.

«Tuvieron un desacuerdo con eso durante toda su vida. Pero trató de decirle a su padre cómo se sentía realmente al respecto. Tenía que hacer lo que tenía que hacer».

Pero no viajó solo.

«Vine a EEUU. como inmigrante con mi amada esposa y US$250», contaba Papanicolaou.

Su amada esposa era Andromachi «Mary» Mavrogeni, quien se convertiría además en su asistente de laboratorio y sujeto de investigación.

George y Mary Papanicolaou poco después de su llegada a EE.UU.

FUENTE DE LA IMAGEN – CORTESÍA DE LA FAMILIA PAPANICOLAOU

George y Mary Papanicolaou poco después de su llegada a EE.UU.

Después de llegar a Nueva York, tuvieron que tomar cualquier trabajo a su alcance, pasando por tiendas y oficinas.

Él trabajó hasta como violinista en un restaurante.

Finalmente, consiguió empleo en el Colegio Médico de la Universidad de Cornell.

«Pude asegurar un puesto en un laboratorio científico y, excepto por unas pocas semanas, apenas he sacado mi nariz fuera del laboratorio desde entonces», señaló el doctor en la década de 1950.

Por fin era lo que siempre quiso ser: un científico.

Trabajaba en citología, el estudio de las células para diagnosticar y prevenir enfermedades, y su investigación invadió toda su vida y la de Mary.

Ciencia y música

Se establecieron en los suburbios seguros a orillas de Long Island en Nueva York.

Allí llegó la familia de su sobrina nieta Olga Stamatiou.

«Vivíamos uno al lado del otro. Mi tía y mi tío y mi familia con mi hermana. Era muy, muy seguro y muy divertido. Nos visitábamos todo el tiempo».

George y Mary Papanicolaou.

FUENTE DE LA IMAGEN – CORTESÍA DE LA FAMILIA PAPANICOLAOU. George y Mary Papanicolaou.

Y Olga recuerda la pasión de su tío abuelo por la música.

«Teníamos que sentarnos muy juiciosas en su salón donde tocaba su música, que era difícil para nosotras pues éramos unas niñas. Mi tía se aseguraba de que todo estuviera bien en la casa y entraba de vez en cuando a comprobar que no estábamos haciendo un escándalo».

Así, Papanicolaou, científico y músico, era apoyado por su esposa en todo lo que hacía.

«Era muy devota con él en su trabajo; organizaba su vida hogareña para asegurarse de que no hubiera distracciones.

«Era una mujer muy interesante, muy vivaz, muy franca y muy, muy dulce al mismo tiempo».

El paso de las décadas

Después de estudiar a los conejillos de indias, en la década de 1920 el doctor comenzó a examinar los cambios celulares en las mujeres.

A menudo estaba absorto en su trabajo, incluso en casa.

«Mi tío tenía un estudio maravilloso que solíamos visitar con mi hermana. Era un lugar muy tranquilo y en su escritorio había un microscopio genial que nos dejaba usar».

El doctor George Papanicolaou en el laboratorio.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. El doctor George Papanicolaou en el laboratorio.

En 1928, su investigación dio frutos después de que tomó una muestra de células del cuello uterino, las frotó en un portaobjetos de vidrio y encontró que eran cancerosas.

Esto llevó a la denominación de la prueba de frotis cervical.

La importancia de su avance no fue reconocida por las autoridades médicas estadounidenses en ese momento.

«El mundo de la ciencia no estaba muy interesado en ver lo que yo veía.

«A la profesión médica, para decirlo sin tapujos, no le impresionó mi artículo, titulado ‘Nuevo diagnóstico de cáncer’. En ese momento, por alguna razón, no pude inspirar la fe de mis colegas en la viabilidad de este procedimiento».

Así que siguió trabajando, detallando más evidencia para apoyar sus hallazgos y mejorando su inglés.

Luego publicó todo su trabajo en la década de 1940. Esta vez, «sin embargo, fui más afortunado porque la profesión médica llegó a ver que la llamada ‘prueba de frotis’ podría ser una ayuda diagnóstica útil».

«Mi querida esposa»

A lo largo de todo, Mary estuvo allí, en casa y en el laboratorio.

«Se hizo pruebas de frotis durante unos 20 años más o menos, todos los días», asegura Olga.

«A mi lado estaba mi querida esposa. Si pude lograr algo útil fue en gran parte gracias a su ayuda y devoción», reconocía Papanicolaou.

«Sí, le debo mucho a su lealtad y esfuerzo».

Mary Papanicolaou

FUENTE DE LA IMAGEN – CORTESÍA DE LA FAMILIA PAPANICOLAOU

Indispensable, según su esposo y su sobrina nieta.

«Fue una relación muy increíble porque eran un equipo. No creo que pudiera haberlo hecho sin ella», señala la sobrina nieta.

«Ella fue su guía. A veces, si se frustraba con su trabajo porque la gente tardaba tanto en reconocerlo, ella lo animaba. Le decía: ‘No pierdas tu convicción. No te desvíes. Esto es lo que estabas destinado a hacer y esto es lo que vas a hacer’.

«Él era muy tímido y no creía en sí mismo. Su dedicación y su total fe en él lo mantuvieron».

Tomó hasta la década de 1950 para que los ensayos clínicos de la prueba se llevaran a cabo en EE.UU.

Antes de eso, Mary y George necesitaron más mujeres para ayudar a respaldar su teoría.

George y Mary Papanicolaou.

FUENTE DE LA IMAGEN – CORTESÍA DE LA FAMILIA PAPANICOLAOU. George y Mary Papanicolaou.

«Les pagaban a las enfermeras un dólar de su bolsillo para que se hicieran una prueba de Pap».

Así es como la prueba comenzó a ser conocida, como una ‘prueba de Pap’, por el nombre de su creador, el doctor Papanicolaou, o doctor Pap.

Tabú

En 1957, Papanicolaou tuvo que abordar un tema previamente tabú.

«No estaba de moda en algunos círculos, incluso se consideraba descortés, mencionar las palabras ‘frotis vaginal'».

Hizo campaña exitosa con organizaciones como la Sociedad Americana del Cáncer y la Federación General de Clubes de Mujeres para dar a conocer el potencial de las pruebas de Pap.

«Sacaron a la luz el tema prohibido. Dijeron: ‘Hay una enfermedad que es curable si se detecta lo suficientemente temprano'», señaló el doctor.

«Era necesario que las mujeres quisieran hablar de ello, pedirla y presentarse al examen. Un médico no puede realizar su arte solo. Necesita un paciente».

Cinta de la prevención del cancer cercicouterino

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Cada marzo se celebra el Día Mundial de la Prevención del Cáncer Uterino.

Desde entonces, las pruebas de los Papanicolaou se ha ofrecido rutinariamente en muchos países, lo que significa que millones de mujeres, incluida yo misma, no han tenido que enfrentar el cáncer de cuello uterino, sino que han sido tratadas antes de que se desarrolle.

Pero el cáncer de cuello uterino sigue siendo el cuarto cáncer más común en las mujeres en todo el mundo: 9 de cada 10 muertes se producen en países de ingresos bajos y medios, donde las pruebas de detección no son tan generalizadas.

Ahora la prueba también incluye chequeos del virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo, que son la causa de casi todos los casos de cáncer cervicouterino.

La Organización Mundial de la Salud espera que la detección continua junto con las vacunas contra el VPH pueda llevar a la eliminación de ese cáncer en el próximo siglo.

No extraña entonces que Olga Stamatiou esté orgullosa de la contribución de su tío abuelo y su tía abuela a la salud pública.

«¡Es algo tan asombroso! Eran personas hermosas, tan humanitarias, tan apasionadas por ayudar y cuidar a las personas. Me siento bendecida de haberlos conocido».

Imagen de portada:GETTY IMAGES. Un frotis citológico de vagina (tinción de Papanicolaou, x 1000), un ejemplo de un examen que salva vidas.

FUENTE RESPONSABLE: Laura Jones; BBC Serie “Witness History”. 31 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/Ciencia/Salud/Salud de las Mujer/Cáncer

 

 

 

 

 

Cáncer de colon: cómo reconocer sus síntomas a tiempo (y por qué debes revisar tus heces).

«Revisa tus heces».

Ese era el insistente mensaje que transmitía en su campaña de concientización sobre el cáncer colorrectal la presentadora de la BBC Deborah James, quien lo padecía y murió la semana pasada a los 40 años.

Pero, ¿qué es este cáncer también llamado de intestino o de colon y cómo detectarlo a tiempo?

Aquí te ofrecemos una guía práctica.

¿Cómo puedes detectar el cáncer de colon?

Hay tres señales principales a tener en cuenta:

  • Sangre en las heces sin un motivo aparente. Puede ser de color rojo brillante o rojo oscuro.
  • Un cambio en la forma en la que defecas, como ir al baño con más frecuencia o que la materia fecal se vuelva más líquida o dura.
  • Sentir dolor o hinchazón en la parte inferior del abdomen, cuando el vientre se siente lleno e hinchado.

También puede haber otros síntomas como:

  • Pérdida de peso.
  • Sientes que no has vaciado tu intestino correctamente después de defecar.
  • Sientes más cansancio o mareos de lo habitual.

Tener estos síntomas no significa necesariamente que sea cáncer de intestino, pero el consejo es consultar a un médico si los notas durante tres semanas o más y si no te sientes bien.

Sangre en un algodón.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Porque cuanto antes se diagnostique un cáncer, más fácil será de tratar.

A veces, el cáncer colorrectal puede impedir que los desechos pasen por el intestino y esto puede causar una obstrucción, provocando dolor de estómago severo, estreñimiento y enfermedad.

Necesitarás ver a tu médico o acudir a emergencias de inmediato en esas circunstancias.

¿Cómo reviso mis heces?

Fíjate bien lo que sale cuando vas al baño y no te avergüences de hablar de ello.

Deberías estar atento a la sangre en la materia fecal así como al sangrado del fondo.

La sangre de color rojo brillante puede surgir de vasos sanguíneos inflamados (hemorroides) en el ano, pero también podría ser causada por cáncer colorrectal.

La sangre de color rojo oscuro o negro en las heces puede provenir del intestino o estómago y también podría ser preocupante.

También puedes notar un cambio en el hábito intestinal, como materia fecal menos sólida o defecar con más frecuencia de lo normal.

Ilustración del intestino

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El cáncer de intestino puede comenzar en el colon (intestino grueso) o en el recto (vía posterior) y también se conoce como cáncer colorrectal.

La organización Bowel Cancer de Reino Unido recomienda llevar un diario de síntomas antes de visitar al médico para que no te olvides de nada en la cita.

Los médicos están acostumbrados a ver a muchas personas con una variedad de problemas intestinales, así que se les debe  informar de cualquier cambio o sangrado para que puedan averiguar la causa.

¿Qué causa el cáncer de colorrectal?

Nadie está seguro exactamente de qué lo causa, pero hay algunas cosas que pueden hacer que sea más probable que se desarrolle:

  • Cuanto mayor eres, más probable es que el cáncer aparezca y en el intestino no es diferente: la mayoría de los casos son en adultos mayores de 50 años.
  • Tener una dieta con mucha carne roja y carne procesada, como salchichas o tocino.
  • Fumar cigarrillos puede aumentar el riesgo de muchos tipos de cáncer.
  • Beber demasiado alcohol.
  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • Tener antecedentes de pólipos en el intestino que pueden convertirse en tumores.

¿Se transmite de padres a hijos?

En la mayoría de los casos, el cáncer colorrectal no es hereditario, pero debes informar a tu médico si tienes familiares cercanos diagnosticados antes de los 50 años.

Algunas afecciones genéticas, como el síndrome de Lynch, hacen que las personas tengan un riesgo mucho mayor de desarrollar cáncer de colon, pero también se pueden prevenir si los médicos conocen la afección.

¿Cómo reducir el riesgo?

Más de la mitad de los cánceres de intestino podrían prevenirse si las personas siguieran un estilo de vida más saludable, dicen los científicos.

Eso significa hacer más ejercicio, comer más fibra y menos grasa, y beber de seis a ocho vasos de agua al día.

Pero también significa acudir al médico con cualquier síntoma preocupante y someterse a estudios de detección de cáncer tan pronto como se ofrezcan.

Ilustración del intestino

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¿Cómo se diagnostica el cáncer de colon?

Puede ser a través de una colonoscopia, un procedimiento con una cámara dentro de un tubo largo para mirar dentro de todo el intestino, o una sigmoidoscopia flexible, que mira parte de él.

Más del 90% de las personas diagnosticadas con cáncer colorrectal en su etapa más temprana sobrevivirán durante cinco años o más, en comparación con el 44% a las que se les diagnostica en la última etapa.

Las posibilidades de supervivencia se han más que duplicado en los últimos 40 años: más de la mitad de los pacientes ahora sobreviven 10 años o más, en comparación con uno de cada cinco en la década de 1970, según estadísticas de Reino Unido.

¿Qué tratamientos hay disponibles?

El cáncer colorrectal es curable, especialmente si se diagnostica a tiempo.

Los tratamientos son cada vez más personalizados y los avances en las pruebas genéticas hacen que la atención se pueda adaptar a cada individuo.

Este enfoque aún necesita ajustes, pero promete años adicionales de vida para las personas con cáncer.

¿Cuáles son las diferentes etapas del cáncer?

  • Cánceres en etapa 1: son pequeños, pero no se propagaron.
  • Cánceres en etapa 2: son más grandes, pero aún no se propagaron.
  • Cánceres en etapa 3: se diseminaron a algunos de los tejidos circundantes, como los ganglios linfáticos.
  • Cánceres en etapa 4: se propagaron a otro órgano del cuerpo, creando un tumor secundario.

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FUENTE RESPONSABLE: Por Philippa Roxby, Reportera de Salud, BBC. 4 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/Salud/Cáncer

 

 

 

 

 

 

Cuáles son los síntomas del cáncer de esófago y por qué no debemos ignorarlos.

Es la sexta causa más común de muerte por cáncer en todo el mundo y, sin embargo, muchas personas no se dan cuenta que sufren la enfermedad.

Y es que el cáncer de esófago no causa síntomas al inicio del padecimiento.

Esto fue lo que le ocurrió al exfutbolista escocés, Andy Goram, que se desempeñó como portero y jugó en varios clubes de Escocia e Inglaterra, y quien reveló recientemente que padece cáncer de esófago.

La noticia sacudió a sus seguidores cuando Goram, de 58 años, dijo que le habían dado unos seis meses de vida.

En una entrevista el exfutbolista explicó que se sintió enfermo por primera vez hace unas siete semanas cuando tenía problemas para comer y beber.

Pero ignoró la acidez estomacal que sufrió inicialmente después de no poder obtener una cita con su médico de cabecera.

Al igual que Goram, muchos pacientes tratados por cáncer de esófago han hablado de cómo esta enfermedad se presenta al principio sin síntomas, o con síntomas que suelen ser fácilmente ignorados.

«Lo ignoré como todos los demás»

Paul Sinclair, de Fife, Escocia, le dijo a la BBC que comenzó a experimentar lo que «se sentía como un gas en la parte inferior de la caja torácica» en septiembre de 2020. Sinclair tenía además la sensación de que había «comido demasiado de un solo bocado».

«Lo ignoré como todos los demás», cuenta. «Sentí que tenía gases. Estaba comiendo bien, no tenía dolor».

«Era solo una molestia debajo de mi caja torácica. Se prolongó durante aproximadamente una semana y media y luego pensé: ‘voy a ver a alguien sobre esto’.

«Fui al médico y me envió directamente a una endoscopia. Eso confirmó que tenía un tumor en la parte superior del estómago».

GETTY IMAGES. El exfutbolista escocés, Andy Goram, anunció que tenía cáncer de esófago y que solo tenía seis meses de vida.

Sinclair pasó por cuatro sesiones de quimioterapia durante un período de ocho semanas antes de un descanso de seis semanas.

Luego tuvo una operación de 11 horas, que también incluyó la extirpación del bazo. Posteriormente volvió a someterse a una «quimioterapia muy agresiva».

«Estuve muy enfermo con ambas sesiones de quimioterapia», explica. «La segunda fue peor porque ya estás débil después de la operación».

«A medida que te recuperas, tienes que empezar a aprender a comer de nuevo, a masticar bien los alimentos, a comer porciones pequeñas y muchas comidas a lo largo del día».

Ahora, tres años más tarde, Sinclair puede volver al gimnasio para hacer un entrenamiento ligero, pero las cosas nunca serán «totalmente normales».

«Tienes que mantenerte positivo y estar agradecido por cada día que te despiertas», asegura.

«Lo más importante es que no tuve síntomas particularmente serios, pero es muy necesario no ignorarlos y revisarte».

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¿Cuáles son los síntomas del cáncer de esófago

El esófago es el tubo largo que lleva el alimento desde la garganta hasta el estómago. Los principales síntomas del cáncer son:

  • tener problemas para tragar (disfagia)
  • sentir o tener náuseas
  • acidez estomacal o reflujo
  • síntomas de indigestión, como eructar mucho

Otros síntomas incluyen:

  • una tos que no mejora
  • una voz ronca
  • pérdida de apetito o pérdida de peso sin tratar de perderlo
  • sentirse cansado o sin energía
  • dolor en la garganta o en la mitad del pecho, especialmente al tragar

Fuente: NHS (Servicio Nacional de Salud del Reino Unido)

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El cáncer de esófago es descrito a menudo como «el asesino silencioso» porque se presenta al principio sin síntomas, o con síntomas que suelen ser fácilmente ignorados.

«Nunca te recuperas completamente»

Linda Moffat, que también vive en Escocia, se consideraba a sus 48 años una mujer en buena forma física, que montaba a caballo todos los días.

Pero en diciembre de 2014 comenzó a sentir «que la comida no bajaba, como si se me pegara», recordó. «Aumentaba el dolor y la comida se atoraba».

«Tenía que vomitar para desbloquearla. Pensé que era una úlcera. Creíamos que no iba a ser nada serio».

Después de un tiempo, cuenta que «se armó de valor para hablar con el médico» y le recetaron antiácidos. Pero los síntomas continuaron y la enviaron a una endoscopia.

Eso reveló un «tumor muy avanzado» en el esófago y este fue «el comienzo de un viaje muy largo y difícil», explica.

«Es un cáncer muy agresivo y la cirugía es realmente brutal: ocho horas en el quirófano», dijo. «Tienes quimioterapia antes y después. Debes aprender a comer de nuevo».

«Y tienes muchos problemas de vómitos, diarrea y dolor. Creo que nunca te recuperas por completo».

«Soy muy afortunada. Mi cáncer estaba muy avanzado y solo tenía un 20% de posibilidades de supervivencia», dice.

«Pero han pasado casi siete años y estoy muy feliz de estar viva y muy agradecida con todos los que me ayudaron a estar aquí».

«A menudo se llama a esta enfermedad ‘el asesino silencioso’ porque los síntomas varían mucho», agrega. «Solo rezas para que la gente vaya al médico lo suficientemente pronto».

«Cuanto antes mejor»

Caroline Geraghty, enfermera especialista de la organización Cancer Research UK, afirma que el riesgo de cáncer de esófago aumenta con «las cosas típicas», como fumar, beber alcohol y aumentar de peso, además de mascar tabaco.

«Pero tener un mayor riesgo no significa que definitivamente tendrás cáncer», apunta. «En la mayoría de las personas no se sabe por qué tienen cáncer de esófago».

Geraghty instó a cualquier persona que crea que puede tener síntomas a acudir a su médico de cabecera «para estar seguro».

«Como sabemos, cuanto antes se llega a un cáncer, mayores son las posibilidades que tienes», agregó.

Pero subraya que para la mayoría de los pacientes que sufren síntomas, estos no estarán relacionados con el cáncer.

«Podemos entender por qué algunos médicos de cabecera no envían directamente al paciente a una endoscopia para investigar; algunas personas solo necesitan antiácidos», señala.

«Pero habrá otras personas que tal vez requieran más rápidamente una investigación».

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FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Junio 2022

Sociedad/Ciencia/Medicina/Salud/Cáncer

 

Jérémy Lempin fotografía a Peyo, el caballo que puede detectar el cáncer.

Si deseas profundizar en esta entrada; por favor cliquea donde se encuentre escrito en “negrita”. Muchas gracias.

El fotógrafo, finalista del XXV Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña organizado por Médicos del Mundo, muestra la humanidad de un animal que ayuda a los enfermos en su último tramo de vida.

A veces, los animales son capaces de entendernos mejor que las personas. Es como si pudieran vernos por lo que realmente somos, lo que sufrimos, sentimos y padecemos, sin necesidad de palabras, despojándonos de nuestra fachada exterior. A veces, los animales curan y reconfortan.

Ese es el mensaje que se extrae del trabajo del fotógrafo Jérémy Lempin, finalista del XXV Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña organizado por Médicos del Mundo gracias a su serie Doctor Peyo y Hassen. El galardón reconoce la fotografía humanitaria que evidencie problemas sociales, como injusticias y abusos de derechos.

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© Jérémy Lempin. Francia-Calais, 26/11/2020. Centro de cuidados paliativos en el hospital de Calais. Tras ver a los niños y niñas en pediatría en la primera planta, Hassen y Peyo llegan al centro de cuidados paliativos para adultos del hospital de Calais. «A Peyo le apodan ‘Doctor Peyo’ porque es una parte integral del equipo sanitario», dice Hassen.

Peyo es un caballo que no se deja acariciar por cualquiera, en su naturaleza no está el ser manso. Es un semental que elige a quién quiere abrirse y, cuando lo hace, se convierte en un animal protector.

Su entrenador, Hassen Bouchakour, se dio cuenta de lo especial que era Peyo y comenzó a investigar el por qué de su comportamiento cambiante con personas emocional, física o psicológicamente vulnerables.

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© Jérémy Lempin. France-Calais, 12/01/2020. Centro de cuidados paliativos en el hospital de Calais. Las distintas piernas de Peyo, Hassen y Robert, que tiene un cáncer terminal. 

«Yo, en cierta medida, soy un daño colateral de este caballo, no pedí esto. Me llevó un tiempo aceptarlo. Puso fin a mi exitosa carrera como deportista, y como showman. Fue muy complicado dejar de ser el amo, y verme obligado a admitir que cuando {Peyo} detecta a alguien, ya no tengo el control. Cuando se decide, no puedo retenerlo, es una necesidad, es visceral, está en él, necesita ir y aferrarse a la persona concreta que ha elegido», dice Hassen.

Hassen buscó asesoramiento de expertos veterinarios y especialistas médicos y, tras cuatro años de investigación y pruebas a más de 500 caballos, llegaron a la conclusión de que la actividad cerebral de Peyo es única.

Peyo nació autista y es capaz de detectar instintivamente cánceres y tumores, una revelación ante la que Hassen decidió actuar y adentrarse con su caballo en el mundo de la medicina para ayudar a los demás.

«El caballo asoma la cabeza y se dirige al paciente que quiere visitar. Y comienza a lamer las lesiones cancerosas».

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© Jérémy Lempin. France-Calais, 17/11/2020. Centro de cuidados paliativos en el hospital de Calais. 

Peyo indica a Hassen la habitación en la que quiere entrar. El caballo Peyo, de 15 años, es único en el mundo. Es capaz de detectar cánceres y tumores en los humanos. 

Cuando llega al centro de cuidados paliativos de Calais, Peyo decide a quién va a ver. Pasa por delante de las puertas de las habitaciones y se detiene o levanta la pata cuando siente que puede ayudar y proteger. 

El «Doctor Peyo» se quedó casi dos horas frente a esta puerta, sin ceder un ápice, para proteger a una señora al final de su vida. «Yo le acompaño, pero le dejo hacer lo que quiera, él es el que decide. A Peyo le diagnosticaron autismo, su inteligencia, sus facultades van más allá de lo que uno puede imaginar. Lo que realmente empujó a los científicos a interesarse por él y a abrirnos las puertas del establecimiento sanitario, fue esta capacidad de reducir en gran medida {la dosis de los pacientes} todas las drogas duras y permitir así una partida más tranquila», dice Hassen.

Ahora, ambos trabajan en el departamento de cuidados paliativos del hospital de Calais (Francia), donde le han puesto el mote cariñoso de “El doctor Peyo”. 

Este médico de cuatro patas escoge por su voluntad las habitaciones a las que quiere entrar y los pacientes con los que desea entablar un vínculo especial.

Gracias a Peyo, muchos enfermos abandonan la medicación más dura y su presencia les reconforta, con resultados psicológicos y físicos. Gracias al Doctor Peyo y Hassen, el final de sus vidas es algo mejor.

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© Jérémy Lempin. Francia-Calais, 12/01/2020. 

El aparcamiento del hospital de Calais. Peyo y Hassen acompañan a Roger, de 64 años, a la ambulancia que le llevará de vuelta a casa. «El doctor Peyo y Hassen no son personas, son ángeles», dice el hijo de un paciente. 

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Imagen de portada: Gentileza de © Jérémy Lempin. Francia-Calais, 30/11/2020. Centro de cuidados paliativos del hospital de Calais. Marion, de 24 años, que padece un cáncer metastásico, abraza a su hijo Ethan, de 7 años, en presencia de Peyo, que acepta ser tocado y acariciado solo por ella. «Con Peyo, intentamos recrear la vida al final de la vida, para luchar y crear una energía y acompañar a las familias y a los cuidadores», dice Hassen.

FUENTE RESPONSABLE: Cultura Inquieta. Por Maria Toro. Noviembre 2021.

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