La nueva genética hará dioses a unos pocos y nos devolverá a todos a la Edad Media.

SUPREMACÍA GENÉTICA

Los expertos pronostican que en dos décadas la mayoría de las parejas fecundarán a sus bebés ‘in vitro’, pudiendo elegir entre 100 embriones el que más se acerque a su hijo ideal.

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Las nuevas tecnologías reproductivas que están en fase experimental ahora mismo prometen acabar de raíz con enfermedades genéticas como el cáncer o el alzhéimer. Pero también abren la puerta a que los padres puedan elegir a la carta cómo será el hijo de sus sueños: superhumano, más inteligente, fuerte y longevo que nosotros. Todas las conversaciones que hemos mantenido en estos últimos meses con expertos para preparar el episodio 4 de Control Z: la aristocracia genética (sobre estas líneas) han acabado inevitablemente con referencias a Gattaca. La película, dirigida por Andrew Niccol, es un clásico de culto de la ciencia ficción que narra un futuro distópico en el que la supremacía genética es la clave para organizar una sociedad dividida en castas perfectamente segregadas. La película se estrenó en 1997, pero los avances científicos de los últimos años han hecho que el mundo que propone esté más cerca de hacerse realidad que nunca.

La nueva genética hará realidad el sueño de Hitler y destruirá la sociedad | Control Z Ep4

Por lo menos así lo creen científicos como Dov Greenbaum, profesor de Biofísica Molecular y Bioquímica de la Universidad de Yale, que publicó el año pasado un artículo en la revista Nature titulado «Gattaca sigue siendo pertinente 25 años después». En la película, hay dos castas que recuerdan a las que describe Aldous Huxley en su libro Un mundo feliz: los válidos, cuyos embriones fueron seleccionados genéticamente para obtener bebés sin defectos y con capacidades físicas e intelectuales en el percentil más alto de la sociedad. Y los inválidos, que son aquellos que nacen por el método natural y que, como todos nosotros, son propensos a enfermedades hereditarias, se quedan calvos a los 40 y llevan gafas para corregir el astigmatismo.

En la película, solamente los válidos pueden soñar en convertirse en astronautas, atletas de élite o acceder a los puestos de poder. Mientras que los inválidos son seres imperfectos que no pueden tener responsabilidades más allá de mantener limpias las oficinas o servir a los válidos.

Greenbaum asegura que, desde que se estrenó la película, la ciencia ha sido capaz de descubrir muchas de las tecnologías que se describen en Gattaca. Ahora, ya se puede secuenciar el genoma de forma rápida, precisa y barata para identificar a una persona. También se han publicado estudios de asociación del genoma completo —que encuentran variaciones genéticas asociadas a una enfermedad concreta— y herramientas de manipulación genética de gran precisión como la biología sintética y CRISPR.

“Definitivamente, nos estamos acercando a Gattaca, pero no estamos ahí todavía”, nos cuenta Greenbaum en una entrevista por videoconferencia. “Sin embargo, creo que la película nos lleva a debates muy interesantes sobre lo que es esencialmente la información genética compleja. 

Podemos abordar algunas cuestiones éticas, cuestiones sociales y legales que puedan surgir. Pero lo que me parece muy interesante y es realmente relevante hoy en día es este tipo de tecnología que nos permite leer un genoma y tal vez hacer una predicción”. Esto no quiere decir, explica Greenbaum, que estemos cerca de poder elegir el embrión que vaya a ser el próximo Messi o el siguiente Nobel de biología. La tecnología, dice, no ha alcanzado todavía esa capacidad de descubrir todas las variantes e interacciones genéticas que hacen falta para conseguirlo.

Un fotograma de la película ‘Gattaca’, con Ethan Hawke y Uma Thurman.

En Gattaca, esa tecnología ya funciona. Los padres de la película han concebido a sus hijos mediante fecundación in vitro y la clínica les ha ofrecido, entre todos los embriones disponibles, una selección de los más fuertes, más altos y más listos. Hay parejas que quieren que su hijo sea un gran pianista y eligen al embrión que tenga una mutación que le hace tener seis dedos y tocar así piezas que son imposibles para un humano común. Hay otros que sueñan con tener un medallista olímpico, así que la clínica les selecciona el embrión con un corazón fuerte y el mayor potencial atlético posible.

El fin del sexo

Ese futuro no está tan lejos. Hank Greely, director del Centro de Derecho y Biociencias en la Universidad de Stanford, predijo en su libro The End of Sex (El fin del sexo) que en solo dos décadas la mayoría de las parejas preferirán la fertilización in vitro a la natural. Esa técnica, explica, será mucho más segura de lo que es ahora, porque no necesitará extraer los ovarios de la madre, una operación que a día de hoy aún conlleva riesgos. Para 2040, dice Greely, ya se habrá perfeccionado la tecnología que permite convertir cualquier célula normal, como la de la piel, en células madre que luego se pueden convertir en células reproductivas como óvulos o espermatozoides. Una vez fecundado el óvulo, dice Greely, se podrán obtener una gran cantidad de embriones —él estima que unos 100 aproximadamente— de entre los cuales elegir no solo el que sea más sano, sino también el sexo, el color de ojos o de pelo.

La fecundación in vitro podría ser la preferida en el futuro. (EFE)

A día de hoy, las parejas que optan por la fecundación in vitro ya pueden elegir embriones que no vayan a desarrollar ciertas enfermedades genéticas. Lo que falta para llegar a Gattaca, y ahí coinciden tanto Greenbaum como Greely, es la tecnología que permita calcular la probabilidad de que un embrión acabe desarrollándose en una persona super inteligente o con una fuerza extraordinaria. 

Esto, en teoría, también se podría conseguir con otra técnica muy controvertida, la herramienta de edición genética CRISPR-cas9, que puede modificar los genes de embriones y gametos. Esta tecnología se conoce como edición genética de la línea germinal y es una de las cuestiones más polémicas entre los investigadores. 

Por un lado, por el gran riesgo que supone aplicarla —aquí tampoco se conocen los efectos que se pueden producir en el cuerpo al modificar, eliminar o cambiar un gen por otro— y, por otro, por las cuestiones éticas derivadas de su uso. Editar el gen de un embrión, un espermatozoide o un óvulo, provocaría que esa mutación artificial pasara también a toda su descendencia. 

El consenso general tanto entre los científicos como entre los mandatarios de los países es que no se puede usar con fines reproductivos. Además, solo se permite la investigación con embriones durante las primeras semanas de su desarrollo y bajo la vigilancia de los organismos reguladores.

Límites a los bebés de diseño

Sin embargo, en 2019, el investigador chino He Jiankui se saltó todas las vigilancias de los reguladores chinos y de sus colegas científicos al anunciar el nacimiento de Lulu y Nana, dos bebés modificados genéticamente, y otro más que estaba en el vientre de una mujer en esos momentos. 

He asegura que ahora las niñas son inmunes al virus del sida, pero ni él ni el Gobierno chino han dado información sobre su estado actual. He se ha pasado tres años en prisión como consecuencia de este experimento y salió a la calle el pasado diciembre con la intención de seguir investigando, aunque, por lo que dice ahora, no en bebés humanos. 

La noticia horrorizó al mundo, pero también fue la demostración de que la técnica funciona, por lo menos por lo que se sabe del experimento. El último libro del profesor Greely se llama CRISPR People y cuenta precisamente la historia de He. En él, Greely también propone implementar mecanismos de vigilancia dentro de la propia comunidad científica para poder dar la voz de alarma en el caso de que algún investigador decida lanzarse a experimentar con embriones humanos sin el control debido.

Modelo 3D de la edición CRISPR.

Para muchos, este tipo de modificaciones abre la puerta a crear bebés de diseño, niños elegidos a la carta según los gustos de sus padres. Esa nueva raza podría acabar siendo tan perfecta como los válidos de Gattaca, aunque aún falta mucho para eso. 

No tenemos el conocimiento del cuerpo humano necesario para hacerlo posible, sobre todo en lo que se refiere a los rasgos de la personalidad, como una mayor agresividad o una mayor inteligencia. Para conseguirlo haría falta superar una de las grandes fronteras de la medicina: entender perfectamente el funcionamiento del cerebro

Cuando hablé con Greely por videoconferencia, le pregunté qué podemos hacer para evitar que este tipo de tecnologías tan peligrosas para el futuro de nuestra sociedad se desarrolle sin control. Primero me tranquilizó, diciéndome que él no piensa que la edición genética en embriones humanos vaya a ser tan eficiente e importante en el futuro. Pero luego me dijo que limitarla es como poner puertas al campo. Nada impide que un país las desarrolle siguiendo sus intereses económicos o políticos y que acabe convertido en un paraíso genético al que peregrinen las parejas deseosas de tener el hijo de sus sueños.

He Jiankui se ha convertido en un auténtico irresponsable para todos los investigadores en CRISPR. (Wikimedia Commons)

Aun así, no es partidario de su prohibición, sino de su regulación. Esto permitiría continuar investigando sobre ellas y, sobre todo, poder tratar enfermedades hereditarias en bebés que vienen por parte de los dos padres, como la fibrosis quística. “Probablemente, nunca lleguemos a controlar del todo su desarrollo, pero será suficiente como para mantenerlo a un nivel muy bajo. Creo que cuanto más popular y útil es algo, cuanta más gente quiere algo, más difícil es de regular”, explica el profesor. 

“No estoy a favor de una prohibición total. No tengo claro cuánto perderíamos si la prohibimos, porque no está claro cómo va a funcionar. Pero estoy a favor de la regulación, aunque sé que la regulación nunca será perfecta, porque nada de lo que hacemos es perfecto”. 

Greely propone que la regulación se asiente en los siguientes tres principios: “Que se permita si es seguro. En segundo lugar, si no es eficaz, no lo permitas. Si no funciona, es menos preocupante que la seguridad, pero sigo pensando que no se debería cobrar a la gente cientos de miles de euros por hacer algo que no funciona. Y tercero, creo que los países tienen derecho a regular basándose en la moralidad. 

Y si Alemania dice, no queremos esto, pero Dinamarca dice, sí, nos encanta esto, me parece bien. Aunque espero que ambos lo apliquen”.

Imagen de portada: Las nuevas técnicas de fecundación prometen curar muchas enfermedades, pero también tienen su lado oscuro. (Cottonbro Studio).

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por Omar Kardoudi. 24 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Controversial/Genética/Tecnología

‘Alma in vitro’: los dilemas de la fecundación artificial en una trepidante novela de ficción especulativa, y suspense político y policial.

El malagueño Daniel Cotta firma una novela de ideas, interesante, entretenida y original. Ciencia ficción, trama policial, maquinaciones políticas y trasfondo religioso para plantear los dilemas de la fecundación artificial.

La novela de género tiene mucho de novela de tesis. En concreto, la ciencia ficción tiene mucho de novela de tesis proyectada hacia el futuro. La defensa de una posición en alguno de los debates políticos, sociales o económicos que trufan el hoy –en definitiva, debates con un fondo ético y hasta religioso evidente– es objetivo preferente del escritor de ficción especulativa, solo que esos debates y la posición a defender se presentan según la imaginación del autor barrunta que esos debates y esas posiciones se nos presentarán en el mañana. Sin embargo, la pista para proyectar la evolución que experimentará la humanidad en el futuro siempre está en el presente.

El debate que ha inspirado la especulación de la novela Alma in vitro del profesor y escritor malagueño Daniel Cotta –galardonado poeta, por más señas y entre otros, Premio Adonáis 2021– tiene que ver con la ingeniería genética y la fecundación artificial. 

Y las preguntas que plantea en el lector su argumento no pueden ser más pertinentes: de aumentar el ritmo y la normalización social de la gestación artificial de embriones, ¿dónde y en qué condiciones se almacenarán?; ¿quién se hará responsable de ellos una vez fallezcan los padres?: ¿qué será de todos aquellos embriones no reclamados y almacenados en tubos durante décadas, incluso siglos?; ¿serán considerados personas o, dado el sobrante en número y la aplicación de una lógica similar a la aplicada a los fetos en el seno materno en nuestros días se podrán eliminar a placer y manipular para fines varios?

Todas estas cuestiones irán planteándose en el marco de una sociedad futura interplanetaria –la Unión Solar– y la investigación policial liderada por nuestro protagonista, Orestes Salvatierra –cuyo nombre presenta suficientes reminiscencias mitológicas y relaciones metaliterarias con la trama como para no repasarlas aquí y caer en el spoiler–. Un caso que comienza con las pesquisas de rutina para aclarar supuestas irregularidades en la expedición de medicamentos –una investigación de derroteros insospechados a lo Richard Morgan– y termina al borde de una guerra a escala cósmica –en un desarrollo típico de la pareja de escritores James S. A. Corey–.

Entremedias, el tráfico de las ciudades siderales, el frenético ritmo de los viales subterráneos, y el caos de aeronaves y drones. Todo ello cabe esperarlo de una novela de ciencia ficción. Esta, sin embargo, no apuesta todo al ingenio tecnológico, con apenas uno o dos cachivaches interesantes. 

El más memorable, el «marsupio», útero artificial de alta inteligencia para criar a los bebés a partir de las doce semanas, conectados vía app con la madre –muy similar a los prototipos de Ecto Life que han circulado recientemente por redes sociales–, y que se prefiere, y en algunos casos resulta obligatoria, al embarazo natural –una preferencia futura nada sorprendente a estas alturas dada nuestra cada vez más escasa catadura moral–.

Son más bien las ideas que se ponen en juego, las maquinaciones políticas de alto nivel y los giros inesperados que introducen, y una narración tremendamente dialógica y en una primera persona que recuerda el frenesí aventurero y «trans crepuscular» de Emilio Bueso –aunque con el tono lírico del poeta que es Cotta– los puntos fuertes de esta novela. 

El «reajuste gestacional», o la figura de la «madre virgen» son ideas que dan pie a un desarrollo narrativo que cabe calificar de original. También el componente religioso de la «Ligazón», una extraña fe interestelar que irá ganando protagonismo y sentido conforme avance la historia.

Imagen de portada:«Alma in vitro» de Daniel CottaHomo Legens

FUENTE RESPONSABLE: El Debate. España. Por Fernando Bonete. 18 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Literatura/Novela/Ficción/Daniel Cotta/Controversial.

La única pirámide de España será derribada.

El Gobierno incluirá la Pirámide de los Italianos en el catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática.

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La única pirámide de España, la conocida como ‘Pirámide de los Italianos’, será derribada por contradecir la memoria democrática al ser un monumento edificado en homenaje a los casi 400 soldados italianos que lucharon con el bando franquista en la batalla de Santander. El entonces dictador Francisco Franco mandó a construirla con mano esclava de republicanos presos y ha permanecido en pie durante 83 años en Puerto del Escudo, una localidad ubicada en la frontera de la provincia de Burgos y la comunidad autónoma de Cantabria.

Según el Diario de Burgos, el Gobierno anunció que incluiría a la Pirámide de los Italianos en el catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática, tras años de reclamaciones de Compromís para que se retirase la construcción. Una vez aparezca en la citada lista, las personas jurídicas titulares de la pirámide “serán los responsables de su retirada o eliminación”.

Para Compromís, la Pirámide de los Italianos es “un claro ejemplo de monumento asqueroso de exaltación del franquismo y el fascismo, que atenta contra la Ley de Memoria Democrática. Sin embargo, las autoridades locales están en contra del derribo y proponen dejarla en pie, siempre y cuando se cuente la historia. “El sentimiento mayoritario de los vecinos es que sería una auténtica barbaridad y un despropósito derribar la Pirámide de los Italianos”, señaló el alcalde del Valle de Valdebezana, Juan Carlos Díaz, cuando conoció la noticia el pasado mes de diciembre.

🎥 La PIRÁMIDE de los Italianos | DRON FPV 🚀

“Foco de atracción turística” que “carece de simbología fascista”

El alcalde considera la construcción un “foco de atracción turística” que “carece de simbología fascista”. Otros vecinos aseguran que ya no posee valor fascista porque los restos de los soldados italianos caídos fueron retirados a principios de la década de los 70, después del accidente de un autobús que transportaba a los familiares de los fallecidos, que iban a visitar sus tumbas. Desde entonces, el mausoleo se encuentra en estado de abandono.

Tras el incidente, el Gobierno italiano, que según Burgos Conecta es el propietario del mausoleo, decidió exhumar los cuerpos: 268 fueron repatriados y el resto se trasladaron a la iglesia de San Antonio de Padua de Zaragoza. “¿Por qué borrar de un plumazo una parte de la historia? ¿No será mejor recordar una guerra que nunca debería de volverse a repetir?”, se preguntan desde el Diario de Burgos.

Imagen de portada: Wikimedia Commons

FUENTE RESPONSABLE: Actualidad. 6 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/La Pirámide de los Italianos/Burgos; España/Régimen fascista/Controversial.

Trece dibujos y un poema de Federico García Lorca: así se evitó su exportación a Estados Unidos.

No hubo acuerdo en 2019 en las negociaciones entre la propietaria de los dibujos y una galería de arte de Nueva York, por lo que finalmente el Ministerio de Cultura acabó declarándolas Bien de Interés Cultural.

Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas», así comenzaba el poema Lamentación de la muerte del poeta Federico García Lorca que se quiso exhibir (o vender) en una feria de arte de Nueva York: un escrito y trece dibujos del poeta granadino del tamaño de una cuartilla. Una obra diminuta que contrasta con su inmenso valor por estar escrito dentro de un conjunto que forma parte del Poema del Cante Jondo. Una obra muy poco habitual del granadino (los dibujos) que podría alcanzar un alto valor en el mercado –sobre todo en el extranjero– si se hubiese llegado a poner a la venta.

La propietaria que obtuvo el lote a través de una herencia familiar contactó con la galería de arte Max Estrella. Los expertos le ofrecieron la posibilidad de vender las obras o exhibirlas: al final se optó por lo segundo ante la inseguridad de la propietaria sobre la venta de las mismas. Sin embargo, las reuniones entre ambas partes se torcieron y la propietaria no quiso ni vender, ni prestar las valiosas obras. Tampoco el Estado hubiera permitido sacar este tipo de obras al extranjero: Alberto de Juan solicitó la autorización de la exportación al Ministerio de Cultura que finalmente declaró las obras como Bien de Interés Cultural.

El precio de estas obras en el extranjero es mucho más valiosa según contaron desde la galería por eso pidieron permiso al Ministerio de su venta en el exterior. Ante la negativa de la propietaria, se propuso simplemente exhibirlas pero en el último momento la negociación se rompió y tuvieron que rellenar el hueco vacío de la feria con otros dibujos con los que contaba una neoyorquina que descendía de una pareja de Lorca a quien el poeta les regaló cuatro dibujos.

Cada pieza dibujada alcanzaría 10.000 euros en su valoración inicial, pero los expertos en arte coinciden que hoy se superaría con creces ese valor inicial. La causa es el escaso número de obras que han salido a la venta de García Lorca, con tan solo una docena vendidas desde los años 80.

Exposición de dibujos de García Lorca en Toledo

Este manuscrito en particular tiene un inmenso valor, pues se trata de un poema que es un borrador del que fue publicado. Una obra que sirve a los estudiosos para conocer más a fondo la obra del autor, tanto a nivel literario como histórico.

Imagen de portada: Federico García LorcaGTRES

FUENTE RESPONSABLE: El Debate. España. Por Adrián González Sebastián. 14 de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Federico García Lorca/Patrimonio Cultural/

Controversial.

 

 

 

 

Borges, Celine, Günter Grass… ¡Cancelados!

A propósito del caso de la escritora Carolina Sanín, vale preguntarse si debería cancelarse la obra de aquellos escritores cuyos dichos y hechos la historia ha condenado.

El 30 de octubre pasado, la escritora colombiana Carolina Sanín publicó un video, un largo monólogo, en el que ahonda sobre sus opiniones, sostenidas en los últimos años, respecto a las políticas indentitarias, sexo y género.

A través de declaraciones y escritos periodísticos, la autora polemiza respecto a la transexualidad, cuestionando especialmente la imagen del hombre embarazado. Para ella, ni la autopercepción ni el cambio quirúrgico de sexo hacen de un hombre una mujer, en el marco de la lucha histórica del feminismo.

En ese mismo video vuelve a denunciar que desde hace años es víctima de hostigamiento mediático y en redes sociales por parte del llamado trans activismo, que la acusa de promover el odio hacia ese colectivo. La tildan de TERF (sigla inglesa para feminista radical transexcluyente).

El 4 de noviembre último, Sanín anunció en Twitter que, producto de esas opiniones, la editorial Almadía, de México, había cancelado la publicación en ese país de dos de sus novelas: ‘Somos luces abismales’ y ‘Tu cruz en el cielo desierto’ (ya publicadas en español, en la Argentina por Blatt & Ríos, y traducidas a varios idiomas), que había contratado para su edición.

Según trascendió, los editores mexicanos desistieron de publicar ambas obras a raíz de los cuestionamientos públicos de Sanín a las políticas identitarias. Sin embargo, ninguna de esas novelas hace alusión alguna, ni directa ni indirectamente, a dichos y opiniones de su autora sobre esa cuestión.

La obra e la escritora, entonces, habría sido cancelada debido a sus cuestionamientos personales sobre un tema de “corrección política” del que, en definitiva, no se puede hablar ni sobre el cual estaría permitido polemizar, como advierte en citado monólogo.

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La identidad, las mujeres y el mundo siguiente, por Carolina Sanín | CAMBIO

La cancelación de las novelas de Sanín repercutió en redes sociales en innumerables manifestaciones de solidaridad con la escritora y repercusiones en medios de América Latina, incluyendo artículos en los principales diarios de los Estados Unidos.

También se multiplicó el hostigamiento a la propia Sanín y hacia otras personalidades que, aunque en algunos casos manifestaron disidencias políticas con ella, rechazaron en general la cancelación de su obra. Mariana Enríquez, por ejemplo, debió cerrar su cuenta en Twitter ante la catarata de reacciones de “haters”.

Consecuencias exponenciales de la cultura de la cancelación

Este nuevo hecho generado por la “cultura de la cancelación” obliga a preguntarnos sobre sus consecuencias exponenciales. Casi sin esfuerzo, podría aplicarse retrospectivamente a reconocidos autores que opinaron y hasta cometieron actos tanto o más graves que Sanín, quien solo intenta polemizar mediáticamente.

Tenemos a Céline, uno de los escritores más influyentes del siglo xx, también autor de panfletos antisemitas y ferviente simpatizante del nazismo durante su auge. O Günter Grass, premio Nobel y miembro de las Waffen-SS durante la Segunda Guerra Mundial. O el novelista, poeta y dramaturgo Gabriele D’Annunzio, precursor del fascismo italiano y del mismísimo Musolini.

O con nuestro Jorge Luis Borges, cuyas opiniones y acciones distaron muchas veces de ser incluso democráticas; como al apoyar pública y decididamente los golpes militares en 1955 y 1976, reuniéndose y tratando de “caballero” a Videla, o al alabar a Pinochet, en Chile, durante uno de los momentos más sangrientos de su dictadura.

Nada de lo que haya dicho o hecho hasta su muerte en Ginebra se refleja en su obra, a la que preservó de su actitud reaccionaria ante la realidad que le tocó vivir. Sin embargo, siguiendo la lógica de la “cultura de la cancelación” deberíamos alentar la prohibición de obras como ‘Ficciones’, ‘El Aleph’ o ‘El libro de arena’.

De hecho, sufrió esa cancelación a la hora de no otorgarle el Nobel: gracias a archivos desclasificados recientemente por la Academia Sueca, se supo que, en su momento, el comité encargado de designar cada año al ganador tenía vedado otorgarle el galardón debido a sus opiniones políticas.

¿Deberíamos cancelar, finalmente, la obra de todo aquel o aquella cuya corrección política personal está en la picota? El debate sigue abierto; la respuesta a esa pregunta también.

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Cancelar a Borges (a propósito del caso Carolina Sanín)

Imagen de portada: Jorge Luis Borges (Archivo)

FUENTE RESPONSABLE: Minuto 1. Por Gustavo H. Mayares. 13 de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Literatura/Transexualidad/Polémica/Controversial.

 

 

 

Hablemos de la lotería genética: ¿qué hacemos con la herencia de tus padres?

EL ERIZO Y EL ZORRO

Sabemos que algunas personas nacen menos listas, menos guapas, menos sanas o con rasgos menos valorados socialmente, pero nos cuesta pensar cómo se podrían compensar esas carencias.

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Quizá usted piense que la meritocracia es la mejor organización social posible: es decir, que los más capaces y trabajadores tengan más éxito.

Seguramente está de acuerdo en que para eso es necesario que exista igualdad de oportunidades. Y que, para que esta sea real, el Estado debe intervenir y corregir, aunque sea de manera parcial, las enormes desigualdades sociales con las que nacemos. 

Son muchas las cosas a enmendar para que todo el mundo tenga de verdad igualdad de oportunidades: a fin de cuentas, aunque hay excepciones, quien nace en un entorno pobre suele estudiar menos, y quien tiene menos estudios suele ganar menos, y quien tiene menos dinero suele morirse antes. Y ese ciclo empieza con una lotería: la familia en la que naces. 

Sin embargo, hay otra lotería de la que todos somos conscientes pero que, en general, no creemos que haya que corregir mediante una intervención externa: la lotería genética. Sabemos que algunas personas nacen menos listas, menos guapas, menos sanas o, simplemente, con rasgos menos valorados socialmente. Pero nos cuesta pensar cómo se podrían compensar esas carencias: ¿Dar dinero a la gente que nace con genes que le hacen más proclive a coger un determinado cáncer? ¿A quien es un poco tonto? ¿Al que es bajito y por lo tanto no podrá destacar en el baloncesto? 

Las preguntas que se hace La lotería genética. El ADN importa: por qué para conquistar la igualdad hay que conocer lo que nos hace diferentes , de la psicóloga estadounidense Kathryn Paige Harden, recién publicado por la editorial Deusto, son algo más sofisticadas que estas, pero responden al mismo impulso: si nos tomamos en serio la igualdad de oportunidades, ¿no deberíamos empezar por las desigualdades genéticas?

‘El ADN importa’ (Deusto)

¿Por qué eso se nos hace extraño? 

Harden tiene muy clara la respuesta: por miedo a que nos llamen eugenésicos o, peor aún, nazis. 

Cuando ella, como académica, exponía la vinculación entre cuestiones como la educación o la inteligencia con la genética, dice, le llegaban correos electrónicos de colegas diciendo que eso la convertía en alguien “no mejor que un negacionista del Holocausto”. 

Y, reconoce, mucha gente ha utilizado las diferencias genéticas de las personas para declarar que hay unas superiores a otras. Muchas veces eso se ha medido con tests de inteligencia que evalúan determinadas capacidades cognitivas en la que las personas de clase alta, porque han tenido buena educación, y las blancas, por la misma razón, obtienen mejores resultados. 

La polémica intención de Harden es romper con quienes consideran “un tabú entender cómo las diferencias genéticas entre los individuos conforman las desigualdades sociales”. “Si, como colectivo, los científicos sociales quieren estar a la altura del reto de mejorar la vida de las personas, no podemos permitirnos ignorar un hecho fundamental sobre la naturaleza humana: que las personas no son iguales al nacer”.

No podemos permitirnos ignorar un hecho fundamental sobre la naturaleza humana: las personas no son iguales al nacer Pero, ¿en qué medida eso influye en nuestra carrera laboral, en nuestros ingresos o los años que vivimos? Harden da elaboradas —y en algunos casos, arduas— explicaciones científicas de la manera en que los genes influyen en estos aspectos. 

Y su respuesta es al mismo tiempo contundente y matizada: sí, los genes influyen, por ejemplo, en si un estudiante prosigue con sus estudios, y si lo hace con provecho y buenas notas, pero naturalmente no es el único hecho relevante y, además, no existe nada parecido a un “gen del buen estudiante”, sino que los genes interactúan entre sí de muchas maneras que no entendemos del todo y cuya complejidad es enorme.

Las gafas

Aunque algunas cosas sí las sabemos, dice Harden. Y, en realidad, algunas desigualdades genéticas ya se tratan con mecanismos que nada tienen que ver con la eugenesia. “Hay pocos ejemplos reales de intervenciones conductistas que aumenten la equidad. Pocos, pero no cero”. 

El más simple de todos lo vemos a diario: las gafas. Si alguien tiene mala vista por razones genéticas, el mero hecho de darle unas gafas para que vea bien supone mejorar la equidad social. 

Otro ejemplo es una reforma educativa británica que obligó a los niños a estudiar hasta los dieciséis años; con el tiempo, quienes alargaron sus estudios tuvieron menos masa corporal y unos pulmones más sanos. Ese efecto positivo fue más acusado entre los que tenían una mayor propensión genética al sobrepeso, con lo que la medida, aparentemente universal, mejoró la equidad entre personas con distintas predisposiciones genéticas. 

También hay políticas bienintencionadas que, al no tener en cuenta el componente genético, han salido mal. Un ejemplo son los impuestos al tabaco para desincentivar su consumo: al final, lo que se consigue es que quienes tienen menos riesgo genético de ser adictos a los cigarrillos los dejen, pero se castiga a los que tienen mayor predisposición genética a seguir fumando que, además, deben pagar más. 

El libro de Harden es complejo, matizado y provocador. No tiene recetas definitivas, ni una propuesta definitiva contra la desigualdad. Sin embargo, abre de una manera franca, que elude de forma moderna y democrática las cuestiones más espinosas de la relación entre la genética y los logros vitales, un debate que será importante en las próximas décadas. 

Ahora que discutimos profunda y constantemente sobre la meritocracia, sobre las injusticias sociales que oculta o sus ventajas morales, necesitamos plantearnos en serio esta cuestión: cómo podemos y debemos ayudar a quienes han tenido mala suerte genética para que puedan vivir en igualdad de condiciones con quienes la han tenido buena. Es necesario reconocer que la suerte tiene una inmensa importancia en la vida que viviremos. 

Y eso tiene también tiene una dimensión personal: “si te tomas en serio el poder de la lotería genética, puedes acabar dándote cuenta de que muchas cosas de las que te enorgulleces, como un buen vocabulario y una rápida velocidad de procesamiento, el orden y la determinación, el hecho de que siempre te fuera bien en los estudios, son consecuencia de una serie de golpes de suerte de los que no te puedes atribuir ningún mérito.”

Imagen de portada: Secuencia de ADN (Istock)

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por Ramón González Férriz. 1° de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Genética/Desigualdad social/Controversial.

 

 

 

La increíble historia del ladrón que Estados Unidos consiguió identificar tras más de 50 años de búsqueda.

El fugitivo detrás de uno de los robos bancarios más notorios de la historia de Estados Unidos ha sido identificado finalmente tras 52 años de búsqueda, según anunciaron funcionarios estadounidenses.

Ted Conrad trabajaba en el Society National Bank en Cleveland, Ohío, cuando robó a su jefe en julio de 1969.

Desapareció entonces con US$215.000, que hoy serían el equivalente a US$1,7 millones.

Después de ello, el prófugo vivió una vida apacible y sin pretensiones, de acuerdo con el Servicio de Alguaciles de EE.UU.

Conrad, quien murió el pasado mes de mayo víctima de un cáncer de pulmón, tenía solo 20 años cuando cometió el hurto.

El crimen perfecto

Se dice que Conrad se aprovechó de la seguridad mediocre del banco y salió caminando con todo el dinero metido dentro de una bolsa de papel marrón cuando su oficina cerró un viernes por la noche.

Cuando los otros empleados del banco se dieron cuenta que faltaba dinero, ya Conrad había desaparecido.

Su fuga provocó una búsqueda que ha durado más de medio siglo y que ha sido contada en programas de televisión como America ‘s Most Wanted and Unsolved Mysteries (Los misterios sin resolver más buscados en Estados Unidos).

Según el Servicio de Alguaciles, Conrad había contado a sus amigos sobre sus planes para robar el banco y se jactaba de cuán fácil sería.

Al parecer, estaba obsesionado con la película The Thomas Crown Affair, protagonizada por Steve Mcqueen en 1969, en la que este comete un robo perfecto.

Conrad la vio más de una docena de veces durante su preparación para el robo.

Las autoridades dicen que, tras desaparecer, Conrad cambió su nombre a Thomas Randele y huyó a Washington DC y Los Ángeles, antes de finalmente asentarse en un suburbio de Boston, a unos 1.000 kilómetros de la escena del crimen.

Oficial del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

El Servicio de Alguaciles de Estados Unidos lideró la cacería de Conrad durante 52 años.

Los investigadores dicen que posteriormente vivió una vida tranquila y sin pretensiones, y el periódico The New York Times informó que había pasado los últimos 40 años trabajando como profesional del golf y en un concesionario de autos usados.

Caso enfriado

El caso se enfrió durante décadas hasta que los investigadores, alertados por la aparición del obituario de Randele en un periódico, pudieron comparar los documentos que había presentado durante la década de 1960 con otros papeles que había completado recientemente.

Irónicamente, esos papeles incluían un caso de quiebra que Randele presentó en un tribunal de Boston en 2014.

El mariscal Peter Elliott fue uno de los investigadores principales del caso. Lo heredó de su padre John, que había estado obsesionado con descubrir qué había sido del intrépido ladrón.

«Mi padre nunca dejó de buscar a Conrad y siempre quiso cerrar el caso hasta su muerte en 2020», dijo Elliott.

«Espero que mi padre esté descansando un poco más tranquilo hoy sabiendo que su investigación y su Servicio de Alguaciles de Estados Unidos pusieron fin a este misterio de décadas».

Imagen de portada: Gentileza de US MARSHALS SERVICE

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo  – Noviembre 2021

Sociedad/Cultura/Estados Unidos

La increíble historia del ladrón que Estados Unidos consiguió identificar tras más de 50 años de búsqueda.

El fugitivo detrás de uno de los robos bancarios más notorios de la historia de Estados Unidos ha sido identificado finalmente tras 52 años de búsqueda, según anunciaron funcionarios estadounidenses.

Ted Conrad trabajaba en el Society National Bank en Cleveland, Ohío, cuando robó a su jefe en julio de 1969.

Desapareció entonces con US$215.000, que hoy serían el equivalente a US$1,7 millones.

Después de ello, el prófugo vivió una vida apacible y sin pretensiones, de acuerdo con el Servicio de Alguaciles de EE.UU.

Conrad, quien murió el pasado mes de mayo víctima de un cáncer de pulmón, tenía solo 20 años cuando cometió el hurto.

El crimen perfecto

Se dice que Conrad se aprovechó de la seguridad mediocre del banco y salió caminando con todo el dinero metido dentro de una bolsa de papel marrón cuando su oficina cerró un viernes por la noche.

Cuando los otros empleados del banco se dieron cuenta que faltaba dinero, ya Conrad había desaparecido.

Su fuga provocó una búsqueda que ha durado más de medio siglo y que ha sido contada en programas de televisión como America ‘s Most Wanted and Unsolved Mysteries (Los misterios sin resolver más buscados en Estados Unidos).

Según el Servicio de Alguaciles, Conrad había contado a sus amigos sobre sus planes para robar el banco y se jactaba de cuán fácil sería.

Al parecer, estaba obsesionado con la película The Thomas Crown Affair, protagonizada por Steve Mcqueen en 1969, en la que este comete un robo perfecto.

Conrad la vio más de una docena de veces durante su preparación para el robo.

Las autoridades dicen que, tras desaparecer, Conrad cambió su nombre a Thomas Randele y huyó a Washington DC y Los Ángeles, antes de finalmente asentarse en un suburbio de Boston, a unos 1.000 kilómetros de la escena del crimen.

Oficial del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

El Servicio de Alguaciles de Estados Unidos lideró la cacería de Conrad durante 52 años.

Los investigadores dicen que posteriormente vivió una vida tranquila y sin pretensiones, y el periódico The New York Times informó que había pasado los últimos 40 años trabajando como profesional del golf y en un concesionario de autos usados.

Caso enfriado

El caso se enfrió durante décadas hasta que los investigadores, alertados por la aparición del obituario de Randele en un periódico, pudieron comparar los documentos que había presentado durante la década de 1960 con otros papeles que había completado recientemente.

Irónicamente, esos papeles incluían un caso de quiebra que Randele presentó en un tribunal de Boston en 2014.

El mariscal Peter Elliott fue uno de los investigadores principales del caso. Lo heredó de su padre John, que había estado obsesionado con descubrir qué había sido del intrépido ladrón.

«Mi padre nunca dejó de buscar a Conrad y siempre quiso cerrar el caso hasta su muerte en 2020», dijo Elliott.

«Espero que mi padre esté descansando un poco más tranquilo hoy sabiendo que su investigación y su Servicio de Alguaciles de Estados Unidos pusieron fin a este misterio de décadas».

Imagen de portada: Gentileza de US MARSHALS SERVICE

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo  – Noviembre 2021

Sociedad/Cultura/Estados Unidos

La curiosa (y controvertida) historia de los “judíos nigerianos” que quieren que Israel los reconozca.

Shlomo Ben Yaakov se quiere convertir en el primer rabino nigeriano.

Balanceándose hacia adelante y hacia atrás, Shlomo Ben Yaakov lee un rollo de la Torá en una sinagoga en las afueras de Abuja, la capital de Nigeria.

De manera intermitente, su voz suave se eleva en hebreo y se le unen docenas que recitan después de él.

La mayoría no comprende completamente el idioma, pero esta pequeña comunidad nigeriana afirma que su ascendencia judía se remonta a cientos de años, y se sienten frustrados por la falta de reconocimiento por parte de Israel.

«Me considero judío», dice Yaakov.

Fuera de la Sinagoga Hebrea de Gihon, en el suburbio de Jikwoyi, se coloca una mesa dentro de una carpa construida con hojas de palma para celebrar Sucot, un festival que conmemora los años en que los judíos pasaron por el desierto de camino a la Tierra Prometida.

«Así como estamos haciendo esto ahora, ellos están haciendo lo mismo en Israel», dice Yaakov, mientras la gente comparte el pan tradicional cholla (horneado en la sinagoga) y el vino de pequeñas copas que se reparten.

Él es igbo, uno de los tres grupos étnicos dominantes de Nigeria cuyo origen está en el sureste del país. Su nombre igbo es Nnaemezuo Maduako.

Muchos igbos creen que tienen herencia judía y que son una de las llamadas 10 tribus perdidas de Israel, aunque la mayoría no son judíos practicantes como Yaakov. Ellos constituyen menos del 0,1% de los 35 millones de igbos que se estima hay.

Se dice que estas tribus desaparecieron después de ser llevadas al cautiverio cuando el reino israelita del norte fue conquistado en el siglo VIII a. C. La comunidad judía etíope, por ejemplo, es reconocida como una de ellas.

Las costumbres igbo como la circuncisión masculina, el duelo por los muertos durante siete días, la celebración de la luna nueva y la realización de ceremonias de boda bajo un dosel han reforzado esta creencia sobre su herencia judía.

«No hay pruebas»

Pero Chidi Ugwu, un igbo que es antropólogo de la Universidad de Nigeria en Enugu, dice que esta identificación con el judaísmo surgió sólo después de la guerra civil de Biafra.

Mujeres judías

FUENTE DE LA IMAGEN, – IRUMS

A diferencia de sus padres, la mayoría de los jóvenes judíos nigerianos no han conocido otra religión.

Los igbos habían estado luchando por la secesión de Nigeria, pero perdieron en lo que fue un conflicto brutal entre 1967-1970.

Algunas personas «buscaban algún impulso psicológico al que aferrarse», por lo que comenzaron a establecer la conexión judía, dice.

Se veían a sí mismos como personas perseguidas, al igual que lo han sido los judíos a lo largo de la historia, especialmente durante el Holocausto.

«Es un insulto llamar a los igbos la tribu perdida de cualquiera, no hay evidencia histórica o arqueológica que respalde eso», dijo a la BBC.

Sostiene que, como la evidencia sugiere que los igbo estaban entre los que emigraron de Egipto hace varios miles de años, es posible que los judíos aprendieran las costumbres igbo cuando iban allí.

Grupo de soldados durante el conflicto de Biafran en 1968

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Expertos dicen que la creencia de que los igbos tienen una herencia judía emergió tras su derrota en la guerra civil, que dejó más de un millón de muertos.

Hace varios años se hicieron esfuerzos controversiales para probar un linaje genético, pero una prueba de ADN no encontró ninguna conexión judía.

El rabino Eliezer Simcha Weisz, presidente del departamento de asuntos exteriores del Consejo del Rabinato de Israel, el organismo que investiga las afirmaciones de ascendencia judía, tampoco tiene dudas.

«Afirman ser uno de los descendientes de Gad, uno de los hijos de nuestro antepasado Jacob, pero no pueden probar que sus abuelos eran judíos», dijo a la BBC.

«Y sobre las costumbres de las que hablan, puedes encontrar personas en todo el mundo que tienen prácticas judías».

Dijo que a menos que los judíos nigerianos se convirtieran al judaísmo, un proceso que implica varios rituales y comparecer ante un tribunal judío (que no está disponible en Nigeria), no serían reconocidos.

Yaakov considera la idea de tener que pasar por una conversión como un insulto.

«Como conversos, seríamos vistos como ciudadanos de segunda clase», dice.

Oleada secesionista

Los feligreses de Gihon se toman en serio sus creencias y tanto ellos como la comunidad de judíos practicantes de Nigeria, que se estima en 12.000 personas, cuentan con el apoyo de otros grupos de judíos ortodoxos de todo el mundo, que les hacen donaciones, realizan visitas de solidaridad y hacen campaña por su reconocimiento.

Men wearing Jewish-style clothes

FUENTE DE LA IMAGEN – IRUMS

Se estima que unos 12.000 nigerianos se consideran judíos.

Un partidario prominente es Dani Limor, un exagente de la Mossad que una vez dirigió una operación para llevar en secreto judíos etíopes a Israel a través de Sudán.

Limor ha estado visitando las comunidades judías en Nigeria desde la década de 1980 y argumenta que la práctica judía en la nación de África Occidental es anterior a la guerra civil.

Cree en una escuela de pensamiento que dice que vinieron de Marruecos hace 500 años, primero se establecieron en Tombuctú antes de viajar más al sur, y espera que eventualmente obtengan el reconocimiento que merecen.

«El judaísmo va más allá del color de la piel, está en el corazón», le dijo a la BBC.

La sinagoga de Gihón, que se dice que es la más antigua de Nigeria, fue fundada en la década de 1980 por Ovadai Avichai y otras dos personas que habían sido criadas como cristianas.

Los amigos decidieron recurrir al judaísmo cuando se dieron cuenta de que el Antiguo Testamento de la Biblia era el fundamento de la religión judía.

Dijo que era como si el judío que había en él se hubiera reavivado y, dadas las similitudes entre las costumbres judías y las tradiciones igbo, estaba convencido de que el judaísmo era el verdadero camino.

La sinagoga Gihon de Abuja ahora tiene una mezcla de diferentes grupos étnicos entre las más de 40 familias que asisten.

En los últimos años, el número de personas que tienen prácticas judías en el sur de Nigeria ha aumentado notablemente, dice Chiagozie Nwonwu, periodista de la BBC que se especializa en esa región.

Esto se debe en gran parte al Pueblo Indígena de Biafra (Ipob), un grupo que inició en 2014 la campaña igbo por la secesión.

Está dirigido por Nnamdi Kanu, quien les ha recordado a sus seguidores su supuesta herencia judía y los ha animado a abrazar la fe.

«Lloré en la sinagoga»

En una ocasión, el líder carismático fue supuestamente fotografiado rezando en el Muro Occidental de Jerusalén.

Pero sus seguidores no son considerados judíos auténticos por las comunidades más establecidas de Nigeria, ya que algunos combinan elementos del judaísmo y el cristianismo en su adoración, más asociados con el judaísmo mesiánico.

Ovadai Avichai

FUENTE DE LA IMAGEN – IRUMS

Ovadai Avichai cree que proviene de un linaje judío.

Kanu se encuentra detenido y se enfrenta a un juicio por traición e Ipob, que recientemente se ha levantado en armas, ha sido prohibido porque las autoridades lo consideran un grupo terrorista.

«La primera vez que apareció Ipob, lloré en la sinagoga. Dije: ‘Este joven ha venido a causarnos problemas porque lo que está haciendo es innecesario», dice Avichai, un veterano de la guerra de Biafra.

Teme que las actividades de Ipob amenacen el culto pacífico de las aproximadamente 70 comunidades judías que se declaran apolíticas.

Esto sucedió a principios de este año cuando una líder de la comunidad judía en el sureste fue encarcelada durante un mes después de que su congregación recibiera a tres visitantes de Israel.

Habían venido a filmar la donación de un rollo de la Torá, a menudo demasiado caro para que lo compren los grupos locales, pero se sospechaba que tenían conexiones con Ipob y fueron deportados.

Un devoto de Gihon me dijo que Kanu había influido en su decisión de unirse a la sinagoga, pero la reciente evolución de la campaña de Ipob hacia una lucha armada iba en contra de los principios del judaísmo.

Yaakov no está interesado en la política en torno a lo qué es ser judío; para él, lo importante es el aspecto espiritual.

El reconocimiento oficial por parte de Israel como judíos a los igbos como él, ayudaría a que la comunidad religiosa se organizara más en Nigeria.

Nnamdi Kanu

FUENTE DE LA IMAGEN – AFP

Muchos judíos nigerianos ven el judaísmo de Nnamdi Kanu como una herramienta política para ganar apoyos en el extranjero para su causa separatista.

Por ejemplo, en este momento no hay un rabino principal y encontrar productos kosher puede ser un desafío. Por lo general, solo se venden en algunas tiendas propiedad de expatriados judíos; la comunidad generalmente come lo que se produce localmente para poder seguir las reglas kosher.

A Yaakov le encantaría capacitarse para convertirse en el primer rabino nigeriano, algo que solo se puede hacer estudiando en una escuela rabínica o con un rabino experimentado.

«Para aquellos de nosotros que conocemos nuestras raíces, tenemos confianza en nuestra identidad», dice.

«Si los cristianos y musulmanes pueden aceptar a los suyos y apoyarlos, creo que los judíos también deberían alentarnos un poco».

Imagen de portada: Gentileza de Irums

FUENTE RESPONSABLE: BBC News, Abuja Por Nduka Orjinmo

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Qué son los aforismos y cómo han logrado sobrevivir en nuestra cínica era.

«Un aforismo es una novela en una línea». Leonid Sukhorukov, escritor ucraniano.

Probablemente los has dicho, seguramente los has oído o leído.

Son textos cortos que parecen resumir la verdad, como joyas de perfecta sabiduría. Concisos, profundos, didácticos.

Fue Hipócrates quien, 400 años antes de la era común, usó la palabra que heredamos del griego para nombrarlos y que significaba «definición».

El que muchos llaman «el padre de la medicina» los usaba para resumir las reglas establecidas para la práctica médica.

«La vida es corta y el arte largo. La experiencia fugaz de la crisis es peligrosa y la decisión, difícil».

Hoy los aforismos son menos prácticos.

Ahora, la palabra indica un bocado de sabiduría general, resumido brevemente y con estilo, como «Lo que no te mata, te hace más fuerte», de Friedrich Nietzsche, o «La duda es uno de los nombres de la inteligencia», de Jorge Luis Borges.

Adagios, proverbios, epigramas y máximas forman parte de la misma familia, ligeramente mandona y dictatorial, al igual que los eslóganes y jingles.

Pero en el cínico clima de 2021, cuando nadie parece tener el monopolio de la verdad, las voces de los expertos sólo invitan a la duda y al desacuerdo, ¿caducaron estas píldoras de certeza?

Curiosamente, parece que no.

Cada vez se publican más libros aforísticos y la forma florece en las redes sociales.

¿Será porque los aforismos son una forma literaria mucho más humilde y compleja de lo que parece?

Ideas cristalizadas

Los aforismos son tan cortos y enfáticos que parecen indiscutibles, como un pedazo de sabiduría destilada. La última palabra sobre algo, pulido y perfeccionado, un pináculo de la comunicación.

Franz Kafka

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«Los Aforismos de Zürau» son 109 aforismos de Franz Kafka, escritos en 1917-1918 en Bohemia Occidental, donde permaneció con su hermana Ottla, mientras padecía tuberculosis.

En ese sentido podría parecer que tienen un matiz de arrogancia. No obstante, muchos han brotado de la vulnerabilidad o el dolor o alguna pérdida, incluso de la enfermedad.

Varios autores escribieron sus piezas aforísticas esencialmente desde sus camas de enfermos, como el matemático, escritor y filósofo Blaise Pascal, aquel que dijo: «El corazón tiene razones que la razón ignora».

Franz Kafka lo hizo mientras intentaba recuperarse de la tuberculosis. Se prohibió a sí mismo hacer un trabajo más largo e intenso, pero tuvo la energía suficiente para escribir aforismos como: «A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar».

Así el aforismo ha sido, para los pensadores, una forma de cristalizar ideas cuando sentían que su salud fallaba o temían que no les quedara mucho tiempo o energía.

Dolor divertido

Para otros escritores, el aforismo ha ofrecido un poco de color, un pequeño toque de poder ingenioso a voces que de otra manera estarían al margen de la sociedad, como las de las mujeres y los homosexuales.

«Lo único que puede consolar a uno por ser pobre, es la extravagancia; lo único que puede consolar a uno por ser rico, es la economía», es uno de los ejemplos de los muchos y brillantes que escribió Oscar Wilde, quien era parte de la comunidad gay cuando esta era condenada.

Una comunidad que se ha asociado durante mucho tiempo con el ingenio aforístico.

La lista es larga, e incluye luminarias que van desde el actor, dramaturgo y compositor Noël Coward -«Lo mejor de invitar gente a quedarse en casa es cuando se van»- hasta la novelista Gertrude Stein -«Se tarda mucho en convertirse en un genio. Tienes que sentarte tanto tiempo sin hacer nada».

Tablero con ese aforismo

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«Algunos provocan felicidad donde quiera que vayan, otros cuando quiera que se vayan», Oscar Wilde.

Para el autor Quentin Crisp, la razón de que esta forma de expresión resuene con los escritores queer es su sobriedad.

«La mayoría de las personas son profundamente indiferentes a tu dolor y sufrimiento».

«La única justificación para introducir tales temas en una conversación es con fines de entretenimiento. Y debes dejar claro desde el principio que tu historia se ofrece para la diversión de la gente y no para su simpatía. Incluso así, tu historia debe condensarse en una sola anécdota o epigrama».

Como dijo el poeta estadounidense WH Auden, «un sufrimiento o una debilidad que no puede ser expresado por un aforismo no debe ser mencionado».

En pocas palabras

Así que los aforismos permiten expresar sentimientos dolorosos con seguridad, y sin que te ignoren o te digan que no te quejes tanto.

Han servido a aquellos cuyas experiencias, opiniones o conocimientos históricamente no han sido completamente reconocidos o revalidados por la sociedad en general.

Y eso es aún más cierto hoy en día.

Las redes sociales como Twitter han amplificado las voces de los marginados, personas trans, jóvenes, trabajadoras sexuales, personas con autismo, enfermos crónicos.

Quienes se sienten oprimidos hoy pueden contraatacar sin ser interrumpidos.

Pero quienes lo hacen con la elegancia y el ingenio del aforismo logran que sus palabras resuenen dramáticamente en el silencio que crea esa sorprendente forma de expresión.

«Todo está dicho. Pero como nadie escucha, hay que repetirlo» (André Gide, escritor francés).

* Este artículo es una adaptación del documental de BBC Radio 3 «The Aphorism Now – Failing with Style»

Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo

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