Identifican en una cueva de Polonia herramientas de silex hechas por los antecesores de los Neandertales hace medio millón de años.

No tienen decenas de miles de años, sino alrededor de medio millón de años, las herramientas de sílex descubiertas hace más de 50 años en la cueva del túnel de Wielki (región de Małopolskie): estos son los resultados de los últimos análisis. Esto significa que se encuentran entre los productos más antiguos hechos por la mano del hombre en el territorio actual de Polonia.

La Dra. Małgorzata Kot, de la Facultad de Arqueología de la Universidad de Varsovia, dirige un amplio proyecto de análisis de los artefactos y huesos descubiertos por los arqueólogos hace varias décadas durante las excavaciones en las cuevas del altiplano jurásico de Cracovia-Częstochowa. Una de ellas es la cueva del túnel de Wielki, cerca de Ojców.

La mayoría de los hallazgos fueron a parar a cajas de cartón inmediatamente después de las excavaciones y luego al almacén. En los últimos años, los investigadores han procedido a analizarlos en detalle.

Localización de la cueva, marcada con el número 1 | foto M.Kot et al.

Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que los rastros más antiguos de presencia humana en la cueva del Túnel Wielki tenían como máximo 40.000 años. Resultó que estas conclusiones iniciales eran erróneas. Un equipo de expertos de la Universidad de Varsovia, la Academia Polaca de Ciencias y la Universidad de Wrocław -arqueólogos, paleontólogos, paleobotánicos y geólogos- volvieron a examinar, entre otras cosas, artefactos y huesos de las distintas capas de tierra de la cueva.

Todo empezó con una observación de un experto en restos de pequeños mamíferos, el Dr. Claudio Berto. Dijo que las especies que estaba analizando eran ciertamente más antiguas que 40.000 años y podían tener hasta medio millón de años. – La doctora Małgorzata Kot recuerda en una entrevista con PAP. La investigadora se mostró muy sorprendido por estas conclusiones.

Ubicación de la cueva Tunel Wielki. A. Rocas de Sadlane con las entradas de la cueva Tunel Wielki en la parte superior y otros dos sitios arqueológicos «Nad Niedostępną» y los refugios rocosos «Pod Tunelem» situados debajo. B. Mapa LiDAR de una región kárstica de los valles de Sąspów y Prądnik con la ubicación de la cueva Tunel Wielki y otros yacimientos arqueológicos en cuevas | foto M.Kot et al.

Entre los pequeños huesos, principalmente dientes, se encontraban los restos de antiguos parientes de los roedores actuales. Pero también había restos de animales más grandes. Estos fueron examinados por paleontólogos del ISEZ Pan de Cracovia y de la Universidad de Wrocław. Entre los huesos, reconocieron, entre otros, al lobo de Mosbach (Canis mosbachensis), a un lobo -de la familia de los perros- (Lycaon lycaonoides), pero también a un ancestro del oso de las cavernas y a dos especies de felinos: el león de las cavernas y el jaguar. Todos estos animales estaban presentes en la zona hace entre 450.000 y 550.000 años.

En la misma capa había también 40 artefactos de sílex -principalmente residuos de la fabricación de herramientas, pero también algunos productos finales, incluyendo raspadores, es decir, pequeños cuchillos de sílex.

Como estos artefactos proceden de la misma capa que los huesos, significa que sus edades son muy similares. Las re excavaciones realizadas en la cueva 2018 también confirmaron esta convicción. Confirmaron la disposición de las capas descrita por los investigadores hace medio siglo. Además, descubrimos más residuos de producción y huesos de animales, subrayó la dra. Kot.

Los huesos de los animales no presentan signos de corte o procesamiento. Esto significa que no proceden de animales cazados por el hombre. Más bien, según los científicos, la gente de la época cazaba otras especies menos peligrosas. Se mencionan ciervos, rinocerontes o caballos, entre otros.

Las capas de tierra fechadas se habían acumulado durante varias decenas de miles de años. Por tanto, los carnívoros cavernícolas, como las panteras, los osos o los lobos, no se encontraban necesariamente con los humanos, que probablemente sólo habitaban la cueva temporalmente.

Hasta ahora, sólo se conocen dos lugares en la zona de la actual Polonia donde se han descubierto artefactos de sílex igualmente antiguos: en Trzebnica y Rusko, en la voivodía de la Baja Silesia. No hay restos más antiguos de presencia humana en nuestra zona, señaló la dra. Kot.

Los huesos de mamíferos fueron analizados por paleontólogos de la Universidad de Varsovia, el ISEZ PAN de Cracovia y la Universidad de Wrocław | foto M.Kot

También son hallazgos muy raros en otras partes de Europa. Estas herramientas fueron hechas por el Homo heidelbergensis. Sin embargo, no fue el antepasado del hombre moderno, sino de otro de nuestros parientes, el neandertal, que apareció en la arena de la historia hace unos 250.000 años. En la cueva de Malopolska se encontraron las herramientas fabricadas por esta especie de hombre.

Nos sorprendió descubrir que hace medio millón de años la gente de esta zona se alojaba en cuevas, porque no eran los mejores lugares para acampar. La humedad y las bajas temperaturas lo desaconsejaron. Por otro lado, una cueva proporciona un refugio natural. Es un espacio cerrado y da sensación de seguridad. Hemos encontrado rastros que pueden indicar que las personas que vivían allí utilizaban el fuego, lo que probablemente ayudaba a acondicionar estos lugares oscuros y húmedos, dijo la dra. Kot.

Según ella, los hallazgos de la cueva del Túnel Wielki son una de las pocas pruebas de los primeros humanos que se aventuraron al norte de los Cárpatos. Es bastante improbable que hayan llegado más al norte. Lo más probable es que estemos en el límite norte de su capacidad de supervivencia, – dice la investigadora.

Excavaciones arqueológicas en la cueva del Gran Túnel realizadas en 2018 | foto Monika Dzierlińska

Es cierto que las condiciones climáticas diferían poco de las actuales, pero no por ello dejaban de ser un reto para los habitantes de aquella época.

Este es un aspecto increíblemente interesante de los análisis para nosotros. Podemos estudiar los límites de la capacidad de supervivencia del Homo heidelbergensis, y así observar cómo se adaptó a estas condiciones desfavorables, añadió la experta.

Los investigadores esperan encontrar en el futuro huesos de Homo heidelbergensis en la cueva del Túnel Wielki. Estos serían los restos humanos más antiguos descubiertos en suelo polaco. Los más antiguos conocidos actualmente pertenecen a un neandertal y tienen al menos 50.000 años de antigüedad.

Identificamos varios huesos potenciales, pero los análisis de ADN realizados en el Instituto Max Planck de Leipzig, en el laboratorio del profesor Svante Paabo, premio Nobel, demostraron que no se conservaba material genético en los huesos”, explicó la dra. Kot. Sin embargo, los científicos no pierden la esperanza de poder encontrar algún día restos humanos.


Fuentes

Fundacja PAP – Nauka W Polsce | Kot, M., Berto, C., Krajcarz, M.T. et al. Frontiers of the Lower Palaeolithic expansion in Europe: Tunel Wielki Cave (Poland). Sci Rep 12, 16355 (2022). doi.org/10.1038/s41598–022–20582–0

Imagen de portada:Artefactos de sílex de la cueva del Túnel Wielki realizados hace medio millón de años por el Homo heildelbergensis | foto M. Kot.

FUENTE RESPONSABLE: La Brújula Verde. Magazine Cultural Independiente. Por Guillermo Carvajal.  8 de octubre 2022.

Arqueología/Polonia/Homo heidelbergensis/Herramientas de silex/ Descubrimientos.

 

 

Descubren un santuario con halcones decapitados en un templo egipcio.

Un equipo de arqueólogos ha excavado en el yacimiento de Bereneki, un antiguo puerto grecorromano en Egipto, y ha encontrado quince halcones, muchos de ellos sin cabeza y enterrados en un templo, lo que apunta a un ritual del pueblo blemio al dios Halcón. En una inscripción se puede leer: “Es impropio hervir una cabeza en este sitio”.

Imagen general del Santuario de los Halcones.Foto: Joan Oller Guzmán et al

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Investigadores del proyecto Sikait, dirigidos por el profesor Joan Oller Guzmán de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), acaban de presentar en la revista American Journal of Archeology los resultados de su campaña en el yacimiento del puerto grecorromano de Berenike, en el desierto Arábigo de Egipto, realizada en enero de 2019.

El artículo presenta la excavación de un complejo religioso de cronología tardía (siglo IV-VI de nuestra era) bautizado como Santuario del Halcón (Falcon Shrine) por los investigadores, y situado dentro del Northern Complex, uno de los edificios más relevantes de la ciudad de Berenike durante este período. 

El yacimiento es un puerto del mar Rojo fundado en época ptolemaica (s. III antes de nuestra era) y con continuidad en época romana y bizantina, cuando se convierte en el principal punto de entrada del comercio proveniente del cuerno de África, Arabia y la India.

El pueblo nómada blemio

Dentro de este marco cronológico, una de las fases que más novedades ha aportado recientemente sería la más tardía, entre los siglos IV y VI, una época en la que parecería que la ciudad está parcialmente ocupada y controlada por los blemios, un grupo poblacional nómada de origen nubio que en ese momento extiende su dominio por buena parte del desierto Arábigo egipcio.

En este contexto, el Northern Complex resulta fundamental porque ha ofrecido evidencias claras de una vinculación con los blemios, con el hallazgo de inscripciones dedicadas a algunos de sus reyes o del Santuario del Halcón. 

Las excavaciones han permitido identificar un pequeño templo de tradición egipcia, que a partir del siglo IV es adaptado por la población blemia a su propio sistema de creencias.

Arpones, estatua y estela con inscripción

“Los hallazgos materiales son especialmente remarcables, con la presencia de ofrendas como arpones, una estatua de forma cúbica o una estela con indicaciones en torno a las actividades de culto, la cual ha sido elegida como portada del número de la revista”, destaca Joan Oller.

El aspecto votivo más remarcable sería la deposición de hasta 15 halcones dentro del santuario, la mayor parte de ellos sin cabeza. Aunque en el valle del Nilo ya se han observado entierros de halcones con fines religiosos con anterioridad, así como cultos a ejemplares individuales de estas aves, se trata de la primera vez que se observa un entierro de halcones dentro de un templo, y además acompañados de huevos, también un hallazgo inédito.

Se trata de la primera vez que se observa un entierro de halcones dentro de un templo.Foto: Joan Oller Guzmán et al

En otros yacimientos también se han encontrado momias de halcones decapitados, pero siempre individuos aislados, nunca en grupo como es el caso de Berenike. La estela presenta la curiosa inscripción “Es impropio hervir una cabeza en este sitio” que, lejos de ser una dedicatoria o un agradecimiento como es habitual en las inscripciones de la época, prohíbe hervir las cabezas de los animales en el interior del templo, una actividad considerada profana.

Oller señala: “Todos estos elementos apuntarían a una actividad ritual intensa que combinaría aspectos de tradición egipcia, junto con aportaciones blemias, sobre una base teológica posiblemente relacionada con el culto al dios Khonsu. Los hallazgos amplían nuestro conocimiento sobre esta población seminómada, los blemios, dentro del desierto Arábigo egipcio a finales del Imperio Romano”. 

La excavación en el yacimiento de Berenike la lideran el Polish Centre of Mediterranean Archaeology (Universidad de Varsovia, Polonia) y la Universidad de Delaware (EE UU). El proyecto Sikait cuenta con financiación de la Fundación PALARQ y los permisos del Ministerio de Antigüedades de Egipto.

Imagen de portada: Imagen general del Santuario de los Halcones.Foto: Joan Oller Guzmán et al

FUENTE RESPONSABLE: El Espectador.  8 de octubre 2022.

Ciencia/Descubrimientos/Egipto/Egiptología/Halcones/Fósiles.

 

Todos los caminos llevan a… ¿Inglaterra? Arqueólogos hallan vado empedrado de hace casi dos siglos.

Durante la labores de mantenimiento hidráulico en una ciudad inglesa, trabajadores encontraron un vado empedrado. Es posible que se trate de una vereda de hace más de mil 900 años, de la época romana.

Una vereda empedrada podría ser uno de los de descubrimientos romanos más inesperados hasta el momento. Durante las obras hidráulicas de mantenimiento en la ciudad de Evesham, en Inglaterra, se encontró un ‘vado’ empedrado, que podría ser el el único en su tipo y el mejor ejemplo de un camino al interior del país europeo.

Se trata de un tramo de alrededor de 10 metros que se extiende a una profundidad de 3 metros y fue descubierta por Severn Trent, una empresa de agua que abastece a más de 4,6 millones de hogares y empresas en Midlands y Gales, según su descripción.

El arqueólogo del Consejo del Distrito de Wychavon, Aidan Smyth, dijo que el descubrimiento «lo dejó sin aliento». Agregó que si se confirma que el camino se creó durante el siglo I d.C. sería algo «más que raro». Aún se espera que un equipo de expertos analice los hallazgos. 

Créditos: MR AND MRS MOOR vía BBC

«Nuestros equipos están trabajando en estrecha colaboración con la Inglaterra histórica, y representantes que asistirán al sitio después de más excavaciones», agregó un portavoz de Severn Trent a la BBC, que además dijo que los trabajos de mantenimiento se detuvieron de inmediato después de que se descubrió este camino empedrado. El lugar exacto del descubrimiento no ha sido revelado. 

Smyth explicó que la vereda, que cruza un arroyo, tiene marcas que sugieren que fue utilizado por carretas. Según su palabras «la mampostería es absolutamente perfecta», dijo. «Simplemente cumple todos los requisitos para ser romano». 

Créditos: MR AND MRS MOOR vía BBC

«Cuando bajé para mirarlo, honestamente, pensé que era demasiado bueno para ser verdad», agregó Aidan, y explicó que después de mirar toda la tierra y restos que el agua cubrió con el tiempo, seguramente tuvieron que pasar milenios para que el vado llegara tan profundo». 

«El único lugar que puedo ver similar cuando estaba investigando es en Pompeya. No puedo encontrar nada más en ningún lugar como ese», apuntó Smyth. 

Aidan aún trabajará con un equipo de arqueólogos para excavar una área al costa del vado y realizar una evaluación tipológica. «Si es de fecha romana, es el único de su tipo en Gran Bretaña», dijo.

Imagen de portada: Posible vado empedrado de la época romana . Foto: BBC.

FUENTE RESPONSABLE: Redacción Terra. 6 de octubre 2022.

Arqueología/Inglaterra/Descubrimientos

 

 

Encuentran un cabestrillo prehistórico en la tumba de un bebé de hace 10.000 años en Italia.

Parece bastante lógico: incluso en su historia más temprana, los humanos debían necesitar algo para llevar a sus bebés cuando se desplazaban de un lugar a otro. Pero como existen pocas pruebas fehacientes de ello -no hay tejidos para llevar a los bebés en las excavaciones arqueológicas y, además, hay muy pocos enterramientos de bebés prehistóricos-, nadie sabe si esta práctica se llevó a cabo.

Ahora, sin embargo, una nueva investigación realizada por un equipo de científicos de la Universidad de Montreal sostiene que hay pruebas del uso de cabestrillos o portabebés hace unos 10.000 años, lo que arroja luz sobre cómo se cuidaba a los niños en la prehistoria y cómo estaban vinculados socialmente a su comunidad.

Dirigido por Claudine Gravel-Miguel, una antropóloga de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) que ahora trabaja como investigadora invitada en el laboratorio del profesor de antropología de la Universidad de Montreal Julien Riel-Salvatore, el equipo combinó métodos analíticos innovadores para extraer información difícil de obtener sobre las cuentas de concha perforada encontradas en el enterramiento de un bebé femenino de entre 40 y 50 días de edad, apodado Neve, en el yacimiento de la cueva de Arma Veirana, en Liguria (Italia).

Los resultados del equipo se publican en la revista Journal of Archaeological Method and Theory. En su estudio, Gravel-Miguel y sus colegas describen cómo utilizaron un modelo de fotogrametría 3D de alta definición del enterramiento, combinado con observaciones microscópicas y análisis de microCT de las cuentas, para documentar en detalle cómo se produjo el enterramiento y cómo las cuentas fueron probablemente utilizadas por Neve y su comunidad en vida y en muerte.

Los resultados muestran que las cuentas fueron cosidas al trozo de cuero o tela que se utilizó para envolver a Neve para su entierro. Esta decoración contenía más de 70 pequeñas conchas marinas perforadas y 4 grandes colgantes de bivalvos perforados que no se han encontrado en otros yacimientos prehistóricos. Los científicos observan que la mayoría de las cuentas presentan fuertes signos de uso, que no pudieron producirse durante la corta vida de Neve.

Esto demuestra que las cuentas habían sido usadas durante un tiempo considerable por alguien de la comunidad de la niña antes de que le fueran entregadas a ella, posiblemente como reliquias, o tal vez incluso utilizadas como protección contra las fuerzas negativas.

Ornamentos personales encontrados en y sobre el enterramiento agrupados por el lugar en el que se encontraron en relación con los huesos | foto C. Gravel-Miguel et al.

Teniendo en cuenta el esfuerzo necesario para crear y reutilizar las cuentas a lo largo del tiempo, es interesante que la comunidad decidiera desprenderse de estas cuentas en el entierro de un individuo tan joven, dijo Gravel-Miguel. Nuestra investigación sugiere que esas cuentas y colgantes probablemente adornaron el cabestrillo de Neve, que fue enterrado con ella.

Basándose en observaciones etnográficas sobre cómo se adornan y utilizan los portabebés en algunas sociedades modernas de cazadores-recolectores, el estudio sugiere que la comunidad de Neve pudo haber decorado su cabestrillo con cuentas destinadas a protegerla contra el «mal».

Fotos de campo de los ornamentos en el orden en que fueron excavados | foto C.Gravel-Miguel et al.

Sin embargo, como su muerte indicaba que esas cuentas habían fallado, habría sido mejor enterrar el portabebés en lugar de reutilizarlo.

La nueva investigación contribuye a la creciente literatura sobre el cuidado de los niños en la prehistoria y el probable uso y reutilización de cuentas para proteger a los individuos y mantener los vínculos sociales dentro de una comunidad, añadió Riel-Salvatore.

Este trabajo aporta información verdaderamente original sobre la arqueología del cuidado de los niños, dijo. Tiende un puente entre la ciencia y el arte de la arqueología para llegar al elemento ‘humano’ que impulsa el tipo de investigación que hacemos.


Fuentes

Université de Montréal | Gravel-Miguel, C., Cristiani, E., Hodgkins, J. et al. The Ornaments of the Arma Veirana Early Mesolithic Infant Burial. J Archaeol Method Theory (2022). doi.org/10.1007/s10816-022-09573-7

Imagen de portada: Reconstrucción artística del enterramiento de Arma Veirana, Italia | dibujo de Mauro Cutrona / Universidad de Montreal.

FUENTE RESPONSABLE: La Brújula Verde. Magazine Cultural Independiente. Por Guillermo Carvajal. 30 de septiembre 2022

Sociedad y Cultura/Arqueología/Descubrimientos.

Descubren nuevos mosaicos en el palacio califal de Khirbat al-Minya, a orillas del Mar de Galilea.

Con la ayuda de estudios geomagnéticos de superficie y la posterior excavación práctica, un equipo de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU) ha revelado nuevos datos sobre la zona en la que se construyó el palacio califal de Khirbat al-Minya a orillas del Mar de Galilea. Según estos descubrimientos, ya existía un asentamiento ocupado por habitantes cristianos o judíos en las inmediaciones mucho antes de que se construyera el palacio.

Esta vez nos ha tocado el premio gordo con nuestras excavaciones, declaró el director del yacimiento y arqueólogo, el profesor Hans-Peter Kuhnen, en relación con el resultado de las últimas actuaciones en la zona del palacio del primer califa islámico Khirbat al-Minya, en Israel. El equipo de arqueólogos de Maguncia realizó este importante descubrimiento utilizando métodos geomagnéticos y excavando pozos de prueba a partir de los hallazgos.

Descubrieron que, a principios del siglo VIII, el califa había encargado la construcción de su palacio, con su mezquita incorporada y una torre de entrada de 15 metros de altura, y no -como se sospechaba hasta ahora- en un terreno virgen en la orilla desocupada del mar de Galilea, sino adyacente a un asentamiento anterior y en respetuosa coexistencia con él.

Khirbat al-Minya: El lugar de excavación (marrón) con sus toldos de protección solar situado en la orilla noroeste del Mar de Galilea – aquí visto desde la elevación de Tel Kinneret | foto Hans-Peter Kuhnen

El proyecto de investigación se concibió inicialmente como un medio para formar a los estudiantes en el trabajo de campo arqueológico. Se llevó a cabo con el apoyo de la Autoridad de Antigüedades de Israel y fue financiado por la Fundación Fritz Thyssen, la Fundación Axel Springer, la Fundación Santander y el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). El equipo se alojó en la casa de huéspedes Tabgha Pilgerhaus, gestionada por la Asociación Alemana de Tierra Santa (DVHL), que es propietaria del lugar de las excavaciones en la orilla noroeste del Mar de Galilea desde 1895.

Durante su excavación, el equipo arqueológico de Maguncia encontró estructuras de piedra hechas de basalto que datan de varias épocas, con paredes enlucidas, suelos de mosaicos de colores y una cisterna de agua. Las plantas representadas en uno de los mosaicos son especialmente notables, ya que tienen los tallos largos y curvados típicos de los que también se representan en los llamados mosaicos de la escena del Nilo creados en los siglos V a VI.

Las imágenes de la flora y la fauna autóctonas del valle del Nilo simbolizaban el poder vivificante del poderoso río, que con sus crecidas anuales garantizaba la fertilidad agrícola de Egipto. Eso explica que tanto las iglesias de la antigüedad tardía, como la de la cercana Iglesia de la Multiplicación de Tabgha, como las lujosas viviendas de las ciudades de la antigüedad tardía estuvieran decoradas con mosaicos de la escena del Nilo.

Primer plano del mosaico mostrando una planta en flor: En primer plano se ven las marcas de un pico cuando el mosaico fue destruido deliberadamente | foto Hans-Peter Kuhnen

El asentamiento junto al lago existía mucho antes de que se planeara el palacio del califa

El mosaico recientemente descubierto, junto con los hallazgos de cerámica relacionados que datan de los siglos V a VII, demuestran que el asentamiento a orillas del lago ya era próspero siglos antes de que se iniciaran las obras del palacio del califa. Sus habitantes originales eran cristianos o judíos, a los que posteriormente se unió una pequeña comunidad islámica, para la que el califa mandó construir una entrada lateral a principios del siglo VIII para que pudieran acceder a la mezquita de su palacio.

Las cerámicas desenterradas han revelado que el lugar permaneció ocupado bajo el control de los califatos omeya y luego abasí desde el siglo VII hasta el XI. En este periodo se iniciaron nuevos proyectos de construcción, durante los cuales algunas partes de los mosaicos fueron víctimas de las piquetas blandidas por iconoclastas de inspiración religiosa, se demolieron secciones de los antiguos muros y las piedras se transportaron para ser reutilizadas en otros lugares. Los restos se convirtieron finalmente en la ubicación de un cementerio en el que los muertos eran enterrados, según la costumbre musulmana, tumbados de lado con la cara dirigida hacia La Meca.

Cerca de allí, el equipo de Maguncia también sacó a la luz un horno construido en piedra que se utilizaba para procesar la caña de azúcar. Aunque la caña de azúcar representaba uno de los principales productos agrícolas de exportación de Tierra Santa de la época de la Alta Edad Media y aportaba una riqueza considerable a los terratenientes, se necesitaban grandes volúmenes de agua para cultivarla y grandes cantidades de madera para hacer funcionar los hornos de cocción.

Khirbat al-Minya: Esta sección de la excavación muestra, a la izquierda, el suelo de mosaico con las plantas del Nilo y, a la derecha, por encima de una cisterna rellena, los restos de otro suelo de mosaico que probablemente fue eliminado casi totalmente a principios de la Edad Media | foto Hans-Peter Kuhnen

El resultado fue una gran erosión del suelo y un desastre medioambiental del que la zona del lago no se había recuperado del todo ni siquiera en el siglo XX. La inmensa escala del cultivo de la caña de azúcar en la Edad Media quedó demostrada tanto por los hallazgos de las excavaciones en el Palacio Califal -las de 1936 a 1939 y las de 2016- como por las prospecciones geomagnéticas de 2019, que revelaron todas ellas evidencias de docenas de hornos de este tipo en funcionamiento entre los siglos XII y XIII/14.

Nuestras excavaciones más recientes muestran que el califa Walid hizo construir su palacio a orillas del mar de Galilea en un paisaje ya cuidadosamente estructurado que había sido habitado durante mucho tiempo. Fue aquí donde posteriormente se hizo un gran negocio con el cultivo de la caña de azúcar, causando lamentablemente un daño duradero al ecosistema, dijo Kuhnen. Nuestra investigación ha sacado de nuevo a la luz este asentamiento adyacente al palacio del califa, situándolo en el contexto que le corresponde dentro de la historia de los asentamientos humanos de Tierra Santa. A lo largo de los siglos, experimentó periodos alternos de innovación y decadencia, pero no hubo ninguna interrupción real de su existencia durante su vida.

Los estudios geomagnéticos de superficie mostraron dónde excavar

El equipo de Maguncia pudo localizar con tanta precisión este punto histórico con sus catas de prueba gracias a los resultados de los estudios geomagnéticos de superficie realizados in situ en un proyecto piloto en 2019. La tecnología emplea sensores magnéticos para detectar y cartografiar diminutas variaciones en el campo magnético de la Tierra causadas por las alteraciones del suelo, por ejemplo, las provocadas por las obras de construcción.

Uno de los hornos medievales de cocción de caña de azúcar | foto Hans-Peter Kuhnen

Esto permite a los arqueólogos predecir con bastante seguridad el trazado de muros y pavimentos e identificar el emplazamiento de hogares y hornos ocultos bajo el suelo, sin necesidad de recurrir a una pala. Sin embargo, para verificar realmente si los resultados de la magnetometría indican la presencia de algo interesante y para datar las posibles estructuras, los arqueólogos tienen que excavar pozos de prueba específicos, como hizo el equipo del Departamento de Estudios Antiguos de la JGU en Khirbat al-Minya.

Debido a la pandemia de coronavirus, Kuhnen y su equipo tuvieron que esperar tres largos años antes de poder volver al yacimiento para ver lo que les esperaba. Sin embargo, trabajando bajo el sol abrasador de agosto, se vieron recompensados por sus esfuerzos.

Fueron nuestros escaneos geomagnéticos previos los que nos proporcionaron indicaciones inusualmente precisas de lo que podíamos encontrar bajo la superficie. El resultado de nuestras excavaciones ha sido exactamente el que esperábamos. La combinación de estos dos métodos de investigación requiere menos esfuerzo, ayuda a preservar el patrimonio arqueológico y es, por tanto, el futuro de nuestra disciplina, concluyó el profesor Hans-Peter Kuhnen a la luz de las actuales excavaciones en la orilla del Mar de Galilea, que continuarán el próximo año.


Fuentes: Johannes Gutenberg-Universität Mainz

Imagen de portada: Primer plano del mosaico mostrando una planta en flor: En primer plano se ven las marcas de un pico cuando el mosaico fue destruido deliberadamente | foto Hans-Peter Kuhnen.

FUENTE RESPONSABLE: La Brújula Verde. Magazine Cultural Independiente. Por Guillermo Carvajal. 26 de septiembre 2022.

Arqueología/Descubrimientos

 

 

 

 

El fabuloso tesoro de la reina Nubia de Meroe que luchó contra los romanos.

Tesoros arqueológicos

En 1834 Giuseppe Ferlini descubrió en una pirámide de Meroe el espléndido ajuar funerario de la reina Amanishakheto.

En Nubia, al norte del actual Sudán, se formó en el siglo VIII a.C. un reino independiente que desaparecería en el siglo IV d.C., conquistado por el reino etíope de Aksum. En el siglo I a.C., los romanos, tras conquistar Egipto, entraron en contacto con este reino, y más concretamente con una aguerrida soberana que plantó cara al poderoso ejército de Augusto, a la que llamaban «la kandace [reina] de un solo ojo». En los Hechos de los Apóstoles también se nombraba a una reina de Sudán y un ministro suyo, «un hombre de Abisinia y poderoso que ella puso al frente de los almacenes donde guardaba sus tesoros», el cual se convirtió al cristianismo.

Estas noticias sobre los tesoros del enigmático reino sudanés despertaron el interés de exploradores y aventureros cuando Egipto conquistó Sudán en la década de 1820. Tal como ocurrió con la expedición de Napoleón pocos años antes, el ejército contaba entre sus filas con diversos especialistas. El más importante fue Frédéric Caillaud, un mineralogista francés al que el virrey Mohamed Alí había encargado buscar minas de esmeralda. En este viaje, Caillaud dibujó todas las pirámides y monumentos que encontraba y, con la publicación de su obra, Sudán empezó a atraer la atención de los estudiosos. Una de las zonas que visitó Caillaud fue la necrópolis real de Meroe, la antigua capital del reino de Kush. La formaban tres cementerios; en el situado más al norte estaban enterrados los reyes, los príncipes y las kandaces o reinas gobernantes de Meroe, en tumbas con forma de pirámides muy apuntadas, con templos funerarios de estilo egipcio frente a ellas, formados por pilonos y decorados con numerosos relieves.

UN TESORO ESCONDIDO

La visión de estas pirámides llamó la atención de Giuseppe Ferlini, un médico italiano alistado en el ejército egipcio y destacado en Sudán. Según manifestaría posteriormente, cuando abandonó el ejército, en1834, «estaba decidido a volver a casa sin un céntimo o cargado de tesoros hasta los dientes». Junto con un comerciante de origen albanés llamado Antonio Stefani, se encaminó hacia la necrópolis de Meroe y escogió la pirámide mejor conservada para explorarla. Para desgracia de los estudiosos posteriores, el método de trabajo de Ferlini consistía en desmontar la pirámide, por lo que en la actualidad poco queda de la estructura. En palabras del egiptólogo Richard Lepsius, el descubrimiento de Ferlini «ha causado la ruina de muchas pirámides desde entonces».

Anillo de oro con la imagen del dios Amón con cabeza de carnero y seis lágrimas colgantes. Forma parte del ajuar funerario de la reina Amanishakheto.Foto: Museos Estatales de Berlín, Museo Egipcio y Colección de Papiros / Sandra Steiß CC BY-NC-SA 4.0

Al retirar los bloques de piedra de la cima de la pirámide, Ferlini encontró una estancia con un lecho funerario «cubierto con una tela de algodón o lino de color blanco, que se deshacía con el más mínimo roce». Pero la sorpresa fue mayúscula cuando miró debajo de la cama. «Allí encontré un recipiente [de bronce], y dentro una serie de objetos envueltos en tela». Más tarde se sabría que esos objetos formaban parte del ajuar funerario de la reina Amanishakheto, la misma que había hecho frente al ejército de Augusto.

Brazalete de oro con intrincada decoración. Tesoro de la reina Amanishakheto. Foto: Museos Estatales de Berlín, Museo Egipcio y Colección de Papiros / Sandra Steiß CC BY-NC-SA 4.0

El tesoro estaba formado por más de 300 joyas de inspiración egipcia: anillos, brazaletes, pectorales, pendientes… El suelo de la estancia también estaba cubierto de cuentas, «fragmentos de pasta de vidrio y piedras que formaban cadenas, también amuletos, pequeños idolillos, una caja metálica, cajitas, una sierra, un mazo, así como otros muchos objetos». Ferlini guardó todo lo que pudo en una bolsa para evitar que los obreros lo vieran y estuvieran tentados de coger alguna joya.

Una vez en la tienda, «al ver la cantidad de oro que tenía ante mis ojos me di cuenta de que debía de superar con mucho lo que ya había repartido por los museos de Europa». Pero Ferlini tuvo miedo de los obreros, que estaban excitados por el descubrimiento, y decidió marcharse del país. Se dirigió a Roma para vender las joyas, pero los estudiosos dudaron de la procedencia del tesoro y lo consideraron una falsificación. Pese al revés, Ferlini publicó el hallazgo y Luis I de Baviera, gran coleccionista, vio el catálogo. El rey compró en 1840 la mitad de la colección, hoy en el Museo Estatal de Arte Egipcio de Múnich.

LA MISIÓN PRUSIANA

En 1844, el egiptólogo Richard Lepsius, tras examinar el tesoro y confirmar su autenticidad, emprendió una expedición siguiendo los pasos de Ferlini. Lepsius se encaminó hacia Begerawiyeh, cerca de donde estaban las pirámides. «Después de cabalgar con furia, llegamos finalmente al pie de un grupo de pirámides edificadas muy cerca las unas de las otras, que trazaba una especie de media luna ante nuestros ojos». Lepsius se hizo acompañar por uno de los guías locales que ya había colaborado con Ferlini cuando éste exploraba la necrópolis real en 1834.

Anillo de oro tipo sello con efigie de gobernante entronizado. Ajuar funerario de la reina Amanishakheto.Foto: Museos Estatales de Berlín, Museo Egipcio y Colección de Papiros / Sandra Steiß CC BY-NC-SA 4.0

Con la excitación del momento, Lepsius no esperó ni a encender una vela para explorar el templo funerario de la reina. «Medio buscando con los ojos y medio a tientas, descubrí esculturas en los muros exteriores de los pequeños templos funerarios, y hasta pude palpar algunas figuras en las paredes interiores». La decoración mostraba a la reina Amanishakheto como una mujer corpulenta, de rasgos negroides y con numerosas joyas, las mismas que Ferlini descubrió en el interior de la pirámide. En la imagen arquetípica del faraón venciendo a sus enemigos, Amanishakheto sujetaba por el cabello a los vencidos y los presentaba a las divinidades.

Colgante de oro decorado con una flor de loto. Forma parte del tesoro de la reina Amanishakheto.Foto: Museos Estatales de Berlín, Museo Egipcio y Colección de Papiros / Sandra Steiß CC BY-NC-SA 4.0

«Inmediatamente aparecieron ante mis ojos los dioses egipcios, identificados por sus nombres mediante inscripciones jeroglíficas muy conocidas». Con la exploración de la pirámide y del resto de la necrópolis, Lepsius pudo identificar a la propietaria del tesoro que había hallado Ferlini y telegrafió rápidamente al rey de Prusia Federico Guillermo IV recomendándole que comprara la otra mitad de las piezas. La adquisición de este conjunto pasaría a formar parte de la colección del futuro Museo de Berlín, donde hoy se muestra este magnífico tesoro.

Imagen de portada: Panorámica de la necrópolis real de Meroe, en el actual Sudán, donde se alza la pirámide de la reina Amanishakheto. Foto: iStock

FUENTE RESPONSABLE: Historia National Geographic. Por Nuria Castellano. 24 de septiembre 2022.

Arqueología/Descubrimientos.

 

Descubren inscripciones pintadas de 3.500 años de antiguedad en la antigua Hattusa, la capital hitita.

A unos 200 kilómetros al este de la capital turca, Ankara, a las afueras de la pequeña localidad de Boğazkale, se encuentran las ruinas de la ciudad de la Edad de Bronce de Hattusa. Hattusa fue en su día la capital del Imperio Hitita, que dominaba amplias zonas de Asia Occidental en el segundo milenio a.C.

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A principios de agosto, el Dr. Bülent Genç, miembro del equipo de excavación y profesor de arqueología en la Universidad Artuklu de Mardin, hizo un descubrimiento especial en Yerkapı. En un túnel sin luz, del monumento en la ciudad alta que se conoce desde tiempos inmemoriales, notó signos. Estos habían sido pintados en las piedras toscamente trabajadas de las paredes con pintura de raíz de color marrón rojizo.

Desde entonces se han descubierto rastros de al menos 249 signos en jeroglíficos anatolios (signos pictóricos) en las investigaciones aún en curso. Aunque algunos están demasiado erosionados para ser legibles, la mayoría están bien conservados y son claramente descifrables.

Uno de los jeroglíficos Anatolios pintados descubiertos | foto Bülent Genç/DAI

Según las primeras evaluaciones de los filólogos del equipo de excavación (M. Alparslan y M. Marazzi), existen al menos ocho grupos diferentes de signos de repetición en el llamado Poterne de Yerkapı. Uno de estos grupos de signos ha sido identificado 38 veces hasta ahora. Al parecer, no se trata de inscripciones coherentes, sino de breves anotaciones (grafitti). Las primeras observaciones suponen nombres de personas o dioses, así como una posible designación de este camino subterráneo en el periodo hitita.

Los jeroglíficos de Anatolia y el significado de las inscripciones recién descubiertas.

En el periodo del Gran Reino Hitita, los jeroglíficos anatolios se encuentran regularmente en monumentos rocosos o sellos, ya sea grabados o en relieve. Los signos descubiertos en Yerkapı, sin embargo, estaban escritos en los bloques de piedra con pintura.

Hasta ahora, sólo se conocían inscripciones pintadas de Kayalıpınar (Sivas) y Suratkaya (Muğla). Y su número era extremadamente pequeño. Gracias a los hallazgos de Yerkapı, cada vez está más claro que la escritura jeroglífica anatolia estaba mucho más extendida en la sociedad del II milenio a.C. de lo que se suponía. Estos hallazgos abren una ventana completamente nueva e inesperada a la Edad de Bronce tardía.

Para documentar este descubrimiento único, los jeroglíficos junto con todo el edificio están siendo grabados digitalmente y modelados en tres dimensiones en cooperación con colegas de la Universidad Federico II – DiSTAR.

Otro grupo de jeroglíficos pintados | foto Bülent Genç/DAI

La investigación arqueológica en Hattusa

Desde hace 116 años, Hattusa (Patrimonio de la Humanidad y Memoria del Mundo de la UNESCO) se investiga con el permiso del Ministerio de Cultura y Turismo de la República de Turquía.

El objetivo del equipo internacional, dirigido desde 2006 por el Prof. Dr. Andreas Schachner, del Instituto Arqueológico Alemán de Estambul, es la investigación sistémica de Hattusa. El programa de trabajo se centra en las excavaciones, el tratamiento de los hallazgos y las restauraciones.

Los trabajos actuales se desarrollan en Boğazköy/Hattusa en el marco del proyecto global financiado por el Instituto Arqueológico Alemán (DAI), la Fundación Alemana de Investigación (DFG), la Fundación Thyssen, la Fundación GRH y el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano. Colegas de la AID, de la Universidad de Estambul y de las Universidades Federico II y Suor Orsola Benicasa (ambas de Nápoles) colaboran en la documentación y la evaluación.

Fuentes: Deutsches Archäologisches Institut

Imagen de portada: El yacimiento de Yerkapı en Hattusa, el lugar del hallazgo | foto Andreas Schachner/DAI.

FUENTE RESPONSABLE: La Brújula Verde. Por Guillermo Carvajal. 19 de septiembre 2022.

Arqueología/Historia/Descubrimientos/Actualidad

 

 

El eslabón pérdido de la historia india: la Ciudad de Mohenjo-Daro.

Varios arqueólogos británicos sacaron a la luz, hacia 1925, dos grandes ciudades de 2500 a.C., Mohenjo-Daro y Harappa.

El Nilo, el Tigris y el Éufrates, y el Huang He y el Yangtse fueron los principales y directos responsables del surgimiento de las primeras civilizaciones de la historia: Egipto, Mesopotamia y China. Pero a orillas de otro imponente río, el Indo, se descubrió a inicios del siglo XX una civilización desconocida: la cultura del valle del Indo.

Hasta entonces, los restos arqueológicos más antiguos de la región india (India y Pakistán) eran las estupas budistas del norte, datadas hacia el siglo I d.C., aparte de algunas evidencias prehistóricas en el sur. El hallazgo de las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro («la colina de los muertos») permitió, como dijo el arqueólogo británico John Marshall, uno de sus descubridores, «ampliar nuestro conocimiento de la civilización india en al menos 3.000 años, demostrando que en el III milenio a.C., o incluso antes, las gentes del Punjab y el Sind vivían en centros urbanos bien organizados y poseían una avanzada tecnología».

Pero el hallazgo de esta nueva civilización estuvo a punto de perderse para siempre justo antes de nacer. En 1856, poco después de que el Imperio británico se anexionara el actual territorio de Pakistán, se decidió construir una línea de ferrocarril que uniera Karachi y Lahore, y se encargó la obra a los hermanos e ingenieros John y William Brunton.

DE GRAN CIUDAD A CANTERA

John, que trabajaba en el sur, se encontró con el problema de conseguir balasto (gravilla) para las vías del ferrocarril y se le ocurrió que podría encontrarlo en una «vieja ciudad de ladrillos en ruinas» conocida con el nombre de Brahminabad. Tras comunicarle a su hermano su idea, éste hizo lo propio en otra ciudad abandonada en la región del Punjab, cerca del pueblo de Harappa, que estaba totalmente edificada con ladrillos cocidos.

Harappa fue desmantelada por completo, tal como recordaría años después el arqueólogo Alexander Cunningham.

Sello de terracota en el que se representa una figura masculina. Mohenjo-Daro. Foto: Cordon Press.

Sin conceder importancia alguna a sus vestigios, Harappa fue desmantelada por completo, tal como recordaría años después el arqueólogo Alexander Cunningham: «Las ruinas de Harappa son las más grandes del curso del río Ravi. En conjunto miden casi 4 kilómetros de perímetro. Las paredes eran muy macizas, pero apenas queda nada, pues el material se usó para construir la vía del tren. Para hacernos una idea de la extensión originaria de Harappa basta pensar que los ladrillos sirvieron de firme para la línea ferroviaria entre Lahore y Multan, de 160 kilómetros de longitud».

EL RESURGIR DE UNA CULTURA

Cunningham era general del ejército británico e ingeniero jefe de las provincias del norte; también era un gran amante de las antigüedades, y dedicó todos sus esfuerzos a fomentar el estudio, la publicación y la salvaguarda del patrimonio indio. En 1860 se fundó el Archaeological Survey of India (Servicio Arqueológico de la India), del que Cunningham formó parte como arqueólogo y luego, entre 1870-1885, como director general. Fue él quien, al adquirir unos sellos cuadrados de esteatita que los obreros guardaron tras la destrucción de Harappa, se dio cuenta de la antigüedad e importancia de aquel yacimiento.

Sello de esteatita y su impresión, descubierto en Harappa, Pakistán. Foto: Cordon Press

Pero no fue hasta la década de 1920 cuando se produjo ese «gran salto» del que hablaba Marshall. El interés por los contactos entre el mundo clásico y el oriental condujo a este experimentado arqueólogo a presidir el Archaeological Survey entre 1902 y 1928. Al igual que Cunningham, Marshall llevó a cabo un amplio programa de actividades y de modernización de los métodos de trabajo, y por primera vez incluyó a arqueólogos indios en el equipo. 

Fueron precisamente ellos quienes llevaron a cabo las primeras excavaciones tanto en Harappa, por parte de Daya Ram Sahni en 1920, como en Mohenjo-Daro, en la región del Sind, unos 600 kilómetros más al sur y cuyo descubrimiento en 1922 debemos a R. D. Banerji. Al principio éste creyó que aquellos restos pertenecían a la época de las estupas budistas, pero las investigaciones posteriores, en las que participó Marshall, revelaron que se trataba de una civilización que se remontaba al año 2500 a.C., tan desarrollada y brillante como las de Egipto y Sumer.

Marshall llevó a cabo un amplio programa de actividades y de modernización de los métodos de trabajo, y por primera vez incluyó a arqueólogos indios en el equipo.

Las campañas de excavación dejaron al descubierto unas ciudades impresionantes, con más de 100 hectáreas de extensión y una población de entre 40.000 y 70.000 habitantes, con murallas de nueve metros de altura y un perfecto sistema reticular basado en cruces de anchas calles en disposición cardinal. El hallazgo de miles de sellos ponía de manifiesto una rica economía y la presencia de un sistema de escritura (aún no descifrado) vital para aquellas comunidades urbanas.

EXCAVACIONES MODERNAS

Tras Cunningham y Marshall, el siguiente personaje importante en la historia de Harappa y Mohenjo-Daro fue un nombre ilustre de la historia de la arqueología, Mortimer Wheeler, quien dirigió el Archaeological Survey en 1940-1944. Si sus predecesores fundaron y mejoraron los trabajos arqueológicos en esta zona, Wheeler condujo la arqueología a la era moderna al dotarla de un sistema basado en la estratigrafía, sobre la cual se apoya la ciencia arqueológica actual. 

En sus intervenciones en ambas ciudades, Wheeler llevó a cabo los primeros y seguros registros estratigráficos, con tres niveles para Harappa y hasta nueve para Mohenjo-Daro. También modernizó el concepto de arqueología para convertirla en una ciencia: «En casi todos los sitios que he visitado –constató– hay evidencias de que el trabajo ha sido realizado por aficionados, por hombres ansiosos, sin suficiente experiencia para hacer una buena labor».

Wheeler llevó a cabo los primeros y seguros registros estratigráficos, con tres niveles para Harappa y hasta nueve para Mohenjo-Daro.

Gran piscina en el yacimiento de Mohenjo-Daro, en Pakistán. Foto: iStock

Otra de sus aportaciones fue hacer que las excavaciones sirviesen como práctica a los estudiantes. En una época y una zona con una amplia diversidad cultural y religiosa, ello traía consigo fricciones, pero Wheeler supo ponerles freno: «Aquí todos somos iguales; yo no distingo entre sijs, persas, hindúes o musulmanes; todos somos arqueólogos y si a alguien no le gusta, que se vaya».

Así pues, el descubrimiento de Harappa y Mohenjo-Daro no se debe a una sola persona, sino a un grupo de esforzados arqueólogos que, aportando cada uno lo mejor de sí mismo, recuperaron una de las primeras culturas del mundo: la civilización del Valle del Indo.

Imagen de portada: Al fondo de la imagen, estupa de budista en Mohenjo-Daro, en Pakistán. Foto: iStock

FUENTE RESPONSABLE: Historia National Geographic. Por Felip Masó. 19 de septiembre 2022.

Arqueología/Civilizaciones/Descubrimientos.

 

Una colosal estatua de Hércules descubierta en la antigua ciudad griega de Filipos.

Durante las excavaciones que se desarrollan en el yacimiento griego de Filipos, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Tesalónica ha sacado a la luz una colosal estatua que representa a un joven Hércules, datada en el siglo II d.C., y que al parecer decoró una fuente monumental.

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Durante las excavaciones que un grupo de arqueólogos ha llevado a cabo en la antigua Filipos, ciudad fundada por el rey macedonio Filipo II, padre de Alejandro Magno, y escenario de la famosa batalla del mismo nombre en el año 42 a.C., se ha encontrado una estatua monumental que representa a un Hércules joven. Los trabajos de excavación, dirigidos por la profesora de Arqueología bizantina Natalia Poulou, han contado con la participación de los profesores Anastasios Tantsis y Aristóteles Menzo y con la colaboración de varios estudiantes de la Aristotle University of Thessaloniki (AUTH), institución que en la actualidad se encarga de los trabajos de excavación y mantenimiento del yacimiento.

La zona que escogieron los arqueólogos en esta última campaña para realizar excavaciones ha abarcado el lado oriental de una de las calles principales de Filipos. En ese punto se ha localizado una plaza en la que en su día se alzó un imponente edificio, muy posiblemente una fuente ricamente decorada (ninfeo), de la que se han hallado algunos fragmentos, y que, según creen los investigadores, habría tenido una rica decoración arquitectónica.

Lugar del hallazgo de la estatua colosal del joven Hércules. Foto: Ministerio de Cultura de Grecia.

Fragmentos de la estatua de Hércules tal como fueron descubiertos en el yacimiento de Filipos. Foto: Ministerio de Cultura de Grecia.

UNA ESTATUA COLOSAL

De hecho, la decoración de esta fuente, que ha sido datada entre los siglos VIII y IX, el período de dominio bizantino en la ciudad, estaba coronada por una impresionante estatua de época romana (siglo II d.C.), de un tamaño superior al natural, que representa a un Hércules juvenil. La maza, de la que se han encontrado diversos fragmentos, y la piel de león que cuelga de la mano izquierda extendida confirmarían la identidad del héroe. En la cabeza, Hércules lleva una corona de hojas de vid atada a la espalda por una cinta cuyos extremos finalizan en los hombros.

La decoración de la fuente estaba coronada por una impresionante estatua de época romana (siglo II d.C.) que representaba a una Hércules juvenil.

El hecho de utilizar estatuas antiguas para decorar edificios está confirmado por las fuentes históricas y también por los hallazgos arqueológicos. Por ejemplo, se sabe que en Constantinopla las estatuas de época clásica y romana decoraron los edificios y los espacios públicos hasta el período bizantino tardío. Lo que viene a demostrar este hallazgo es el modo en que se ornamentaban los espacios públicos en las ciudades más importantes del Imperio bizantino. Debido a su importancia estratégica en ese período, Filipos mantuvo una considerable guarnición bizantina en el siglo VIII d.C. Los soldados de Bizancio no pudieron, sin embargo, evitar que la ciudad fuera tomada por los búlgaros en 838 d.C., aunque fue recuperada por los propios bizantinos en el año 850 d.C.

EL OCASO DE UNA ESPLÉNDIDA CIUDAD

Aunque se desconoce la fecha exacta del abandono definitivo de la ciudad de Filipos, los investigadores creen que este hecho pudo haberse producido alrededor del siglo XV. Los viajeros que la visitaron entonces confirmaron que de la otrora cosmopolita ciudad tan solo quedaban ruinas y que las piedras que una vez sirvieron para levantar magníficos edificios estaban siendo aprovechadas por los otomanos como cantera.

Los investigadores creen que el abandono definitivo de la ciudad de Filipos pudo haber tenido lugar en el siglo XV.

Uno de los arqueólogos durante los trabajos de excavación. Foto: Ministerio de Cultura de Grecia

Las primeras excavaciones arqueológicas sistemáticas de la ciudad fueron realizadas por la Escuela Francesa de Atenas en 1914, y solo se interrumpieron a causa del estallido de la Primera Guerra Mundial. Tras la finalización del conflicto y desde que volvieron a retomarse los trabajos en el yacimiento en el año 1920 hasta 1937 salieron a la luz el teatro, el foro, dos basílicas, unas termas y una muralla. En la actualidad, las excavaciones continúan con grandes resultados, como demuestra este magnífico hallazgo.

Imagen de portada: Imagen de la estatua de Hércules encontrada en las excavaciones tras ser desenterrada y reconstruida.

Foto: Ministerio de Cultura de Grecia

FUENTE RESPONSABLE: Historia National Geographic. Por J.M. Sadurni. 23 de septiembre 2022.

Arqueología/Antigua Grecia/Descubrimientos 

 

Los misterios del Disco de Nebra, el mapa astronómico más antiguo que se ha encontrado hasta ahora.

El Disco de Nebra es el primer mapa astronómico que muestra la Luna, el Sol y otros astros en el firmamento de la Edad de Bronce. Esto es lo que sabemos.

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El Disco de Nebra tiene el tamaño, aproximadamente, de un vinilo setentero. A diferencia de los antiguos LPs, sin embargo, este artefacto no produce música. Por el contrario, es el mapa más antiguo de las estrellas que se ha encontrado hasta ahora. Con un diámetro de apenas 32 centímetros, está hecho completamente de cobre. En su superficie están representados una luna creciente, el Sol y lo que parecen ser otros astros.

Inscrito en 2013 al catálogo de Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, se sabe que «fue enterrado ritualmente junto con dos espadas preciosas, dos hachas, dos brazaletes en espiral y un cincel de bronce«, según documenta la institución. Fue encontrado en 1999 en Mittelberg, cerca de la ciudad alemana de Nebra.

Por el acomodo en el que se encontró, los arqueólogos asumen que el Disco de Nebra está dedicado a los dioses. Esto es lo que sabemos.

Un mapa del cielo para los dioses

Photo: Hendrik Schmidt vía Getty Images

El hallazgo del Disco de Nebra se tiene como uno de los más significativos del siglo XX. Según la UNESCO, «combina una extraordinaria comprensión de los fenómenos astronómicos con las creencias religiosas de su época», que arrojan luz sobre el conocimiento astronómico que se desarrolló durante la Edad de Bronce.

En enero de 2021, la Universidad Goethe de Frankfurt y el Archäologischen Staatssammlung de Múnich realizó un estudio para entender mejor esta pieza arqueológica.  Como se sabe realmente muy poco sobre su procedencia y significado real, diversas teorías han aflorado en torno esta pieza de orfebrería prehistórica.

De acuerdo con World History Encyclopedia, la teoría más ampliamente aceptada es que éste fue un artefacto para calcular los tiempos de siembra y cosecha. Quizás, incluso, se tratara de una especie de reloj astronómico primitivo. Aunque ésta es sólo una suposición, el Disco de Nebra sí es «la representación realista del cosmos más antigua que se ha encontrado hasta la fecha».

La representación más antigua del cosmos

En un comunicado reciente, los especialistas desmintieron la suposición de que Nebra fue realmente el lugar donde el mapa se diseñó originalmente. Más que nada, porque se encontró después una serie de saqueos. Por lo cual, dicen los científicos, cada objeto encontrado junto con mapa astronómico debería de ser investigado de manera individual.

Esto fue revolucionario, ya que se asumió por décadas que las espadas, hachas y demás artefactos se encontraron ahí pertenecían a la misma época. Al término del estudio, los investigadores en Alemania concluyeron que podría ser que ni siquiera estuvieran relacionados entre sí.

Según los arqueólogos, esto significa que el disco debe estudiarse y evaluarse como un hallazgo individual. Por esta razón, el estudio de Gebhard y Krause abre nuevos horizontes de investigación: cultural y estilísticamente, según los autores, el disco celeste no encaja en el mundo con motivos de la Edad del Bronce Temprano. Podría ser que una redacción de esta pieza pudiera dar luz sobre el conocimiento que se tenía, más bien, en la Edad del Hierro a partir de esta antigua representación del cosmos.

Imagen de portada:  FOTOGRAFÍA: ANNE POLLMANN / DPA / DPA PICTURE-ALLIANCE VIA AFP

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. 6 de septiembre 2022

Sociedad y Cultura/Edad de Bronce/Descubrimientos/Fenómenos/ Astronomía/Historia Antigua/Prehistoria.