«Nearshoring»: el multimillonario boom industrial que vive México como alternativa al «Made in China».

Cuando Marco Villarreal vio que existía una gran oportunidad para fabricar manufactura avanzada en México, no dudó en acercarse a la empresa Hisun U.S.A. para presentar la idea: trasladar parte de la fabricación de sus vehículos todoterreno al país vecino.

Luego de analizar si era un buen negocio, la compañía decidió cruzar la frontera. Hoy tiene dos plantas recién inauguradas en Saltillo, Coahuila, en el noreste mexicano.

Esta empresa estadounidense está vinculada al gigantesco conglomerado chino Hisun, que tiene operaciones alrededor del mundo.

Dada esa conexión con la multinacional, Hisun U.S.A. terminó trasladando a México la fabricación de algunos de los productos que antes venían de Asia.

«La idea es que desde México se pueda abastecer la mayor parte del mercado americano», dice Marco Villarreal, director general de la firma en México.

HISUN MEXICO

«La fabricación de los todoterreno la hacemos desde cero en México», cuenta, y solo «los componentes se importan desde Asia».

El empresario, que conoce bien el sector después de haber trabajado varios años en empresas globales como General Motors y Caterpillar, cree que la tendencia de relocalización de fábricas desde otros mercados a México seguirá creciendo.

«Las oportunidades están aquí y hay que aprovecharlas», dice Villarreal a BBC Mundo.

¿Qué es el «nearshoring»?

Hisun es una de las grandes firmas que han apostado por el «nearshoring», la expresión en inglés usada para referirse a la estrategia de las empresas para fabricar más cerca del mercado donde venden sus productos.

Si décadas atrás la tendencia fue el «offshoring» (llevarse las fábricas a China para producir más barato), ahora la tendencia es el regreso hacia zonas geográficas más cercanas.

Trabajadora en BMW, México

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES

En este caso, las firmas globales -y especialmente las asiáticas- han estado buscando una mejor puerta de entrada al mayor mercado del mundo: Estados Unidos.

Y la llave de esa puerta la tiene México.

«La gran mayoría de las empresas está agregando nuevas líneas de producción en México para diversificarse desde Asia», dice a BBC Mundo Carlos Capistran, economista de Bank of America.

La manufactura en el norte y centro del país ha aumentado, el empleo en esa zona está muy por encima de los niveles previos a la pandemia y los salarios también están subiendo, en comparación a otras zonas del país, explica el experto.

Incluso, agrega, hay escasez de espacio industrial en algunos centros manufactureros.

El crecimiento de los parques industriales

Así lo confirma la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP).

«Hay más interés de empresas extranjeras que quieren venir a México, especialmente asiáticas», cuenta Claudia Esteves, directora ejecutiva de la organización.

«Queda poco espacio disponible para rentar en los parques industriales».

Parque industrial Hofusan

FUENTE DE LA IMAGEN,HOFUSAN

Según datos de la organización gremial, solo en el último año comenzó la construcción de 47 nuevos parques industriales en el país y las estimaciones apuntan a que el nearshoring generará aproximadamente US$30.000 millones en México en 2022.

«Se está rentando espacio industrial cuando apenas están construyendo. Eso antes nunca pasaba», cuenta Pablo Monsivais, analista del banco Barclays.

La secretaría de Economía informó recientemente que en 2022 la inversión extranjera directa en México aumentó un 12% en comparación con el año anterior.

El dato clave es que de toda esa inversión, el 48% es nueva. «Eso te muestra que el nearshoring es una realidad», agrega Monsivais.

El liderazgo en 2022 lo llevó el sector manufacturero con la fabricación de automóviles y camiones, componentes electrónicos y autopartes.

El impacto en la industria automotriz

Hace unos días el fabricante de autos alemán BMW anunció una inversión de US$870 millones en los próximos tres años, la mayor parte destinada a la construcción de un centro de producción de baterías eléctricas en su planta de San Luis Potosí.

Y es que uno de los sectores que está liderando el nearshoring es el automotriz.

Trabajadora en BMW, México

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«Estamos viendo cómo avanza la relocalización», comenta en diálogo con BBC Mundo Francisco Gonzalez, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, INA.

Solo en el último año, explica, trasladaron sus operaciones de manufactura a México cerca de 70 plantas del sector automotriz.

Mientras algunas de aquellas plantas ya están funcionando, agrega, otras están a punto de entrar en operaciones.

González asegura que hay compañías españolas, suizas, alemanas, estadounidenses y de otras partes del mundo que, en muchos casos, continúan funcionando en la región asiática, pero al mismo tiempo, están relocalizando o ampliando su manufactura en México para vender en el mercado de EE.UU.

«Hay transnacionales del sector automotriz que tenían toda su manufactura en China, Malasia, India y Vietnam y ahora se están estableciendo en territorio mexicano».

Y entre las nuevas tendencias está el avance de la manufactura de autos eléctricos y baterías eléctricas que se está abriendo paso rápidamente en México.

¿Por qué las firmas están relocalizando o ampliando en México?

México se ha vuelto más atractivo para instalar la manufactura proveniente de Asia por la cercanía geográfica con EE.UU., el costo de la mano de obra, la guerra comercial entre Washington y Pekín, y las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), que entró en vigencia en 2020.

Cuando el expresidente de Estados Unidos Donald Trump le impuso aranceles de hasta 25% a las importaciones provenientes de China en 2018, muchas empresas buscaron la manera de reemplazar el «Made in China» por el «Made in Mexico».

Tres buques llenos de contenedores esperan ser descargados en el puerto de Los Ángeles

FUENTE DE LA IMAGEN, REUTERS. Decenas de buques con contenedores han estado esperando para descargar sus mercancías en puertos estadounidenses en octubre de 2021.

¿Por qué voy a pagar 25% en impuestos para entrar al mercado estadounidense si puedo fabricar en México y exportar mis productos desde ese país sin pagar aranceles?, se preguntaron muchas firmas extranjeras que tenían concentrada toda su manufactura en el gigante asiático.

El T-MEC, por su parte, facilitó el flujo de productos entre México, Canadá y Estados Unidos, mientras que con la pandemia de covid-19, las cadenas de suministro se interrumpieron generando un gigantesco aumento del costo del transporte marítimo y el tiempo de espera para recibir los productos desde China.

Mientras, la Casa Blanca declaró en 2021 como una «prioridad de seguridad nacional» garantizar la disponibilidad de productos estratégicos y la resiliencia general de su cadena de suministro, otro punto a favor de México.

Guerra comercial

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Persisten aranceles entre China y Estados Unidos como parte de una guerra comercial.

A todo este panorama se sumó en febrero de 2022 la invasión de Rusia en Ucrania, un conflicto que dejó en evidencia el peligro de depender de proveedores energéticos que pueden utilizar el comercio como arma política.

Alan Russell, cofundador y director ejecutivo de Tecma, una firma que lleva 36 años relocalizando manufactura de grandes empresas en México, dice que sus clientes ya no están dispuestos a depender de las cadenas de suministro provenientes de China para vender en el mercado estadounidense.

«Las empresas no seguirán aceptando la excusa de que el contenedor no ha llegado, que el contenedor está perdido o que hay un puerto en China cerrado».

Por otro lado, las empresas que manufacturan en Estados Unidos tienen escasez de trabajadores, mientras que en México existe una fuerza laboral abundante y de bajo costo en comparación con los salarios que se pagan en el mercado laboral estadounidense, argumenta Russell.

Aunque la relocalización de fábricas lleva varios años, «el aumento récord de la migración de manufactura hacia México comenzó después de la pandemia», apunta el empresario.

Hofusan: el desembarco de las empresas chinas

César Santos ha sido testigo de todos estos cambios desde que en 2015 hizo una alianza comercial con dos grupos empresariales chinos, Holley Group y Futong Group, para construir un gigantesco parque industrial.

Emplazado en un terreno de 850 hectáreas en Monterrey, a 220 kilómetros de Texas, en la frontera con Estados Unidos, el parque fue llamado Hofusan y a partir de 2018 comenzaron a rentar espacios a empresas chinas interesadas en el nearshoring para fabricar sus productos más cerca del mercado estadounidense.

Parque industrial Hofusan

FUENTE DE LA IMAGEN, HOFUSAN. El Parque industrial Hofusan alberga a empresas chinas que se relocalizaron en México.

Actualmente operan 21 compañías y Santos dice que están en negociaciones con empresas estadounidenses e italianas para que trasladen su manufactura.

«Es un boom industrial», afirma en diálogo con BBC Mundo Santos. «Vendimos la primera etapa y ahora estamos en la segunda».

Entre las razones del nearshoring a México, dice el empresario, es que tanto la tierra como la mano de obra tienen un costo accesible para las empresas asiáticas, dado que los salarios han subido en China.

Y desde que Estados Unidos le impuso aranceles a los productos chinos, el interés ha crecido rápidamente.

Billete chino

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En el parque industrial Hofusan se han instalado empresas como la multinacional electrónica Hisense, las de muebles Kuka Home y Sunon Furniture, el fabricante de autopartes Hangzhou XZB o el fabricante de equipos de jardinería Skyish.

Según un estudio de la firma internacional CBRE Research, la demanda por relocalización de fábricas en México entre enero y septiembre del año pasado vino principalmente de China, seguido por Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea del Sur.

Qué efectos ha generado el «nearshoring»

Hasta ahora, el gobierno mexicano no cuenta con una radiografía a nivel nacional sobre la magnitud y los efectos del nearshoring en el país.

No hay datos oficiales sobre el monto de inversiones, ni el número de empresas que se han relocalizado, ni el impacto que ha tenido en el crecimiento económico o la generación de empleo.

Trabajadores en fábrica de Honda

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Lo que está disponible es la información parcial que maneja cada estado y los diferentes gremios empresariales.

BBC Mundo solicitó una entrevista a través de la Secretaría de Economía, pero no recibió respuesta.

Lo que se ha dado a conocer desde hace unos seis meses es que el gobierno tendría una lista de compañías con planes de relocalizar su manufactura en México.

Hace unos días lo volvió a repetir el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard: «Tenemos 400 empresas en lista que vienen a México».

Pero no entregó detalles.

Presidente de EE.UU. Joe Biden, presidente de México, Andres Manuel Lopez Obrador, y primer ministro de Canadá Justin Trudeau

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Joe Biden, Andrés Manuel Lopez Obrador y Justin Trudeau en la Cumbre de Líderes de América del Norte.

A nivel diplomático, los gobiernos de México, Canadá y EEUU. declararon durante la Cumbre de Líderes de América del Norte en enero su intención de coordinar las inversiones en la fabricación de semiconductores, un tema clave en la agenda del presidente Joe Biden.

Obstáculos en México

Tanto para las grandes empresas como para las medianas, uno de los mayores obstáculos para instalar su manufactura en México es la falta de energía que permita asegurar sus operaciones.

Mientras el país no garantice los servicios básicos a las empresas que son intensivas en consumo energético, las inversiones tardarán más tiempo en concretarse.

Parque eólico

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«Un aumento en la capacidad de generación de electricidad y la modernización de la infraestructura de transmisión y distribución son solo los primeros pasos para convertir a México en un receptor factible en este proceso de nearshoring», señala a BBC Mundo Diego López, economista de BBVA Research.

En ciertas zonas ha habido problemas de escasez de agua que afectan a las comunidades que viven alrededor de los polos industriales, otro desafío que puede transformarse en un gran obstáculo para el desarrollo de los negocios.

«México es un destino cada vez más popular para las empresas americanas, pero a muchos clientes les preocupa el tema energético», dice a BBC Mundo Jorge González, jefe de Desarrollo de Negocios y co-director ejecutivo de la empresa The Nearshore Company, en Brownsville, Texas.

El debate ha llegado a los más altos niveles de gobierno.

En julio de 2022, Estados Unidos solicitó consultas con México bajo el capítulo de Solución de Controversias del T-MEC, argumentando que varias políticas energéticas de México violan el acuerdo, favorecen a las empresas públicas mexicanas y afectan negativamente a las firmas estadounidenses.

Otro de los desafíos que enfrentan las empresas es el tema de la seguridad, dado el poder que tienen las organizaciones criminales en determinadas zonas del país.

Y desde un punto de vista comercial, tampoco es fácil para una empresa conseguir todas las piezas requeridas para fabricar el producto final, lo que explica por qué muchas firmas tienen que seguir importando partes y componentes desde Asia.

Trabajadoras mexicanas

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«Los mexicanos no han hecho un buen trabajo para fabricar los componentes que importan desde China, especialmente los componentes electrónicos», argumenta Harry Moser, presidente de la organización Reshoring Initiative que promueve el regreso de la manufactura a Estados Unidos.

Pese a los inconvenientes, muchos inversores y empresarios siguen confiados en que el nearshoring a México no será una tendencia pasajera.

«La migración de manufactura va a continuar. Están construyendo espacios industriales tan rápido como pueden», dice Russell.

De eso está plenamente convencido Marco Villarreal, quien ha tenido una buena experiencia con la relocalización de manufactura de Hisun en México.

«El nearshoring es una ola muy grande que seguirá creciendo».

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Cecilia Barría; BBC News Mundo. 21 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/México/Capitalismo/Empleo/Localización/ Negocios/China/Economía/Nearshoring

Una psiquiatra explica el vínculo entre el capitalismo y el deterioro general de la salud mental.

Marta Carmona dibuja junto a Javier Padilla en ‘Malestamos’ (Capitán Swing, 2022) el malestar que recorre la sociedad más allá de lo patológico.

MadridCafé con lorazepam es un desayuno que se repite y que no puede ser más contradictorio. Un excitante por la cafeína y un ansiolítico encargado de ir desactivando el efecto de la adrenalina y otros elementos de la sobreactivación cuando experimentamos ansiedad o angustia. No tiene mucho sentido tomar una sustancia para activarte mientras tomas otra para desactivarte. Bienvenidos al siglo XXI. Hay un malestar que recorre la sociedad provocada por la precariedad y el deterioro de los servicios públicos que cancela el futuro. No hay expectativas ni esperanza. Es lo que Marta Carmona y Javier Padilla llaman la «cancelación del futuro» en Malestamos (Capitán Swing, 2022).

«Queremos recoger el malestar derivado de las condiciones de vida y que no se arregla con una intervención técnica individual. Nuestro marco es totalmente distinto al del diagnóstico. Aunque puede haber personas en las que pueda coexistir este malestar que nosotros describimos y otro malestar desde un punto de vista clínico. Pero nuestro planteamiento es totalmente desde otro campo», aclara Marta Carmona.

El libro describe que no solo es que seamos personas cansadas, agotadas, que no pueden más, es que además nos sentimos mal por estar cansadas. Algo así como la pescadilla que se muerde la cola. La clave está en cómo rompemos este círculo vicioso. «Estamos claramente en un momento de cambio de ciclo. Este sistema socioeconómico da muestras de que está cercano a agotarse. Las crisis, que hasta ahora eran excepcional, ahora se suceden con más frecuencia y se ven que son estructurales, pero no vislumbramos lo que va a venir después», explica.

«Necesitamos que las redes estén mejor distribuidas y mejor financiadas»

Carmona habla de actualizar el llamado estado del bienestar: «Las propuestas de las luchas sindicales de finales del siglo XIX a día de hoy habría que actualizarlas. Algo parecido pasa con el estado del bienestar. Es un concepto a día de hoy obsoleto, no por sus principios, que son más actuales que nunca, si no porque la forma de actualizarlo se tiene que adaptar al momento actual».

Los autores de ‘Malestamos’ dicen que hablar de la salud mental está tan de moda que se podría decir que es el nuevo hablar del tiempo. 

Y reivindican la necesidad de dedicar dinero a una Atención Primaria que agoniza: «Las redes de salud mental públicas están muy bien diseñadas sobre el papel. Son equipos multidisciplinares formados por psiquiatras, psicólogas, enfermeras de salud mental y trabajadoras sociales que hacen un acompañamiento con énfasis en la intervención psicosocial. El problema es la infrafinanciación crónica, que durante las décadas en las que estos programas han estado en marcha. 

Ha pasado como con el resto del sistema sanitario: que siendo la base más importante la Atención Primaria y la atención hospitalaria un poco complementario, el grueso de la financiación se ha ido a lo hospitalario. Es decir, que estos equipos han estado infra financiados frente a los que acudían con una crisis aguda. Otro de los problemas es que los equipos no están bien balanceados. Y tenemos un déficit de enfermeros de salud mental y trabajadoras sociales. Necesitamos que las redes estén mejor distribuidas y mejor financiadas».

Marta Carmona, autora de ‘Malestamos’. / Cristina Candel

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«Que en la discusión social sobre salud mental se está hablando tanto de terapia individual, pero no de este tipo de intervención habla mucho de cuál es el tipo de sufrimiento que se ha visibilizado. Lo que habitualmente se entiende como trastorno mental grave es algo que no ha recibido todo el foco y toda la atención que sí está recibiendo otro tipo de sufrimiento más adaptativo y más frecuente», explica la autora.

«Hay gente que se desloma a trabajar y no sale de la pobreza»

Malestamos alude a un malestar proveniente de una crisis profunda del estado de bienestar que tiene que ver con la dificultad para visualizar un futuro halagüeño y la dificultad para tomar decisiones respecto al propio proyecto vital. En el pasado, estudiar podía garantizar determinado tipo de empleo o estabilidad y eso ahora eso se ha evaporado.

«El mantra de que si te esfuerzas consigues lo que quieres, se ha demostrado tras las crisis que no es real. Hay gente que se desloma a trabajar y no sale de la pobreza. En cambio, hay gente que si está en el lugar apropiado o ha nacido en la familia adecuada tiene la vida solucionada con independencia de lo que haga. Este malestar del que hablamos tiene que ver con cómo funciona el sistema, con quién es el dueño de nuestro tiempo y con la propia agencia que tenemos sobre nuestro propio proyecto vital», ha dicho.

Carmona explica que vivimos en un tiempo en el que el individualismo es la única forma en la que podemos entender el mundo y la productividad económica es el único horizonte: «Hay una narrativa que consiste en que el éxito profesional es trabajar muchas horas y tener muchísimo dinero. Para construir otras realidades tenemos que identificar que hay espacios en los que esta hegemonía está en disputa. 

En nuestro entorno vemos ejemplos de ayudas de compañeros, familias, que no es el mensaje de individualidad que se manda. La manera de poner los cuidados en el centro pasa por identificar esos lugares donde en realidad nos cuidamos y ver que esto no es una selva. Somos personas que vivimos en redes y nos protegemos unos a otros. Lo que hay que hacer es alimentar esto y cambiar las prioridades».

«La sensación de incertidumbre es un caldo de cultivo perfecto para discursos fascistas»

«La pérdida de esperanza es la idea clave. Este sistema socioeconómico se acerca a su fin, pero aún no vemos lo siguiente y eso hace muy difícil articular la esperanza, un futuro y un deseo. ¿Dónde me veo yo dentro de 30 años? Intuimos que las cosas van a ser muy diferentes. 

La sensación de incertidumbre es un caldo de cultivo perfecto para discursos fascistas que pueden dar una respuesta fácil a ese miedo diciendo que hay una persona, en general más vulnerable que tú, que te está quitando lo tuyo. Es una respuesta facilona y con una satisfacción inmediata de ‘yo no tengo lo que podría estar teniendo’. Y los vulnerables son los grupos a los que se dirige un discurso de odio. Además, se idealiza el pasado y se olvida toda la parte oscura y de sufrimiento del s. XX», relata Marta Carmona.

La autora explica que la posibilidad de construir el futuro pasa por desactivar los discursos de odio y rescatar del pasado los momentos en los que sí se soñaba: «Nuestro futuro no puede ser la pesadilla de nadie, un mundo desigual no es bueno para nadie aunque estemos en el lado afortunado. Tenemos que aspirar a un mundo en el que todos estemos bien».

Carmona cree que el cambio social pasa porque identifiquemos los lugares en los que nos cuidamos, nutrirlos y potenciarlos. 

Y da ideas: «Que en todos los barrios haya espacios techados con zonas de juegos. Que las familias tengan espacios para crear redes. Estos espacios no deberían ser solo de infancia, hay muchas formas de hacerlo». No solo hacen falta ideas, también voluntad política.

Imagen de portada: Cientos de personas en una calle de Madrid (Photo By Ricardo Rubio/Europa Press via Getty Images) / Europa Press News

FUENTE RESPONSABLE: Ser. Por Maika Ávila. 1 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Capitalismo/Empleo/Desempleo/ Desigualdad/Salud/Salud Mental.

Philips anuncia un despido masivo de 6.000 trabajadores: no hay empresa tecnológica que se libre.

Introducción personal y breve:

En todos mis años de actividad laboral; jamás observe una sola empresa que distribuyera un porcentaje de sus ganancias entre su plantilla de emplead@s. Sí; se que hay casos. Pero son los menos.

Cualquier temblor producido por la economía globalizada y aún por la ineficiencia en el manejo de las propias empresas, a ello sumado a un proceso de desindicalización -que aclaremos en la mayoría de los casos responden a los intereses de los CEO´s de estas mismas empresas-desde hace décadas, provoca pérdidas de trabajo y lleva por consecuencia a mayor desempleo, mayor pobreza.

Desigualdad mayor al fin. 

La mansedumbre de la sociedad cumpliendo a rajatabla la “obediencia debida”; la seguirá  enfrentado a eso tan difícil que es “vivir de rodillas”…en un mundo caótico.

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea por favor adonde se encuentre escrito en color “azul”. Muchas gracias. 

Son malos tiempos para las tecnológicas. En las últimas semanas no hemos parado de ver más y más despidos de grandes y no tan grandes —Glovo anunciaba recortes en España hoy mismo—. Microsoft, Amazon, Meta, Salesforce, Twitter o Alphabet han ido anunciando despidos masivos, y ahora otra compañía del sector se suma a esta trágica tendencia.

Philips. En octubre de 2022 la multinacional holandesa contaba con 79.000 empleados en todo el mundo. Ya entonces anunció que despediría a 4.000 empleados (aproximadamente el 5%), pero ahora ha indicado que reducirá esa plantilla en 6.000 puestos adicionales a nivel mundial para 2025. De esos despidos, la mitad se ejecutarán en 2023.

Pérdidas. El motivo no es otro que la cuenta de resultados: la empresa ha perdido más de 1.500 millones de euros en el último año.  Según sus responsables, este «modelo operativo simplificado hará a Philips más ágil y competitiva, permitiendo que la compañía ofrezca innovaciones de mayor impacto para sus clientes, pacientes y consumidores». Además, destacan que gracias a esa reducción de plantilla tendrán «una estructura de costes significativamente reducida».

Todo problemas. En sus resultados financieros del cuarto trimestre de 2022 las ventas ascendieron un 3%, mientras que los ingresos a nivel anual tuvieron ese mismo (y ligero) crecimiento. Los responsables de la empresa achacaban la situación a «los retos operativos y de suministro, la bajada de ventas en China, y la guerra de Ucrania».

Respironics. En verano de 2021 la compañía tuvo que retirar del mercado varios dispositivos de respiración y ventiladores. Los efectos de aquel gran problema —más tarde se descartarían efectos nocivos— se han trasladado a todo un 2022 en el que las pérdidas en esa parte de negocio han sido enormes, y han contribuido a la bajada en el valor de las acciones de Philips, que en 2022 cayó cerca de un 50%.

Lenta recuperación. Con esta medida Philips espera afrontar los próximos meses de forma algo más positiva. La empresa indicó que el comienzo del año sera “lento”, y la cosa mejorará a lo largo de los próximos meses.

Imagen de portada: Philips

FUENTE RESPONSABLE: Xataka. Por Javier Pastor. Fuente de la historieta: Fandogamia. 30 de enero 2023.

Sociedad/Tecnología/Empresas/Negocios/Economía/Despidos/

Desempleo/Capitalismo/Distribución/Pobreza/Pensamiento crítico.

Banksy en La Rural: la salida es por la tienda de merchandising.

Un recorrido por la muestra del ícono mundial de la contracultura en el centro de exposiciones de Palermo. Contradicciones e imperdibles de una exhibición «no autorizada».

Palermo. Las paredes hablan. «Somos la especie en peligro de extinguirlo todo». Cuánta razón. Estoico, el deshilachado afiche del movimiento de liberación animal, Voicot, resiste de cara a la oligarca Rural. 

A unos pasitos, en lo alto del cielo nublado, otro cartel. Señalética firmada por el Gobierno de la Ciudad de la furia larretista. El Gran Hermano PRO advierte: «Espacio monitoreado por cámaras de seguridad». 

Sobre la fachada del centro de exposiciones, otros dos avisos. Blancos, radiantes, prolijos, seductores. Por supuesto, vendedores. Se lee, con acento british: «Banksy: Genius or Vandal?». Subrayado, en criollo: «Exposición no autorizada». ¡Albricias, la contracultura llegó a La Rural! La paradoja de acercarse a la estrella distante del arte callejero antisistema en un paseo ordenado por pulcros salones, audioguía y anteojitos de realidad virtual. Falta calle. Tan obvio en un espacio apropiado por los dueños del campo.

Igual parece que la expo funciona. Los 70 originales de Banksy, propiedad de generosos coleccionistas –todas galerías que venden obras del artista británico en sus webs–, vienen de una larga gira con escalas en Madrid, Nueva York, Milán, Lisboa, Moscú, Las Vegas, Tokio, Bruselas, Hong Kong y mucho más allá. 

Millones de visitantes, suculentas recaudaciones, show business. Sin dudas, el mercado del arte (de ese arte, al menos) goza de buena salud tras la miserable pandemia.

Mientras tanto, el cotizado Banksy patalea en internet contra las exhibiciones no consensuadas. «Trátalos en consecuencia», cierra su queja de bandoneón virtual. El artista acompaña la diatriba con una imagen. Un grafiti en la fachada de una expo. Una sola palabra tatuada: «Fake».

Antes de ingresar al predio, Bernardo, treintañero profesor de Historia llegado desde Montserrat, dice que ni fu ni fa con la polémica: «Si quiero puteríos, veo un programa de chimentos. 

Yo soy hincha de Banksy, porque nos canta la posta de cómo nos caga el sistema, de cómo nos explota el capitalismo, y lo hace arte. Eso sí, hablando de capitalismo, saladito el precio para el sueldo docente». La entrada en Buenos Aires cuesta 3000 pesos. La salida vemos.

Mapa global de las intervenciones de Banksy.

 

Policías «smile» del británico.

Murales vivos en La Rural.

Pibe capucha

Los grafitis son una forma de guerrilla. Una manera de pelearle el territorio y el poder a un enemigo siempre más grande y mejor equipado. Banksy amplió el campo de batalla del arte urbano desde las calles de su Bristol natal a la aldea global.

Corrían los ’90 en el Reino Unido: Tony Blair, «Cool Britannia», Tercera Vía. 

Mucho maquillaje, menos Estado de Bienestar, más límites para las libertades civiles. Un continuado remozado de los ochenta de la Thatcher. También, épocas de raves, trip hop, stencil y resistencia contracultural herederas del punk en las islas piratas. Esta ensalada alimentó al cachorro Banksy.

El puntapié inicial de la expo es un viaje a los tiempos germinales del artista anónimo. Cómo dar la cara. Pintar paredes es un delito. «Si el grafiti cambiara algo, sería ilegal». Fotos y más fotos de época –firmadas por Steve Lazarides, su amigo y primer agente– que muestran a un flaco siempre encapuchado. Sobre la identidad real de Banksy se han tejido mil y una leyendas. Que es el provocador Damein Hirst, el decorador Robert Bank, el músico Robert Del Naja. Frío, frío, frío. «En el fondo, todos somos Banksy», dijo el cantante de Massive Attack.

Cerca del espacio que recrea el estudio–galpón del artista pululan Lucas y Celia, una expareja de jubilados bien empilchados: «Nos conocimos hace 61 años, la vida nos separó, hace poco nos reencontramos y acá estamos festejando, rodeados de arte». 

El caballero dice saber mares sobre muralismo: «No digo que Banksy sea Diego Rivera, pero tiene su sello personal. Es contestatario, antisistema y también amoroso. Me gusta mucho la obra del joven lanzando ramos de flores en vez de una bomba molotov. Los años me enseñaron que hay que amar y protestar más». 

La obra, una serigrafía en papel, puede apreciarse en la exhibición. Se titula «Love is in the air», pero las masas la rebautizaron «El lanzador de flores». Banksy la pintó por primera vez en una pared de la frontera salvaje que asfixia a Palestina, donde también instaló un hotel con vista a los muros. El año pasado fue subastada por la casa de remates Sotheby’s. Casi 13 millones de verdosos dólares. Clink caja.

Humor y crítica antisistema en la muestra. Foto: Edgardo Gómez

Visitantes en la muestra sobre el artista de Bristol. Foto: Edgardo Gómez

«Napalm», un hit de Banksy. Foto: Edgardo Gómez

La llanura de los chistes

Serigrafías, grafitis, stencils, instalaciones, videos. Los originales del británico se esparcen en varias salas hermanadas por ejes temáticos. El capitalismo salvaje, el rey consumo, el drama de la migración, las guerras imperialistas.

 «Creo que son una protesta sutil, elegante, y a la vez muy potente. Banksy muestra lo sometidos e idiotizados que estamos», reflexiona Agustina, estudiante chilena, justo frente al cuadro que muestra a unos pibes haciendo flamear una bolsa de supermercado como bandera. No muy lejos, un stencil grita: «No podemos hacer nada para cambiar el mundo hasta que el capitalismo se derrumbe. Mientras tanto vayamos de compras para consolarnos».

Un océano de imágenes cargadas de filosa crítica, pero también de mucho humor. Lenin en patines con el logo de Nike, la reina Victoria disfrutando un cunnilingus, Steve Jobs como refugiado sirio, angelicales policías antidisturbios con caritas de «smile» o tomando generosas líneas de cocaína.

También los billetes falsos con la cara de Lady Di que el británico arrojó a una multitud en 2004, durante los festejos del carnaval de Notting Hill. Papel moneda respaldado por el «Banksy of England».

Inés es una jubilada que vino de visita con toda la parentela. Esta tarde tiene su bautismo de fuego con el street art: «Todo muy lindo, me gusta el cruce que hace entre el arte y la política. Es parecido a mi artista favorito, Nik, que es un genio». Un chiste sin remate posible. 

A Iñaki lo dejó en llamas «Napalm», el dibujo inspirado en las fotografías de Nick Ut que muestra a la niña Kim Phuc tomada de la mano de Ronald Mc Donald y el ratón Mickey: «Qué mierda es la guerra, ¿no? Yo sí creo que el arte puede ayudar a que no existan más. Pero eso seguro no depende de nosotros». 

Otro stencil de Banksy reza: «Los crímenes más grandes del mundo no son cometidos por gente que rompe las reglas, sino por los que las siguen. Es la gente que cumple órdenes las que lanzan bombas y masacran pueblos».

El color de la muestra en Palermo. Foto: Edgardo Gómez

Grafitis y resistencia.. Foto: Edgardo Gómez

La tienda de merchandising y el fin del capitalismo. Foto: Edgardo Gómez

Globos de ensayo

«Desempleado del mes». Eso dice el pin «irónico» que lucen los trabajadores de la muestra en sus pechos. Pibes y pibas del ejército de reserva del mercado laboral que se hacen unas monedas con mucha intermitencia. 

Una laburante comenta al pasar: «Por ahí veo un cuadro y me siento representada. Eso de que el sistema nos explota, trabajar para nada, para consumir. Era más fácil trabajar en la muestra de Van Gogh, puras flores».

Pegadito al aburrido tour virtual se encuentra la cereza del postre: una sala entera dedicada a la afamada «Niña con globo», la Gioconda de Banksy. Foto obligada para subir a Instagram. Banksy la creó como mural en 2002 bajo el puente de Waterloo. Una copia original en papel fue subastada en 2018 por más de un millón de libras. Lo curiosos fue que la obra resultó semidestruida por una trituradora pocos segundos después de ser adquirida. La serigrafía deshilachada fue vendida nuevamente en 2021 por casi 19 millones de libras. Terminó rebautizada: «El amor está en la papelera».

Sin indirectas, la salida de la muestra es por la tienda de merchandising. «Destroy capitalism», se lee en una remera que cuelga sobre las cabezas de los empleados. 

Hay afiches, calcos, tazas, posters, pines, lápices con el sello Banksy. ¡Lleve, nomás! Pago al contado. Atención al consumidor, a la consumidora: no hay precios cuidados. «

Imagen de portada: Por Edgardo Goméz.

FUENTE RESPONSABLE: Tiempo Argentino. Por Nicolás G. Recoaro. 24 de septiembre 2022.

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Cómo no vamos a odiar Nueva York.

De un salto, Federico García Lorca abandonó el puente del transatlántico Olimpic para poner los dos pies en el puerto de Nueva York

Tras un ajetreado viaje desde Southampton, el poeta elevaba la vista hacia la incipiente masa de rascacielos neoyorquinos. Desconocemos si en ese momento se topó por primera vez con las famosas cuatro columnas de cieno que ilustran uno de sus poemas más ingeniosos, pero sí sabemos que a partir de entonces Lorca se vería engullido por una ciudad que acabó por asquearlo, que le repugnó hasta límites que nunca llegó a imaginar. 

Paradójicamente, ese choque trajo consigo una fecunda creatividad, y tras ella uno de los poemarios más extraordinarios de la literatura universal: Poeta en Nueva York

Se percibe ese desasosiego lorquiano en aquellos versos: la deshumanizada industria americana, la muerte y el miedo asociados al ultraliberalismo del crac, el hambre y la precariedad unidos al lujo y el fasto en la ciudad de los contrastes. 

Al llegar a Cuba, meses más tarde, Lorca sintió que huía de un agujero infecto.

Cabe pensar en lo distinta que es aquella percepción lorquiana de la fascinación ridícula que la ciudad norteamericana genera en la Europa decadente que hoy nos cobija. 

Sólo hay que ver cómo se pasean por allí políticos de todo signo, haciéndonos creer que los problemas en materia de igualdad de género o los bloqueos económicos del país dependen de cuatro reuniones con funcionarios estadounidenses de tercera división. Nada de eso. La única misión que persiguen es mostrarle al españolito cosmopaleto que nuestra Españita tiene repercusión en ese mundo futurista y anhelado, que la Arcadia del siglo XXI les hace un hueco a nuestros alcaldes y ministros: fíjate qué influyentes son esos a los que votamos, que se pasean por una película de Woody Allen

Faltan las calabazas de Annie Hall para dejar anestesiado por completo al votante.

En fin, vivimos en el mundo de la imagen, de la apariencia. Tanto da si nuestro futuro no pinta un carajo allí donde deben importar las cosas, lo necesario es proyectar esa imagen de consideración global en el extranjero sobre el paisano que dentro de unos cuantos meses introducirá el sobrecito en la urna. 

El asesor político de turno tiene muy localizado a ese hombre de Cuenca o de Segovia que le hace más caso a la columna que una vez al año escribe sobre España un redactor semianalfabeto del Washington Post que a lo que realmente ocurre al otro lado de la calle. 

Tiene muy localizado al modernito woke de Malasaña o de Gràcia a los que les bastará una palabra del New Yorker para sanar sus turbias conciencias.

Mi consejo en este punto es que no se dejen engañar por los tambores neoyorquinos, como no se dejó engañar Lorca, y hagan caso a lo que hizo caso el poeta: a la tierra, a la cotidianeidad de nuestro mundo. Los problemas están aquí, en el barrio, en el campo, en el pueblo, a dos metros de su casa. Dejémosles Nueva York a los poetas.

Imagen de portada: Time Square en New York.

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Carlos Mayoral. 7 de julio 2022

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Es el algoritmo, estúpido…

Hoy se escucha hablar todo el tiempo de una palabra que antes era solamente campo de la matemática: el algoritmo. En muchas charlas de café un apasionado interlocutor nos explica que el algoritmo sabe todo de nosotros. Parecen querer decirnos: “es el algoritmo, estúpido”. Ya no podemos decir que no sabemos de qué se trata aunque no entendamos nada.

Y nos hacen una prueba, nos dicen que saquemos el celular y pidamos un auto en alguna aplicación, todos la misma, todos al mismo lugar, y veamos si el precio es el mismo. No es así, el algoritmo pone precios diferentes. El algoritmo se ha sofisticado, no depende solamente de la oferta, de la cantidad de autos disponibles en la zona sino que se ha especializado en la demanda: saben de ese lugar, cuánto dinero tenemos en nuestro bolsillo, cuánta desesperación en llegar. ¿Cómo logran saber cuestiones que quizás nosotros no tenemos tan claras? ¿Cuál es el costo de una sociedad sin intimidad?

El algoritmo está acostumbrado a manejar millones de datos, información diversa que interpreta y analiza pero más allá de sus cualidades de “Big Data”, la ventaja que realmente tiene es que lo queremos mucho, dependemos mucho de él, le confiamos todos nuestros secretos y cada vez más hacemos pasar por ahí nuestra vida. El algoritmo sabe de nosotros. Se graba en una “caja negra” todas nuestras búsquedas, todas las páginas en internet, los lugares donde estamos, y estaremos el fin de semana y en las vacaciones. Y nos hace ofrecimientos, tiene deferencia por nuestro nivel económico, por nuestras preferencias, por nuestros secretos pero se aprovecha de ellos para que no le digamos que no, siempre hay otros mirando en este momento nuestra oferta y nos amenaza con perder las oportunidades.

El algoritmo conoce al que pide el servicio como al que lo ofrece. Lo único que podemos hacer los seres humanos es, como a los padres que todo lo saben, hacerle trampa. Los trabajadores de autos en Washington en la entrada del aeropuerto apagan el celular al mismo tiempo para que se eleven los precios antes que llegue el horario de llegada de los aviones.

El algoritmo está en nuestro querido celular, muchos pensamos que el celular nos pertenece pero no hay nada menos personal. Allí se esconde un tipo de sociedad, que es del conocimiento, de un sistema de poder sostenido en una ¿ideología algorítmica neutral? Cada vez más el celular necesita pegotearse en tu carne, te pide un patrón, la huella del dedo, realiza tu reconocimiento facial y necesita sí o sí que ligues tu cuenta de gmail, a tu ubicación autenticada y a una tarjeta de crédito. Y con esto ya está, perdiste mucho más que la intimidad, saben no solamente lo que compraste sino lo que comprarás durante este mes. Van complejizando variables, identifican lo que buscás y lo diferencian de lo que deseás y en esa diferencia crean la ilusión de que la búsqueda de lo que deseás está en manos de tu emprendimiento, de tu voluntad.

Algunos se asustan y piden volver al tiempo pre algoritmo pero hoy pareciera tan posible extirparlo como vivir sin pulmones. Aunque su derrotero pareciera inalterable, es necesario abrir debates acerca de sus evidentes consecuencias. Una de las preguntas es si las tecnologías del algoritmo y del tiempo “real” podrán ser utilizadas para el bien común.

Una de las primeras limitaciones es conocida: estas tecnologías están controladas por dos grandes “megasuper corporaciones” que dominan las plataformas y determinan los senderos y sobre todo censuran los caminos alternativos. Mientras que el acceso al conocimiento esté limitado a pocas corporaciones, resultará complicado abrir el juego a nuevos participantes. Esas corporaciones tienen ideología y marcan a fuego la perspectiva de la humanidad sostenida en un horizonte totalitario y homogeneizador. Crean un tipo de subjetividad, una sociedad de supuestos emprendedores que nos hace sentir que de cada uno y cada una depende el éxito y el fracaso. Por convergencias y reiteraciones, sectorizando esos diferentes deseos, el algoritmo podría realizar la correlación entre la compra de un determinado champú con las decisiones que tomaremos en las próximas elecciones.

Hasta comienzos del siglo XXI, a las corporaciones les importaba tu cerebro, cómo mantenerlo con vida dándole lo menos posible, les interesaba qué porcentaje de la torta se podían quedar sin crear una revuelta tal que creara un cambio en las reglas de juego, hoy con las redes en tiempo real, las corporaciones se animan a más porque pueden crear la idea de que la política es una idea pasada de moda y que todos los políticos son la misma cosa, ya sea de derecha o de izquierda y que finalmente, lo único que puede salvarte sos vos mismo, en el supremo esfuerzo de hacer lo que mejor puedas.

Una sociedad individualista que te muestra miles de ejemplos de personas que se han vuelto millonarias por el simple manejo del “simplemente hazlo”, ese hashtag de una conocida empresa de zapatillas que te dispara el cerebro a la estratosfera diciéndote que si no conseguís más, será porque no lo has deseado con la tenacidad del que logra lo que se propone. Ya no se trata de la lucha por una sociedad que te facilite un acceso a mayores niveles de igualdad y distribución de la riqueza sino de las limitaciones de la psicología de tu deseo.

Nos convertimos entonces en una sociedad de frustrados que miran con envidiosa penuria a algunos que logran lo que nosotros no. No hay que quedarse, hay que seguir. Los ejemplos sobran, en el medio de la metrópoli, la sociedad norteamericana toma antidepresivos como galletitas en el desayuno antes de salir a su vida laboral. Hoy se trata de mantenerse activo.

El algoritmo quiere conocer tus movimientos en el fondo de tu bolsillo y anticipar tus próximos movimientos. La del bolsillo es una metáfora anacrónica, porque nadie que tiene dinero lo lleva en el bolsillo, miran tus cuentas bancarias, tus movimientos por la ciudad, tus repeticiones de compras en el súper, tus miradas a páginas deseando algo, tus llamadas a otros a través de redes sociales y sobre todo miran el uso de tus aplicaciones. Te acercan el taxi que necesitas para llegar, la comida para la noche, la serie que seguramente estás esperando, la frase que tenés que decir para la ocasión, la aplicación que necesitás para no olvidarte las claves para entrar a las diferentes cuentas.

Pero todo esto tiene un costo. El “pequeño” costo que no dicen ni aún con letritas pequeñas en el fondo del “acepto término y condiciones”. Ese costo es daño colateral, además de la ideología que transmiten en su masividad y las anticipaciones de nuestras próximas jugadas, el daño es la construcción de subjetividades cada vez menos cuestionadoras de lo que la sociedad hace de nosotros.

Imagen de portada: Gentileza de Página12

FUENTE RESPONSABLE: Página 12. Argentina. Por Martín Smud*psicoanalista y escritor. Mayo 2022.

Sociedad/Capitalismo/Tecnología

 

 

 

 

El nuevo pronóstico de Bill Gates acerca del futuro y el metaverso.

Como se sabe, Microsoft trabajando en la creación de un metaverso donde los usuarios podrán asistir a reuniones laborales mediante avatares personalizados, sin necesidad de presencia física. Gates habló al respecto en su blog.

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Bill Gates volvió a dar orientaciones de lo que vendrá, a partir de una nueva publicación de su blog. El cofundador de Microsoft reflexionó sobre el futuro del teletrabajo y sobre cómo podría cambiar su formato con el desarrollo del metaverso. 

«Con la pandemia del coronavirus, la presencia en el lugar de trabajo y el proceso en sí mismo «han revolucionado», al punto de que cada vez son más las empresas que, aunque antes nunca ofrecieron esa flexibilidad a sus empleados, optan ahora por trabajar a distancia», evalúa Rt

«Estos cambios no harán más que intensificarse en los próximos años», consideró Gates, agregando que el teletrabajo irá atrayendo a más y más trabajadores al metaverso. 

«Dentro de los próximos dos o tres años, predigo que la mayoría de las reuniones virtuales pasarán de las cuadrículas de imágenes de cámaras 2D […] al metaverso, un espacio 3D con avatares digitales»  

El multimillonario reconoció, no obstante, que el trabajo a distancia hace que se pierda la interacción espontánea entre colegas.

«En el salón de tu casa no vas a tener exactamente una conversación no planificada con un colega sobre tu última reunión», explicó. A pesar de esto dijo que el metaverso permitirá replicar en casa esa experiencia, utilizando el avatar en 3D para reunirse con las personas en un espacio virtual que reproduciría la sensación de estar con ellas en un mismo lugar.

Como se sabe, la compañía Microsoft, cuya junta directiva abandonó Gates en 2020, ya trabaja «en la creación de un metaverso orientado al terreno laboral, donde los usuarios podrán asistir a reuniones de trabajo por medio de avatares personalizados, sin necesidad de hacerlo físicamente. A principios de noviembre, la compañía anunció un plan para introducir herramientas de realidad virtual y realidad aumentada en su servicio Teams de videoconferencias y trabajo en equipo», cierra la agencia. 

Mark Zuckerberg, por cierto, también trabaja fuerte en el metaverso, para Facebook. 

Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Mdz mundo online. Diciembre 2021

Sociedad y Cultura/Capitalismo/Metaverso/Bill Gates/Mark Zuckerberg/ Microsoft/Pensamiento critíco.

La condición que comparten Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates y Warren Buffett, y que los ayudó a hacerse ricos.

Cuatro de los hombres más ricos del mundo comparten una condición, no menor, que los ayudó a ser ricos y que rompe un poco el mito de los multimillonarios surgidos de la nada.

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Cuatro de los hombres más ricos del mundo comparten una condición, no menor, que los ayudó a ser ricos y que rompe un poco el mito de los multimillonarios surgidos de la nada. Hablamos de Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates y Warren Buffett.

“Mucho se ha escrito sobre los secretos del éxito de los multimillonarios. Trabajan duro, trabajan muchas horas, toman riesgos, se levantan antes del amanecer. 

Sin embargo, por muy bueno que sea ese consejo, hay mucha gente que trabaja duro y durante mucho tiempo pero que apenas sobreviven”, afirmó la publicación de INC antes de dar a conocer el punto en común que resultó una de las claves del éxito de estos empresarios.

Elon Musk

Ninguno de ellos hizo realmente su fortuna sin algo de ayuda de sus familias. Elon Musk, el empresario estadounidense fundador de Tesla y SpaceX, posee el título de la persona más rica del mundo. Pero ya era alguien potencialmente adinerado: su padre era dueño de una rentable mina de esmeraldas y un rico promotor inmobiliario en Sudáfrica.

Jeff Bezos

Su principal competidor por el título de la mayor fortuna, Jeff Bezos, recibió una ayuda de u$s300.000 de parte de sus padres para que pudiera comenzar su negocio y transformarse en el hacedor de Amazon.

Bill Gates

Bill Gates de hecho ya era rico antes de fundar Microsoft. Sus padres tenían una módica fortuna y conexiones con IBM, la compañía a la que destronó su hijo.

Gentileza: El Economista. Por su parte, el padre de Warren Buffett había sido un inversor de gran éxito y cuatro veces congresista.

Es decir, los cuatro ya tenían un patrimonio que los apalancó, o vínculos empresariales y políticos que allanaron el camino al éxito. Por supuesto, hay un gran mérito en tomar esa «herencia» y ponerla en funcionamiento.

“Estos tipos obviamente jugaron bien sus cartas, pero al principio se les repartió una mano muy fuerte y tuvieron suerte cuando jugaron nuevas cartas, probablemente porque la baraja con la que estaban jugando ya estaba apilada a su favor”, remarcó la publicación de INC tras la reseña.

“Mira, el espíritu empresarial es genial, pero no es una solución para la pobreza. El espíritu empresarial es un camino a seguir para aquellos de nosotros lo suficientemente afortunados de tener una formación que puede proporcionar el apoyo para desarrollar las habilidades y el capital necesarios para iniciar un negocio”, planteó. Y cuestionó: “¿Hay algunas personas muy pobres que han tenido éxito e incluso son ricas? Claro, pero esos ejemplos son por definición excepcionales”.

En ese contexto, se concluye con una reflexión al respecto: “Si eres un emprendedor exitoso, siéntete orgulloso de tus logros, pero no conviertas tu éxito en un club con el que golpear a los menos afortunados. No es un buen look; te hace parecer pequeño y mezquino. Y detente con el mito del ‘hecho a ti mismo´. Es una tontería y lo sabes”.

La lista de los 10 hombres más ricos del mundo

  1. Elon Musk: u$s 362.000 millones
  2. Jeff Bezos: u$s 192.000 millones
  3. Bernard Arnault: u$s 167.000 millones
  4. Bill Gates: u$s 137.000 millones
  5. Larry Page: u$s 129.000 millones
  6. Sergey Brin: u$s 125.000 millones
  7. Mark Zuckerberg: u$s 122.000 millones
  8. Steve Ballmer: u$s 119.000 millones
  9. Larry Ellison: u$s 116.000 millones
  10. Warren Buffet: u$s 105.000 millones

Imagen de portada: Gentileza de Ámbito

FUENTE RESPONSABLE: Ámbito – Negocios. Noviembre 2021

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