La respuesta de las universidades al ChatGPT necesita más imaginación-

La adopción de las herramientas de inteligencia artificial en las aulas es inevitable. Pero es buen momento para desarrollar soluciones imaginativas ante lo que ha llegado y lo que está por venir.

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En las aulas del futuro –si aún existe alguna– es fácil imaginar el punto cumbre de una carrera armamentista: una inteligencia artificial (IA) que genera las lecciones y ejercicios del día; una IA desplegada por los estudiantes, que haga la tarea en secreto; y, por último, una IA de terceros que determine si alguno de los alumnos hizo realmente el trabajo con sus propias manos e ideas. 

Un bucle completo en el que no se necesitan seres humanos. Si nos tomáramos al pie de la letra todo el revuelo causado por Chat GPT, esto podría parecer inevitable. No lo es.

Sin embargo, se avecina una respuesta a la exitosa demostración de software lanzada por OpenAI en noviembre pasado. Basta con ver cómo tuvieron que lidiar las escuelas con las posibles externalidades de las nuevas tecnologías que fueron esenciales durante la pandemia, para ver cómo podría surgir una reacción paranoica similar con el Chat GPT –o, quizá, cómo no debería hacerlo. 

Hace tres años, cuando las escuelas tuvieron que cambiar a las clases a distancia a mitad del curso escolar, se produjo un giro masivo a lo que hasta ahora era principalmente un software empresarial: Zoom. 

Al aumento de Zoom le siguió rápidamente el pánico a que los estudiantes estuvieran haciendo trampa si no se les vigilaba adecuadamente. Empresas oportunistas de tecnología educativa se apresuraron a ofrecer como solución una mayor vigilancia a los estudiantes, alegando que invadir sus cocinas, salas y dormitorios era la única forma de garantizar la integridad académica y la inviolabilidad de los certificados por los que trabajaban. Esta vigilancia se replicó en las oficinas.

Ahora lo estamos viendo una vez más con el fervor del Chat GPT y los temores de que los estudiantes hagan trampas. Profesores e instructores están preocupados por la forma en que se utilizará la tecnología para esquivar las tareas, mientras que las empresas promocionan sus propias herramientas de “inteligencia artificial” para luchar contra la inteligencia artificial, todo en nombre del espíritu de la educación.

Consideremos la avalancha de ensayos que nos quieren hacer creer que no solo los cursos universitarios de inglés, sino todo el sistema educativo está en peligro por esta tecnología. 

The Atlantic proclamó El fin del inglés en la escuela” y anunció que “El ensayo universitario ha muerto”. Una columna de Bloomberg Opinión afirmó que con Chat GPT la “IA ayudará casi con toda seguridad a matar los ensayos en la universidad”. 

Un reciente trabajo de investigación nos dice que GPT-3 (un precursor de Chat GPT) aprobó un exámen de MBA de un profesor de la escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania.

Cada vez que en las escuelas y universidades aparecen temores de plagio con ayuda de la tecnología, es casi seguro que la solución presentada será detectar el plagio con ayuda de otra tecnología. Casi al mismo tiempo que la oleada de artículos sobre el chatbot, hubo una serie de artículos que proponían soluciones. 

Un estudiante de la Universidad de Princeton dedicó gran parte de sus vacaciones de invierno a crear GPT Zero, una aplicación que, según él, puede detectar si un texto ha sido escrito por un humano o por Chat GPT. Turnitin, el leviatán de la detección del plagio, está promocionando sus propias soluciones de “inteligencia artificial” para hacer frente al creciente problema. 

Incluso, profesores en todo Estados Unidos han detectado estudiantes que envían ensayos escritos por el chatbot. La propia OpenAL, en un intento por vendernos tanto la enfermedad como la cura, ha propuesto un detector de plagio o usar un tipo de marca de agua para notificar a la gente cuándo se ha utilizado la tecnología. Por desgracia, la herramienta lanzada es, según la empresa, “no del todo confiable”.

Ser testigos de este ciclo de despliegue y “solucionismo” tecnológico nos obliga a preguntarnos: ¿por qué seguimos haciendo esto? 

Aunque el plagio es un objetivo fácil y está siempre en la mente de maestros y profesores cuando piensan en esta tecnología, hay preguntas más profundas que debemos plantearnos, preguntas que se borran cuando la atención se centra en tachar a los estudiantes de tramposos e iniciar un duelo de inteligencia artificial entre estudiantes y profesores. 

Preguntas como ¿cuáles son las implicaciones de utilizar una tecnología que se ha entrenado con algunos de los peores textos de internet? y ¿qué significa que cedamos la creación y la creatividad a una máquina?

Uno de los detalles más interesantes de la vorágine mediática del Chat GPT requiere una sutil atención a los cambios en la ética de la inteligencia artificial. 

En una entrevista reciente, el CEO de Open Al, Sam Altman, afirmó la necesidad de que la sociedad se adapte a la tecnología de generación de textos: “Nos adaptamos a las calculadoras y cambiamos lo que examinamos en clase de matemáticas, me imagino”. 

En ese calificativo con el que termina la frase, podemos descubrir un debate muy antiguo: los tecnólogos adivinando cómo los profesores se podrían adaptar a la tecnología. Altman “imagina” que “nosotros” (los profesores) tuvimos que “cambiar” nuestros exámenes a causa de las calculadoras. Lo que OpenAL probablemente no hizo durante la construcción de Chat GPT es estudiar el impacto pedagógico potencial de su herramienta.

En lugar de “imaginar” lo que Chat GPT podría hacer en el aula, los profesores tienen que adaptar las clases, las actividades y las evaluaciones al nuevo entorno creado por la herramienta. 

Parte de ese trabajo es apasionante, como lo fue cuando muchos de nosotros empezamos a introducir las redes sociales en el aula para conectar a nuestros alumnos con personas externas a la clase, o colaborar en tiempo real en un documento compartido. Sin embargo, hay otra parte que es similar a cuando tenemos que desarrollar planes en caso de emergencia en la escuela. Hacemos el trabajo, pero la adaptación a) podría haberse evitado, y b) distrae del trabajo.

Podríamos imaginar otra forma en la que esto pudo llevarse a cabo. 

Pensemos cómo serían las pruebas pedagógicas para una herramienta como Chat GPT: grupos de discusión, expertos, experimentación. 

Desde luego, hay dinero para ello. OpenAI está recibiendo inversiones de todas partes (después de darle mil millones de dólares hace cuatro años, Microsoft acaba de invertir otros 10 mil millones) y acaba de lanzar un servicio que permitirá a las empresas integrar modelos similares a Chat GPT en sus sistemas.

En todas estas discusiones, es imperativo entender qué es esta herramienta o, más explícitamente, qué se necesita para que exista. 

OpenAI pagó a Sama, una empresa asociada, 200 mil dólares para que enseñara a Chat GPT a no ser violento, racista o sexista. Los trabajadores de Sama recibieron una remuneración de entre 1.50 y 2 dólares la hora para evitar que Chat GPT imitara los peores comportamientos humanos. 

Los trabajadores de Kenia entrevistados por la revista Time afirmaron haber quedado “mentalmente marcados” por realizar este trabajo. ¿Es una sorpresa que la empresa quiera lanzar su herramienta “disruptiva” y dejarla a las puertas de las escuelas del mundo con el sabio consejo de tratarla como a una calculadora? No debería.

En los próximos años, los profesores de muchos niveles se adaptarán a lo que la inteligencia artificial generará por, con y para los estudiantes. Algunos adoptarán la herramienta como una ayuda para la escritura; otros se atrincherarán e interrogarán a los estudiantes cuyos trabajos parezcan autogenerados. 

Chat GPT nos ha permitido a todos imaginar cosas de las que debemos preocuparnos. Sin embargo, de una cosa podemos estar seguros: OpenAL no está pensando mucho en los profesores. Ha decidido “irrumpir” y marcharse, sin pensar en lo que las escuelas deberían hacer con el programa.

Casi todos los artículos sobre esta tecnología han recurrido a un argumento atractivo, pero muy erróneo: la tecnología está aquí y no va a ir a ninguna parte, así que será mejor aprender a vivir con ella. 

Nos dicen que se trata de un genio que ha salido de la botella, pero no toman en cuenta el final que tienen la mayoría de los genios, que regresan a la botella después de haber causado algún tipo de daño. 

El escritor y teórico L.M. Sacasas se refiere a esta línea de argumentación como el “complejo de Borg“. Decir que la resistencia a una determinada tecnología es inútil es uno de los argumentos favoritos de los tecnólogos, que lanzan al mundo sistemas con pocas o ninguna barrera de protección, y luego quieren que la sociedad asuma la responsabilidad de resolver la mayoría de los problemas que surgen con dicha tecnología.

Volvamos a la carrera armamentista que describimos. Cuando el ciclo de vida de una actividad de clase es influido en cada fase por un instrumento de inteligencia artificial (construcción de las tareas, trabajo de los alumnos, evaluación), los utópicos digitales podrán afirmar que los alumnos y los profesores tendrán más oportunidades para el pensamiento crítico porque la generación de ideas –el trabajo duro de escribir– no nos quita tiempo. 

En esta línea de pensamiento, Chat GPT no es más que otra calculadora, pero para el lenguaje en lugar del cálculo numérico.

Esta afirmación, según la cual la inteligencia artificial podría “liberar a los trabajadores humanos para que se centren en un trabajo más reflexivo –e idealmente rentable–,” es errónea. 

Todo es trabajo duro cuando se trata de escribir (y todo lo que se puede hacer con ello). Tener una idea, plasmarla en un lenguaje y comprobar si ese lenguaje coincide con nuestra idea original es un proceso metacognitivo que nos cambia. Nos pone a dialogar con nosotros mismos y, a menudo, también con los demás. 

Delegar la generación de ideas a una máquina de inteligencia artificial es perderse la revisión constante que la reflexión provoca en nuestro pensamiento. Por no mencionar que la mayor diferencia entre una calculadora y Chat GPT es que una calculadora no tiene que contrastar su respuesta con el ruidoso caos de todo lo tóxico y detestable que se ha publicado en internet.

Podrá decirse que es un concepto idealista, pero el aula es uno de los espacios más comunes en la vida moderna para el potencial de la construcción colectiva de significados. 

No todas las aulas satisfacen ese objetivo, pero cuando profesores y alumnos empiezan a ceder la génesis de sus ideas a una versión muy avanzada de la autocorrección, el potencial de descubrimiento en grupo empieza a evaporarse. 

Ese futuro más cínico no está en la mente de quienes argumentan: “te guste o no, Chat GPT está aquí, así que asúmelo”. Es un fallo de imaginación pensar que debemos aprender a vivir con una herramienta de escritura de inteligencia artificial solo porque fue construida.

Desde el punto de vista pedagógico, el tiempo más valioso con nuestros alumnos es aquel en el que los vemos trabajando duro para plasmar sus ideas, ver cómo estas se desarrollan, se marchitan y ceden terreno a otras mejores. Entregarle ese tiempo a Silicon Valley y a la desordenada base de datos que es internet sería a cuenta y riesgo de nuestros alumnos.

Quizá sea un buen momento para dar un paso atrás y desarrollar mejores soluciones para lo que ha llegado y lo que está por venir. 

En lugar de aumentar la vigilancia y la detección con herramientas que, en el mejor de los casos, son anormales y poco fiables, los profesores pueden hablar con los alumnos de forma reflexiva sobre lo que está en juego con los textos generados por la inteligencia artificial.  

Al mismo tiempo, tenemos que seguir creando actividades y evaluaciones para que el trabajo en clase sea más específico y basado en experiencias. (Es probable que Chat GPT no funcione tan bien con las observaciones comunitarias o entrevistas locales). Y tenemos que insistir en que, en el futuro, las empresas de inteligencia artificial sienten a la mesa a los profesores para estudiar las implicaciones de sus nuevas herramientas.

Pero también debemos imaginar un entorno en el que no nos veamos arrastrados involuntariamente a un ciclo en el que una tecnología no probada se impone constantemente en nuestras vidas. 

Hemos dado el importante paso de la regulación en otras industrias importantes (como el tabaco, los productos farmacéuticos, la fabricación de automóviles). 

Los educadores, y los ciudadanos en general, se beneficiarían de una conversación más pública y reflexiva, impulsada antes por la investigación que por la especulación lucrativa. Mientras tanto, no hagamos caso de los discursos vigilantistas. No necesitamos echarle una mano al futuro que Chat GPT implica. ~

Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University. 

Imagen de portada: Rod Long en Unsplash

FUENTE RESPONSABLE: Letras Libres. Por Chris Gillard y Pete Rorabaugh. 17 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Educación/Futuro/Inteligencia Artificial.

Los pasos perdidos de Borges en Mar del Plata: cómo fueron sus clases de 1966.

Todos los lunes, el ya célebre escritor venía a la ciudad a dictar Historia de la Literatura Inglesa y Norteamericana a apenas ocho estudiantes, quienes terminaron siendo la primera promoción de graduados de Letras de la Universidad Católica. Los recuerdos de dos alumnas y el estudio de la investigadora marplatense Mariela Blanco para reconstruir al Borges profesor.

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Entraba al aula, colmada de gente, se sentaba, colocaba sobre el escritorio nada más que un reloj enorme de bolsillo, de esos antiguos, y empezaba a hablar durante tres horas, de memoria, sin libros ni fichas. Recitaba poemas en inglés antiguo, los volvía a recitar en inglés moderno y los traducía al español en el momento. 

Cada tanto, levantaba su reloj y se lo apoyaba en el único ojo del que veía algo para calcular el tiempo. Hablaba muy bajito y lento, con una voz algo monótona y un ritmo cortado, como la respiración, pero después continuaba. Nadie se animaba a hacer ruidos, comentarios o preguntas.

Así describen a Jorge Luis Borges sus alumnas de las clases de literatura inglesa y norteamericana dadas por el escritor entre abril y septiembre de 1966 en la Universidad Católica de Mar del Plata, entonces ubicada en el Instituto Santa Cecilia. 

Apenas ocho estudiantes, de los cuales eran siete mujeres y un varón, tuvieron el privilegio de tener a Borges de profesor, todos los lunes durante seis meses. Dos de ellas, Beatriz Inchausti y Marta Villarino, quienes fueron docentes de la carrera de Letras de la UNMdP hasta hace poco tiempo, recuerdan en charla con LA CAPITAL sus experiencias de ese curso que Borges dio ya siendo una figura reconocida a nivel nacional e internacional.

Pocos alumnos, muchos oyentes

“Las clases de Borges eran más bien conferencias. Éramos muy poquitos quienes estábamos cursando la materia, pero el aula se llenaba de alumnos y docentes, especialistas en lengua y literatura inglesa, de Mar del Plata y de la zona, era impresionante. 

Nosotras odiábamos eso porque queríamos tener un contacto más humano, pero no podíamos hacer nada. Hasta una vez aparecieron Silvina Ocampo y Bioy Casares a escucharlo”, cuenta Beatriz Inchausti.

Borges, que tenía entre 66 y 67 años, se alojaba en un hotel por una noche porque al día siguiente debía estar de regreso en Buenos Aires. 

Venía en tren, solo, toda una proeza ya que desde 1955 era ciego, aunque algo de visión en el ojo izquierdo le quedaba, lo que le permitía leer la tapa de un libro o consultar la hora. En Mar del Plata lo esperaba un viejo amigo de la vanguardia llamado Homero Guglielmi, “su lazarillo”, un intelectual que fue profesor en la UBA antes de 1955 y que, seguramente por adscribir al peronismo, tuvo que irse de la academia y recomenzar su vida en Mar del Plata, donde publicaba en el diario LA CAPITAL.

La investigadora marplatense Mariela Blanco realiza un minucioso trabajo para reconstruir las clases de Borges en Mar del Plata.

La investigadora marplatense Mariela Blanco realiza un minucioso trabajo para reconstruir las clases de Borges en Mar del Plata.

Recién este año, gracias a los estudios de la investigadora marplatense Mariela Blanco, podremos acceder a sus clases de la UCA, cuyas transcripciones serán publicadas en el transcurso del 2023 en un libro editado por la Biblioteca Nacional. 

Este trabajo nace en el marco de un proyecto sobre las conferencias de Borges que la doctora en Letras, docente de la UNMdP e investigadora de Conicet viene desarrollando formalmente desde 2015, en conjunto con la Biblioteca Nacional, el Borges Center de la Universidad de Pittsburgh y su grupo de estudios “Escritura e invención” que dirige en el Inhus.

La producción oral de Borges

“Las primeras conversaciones se dieron en 2012 con dos colegas de la Biblioteca Nacional, que son Laura Rosato y Germán Álvarez, que habían hecho la enorme tarea de encontrar, buceando en las estanterías de la biblioteca, y luego recopilar los libros que Borges había leído. 

Y también encontraron, para su sorpresa, que había dejado anotadas 20 conferencias que había dado entre 1949 y 1955. Como para ver la envergadura que fue cobrando el trabajo, que tuvo que volverse grupal e interinstitucional, hoy en día ya estamos en alrededor de 300 conferencias, es decir, partimos de 20 y llegamos a eso, solamente contando las que dio hasta 1955”, explica a LA CAPITAL Mariela Blanco sobre los orígenes de sus estudios acerca de la producción oral de Borges.

Seguramente por problemas de salud vinculados con la ceguera, Borges no pudo terminar las pocas clases que le quedaban en la Católica. 

Recuerda Beatriz Inchausti: “Prácticamente terminó el curso, le quedarían dos o tres clases, pero no tomó los exámenes, no le gustaba. A nosotras nos hubiera encantado rendir con él. Dicen que jamás desaprobó a un alumno, supongo que nadie se presentaría sin haber estudiado”.

Por eso, de literatura norteamericana llegó a hablar solamente de Nathaniel Hawthorne y de Edgar Allan Poe. 

“Este dato -agrega la investigadora- nos permite otra constatación que es que estas clases son la continuación de lo que fueron las conferencias. Porque él en 1949 dio una conferencia sobre Hawthorne, que fue la primera dada en el Colegio Libre de Estudios Superiores, después la publicó en ‘Otras inquisiciones’ y en el ’66 la trasladó a un ámbito universitario más formal. 

Borges a veces convertía las conferencias y las clases en ensayos, por eso nuestro error inicial fue pensar que iba de la escritura a la oralidad, cuando a veces era al revés. Creo que es más interesante ir de la oralidad a la escritura, como en este caso”.

Una de las alumnas de las clases de Borges en la Universidad Católica, Beatriz Inchausti, junta a la investigadora Mariela Blanco.

Una de las alumnas de las clases de Borges, Beatriz Inchausti, junta a la investigadora Mariela Blanco.

Los rastros de sus clases

Cada uno de los ocho estudiantes transcribió las grabaciones de sus clases, sobre las cuales Inchausti comenta: “Nosotros grabábamos con cinta y después cada uno tenía la responsabilidad de escribir a máquina toda la clase que se había dado. 

Era una tarea ardua porque como recitaba mucho en inglés, teníamos que buscar los poemas para no cometer errores”. “Las grabaciones no quedaron y eso tiene que ver con lo que se dice en el libro ‘Borges profesor’ (de Martín Arias y Martín Hadis), que es que si tenías una cinta, la regrababas para otras clases. 

Además, si bien en 1966 Borges era famoso, no era la figura mediática que explotaría en los ’80. Por eso, es interesante pensar qué era ir a escuchar a Borges en el ’45, qué quiere decir escuchar a Borges en el ’66 y qué quiere decir en el ’86”, aclara Mariela Blanco.

En ese grupo de alumnas estaba Graciela Mazzanti, la madre de Mariela Blanco, quien además se desempeñó como correctora de este medio hasta su jubilación. “Para mí, esta investigación tiene una carga emotiva súper fuerte por eso. Crecí escuchando a mi mamá hablando de las clases de Borges, pero como esas cosas que están ahí, como el camello en el Corán, nunca había pensado nada particular para hacer con ese dato, hasta que vino Germán Álvarez una vez y me dijo ‘cómo no buscás las clases de Borges en Mar de Plata’”, comparte, emocionada, la investigadora.

Así empezó la búsqueda de los rastros que quedaron de su curso en Mar del Plata. 

Lo primero que hizo fue ir a la biblioteca de la Universidad Católica, que aunque ya no existe se conserva su archivo. Sin embargo, no tuvo suerte: no quedaron registros y hasta le dijeron que Borges nunca había estado en la Católica. 

A pesar de esta decepción, su segundo paso fue ponerse en contacto con las excompañeras de su mamá, que habían sido profesoras de ella en la UNMdP o a quienes conocía desde muy chica. Una de ellas, Celia Pérez Mathiasen, tenía las transcripciones de las clases conservadas de forma muy meticulosa.

CONFERENCIA JORGE LUIS BORGES EN MAR DEL PLATA AGOSTO DE 1966

Blanco pudo recuperar que Borges tenía “una retórica mucho menos trabada en relación con las primeras conferencias. Acá encontramos una explotación de la oralidad muy linda. Usa muchos coloquialismos, apela a la repetición, que me hace acordar a estos temas que tanto le gustaban de las ‘kenningar’. Tiene una hiperconciencia de la oralidad, porque ya también la ha estudiado en las literaturas anglosajonas que le interesaban”.

Borges profesor

“Como yo también soy docente, lo primero que me pregunté es cómo preparaba sus clases Borges. Y las preparaba como un lector crítico, como un lector-escritor preocupado por sus obsesiones. Es decir, él tiene varios ensayos dedicados a cómo crear realismo, cómo crear verosimilitud y habla de los detalles circunstanciales, por ejemplo, en ‘El arte narrativo y la magia’. Él para sus clases también buscaba en cada texto esos mismos detalles y los exponía. Entonces, se ven esas conexiones entre el Borges lector, el Borges escritor que crea una teoría de la ficción y que también la aplica en su modo de leer y compartir lecturas con los estudiantes. 

Esto marca que no es tan escindible el Borges conferencista del Borges profesor o del Borges que crea ficciones. Él estaba en una búsqueda y era una sola”, dice Mariela Blanco para explicar la red de conexiones entre oralidad, escritura y lectura.

“De hecho, en 1966 dio simultáneamente las clases en Mar del Plata y en la UBA (donde enseñó entre 1956 y 1966) y en ese mismo año publicó ‘Introducción a la literatura inglesa’, que es más semejante a las clases de Mar del Plata que a las de Buenos Aires”, advierte y agrega: “Entonces, cuando uno dice cómo pudo hacer tanto, al pensarlo como un escritor que está trabajando siempre en un mismo proyecto, entiende cómo fue posible. Y eso es lo interesante ahora de poner a dialogar todos los materiales en simultáneo o, mejor, primero juntar las piezas y ahora empezar a armarlo”.

Por otro lado, también Borges dejó escritas las estructuras de algunas de sus clases: “Como sabía que se iba a quedar ciego -resalta Blanco-, lo que él hacía muy detalladamente antes de 1955 era dejar la estructura de las clases que después repetiría y también las fuentes que consultaba. 

Con lo cual ahora se puede reconstruir la biblioteca de Borges, sin especular, desterrando ese mito falso de la crítica de las citas apócrifas, lo que abre un nuevo campo de estudios que obviamente nos excede y que va a llevar años y años”.

“Borges empezó a escribir a los 7 años y ya lo hacía bien, tradujo, escribió cuentos, ya era el Maradona de la escritura. Pero en la oralidad no pasó lo mismo. Pensemos: Borges empieza a dar conferencias a los 46, 47 años. Tenía miedo a hablar en público, hasta cierta tartamudez, por lo que hace psicoanálisis para vencer el miedo. Pero él se puede desarrollar como orador, lo que le permite hacer otras cosas que antes no hacía, como ser conferencista y, después, convertirse en el Borges profesor”, agrega Blanco.

El desafío de hablar en público

El camino que Borges emprende como orador comienza en 1946, cuando renuncia a su cargo en la Biblioteca Municipal Miguel Cané a causa de su oposición a la presidencia de Juan Domingo Perón y, por necesidades económicas, se ve obligado a enfrentar los desafíos de un nuevo trabajo, que es hablar en público.

En sus primeras conferencias, las dadas antes de 1955, el grupo de investigación “Escritura e invención” confirmó que Borges de manera alegórica exponía su oposición al peronismo. 

En este caso, en 1966 también hay un diálogo con el contexto político, aunque de una forma muy diferente, como aclara Blanco: “Pasamos de tener un intelectual polemista con el régimen peronista a ser el intelectual orgánico después de la ‘Revolución Libertadora’, del nombramiento en el ’55 como director de la Biblioteca Nacional. Entonces, en el ’66 ya tenemos a un señor que es una institución, así que obviamente su lugar era muy distinto y tampoco olvidemos la proyección internacional. 

Cambia mucho la dinámica del ’60 en adelante, cuando dará clases en universidades de Estados Unidos, acá y en la UBA. Y empieza a tener premios hasta que renuncia a la Biblioteca Nacional y ese es otro gesto evidentemente político. Yo creo que la política nunca está desvinculada de cada cosa que Borges hace, pero obviamente no la lleva con ese grado de lo contestatario que tenía con el peronismo”.

Además de las clases de Mar del Plata que van a salir en formato libro, el resto de las conferencias estarán disponibles en centroborges.bn.gob.ar (Centro Borges de la Biblioteca Nacional) y en borges.pitt.edu (Universidad de Pittsburgh). Actualmente, ya pueden consultarse en ambos sitios las conferencias relevadas hasta 1955.

También, desde los proyectos de investigación dirigidos por Mariela Blanco, lanzaron el año pasado un casting destinado a oyentes de las charlas de Borges, trabajo que se podrá ver en un documental realizado en conjunto con la Biblioteca Nacional.

Yo escuché hablar a Borges

“Yo me escapaba de otra clase para escucharlo”

Entre los asistentes a las clases de Borges en la Universidad Católica, estaba Marta Villarino, una alumna de otra promoción que prefirió escaparse del curso de literatura italiana para escuchar al autor de “Ficciones”. En entrevista con LA CAPITAL, recuerda qué temas desarrolló, cómo era su voz y cuánto impactó en su experiencia docente.

-¿Cómo fue su experiencia como alumna de Borges?

-Se supo a principios de la cursada que Borges había sido contratado para dictar literatura inglesa. En el horario en que daba clases Borges, yo cursaba literatura italiana, procuraba que no me viera el profesor y me escapaba. El curso estaba atiborrado. Se publicitó en toda Mar del Plata y la zona y además corría de boca en boca porque fue en un momento en que Borges tenía una difusión internacional muy importante, estaba consiguiendo premios, publicaba mucho, llamaba la atención. Fue realmente una experiencia rarísima porque yo no era su alumna, iba como oyente, con muchísima curiosidad para escuchar de qué hablaba. Algunos grababan con el Geloso (antiguo grabador de cinta), ponía el micrófono y aparecían otros que se iban colgando a la red y era una maraña de cables, y el pobre hombre tenía siete u ocho micrófonos delante.

-¿Quién hizo los arreglos para que venga?

-Lo llevó el rector de ese momento que era el doctor García Santillán y que habían sido amigos desde la juventud, iban a ver teatro juntos, a reuniones literarias. García Santillán creo que era mayor, era un maestro, una delicia de persona. La primera vez lo presentó como su amigo poeta y lo dejó. Me dio una impresión muy extraña porque se lo veía muy frágil, con bastón, muy elegante, muy bien peinado como las típicas fotos con el pelo hacia atrás. Nos saludó y dijo: “Yo no los veo pero sé que están ahí”.

-¿Qué recordás de las temáticas de esas clases?

-Era desde el primer libro de la literatura inglesa que es el “Beowulf”, el poema épico, hasta escritores contemporáneos de principios del siglo XX. Siempre contaba un poco la biografía pero sobre todo la obra. Era un maestro enseñando porque realmente a uno le despertaba la curiosidad por saber quién era esa persona, qué había escrito, por qué lo mencionaba Borges. Porque si lo mencionaba era por algo particular, o era una imagen, a veces las palabras, el uso del lenguaje, el ritmo. Y su ritmo era un poco extraño, como vemos en los videos que hay, un poco anhelante y siempre esperando respuesta.

Marta Villarino fue alumna de Borges en Mar del Plata y recuerda aquellas clases magistrales.

Marta Villarino fue alumna de Borges en Mar del Plata y recuerda aquellas clases magistrales.

-¿Le ayudaron las clases de Borges para su profesión?

-Yo no seguí literatura inglesa, me dediqué a literatura española. Dicté clases veinticuatro años en la ENET Nº1. Imaginate ir a un curso de electromecánica, de química o de electrónica a dar dos horas semanales de literatura. ¿Cómo incentivarlos en la lectura? ¿Cómo hacerles disfrutar? Cuando empecé un curso, un alumno empezó con que él quería ser mecánico, que para qué servía la literatura, decía cosas como “seguro nos va a hacer leer a Borges” y yo “sí, claro” y él “que ese viejo…” y yo “momentito, que fue mi profesor”. Ahí empezaba la curiosidad y les contaba la historia.

Un año particularmente complicado, porque daba clases los viernes en la última hora, llevé bolsas con todos los libros de cuentos que había en mi casa. La consigna era que lean, que eligieran lo que quieran. Había desde los cuentos más simples hasta toda la obra de Borges. “¿Quién se anima?” 

Y el chico que menos esperaba, que era el que más le costaba, me dice “profe, deme algo de Borges, pero algo liviano porque ya sabe cómo soy yo que mucho no entiendo”. Le di algo para empezar, estuvo todo el viernes leyendo, llega el miércoles y otra vez las bolsas con los libros. “¿Qué nos va a pedir?”. “Ustedes lean. Lo mismo o elijan otra cosa”. Y el alumno me pide el mismo libro. Y ahí empezó con los compañeros: “Mirá, tenés que leer esto”. Un lector que se apasionó por Borges, entendiéndolo seguramente a medias, pero no me importaba porque después multiplicaba las lecturas.

Eso para mí fue muchísimo, al punto que un año, no me acuerdo si fue ese grupo u otro, me piden que los acompañe a la Feria del Libro. En un momento, aparecen dos chicos corriendo, desbocados y me llevaron corriendo a la salida: venía Borges caminando del brazo de una señora que yo no conocía. Yo lo miraba pasar como un dios, viendo un prócer, un mito. Uno de los chicos me pide que le hable y como yo no quería, me empujaron. 

Quedé en frente de Borges, así que le tuve que hablar: “Profesor, ¿cómo está? Yo asistía a sus clases de literatura en la Universidad de Mar del Plata”. Me dijo: “Los recuerdo con tanto afecto”. Era una persona normal, eso es lo que veían los chicos también, que no era un bronce. También me dijo que ese día firmaba ejemplares y me preguntó por el rector y no me animé a decirle que ya había muerto. Cuando vamos a la Feria, estaba firmando libros Borges solo. Yo había comprado el libro que escribió con Sábato (“Diálogos”). Le pasé el libro y él con la mano aplanó la hoja y dibujó una firma, era un gesto que siempre hacía. Eso para mí fue histórico.

Imagen de portada: Fotomontaje de Diego Romero.

FUENTE RESPONSABLE: La Capital. Mar del Plata. Argentina. Por Dante Galdona y Rocío Ibarlucía. 11 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Literatura/Jorge Luis Borges/Docencia/Recuerdos

La pérdida de la cultura del esfuerzo y la baja tolerancia ante las frustraciones, principales causas del abandono escolar.

Respecto a la calidad de la enseñanza, el 43,1% de los profesores considera que la educación ha empeorado en los últimos año.

Para el 59,3% de los profesores españoles, la pérdida de la cultura del esfuerzo y la baja tolerancia ante las frustraciones son las principales causas del abandono escolar en España entre los jóvenes de 14 a 18 años, según se desprende del «VI Informe Young Business Talents: La visión del profesor» sobre la situación de la educación en España, desarrollado por Abanca, ESIC, Herbalife Nutrition y Praxis MMT. 

La percepción que los profesores tienen sobre el aumento del abandono escolar, coincide con las últimas estadísticas oficiales al respecto, que ponen de manifiesto un problema creciente en España en el último año.

“La opinión del profesor cobra vital importancia al encontrarse en la primera línea. Es posible que esa pérdida de la cultura del esfuerzo y de la tolerancia a la frustración, venga dada por las escasas expectativas de futuro que tiene una parte importante de la juventud, en parte porque el desarrollo económico de España en las últimas décadas ha generado una sociedad más acomodada y por otro lado, porque los valores y referencias de los jóvenes han cambiado. Seguramente les atrae más, por ejemplo, la figura de youtuber que la de físico, pensando además que para ser un youtuber importante no son necesarios unos estudios y creyendo equivocadamente que no es necesario realizar un esfuerzo”, analiza Mario Martínez, director del Informe Young Business Talents.

Entre los siguientes problemas que agravan el abandono escolar en la actualidad, para el 37,3% de los docentes se une también el bajo interés de los alumnos por los estudios; un uso excesivo de móviles, redes sociales y juegos online (35,88%); que los alumnos no sienten que estudiar les permitirá tener un mejor futuro (26,7%), y la saturación de las aulas que impide una atención más personalizada (24,8%). En este sentido, un 54,9% de los docentes considera que la tendencia sobre el abandono escolar no ha cambiado y que incluso ha aumentado en la última década.

Según Alberto Barrera, profesor de Economía de la Empresa en el Colegio Retamar de Madrid: “podemos observar que ha bajado enormemente la cultura del esfuerzo entre los jóvenes y se está generalizando una muy mala gestión de la frustración. Muchos padres quieren evitar a sus hijos cualquier sobresfuerzo y por supuesto todo sufrimiento. De esta forma, privan a sus hijos de una de las herramientas que ellos han tenido para madurar y crecer, puesto que un cierto grado de sufrimiento y no poco esfuerzo, son necesarios para el asentamiento humano, profesional y social”.

Calidad de la enseñanza

Atendiendo a los resultados del informe, por cuarto año consecutivo aumenta el porcentaje de profesores que considera que la educación ha empeorado en los últimos años. De esta forma, el 43,1% del profesorado español considera que la educación ha empeorado. Un resultado que experimenta una subida de casi 22 puntos con respecto a los datos arrojados en el informe del año pasado, donde el 31,6% opinaba que la calidad de la enseñanza está en descenso, y dato que contrasta también con los resultados del año 2018, donde solo el 21,6% de los profesores tenía esta percepción.

Para Vicent Mahiques, Coordinador de Proyectos de Innovación en el IES Tirant Lo Blanc de Gandía, cree que «el sistema educativo español necesita un cambio metodológico urgente. No podemos seguir haciendo las mismas cosas y esperar resultados diferentes. Cada vez el alumnado se distancia más de la educación por la falta de adaptación a los nuevos tiempos. Estamos utilizando el mismo sistema prehistórico para intentar enseñar a nuestros jóvenes en los tiempos actuales, ante un nuevo mundo que está surgiendo en estos años”.

En cuanto a la formación adquirida de cursos anteriores, el 31,9% de los profesores se muestra poco o nada satisfechos, y lo mismo ocurre con su percepción sobre la calidad de la enseñanza en el sistema educativo actual, donde un 24,2% tiene un nivel de satisfacción bajo.

Un aspecto destacable son los resultados respecto al sentimiento que tienen los docentes españoles sobre su propia situación laboral. Aunque sus condiciones de trabajo les parecen aceptablemente satisfactorias para el 32,7%, este porcentaje empeora respecto a hace un año, que era de un 35,3%. Analizando el respaldo que sienten por parte de las autoridades, un 55% de los docentes está poco o nada satisfecho al parecerles claramente insuficiente, descontento que ha aumentado con respecto al año anterior (53,1%).

Estos datos van en línea respecto al reconocimiento social por su labor docente, ya que existe una clara mayoría de profesores que se sienten poco nada satisfechos (49,7%). “Bajo mi punto de vista, muchas veces el bajo reconocimiento existente no es a los profesores, sino a la educación misma. Pienso que la sociedad y los poderes públicos podrían hacer mucho en este sentido: una especie de ‘MIR’ del profesorado que dé acceso a puestos mejor remunerados; vuelta a las calificaciones que premien el mérito y el esfuerzo; planes de formación para los que se incorporan o llevan menos años en la profesión docente, así como más autoridad frente a las familias”, recalca el docente Alberto Barrera.

Por otro lado, el 31,6% de los profesores se encuentra satisfecho con el interés que muestran los alumnos en su formación, frente al 22,2% que no opina de la misma manera. Además, la mayoría de los profesores, el 36,5%, valora el respeto que sienten por parte de los estudiantes.

Mejoras

El 76,7% de los profesores afirma que sus alumnos no están preparados para la vida laboral, aumentando ligeramente este dato respecto a los tres últimos años. Respecto a este problema, el 33,4% de los profesores se muestra insatisfecho con la adecuación de la educación al futuro laboral de los alumnos. “El principal motivo es por el desfase tan abismal que se produce entre la formación que reciben y el perfil profesional que demanda el mercado laboral. Para solucionarlo, desde las aulas tenemos que apostar por una metodología basada en la práctica experiencial, con proyectos educativos donde el alumnado aprenda de forma creativa, innovadora, de forma cooperativa, inclusiva, al igual que sucede en el mundo real”, explica el profesor Vicent Mahiques.

Prácticamente todos los profesores (77,4%), consideran de interés incorporar en la enseñanza programas y actividades de educación financiera, siendo la planificación y gestión de finanzas básicas personales, (ingresos, gastos, ahorro y consumo responsable), los temas que consideran de más interés para ser incorporados en la educación. Además, el 90,3% piensa que la enseñanza de temas relacionados con economía y empresas debería ser obligatoria.

Los profesores se muestran críticos con respecto a la formación práctica que ofrece el sistema educativo actual, y es que el 40,5% piensa que es insuficiente. Sobre esta cuestión, el 97,8% de los profesores considera necesaria una formación práctica en las aulas sobre el mundo de las empresas, para complementar la parte teórica; y el 94,2% valora muy positivamente el uso de simuladores como ayuda para poder preparar mejor a sus alumnos.

Para terminar, el 33,1% de los profesores se muestra optimista con el potencial de sus alumnos para llegar a ser futuros emprendedores. Además, piensan que entre las motivaciones que pueden tener los jóvenes de hoy para ser emprendedores, las tres principales son: poder enfocarse en las actividades que les gusta hacer (29,4%), garantizarse un empleo en tiempos de crisis (27,4%), y ser sus propios jefes para tener más libertad (21,5%).

El objetivo del «VI Informe Young Business Talents: La visión del profesor’ es conocer la valoración que hace el profesorado español sobre diferentes cuestiones relativas a sus alumnos y a la educación en España. El trabajo de campo ha sido realizado entre los meses de septiembre y noviembre de 2022 a un total de 536 profesores de 4º de la ESO, 1º y 2º de Bachillerato y ciclos básico, medio y superior de Formación Profesional.

Imagen de portada: Un total de 48.112 estudiantes andaluces procedentes de Bachillerato y Formación Profesional de Grado Superior comienzan este martes la Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PEvAU) José Manuel Vidal EFE.

FUENTE RESPONSABLE: La Razón. España. Por Emiliano Cascos. 8 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/España/Educación/Educadores/Alumnos/ Deserción/Formación profesional.

Qué es una mentalidad de crecimiento y cómo puedes cultivarla.

Entre los cambios diarios dentro del mundo laboral, nunca ha habido un mejor momento para que los empleados cultiven habilidades que los ayuden a manejar mejor los desafíos de su lugar de trabajo.

Aquí es donde surge la idea de la «mentalidad de crecimiento»: la creencia de que los trabajadores son capaces de mejorar activamente sus habilidades, en lugar de ser innatamente capaces o incapaces de completar ciertas tareas.

Sin embargo, esta mentalidad de «puedo hacerlo» puede ser más difícil de conquistar de lo que parece. Lograrla significa sentirse cómodo aceptando obstáculos, aprendiendo de las críticas y persistiendo cuando las cosas se ponen difíciles.

Incluso si creemos que vale la pena desarrollar esa tenacidad, en la práctica las dudas y los miedos pueden dominar.

«Estamos programados para creer en nuestras emociones», dice Elaine Elliott-Moskwa, psicóloga y autora de The Growth Mindset Workbook, basada en Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos.

«Cuando una persona dice ‘siento que no soy lo suficientemente bueno’, ese sentimiento es muy poderoso, aunque sea una creencia sobre sus habilidades».

En el corazón de la mentalidad de crecimiento está aprender a superar esos sentimientos de incapacidad o insuficiencia frente a los obstáculos y, en cambio, reconocer una oportunidad para aprender.

Y puede haber profundos beneficios al cultivar este enfoque. Los empleados con una mentalidad de crecimiento pueden aprovechar un conjunto de habilidades útiles para manejar el estrés, construir relaciones de apoyo con los colegas, hacer frente a los fracasos y desarrollar atributos para ayudarlos a avanzar en sus carreras.

¿Qué es la mentalidad de crecimiento?

La mentalidad de crecimiento surgió por primera vez en 1988 como una teoría relacionada con la educación.

«Tenía que ver con por qué los niños inteligentes fallan frente a las dificultades a pesar de sus habilidades reales», dice Elliott-Moskwa.

La idea era que la actitud de los estudiantes para asumir un desafío, más que su habilidad innata, fuera un determinante clave para el éxito. En otras palabras, nuestras ideas sobre cuán capaces somos para hacer algo pueden tener un impacto significativo en el resultado de una tarea.

La psicóloga y profesora de Stanford, Carol Dweck, redujo este concepto a dos enfoques que pueden determinar los resultados: «mentalidad fija» y «mentalidad de crecimiento».

«La mentalidad fija es la idea de que tus habilidades son altas o bajas, y no hay mucho que puedas hacer para cambiarlo», explica Elliott-Moskwa, «mientras que la mentalidad de crecimiento es la visión de que tus habilidades son maleables o cambiables».

Si bien algunas personas pueden inclinarse naturalmente más hacia un lado que hacia el otro, es un hecho que las personas no tienen una mentalidad fija o de crecimiento para todos los problemas.

Más bien, abordar un desafío con una mentalidad de crecimiento en lugar de una mentalidad fija es una elección que cualquiera puede hacer.

Sin embargo, para muchas personas los momentos de dificultad a menudo estimulan una mentalidad fija.

Por ejemplo, dice Elliott-Moskwa, cuando las personas aceptan las críticas de un jefe o luchan con una nueva tarea, pueden sentir una sensación de insuficiencia. En estas situaciones, una respuesta de mentalidad fija podría ser «no soy lo suficientemente bueno» o «no puedo hacerlo», señala.

Por el contrario, un enfoque de mentalidad de crecimiento toma un rumbo diferente en la misma situación.

Las personas con mentalidad de crecimiento no interpretan esos momentos como fallas personales, sino que reconocen la necesidad de mejorar.

De manera crucial, las personas que trabajan con una mentalidad de crecimiento creen que son capaces de mejorar y pueden dividir los desafíos en pasos alcanzables.

Esto significa salir de la zona de confort y aceptar un cierto nivel de riesgo, incertidumbre y el potencial de fracaso que conlleva probar algo nuevo.

«Se siente un poco incómodo y también un poco emocionante», dice Isabella Venour, una entrenadora de mentalidad con sede en Londres, que ayuda a los profesionales a comprender el papel que juegan sus creencias, valores y patrones de pensamiento en el lugar de trabajo.

«Tienes un poco de riesgo de que salga mal, pero también tienes el potencial de aprender algo y crecer como individuo».

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¿Por qué es importante?

Un enfoque de «sí puedo» es una ventaja en el lugar de trabajo: demuestra que los trabajadores son adaptables y están dispuestos a evolucionar dentro de sus trabajos y organizaciones.

Pero fomentar una mentalidad de crecimiento juega un papel importante para ayudar a los trabajadores a navegar por las turbulencias y mejorar la resiliencia a medida que se sienten más seguros y capaces de manejar las dificultades.

Esto es esencial en un momento en que muchos empleados luchan por su bienestar después de la pandemia.

Un informe sobre el estado de la fuerza laboral de 2022 de Gallup mostró que el estrés entre los trabajadores globales ha aumentado constantemente desde que comenzó la pandemia en 2020.

Una encuesta global similar realizada por Wellbeing Project mostró que en 2022 la resiliencia es particularmente baja y el riesgo de agotamiento permanece, especialmente entre los que no son gerentes.

«Las personas se ven estresadas a medida que las presiones del trabajo y la vida se mezclan entre sí», dice Venour. «Los líderes empresariales se dan cuenta de que sus empleados tienen dificultades para hacer frente a los desafíos cotidianos».

La mentalidad de crecimiento no solo proporciona un marco para enfrentar los desafíos, sino también una forma de dividir esos desafíos en pasos manejables.

«A menudo, si nos sentimos presionados cuando no tenemos una mentalidad de crecimiento, tendemos a centrarnos en lo que no podemos controlar», señala Venour. «Es mucho más útil centrarse en lo que podemos influir».

Esto comienza cuando los trabajadores identifican las fortalezas personales que pueden utilizar y luego elaboran un plan para mejorar las áreas débiles.

Establecer límites

Adoptar un enfoque pragmático puede ayudar a superar el agobio y también ayudar a los trabajadores a establecer límites, algo que muchos empleados remotos están luchando por hacer.

Por ejemplo, «si tu jefe te da una tarea que crees que no es realista, es más fácil decir que no estás seguro del momento o que necesitas una reunión adicional para tener más claridad», afirma Venour.

«Porque tienes confianza en tus habilidades y no ves las debilidades como algo por lo cual debas castigarte. Eres capaz de decir ‘necesito algo de apoyo aquí'».

Es posible practicar la mentalidad de crecimiento individualmente, pero si una empresa alienta a toda la fuerza laboral a adoptarla, los resultados pueden ser aún más poderosos.

«Alienta a las personas a concentrarse en el feedback en lugar del fracaso», dice Venour. Esto puede ayudar a motivar a los empleados a abordar proyectos desafiantes y crear una cultura de aprendizaje integrada.

Los estudios sugieren que esto es algo que los trabajadores desean mayoritariamente: en un estudio de McKinsey & Company de 2022, el 41 % de los trabajadores dijo que la principal razón por la que dejarían un trabajo es la falta de desarrollo y avance profesional.

trabajadora

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¿Cómo se puede mejorar la mentalidad de crecimiento?

El primer paso para fomentar una mentalidad de crecimiento es la conciencia personal: la capacidad de identificar el pensamiento de mentalidad fija cuando ocurre, que a menudo se manifiesta como sentimientos de incomodidad o insuficiencia frente a un desafío.

Primero, Elliott-Moskwa aconseja reconocer y aceptar tales sentimientos, en lugar de castigarte por ellos. «Luego, toma otra decisión conscientemente para dar un paso de acción de acuerdo con lo que estarías haciendo si tuvieras una mentalidad de crecimiento: la creencia de que podrías aumentar tus habilidades», señala.

Para ayudar a los clientes a abordar los obstáculos con una mentalidad de crecimiento, Venour a menudo divide los desafíos que se sienten abrumadores en partes más pequeñas.

Por ejemplo, si un trabajador se siente incapaz de dar una presentación frente a sus colegas, «¿cuánto de eso es emocional y cuánto de eso es fáctico?», pregunta.

«¿Puedes hablar? Sí. ¿Has hablado delante de más de una persona antes? Sí. ¿Has hecho diapositivas de presentación antes? Sí. Entonces, si hay elementos que sí puedes hacer, ¿cuál es la parte con la que no te sientes cómodo?».

Reducir un desafío abrumador a un punto específico de dificultad ayuda a los trabajadores a concentrarse y reduce el elemento de aprendizaje requerido a un nivel alcanzable.

A menudo, el aprendizaje en sí requiere pedir ayuda. Uno de los conceptos clave de la mentalidad de crecimiento es ver a los demás como inspiración en lugar de competencia, un enfoque que puede ayudar a fomentar equipos colaborativos.

«Si los trabajadores ven a los demás como recursos y no como competidores, estarán abiertos a compartir las habilidades y capacidades de otras personas y a aprender de sus compañeros de trabajo», dice Elliott-Moskwa.

Con el tiempo, reconocer la mentalidad fija y practicar una mentalidad de crecimiento puede volverse más fácil, y la perspectiva de asumir desafíos, menos desalentadora.

«La mentalidad de crecimiento es una actitud de empoderamiento», dice Venour. «Realmente puedes desarrollarte y con el tiempo crecer como persona».

* Si quieres leer el artículo original de BBC Worklife, haz clic aquí.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Joanna York. BBC Worklife. 6 de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Economía/Educación.

«Bad Bunny le ha abierto los ojos a mucha gente sobre lo que pasa en Puerto Rico»: el profesor que ofrecerá un curso sobre el cantante en California.

El profesor Nathian Rodríguez, de la Universidad Estatal de San Diego en California, dice que ha recibido mensajes de «todos lados» desde que la institución anunció que ofrecería un curso sobre la estrella boricua Bad Bunny.

Personas de Puerto Rico, Ciudad de México y hasta de Perú le han escrito preguntando cómo pueden tomar la clase, si se ofrecerá en línea o si deben trasladarse al campus.

Expertos en medios y latinidad, como él, le han expresado su interés en colaborar durante el proceso de enseñanza.

La euforia por el curso, que comenzará en 2023 y estará disponible para los estudiantes graduados de la Escuela de Periodismo y Medios, es una muestra más de que el cantautor de 28 años es una de las figuras más influyentes del pop global, afirma Rodriguez.

El doctor en estudios sobre medios y de ascendencia mexicana insiste en que Benito Martínez Ocasio, quien fue el artista más escuchado en Spotify en 2020 y 2021, y que además lidera el tour más lucrativo de 2022, puede enseñarle a sus alumnos sobre temas tan diversos como el mercado musical y teorías sobre masculinidad.

«Los estudiantes serán capaces de entender, en tiempo real, el contenido que actualmente consumen de este artista», comenta el educador, quien llegó a la institución californiana en 2016.

Mientras, agrega que «son muchas las razones por las que Bad Bunny es una figura cultural importante, que nos hacen querer analizarlo desde una perspectiva mediática».

Imagen del profesor Nathien Rodríguez

FUENTE DE LA IMAGEN – WEB DEL PROFESOR NATHIEN RODRÍGUEZ

El profesor Nathian Rodríguez trabaja desde 2016 en la Universidad Estatal de San Diego. Tiene un doctorado en estudios sobre medios.

En entrevista con BBC Mundo, Rodriguez cuenta cuál será el contenido del curso.

Pero, además, el científico social profundiza en el porqué la Universidad de San Diego decidió abrir el seminario y sobre por qué este astro de la música urbana puede ayudarnos a entender el mundo que nos rodea.

¿Puede explicarnos de qué trata el curso?

El curso, que solo estará disponible a nivel graduado y comenzará en enero, estará enfocado en medios, porque fue preparado por la escuela de periodismo.

Analizaremos la manera en que Bad Bunny ha usado los medios para hablar sobre temas sociopolíticos y cultura, pero también hablaremos de representación y latinidad. Discutiremos asuntos que ocurren en Puerto Rico, como el colonialismo y el desplazamiento de su población.

Pero Bad Bunny es mucho más. Él también aboga por las personas LGBTIQ+. Así que podemos analizar asuntos sobre masculinidad. Un buen ejemplo que nos podría servir es la canción y el video «Yo perreo sola». Y el hecho de que besó a un bailarín durante los MTV Music Awards.

Igualmente hablaremos de mercantilización. Su persona es utilizada para vender Cheetos, Crocs, Adidas. Estuvo en la lucha libre, vende ropa y otro tipo de mercancía. Lo usaremos como un arquetipo cultural para ver cómo las empresas mercantilizan la latinidad.

Imagen de Bad Bunny

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

¿Podría explicarnos el concepto mercantilización y cómo se relaciona con Bad Bunny?

La mercantilización ocurre cuando las grandes empresas neoliberales, especialmente de alcance global, crean «instituciones» para hacer dinero.

Un ejemplo es cómo Bad Bunny, un artista de reguetón y trap latino, fue usado en una película de Brad Pitt en la que se le dio poco tiempo en pantalla, pero hizo que se vendieran muchos boletos del filme entre las audiencias latinas.

Bad Bunny no tuvo un rol predominante en la compañía de lucha libre WWE, estuvo peleando contra otro luchador por poco tiempo, pero aún así el programa obtuvo muchísima audiencia latina.

Así que analizaremos cómo la imagen de Bad Bunny se usa para que estas producciones ganen una audiencia latina.

Es el mejor ejemplo para mostrar que no solo hay poder adquisitivo en la comunidad latina, sino también para ver hacia dónde se está yendo su poder de compra.

¿Qué representa Bad Bunny para la comunidad latina?

Las personas que hablan español, y de países latinoamericanos, ven en Bad Bunny a alguien como ellos. Escuchan a alguien que habla español en un espacio anglosajón. Ven MTV, escuchan el español y piensan: «esta persona sueña como yo».

Bad Bunny en concierto

FUENTE DE LA IMAGEN – GOOGLE

Pero representa distintos niveles de latinidad.

Es auténtico, se pinta las uñas, se viste como quiere. Cuando es entrevistado en inglés contesta en español. Tiene acento y no le importa.

Es quien es y canta sobre lo que quiere. Pienso que quien lo ve, entiende que no hay una sola forma de ser latino.

¿Y cuál diría usted que es su impacto en la comunidad no latina?

Es muy difícil hablar por personas que no entiendo. Más ahora que vivimos en un país (EE.UU.) tan dividido. Pero puedo decirte que Bad Bunny está en todos lados y no por nada está vendiendo conciertos. Y que muchos de los que van a sus shows no hablan español.

Muchos van a sus espectáculos porque disfrutan de su música, de ser parte de su atmósfera. Pero imagino que hay quienes aún intentan entender por qué es tan popular, por qué está en todos lados.

De lo aprendido en este curso, ¿qué podrán levarse al escenario laboral los estudiantes?

Además del curso de Bad Bunny, yo he impartido una clase sobre Selena para estudiantes subgraduados por los pasados dos años. La ofreceré también en primavera. Es sobre la identidad mexicoamericana y la frontera.

Los estudiantes se llevan de estos cursos una idea de quiénes realmente son. Espero que se lleven lo mismo de la clase de Bad Bunny.

Como la clase de Bad Bunny es una a nivel graduado, los estudiantes ya han estudiado teoría y pueden hacer investigación. Así que espero que tengan un entendimiento profundo y crítico sobre la latinidad, sobre cómo los medios de EE.UU. son usados para entender el sur global.

Bad Bunny en el Met Gala de 2022.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Hay mucha gente que ha criticado a Bad Bunny y a los exponentes de la música urbana porque sus letras en ocasiones podrían categorizarse como machistas, misóginas y homofóbicas. ¿Qué opina sobre esto?

El curso no será una misa alrededor de Bad Bunny. No somos una iglesia, no estamos aquí para alabarlo o para decir que es perfecto y que todo lo que hace se debe exaltar.

Tendremos una oportunidad para examinar sus letras, para analizar su música, también el reguetón en general.

Cuando te digo que hablaremos sobre masculinidad, me refiero a todo lo que se relaciona con este concepto. Masculinidad tóxica, objetivación, sexualización y homofobia. Todo eso es parte de la cultura machista. Bad Bunny ha contribuido a esto.

Pero también ha hecho cosas positivas. Seremos críticos con lo bueno y lo malo.

¿Gracias a Bad Bunny hay una nueva forma de entender a Puerto Rico?

Muchas personas que no son de la isla conocen poco sobre Puerto Rico. En EE.UU. muchos ciudadanos no saben que la isla es parte del país.

Bad Bunny en concierto

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Lo que escuchamos todo el tiempo es que es un lugar al que llegan huracanes, un sitio tropical para ir a vacacionar.

Lo que ha hecho Bad Bunny es abrirle los ojos a mucha gente sobre lo que está pasando ahí. Sobre las injusticias en relación a la red eléctrica, el desplazamiento y lo relacionado a los recursos naturales como las playas.

Pero también muestra la belleza de la gente, la idea de que los puertorriqueños no solo están sufriendo, sino que están orgullosos de sí mismos. Que están allá afuera en el mundo haciendo cosas grandes.

Algunos pensarán que es malo para Puerto Rico, porque canta sobre «perrear», pero la realidad es que les está dando a los puertorriqueños una oportunidad para amplificar sus voces.

Los puertorriqueños siempre han tenido voz, pero él les está dando un escenario, una plataforma.

Imagen de portada: GETTY IMAGES. Para el profesor Nathian Rodríguez, analizar la figura de Bad Bunny le permitirá a sus estudiantes entender asuntos tan diversos como masculinidad y mercantilización.

FUENTE RESPONSABLE: Ronald Ávila-Claudio. BBC News Mundo. 7 de octubre 2022.

Sociedad y Cultura/Arte/EE.UU./Puerto Rico/Música/Educación.

 

Qué se sabe sobre la sospechosa muerte de dos jóvenes científicos latinos en Kansas City, EE.UU.

La argentina Camila Behrensen, de 24 años, y el chileno Pablo Guzmán, de 25, fueron encontrados sin vida el pasado 1 de octubre en Kansas City, EE.UU., donde eran estudiantes de postgrado.

Los cuerpos de los dos jóvenes fueron identificados luego de que se apagara un incendio en el apartamento que compartían, según informaron las autoridades del estado de Misuri.

La causa de la muerte no ha sido establecida, pero se encontraron traumatismos en los cuerpos y se teme que sea un caso de homicidio.

Según informó la policía local, justo antes de las 5:00 am del sábado 1 de octubre se les solicitó asistir a la escena del incendio para unirse a los bomberos.

Detectives del departamento de homicidios y de incendios colaboran en la investigación, para la que han pedido información a la ciudadanía y ofrecen una recompensa de US $25.000.

Sobre los avances de las pesquisas, la policía de Kansas City le dijo a BBC Mundo: «Debido a que es una investigación activa, generalmente no compartimos detalles sobre el caso para proteger la integridad de la misma».

Pero aclaró que «los detectives han estado en contacto con miembros de las familias de las dos víctimas».

Parte superior de un auto de policía

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Hay una investigación policial en marcha sobre la muerte de los jóvenes estudiantes.

Varios medios de EE.UU. informaron sobre una presunta investigación de la policía de un dispositivo de asistencia virtual Alexa (de Amazon), que supuestamente estaba en el apartamento de las víctimas y que pudo haber grabado pistas sobre lo ocurrido.

Al respecto, en comunicación con BBC Mundo, la policía de Kansas aclaró: «Esa es una información que no fue suministrada por nuestro departamento».

Un futuro truncado

El centro de estudios de posgrado del Instituto Stowers, especializado en investigación médica, confirmó en un comunicado que los dos jóvenes eran investigadores predoctorales allí y se solidarizó con las familias.

«Nuestros más sentidos pésames para sus familiares. Durante estos momentos difíciles queremos honrar y recordar el trabajo excepcional que los dos han realizado».

Camila Behrensen

FUENTE DE LA IMAGEN – FACEBOOK. Camila Behrensen estudió en la Universidad Argentina de la Empresa.

Camila Behrensen, oriunda de Buenos Aires, había estudiado biotecnología en Argentina e investigaba los cambios metabólicos de las moscas de fruta. Se encontraba estudiando en EE.UU. gracias a una beca.

Según su perfil en la página web del Instituto Stowers, Camila era corredora de media distancia, había participado en carreras de 800 y 1.500 metros y confesaba «estar ansiosa por vivir sola en un país diferente».

Pablo Guzmán, por su parte, era de Santiago de Chile, había estudiado bioquímica en su país y se encontraba investigando el desarrollo del sistema nervioso de las estrellas de mar.

Pablo Guzmán

FUENTE DE LA IMAGEN – FACEBOOK. Pablo Guzmán estudió en la Universidad Católica de Chile.

Era un investigador consagrado que había ganado el premio a mejor estudiante de bioquímica en 2020 y a quien sus maestros recuerdan como «un alumno excepcional, destacado no solo académicamente, sino también por sus cualidades personales que lo hicieron muy querido entre sus compañeros y profesores», según informó la prensa chilena.

No han sido pocos los mensajes de solidaridad de la comunidad académica frente a la sospechosa muerte de los jóvenes científicos, pero uno de los que más ha llamado la atención fue el que compartió Dasfne Lee-Liu, quien fue profesora de Guzmán e interpretó lo ocurrido como un posible crimen de xenofobia, además animó a ejercer presión para que se dé con los responsables.

Imagen de portada: INSTITUTO STOWERS. La argentina Camila Behrensen y el chileno Pablo Guzmán aparecieron sin vida en Kansas City.

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 7 de octubre 2022.

Sociedad/EE.UU./Ciencia/Educación/Muertes.

10³⁰ + 666 × 10¹⁴ + 1: el oscuro número que tiene una reputación diabólica.

Esta es la historia de un cazador y un tejedor de historias, pero, sobre todo, de un número algo siniestro.

Para ser más precisos, uno de los números primos, aquellos que son divisibles solo por 1 y ellos mismos, y que han sido motivo de fascinación desde los albores de la civilización.

O al menos desde hace aproximadamente 3.570 años, cuando, durante el reinado de Apofis I, el escriba egipcio Ahmes creó el papiro matemático Rhind y registró de manera diferente las fracciones cuyos denominadores eran números primos.

Los matemáticos les han dedicado millones de horas pues, además de ser hermosos, seductores y muy útiles, también son exasperantes: estos átomos de la teoría de números no tienen un patrón evidente, así que entre más se encuentran, más erráticos parecen ser.

Ni siquiera el inmenso poder de las computadoras ayuda mucho.

Pero, en ese largo y tortuoso camino para desvelar todos sus misterios, se han topado con curiosidades que comparten con los que no sabemos tanto para que nos deleitemos.

Son como deliciosos bocaditos de conocimiento que nos recuerdan cuán genial es el mundo de los números.

Y de tanto en tanto nos los sirven cuando estamos entretenidos con la cultura más popular.

Detalle del papiro de Ahmes

FUENTE DE LA IMAGEN – © THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM. El papiro de Ahmes es el más conocido y extenso de los documentos que arrojan algunas ideas sobre el enfoque de las matemáticas de los antiguos egipcios.

Los fanáticos de la serie «The big bang Theory», por ejemplo, recordarán quizás al doctor Sheldon Cooper decir…

«El mejor número es 73. ¿Por qué? 73 es el número primo número 21».

«Su espejo, el 37, es el 12° y su espejo, el 21, es el producto de multiplicar 7 x 3».

«En binario 73 es un palíndromo, 1001001, que al revés es 1001001».

Probablemente a Sheldon también le gustaría el número que nos convoca aquí hoy, pues además de ser primo, comparte esa poética simetría de los palíndromos (resulta igual leído de izquierda a derecha que de derecha a izquierda),

Sin embargo, es más demoníaco.

El cazador

Fue encontrado por un cazador de primos (como se llaman los que se dedican a buscarlos… ¿recuerdas que son dificilísimos de hallar?).

Se trata de Harvey Dubner, un ingeniero eléctrico y matemático estadounidense conocido por sus contribuciones a la búsqueda de grandes números primos.

Grabado de Belfegor sentado en un inodoro.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Estaba a punto de encontrarse con un demonio: Belfegor.

Dubner se puso a rastrear un conjunto de primos partiendo de 16661 y agregando ceros a cada lado, entre los 1 y los 6.

Es decir, empezó con 16661 -que es un número primo-, y chequeó si 1066601 también era un número primo. No lo era.

Hizo lo mismo con 100666001, 10006660001… y ninguno era primo, pero no se dio por vencido.

Continuó sin éxito hasta que llegó a 1000000000000066600000000000001 y… ¡eureka! encontró el primero de los números con esas características que era primo.

Dubner siguió con su laboriosa tarea y halló que los que tenían 42, 506, 608, 2472 y 2623 ceros agregados también eran números primos.

Pero…

Otro matemático, Cliff Pickover -nuestro tejedor de historias-, detectó ciertos rasgos infernales en ese primer número.

Desde un principio, el experimento de Dubner tenía en su corazón el 666, el número de la Bestia, según el Apocalipsis o Revelaciones, el último libro del Nuevo Testamento y de la Biblia cristiana, donde dice…

«Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es número de hombre; y su número es seiscientos sesenta y seis».

Página del Manuscrito de Voynich con el glifo de pájaro

Los pájaros que inspiraron e símbolo de Primo de Belfegor en el Manuscrito Voynich.

Además, notó que ese número bestial en ese primer primo «estaba rodeado de 13 ceros en ambos lados, considerado durante mucho tiempo supersticiosamente como un número de mala suerte en la cultura occidental», le dijo Pickover a BBC Mundo.

Encima, «tenía 31 dígitos en total, que es 13 al revés».

El matemático decidió darle un nombre a 1000000000000066600000000000001: el primo de Belfegor.

Belfegor es uno de los 7 príncipes del infierno, el demonio del pecado capital de la pereza, pero también, curiosamente, del excremento, de ahí el grabado de madera incluido en el «Dictionnaire Infernal» de Jacques August Simon Collin de Plancy (1818 y 1863), en el que aparece elegantemente retratado en el retrete.

Aunque se le prestó mucha atención en la Antigüedad, su función fue cambiando y llegó a ser el encargado de tentar a los mortales con el don del descubrimiento y la invención, lo que no suena nada nefasto, pero ¡ve tú a saber!

El primo de Belfegor tiene además su símbolo: es una π (pi) al revés, y se deriva de un glifo de pájaro que aparece en el indescifrado Manuscrito Voynich del siglo XV.

¿Por qué?

Pickover es autor de 50 libros sobre temas que van desde las matemáticas y la medicina hasta la vida después de la muerte y la inteligencia artificial.

Su objetivo declarado es «exponer a una amplia audiencia las maravillas de la ciencia y las matemáticas», y lo hace utilizando conceptos lúdicos pero complejos como «números de vampiros» e «hipercubos mágicos».

«Francis Bacon (artista 1909-1992) dijo una vez: ‘El trabajo del artista es siempre profundizar en el misterio’, y utilizo este enfoque para gran parte de mi producción creativa», le dijo a BBC Mundo.

«Descubrí que darle nombres a ciertos números o conceptos matemáticos ayuda a estimular el interés en personas de todas las edades».

«El nombre ayuda a centrar la atención y la discusión, y rejuvenece el interés de los estudiantes por las matemáticas».

«Las matemáticas son el martillo que rompe el hielo de nuestro inconsciente», concluyó.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Dalia Ventura; BBC News Mundo. 17 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Ciencias Matemáticas/Conocimientos/Creencias/Educación.

 

 

 

«Las matemáticas nos hacen más libres y menos manipulables”: Eduardo Sáenz de Cabezón.

Imagina que vas a pagar en el supermercado. Tienes dos filas: una con pocos carritos que están muy llenos de productos, y una fila con muchas personas, pero con carritos casi vacíos, ¿qué fila eliges?

Esa es una de las preguntas que plantea Eduardo Sáenz de Cabezón, doctor en matemáticas, experto en Álgebra computacional y profesor de Lenguajes y Sistemas informáticos en la Universidad de La Rioja, España.

«Las matemáticas te dicen que es mejor ir a la fila que tiene pocos carros, aunque estén llenos de productos, porque lo que más demora la fila es el pago. El proceso de pasar los productos es rápido, pero el proceso de pagar es lento. Entonces ve a la fila donde el proceso crítico va a ocurrir menos veces», dice Sáenz.

Así como el razonamiento matemático puede resultar muy útil en la vida cotidiana, también puede ayudarte a descubrir la belleza de las cosas y a poner en duda aquellas verdades que parecen irrefutables.

Autor de libros como «Inteligencia matemática», «Apocalipsis matemático» e «Inteligencia matemática: descubre el matemático que llevas dentro», Sáenz, un apasionado de la divulgación científica, argumenta que las afirmaciones resbaladizas te llevan a sacar conclusiones incoherentes en campos tan distintos como el deporte, la medicina o la economía.

Por eso, incorporar el razonamiento lógico en la vida cotidiana, dice, nos protege del engaño o la manipulación y «nos hace más libres».

Al mismo tiempo, agrega, las matemáticas nos abren una puerta a un «mundo muy hermoso» que puede estar al alcance de tus manos (incluso para aquellos que odiaban los números en la escuela).

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¿Por qué se dedicó a las matemáticas?

Cuando yo tenía como 12 o 13 años, me regalaron un pequeño computador que se llamaba Spectrum, un dispositivo que había en los años 80, muy pequeñito.

Fue algo como «¡Guau!, ¿qué es esto?». Con mis hermanos lo usábamos para jugar, pero también se podía programar. Entonces a mi me gustó programar y más tarde busqué estudiar algo con programación, pero no había nada en la universidad.

Ilustración con símbolos científicos

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

En ese momento la informática no estaba muy desarrollada y me dijeron que en la carrera de matemáticas, en los últimos años, había una especialización en computación, donde se podía aprender a programar más en serio.

Entré a matemáticas y allí descubrí una asignatura que era Álgebra abstracta. Cuando me di cuenta del poder del pensamiento abstracto dije otra vez «¡guau!». Tenía como 19 años.

¿Qué le fascinó del Álgebra abstracta?

Había aprendido a hacer todo tipo de cálculos. Pero en el álgebra descubrí que había una idea y que esa idea resolvía todos los ejercicios de un cierto tipo. De pronto con una sola idea, solucionabas montones de ejercicios.

El álgebra era como elevar la mirada y ver que, al final, todos eran casos particulares de un mismo principio general, como cuando observamos la relación entre los números y la simetría en los giros de una figura. Es que los principios fundamentales son lo mismo, los mecanismos de pensamiento son lo mismo.

Eduardo Sáenz de Cabezón

FUENTE DE LA IMAGEN – EDUARDO SÁENZ DE CABEZÓN. «Derivando», el canal de YouTube de Sáenz, tiene más de 1.300.000 suscriptores.

A mí eso me pareció brutal, porque la abstracción te permite comprender lo que hay dentro de los casos particulares, la esencia de las cosas.

Como ver patrones que se repiten en cosas que aparentemente no tienen ninguna relación…

Exacto. Hay una cosa en la que yo no les hice caso a mis profesores, cuando me decían que cada cinco años escribiera mi definición de matemáticas.

Si yo les hubiera hecho caso, tendría mi definición de cuando tenía 14 años, de cuando tenía 19, de cuando terminé la carrera, cuando hice el doctorado, cuando me asenté como investigador y claro, sería precioso tenerlas.

¿Cuál es tu definición actual?

Ahora mismo diría que las matemáticas son el arte de encontrar patrones. Y uso la palabra «arte» con toda intención, porque creo que las matemáticas son una de las cosas más creativas que existen.

¿Cuál es la relación entre las matemáticas y la creatividad?

Quizás lo más parecido en eso es la música. En la música tienes unos ingredientes muy sencillos: tienes 12 notas, si consideras los semitonos, una reglas de armonía, tienes simetrías y con esas reglas, pues tenemos a los Beatles, Bach, el heavy metal… tenemos todo eso.

Niña aprendiendo matemáticas

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Y esas reglas, esos ingredientes musicales, los usamos como un trampolín para la creación, no como una limitación.

En las matemáticas ocurre un poco eso. Tenemos unas reglas y las reglas son un trampolín para la creatividad.

Jugando con la Teoría de conjuntos, el álgebra o la geometría, uno puede construir mundos que son prácticamente infinitos.

¿Me puede dar un ejemplo para entender esa amplitud, de cómo las matemáticas pueden estar en todas partes y no nos damos cuenta?

Hay un profesor colombiano que se llama Lucho Recalde que dice que las matemáticas son contar, medir y ordenar, desde lo más simple a lo más sofisticado que quieras.

Un computador cuántico está contando y ordenando cosas, lo mismo la inteligencia artificial.

Ahora, yo te digo a ti, ¿en cuántas facetas de tu vida estás contando, midiendo y ordenando? Prácticamente en todo. Por eso detrás de cualquier ciencia, están las matemáticas.

Y eso es así cuando queremos hacer predicciones sobre cómo está avanzando una pandemia, o queremos saber a partir de qué momento es conveniente hacer confinamientos o paralizar la economía buscando un equilibrio para que no haya tantas muertes.

Todas esas decisiones las tomamos con datos.

También las matemáticas están relacionadas, por ejemplo, con la política, en el sentido de que los que toman decisiones pueden hacer cálculos engañosos y presentar la realidad de una manera que no es cierta, apoyándose en los números, ¿no?

Por eso es importante que tengamos un mínimo de alfabetización matemática, porque las matemáticas nos hacen más libres y menos manipulables, para ser capaces de entender si nos están presentando datos de una manera tendenciosa o no.

Si tú eres capaz de detectar cuando unos datos están bien o mal presentados, eres más libre.

Cuando te están diciendo, por ejemplo, que en Estados Unidos hay mucha más gente desempleada que en Suiza, claro que es así, porque la población de EE.UU. es 10 veces la de Suiza.

Entonces, por supuesto que va a haber más gente desempleada, porque hay más habitantes.

Números en un fondo blanco

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Con las matemáticas, «uno puede construir mundos que son prácticamente infinitos», dice Sáenz.

Pero lo que quiero que me digas es qué porcentaje de desempleo hay en EE.UU. y qué porcentaje hay en Suiza y ahí los podré comparar. Si no, estás haciendo una comparación absolutamente injusta.

Si yo tengo una mínima cultura matemática, voy a ser capaz de detectar este tipo de cosas y cuando alguien me dé una información, podré contrastarla. Y si puedo contrastar la información, entonces soy más libre. Soy más libre porque soy menos manipulable.

Eso pasa cuando me doy cuenta de fallos lógicos, cuando alguien hace una afirmación, y eso no tiene un sustrato lógico, es decir, se contradice a sí misma. Entonces, si me doy cuenta, si soy capaz de razonar lógicamente, será más difícil que me engañen.

De hecho, hay países muy pobres donde el desempleo es bajísimo, lo que puede parecer una gran noticia, pero es bajísimo porque la gente se cansó de buscar trabajo y, por lo tanto, no está dentro de la categoría formal de desempleado. Es decir, como no hay empleo, no hay desempleo…

Claro, esas definiciones que son resbaladizas, que te llevan a sacar consecuencias ilógicas, se dan en muchísimos sitios. Se aplica en el deporte, en la economía, en la política. Ahora mismo hay matemáticos trabajando en casi todos los ámbitos de la economía.

En España, por ejemplo, los estudios universitarios más solicitados son las matemáticas. En España tenemos un límite de plazas en todas las carreras, entonces haces un examen para entrar a la universidad y a la gente se le ordena según su nota y por eso hay una nota de acceso para cada carrera.

La nota de acceso más alta es la de matemáticas. Ahora tenemos al menos 10 solicitudes por cada plaza. Hay mucho interés porque hay toda una economía basada en el conocimiento que se extrae de los datos.

Si tú eres capaz de comprender cómo se extrae información de los datos, pues tienes una ventaja. Como los matemáticos buscamos patrones, la búsqueda de patrones o tendencias en economía, en deporte, en medicina, es clave.

Usted escribió el libro «Descubre al matemático que llevas dentro», donde argumenta que las matemáticas no son tan odiosas como parecen. ¿Cuál es la premisa fundamental?

La premisa fundamental del libro es que todos somos matemáticos de lo que nos parece, es decir, casi todo el mundo identifica las matemáticas con las matemáticas de la escuela, que probablemente no le gustaron porque le generaron frustraciones. Y esa frustración las personas la arrastran desde la escuela.

Ilustración con un cerebro y un generador de luz

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Las matemáticas son mucho más que las matemáticas de la escuela. Y no quiero desprestigiar a las matemáticas de la escuela, pero muchas veces están enfocadas a obtener el resultado de una operación. Y las matemáticas son muchísimo más que eso.

Entonces, esto que hablábamos antes del pensamiento lógico, la concatenación de causas y consecuencias, es algo que lo tenemos muy bien cableado en nuestro cerebro y en nuestra experiencia personal.

Todos somos mucho más matemáticos de lo que nos parece. Y me he encontrado mucha gente que le encuentra mucho gusto a saber matemáticas.

Una parte importante de eso es que les gusta deshacerse de esa frustración que arrastran desde niños.

Creo que ningún país puede permitirse una población que no ame las matemáticas.

Dado que las matemáticas también pueden expresar la belleza que hay en la naturaleza, en el universo, en el arte, ¿le parece que las matemáticas nos pueden ayudar a sentirnos más felices?

Absolutamente. Yo creo que las matemáticas pueden ser una fuente de felicidad. Las matemáticas nos pueden abrir una puerta para disfrutar más, no solo como una experiencia placentera, sino también como una intensificación de nuestra experiencia vital.

Nos permiten vivir una vida más intensa, una vida mejor. Cada vez que nos abrimos una puerta nueva que contribuya a esta intensificación de la vida, estamos creciendo como personas.

Las matemáticas te abren la puerta a un mundo muy hermoso.

Joven frente a un pizarrón con números.

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Hay muchísimas cosas que uno no pensaría que son reales y, sin embargo, lo son.

Te voy a dar un ejemplo muy tonto, pero muy gráfico. Tienes una hoja de papel y la doblas sucesivamente por la mitad; cuando la has doblado seis o siete veces, ya no puedes seguir. Te queda un taquito de papel de un par de centímetros.

Entonces, si pudieras doblar una hoja de papel 54 veces… ¿qué altura tendría el taquito de papel?, ¿tendría la altura de una persona, de un edificio bajo, de un edificio alto?

Las personas se suelen sorprender cuando les digo, y demuestro haciendo las cuentas, que un papel de 0,01 milímetros de espesor, doblado 54 veces, recorre la distancia entre la Tierra y el Sol.

¿En serio?

Sí, sí. Uno hace las cuentas y los números no mienten. Cada vez que doblas el papel, multiplicas por dos el grosor, y sigues aumentando el grosor por dos y por dos y por dos, hasta completar 54 veces, sale algo así como 200 millones de kilómetros, mientras que la distancia de la Tierra al Sol es de 150 millones de kilómetros.

O sea, que hasta nos sobra papel.

Imagen de portada: EDUARDO SÁENZ DE CABEZÓN. «Las matemáticas son una de las cosas más creativas que existen», dice Eduardo Sáenz de Cabezón.

FUENTE RESPONSABLE: Cecilia Barría. BBC News Mundo. 15 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Educación/Ciencias matemáticas/Entrevista.

 

 

«Todos los niños llevan dentro la semilla de la genialidad y tienen un enorme potencial».

La educadora mexicana Elisa Guerra está metida en un ejercicio urgente: cuestionar la escuela actual, víctima de la mayor crisis de su historia, y proyectar la escuela del futuro.

Lo ha hecho como coautora del informe de la UNESCO «Reimaginar juntos nuestros futuros: Un nuevo contrato social para la educación». Pero también lo hace en su día a día como fundadora de una escuela, como autora de textos educativos y como maestra.

A sus alumnos también les ha propuesto repensar la educación durante un ejercicio en el aula, un podcast titulado «Las primeras letras», en el que están escribiendo un libro en conjunto que parte así: «Un día los niños se levantan y ya no hay escuela, pero los padres no se acuerdan de que existía. ¿Qué es eso?, dicen los padres, ¿cómo que una escuela?

El niño o la niña está asustadisima: ¿me volví loca?, ¿estoy todavía dormida? Le habla uno de sus compañeros que le dice: «Estoy histérico, mi mamá no me quiere llevar a la escuela, no sabe qué es eso».

La consigna con los chicos es que cada uno termine el cuento. ¿Cómo es esa escuela y cómo logran los niños convencer a los adultos de reinventarla?

El informe de la UNESCO proyecta «una educación que repare las injusticias, al tiempo que transforma el futuro», que debe sustentarse «en los derechos humanos y en los principios de no discriminación».

«No se trata de un manual ni de un modelo, sino de un punto de partida para una conversación fundamental» que ya ha comenzado en distintos rincones del mundo, especialmente después de la pandemia.

Elisa Guerra, nombrada Mejor Educadora de América Latina y el Caribe por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2015, y dos veces finalista del Global Teacher Prize, es parte del Festival Hay Querétaro, donde compartirá sus experiencias y dialogará sobre lo que vendrá.

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El punto de partida del informe es alertar sobre un futuro de incertidumbre, guerras, crisis migratorias o cambio climático. ¿Cómo le transmitimos eso a los estudiantes sin que les desalienten o les indigne?

Espero que se sienta el toque de esperanza. No quisimos que fuera alarmista, fatalista, sino que cree conciencia, pero al mismo tiempo que inspire para la acción. Decirles que tenemos problemas pero también soluciones. No es una sentencia, es una advertencia para inspirar en lugar de atemorizar. La ciudadanía global tiene que ver con tener los conocimientos, las habilidades y con hacer, ahí viene la parte activa, el activismo. Ya no es suficiente saber, tenemos que hacer algo al respecto.

¿Cómo se educa para la incertidumbre cuando la escuela todavía es un lugar lleno de reglas, con horarios, con sanciones?

Una de las premisas más importantes es la necesidad, por un lado, de proteger la escuela y por otro, de transformarla. Protegerla porque ha recibido muchos embates. La pandemia la dejó embarrada en el pavimento y hay mucha especulación de si finalmente va a ser sustituida por plataformas digitales.

Nosotros creemos que el espacio de la escuela es sagrado, porque es el único lugar donde se pueden presentar experiencias de aprendizaje que tienen el potencial para impactar el desarrollo humano.

Libro de Lisa Guerra "Las voces de los árboles"

FUENTE DE LA IMAGEN – ANA ROGU

¿Cómo se proyecta entonces el futuro de esta escuela añeja?

Hay un modelo de escuela, de organización, una arquitectura y una gramática escolar que tiene por lo menos 150 años y que ya nos quedó corta.

Cuando hablamos de transformarla, no es una metamorfosis completa, pero va más allá de una reforma.

Me gusta decirles a los docentes que imaginen que llegamos a nuestras escuelas vacías y hay que volver a inventarlas. Esto ya lo hicimos, pues el modelo viene de la Revolución Industrial, cuando más familias llegaron a las ciudades a trabajar en las fábricas y respondía a necesidades de esa sociedad.

Tendríamos que partir de cero, como si hubiéramos estado en una guerra, llegáramos a las ruinas y nos preguntáramos: ¿reconstruimos el edificio exactamente igual?, ¿tomamos los cimientos, pero aprovechamos para hacer algo más cercano a nuestra realidad?

Es muy difícil, porque si el agua tiene memoria y el río regresa a su cauce, siento que la escuela también tiene memoria y tiende a regresar donde ya estábamos.

Hasta ahora los estudiantes se sientan en una clase cuadrada, uno detrás de otro, a mirar una pizarra. ¿Cómo sería ese nuevo dibujo?

No existe un modelo perfecto y único para todos. Hoy tenemos un molde que se repite en todo el mundo, independientemente de los contextos y no quisiera cambiarlo por otro molde.

El reporte habla de construir juntos nuestros futuros, en plural, porque no hay un solo futuro, ni un solo camino.

Tendríamos que pensar en lo que necesitamos. Por ejemplo, mayor colaboración entre los docentes. Pero no se puede si estamos metidos en un cubo concreto todo el día y nos vemos apenas unos minutos en el salón de maestros entre clase y clase.

En realidad el niño no es el centro de la escuela, el centro de la escuela es el currículo, la campana, el libro de texto, el programa que se tiene que cumplir… eso marca la vida escolar.

En términos generales, creo que necesitamos que los muros de la escuela sean mucho más permeables, los externos para salir a la comunidad y para permitir que la comunidad entre, y los del interior también tienen que hacerse más flexibles.

¿Podrías dar un ejemplo de esa flexibilidad?

Tenemos una semana al año donde se mezclan niños de todos los grupos y escogen un taller, lo llamamos claustro.

Un grupo crea un restaurante desde el menú: aprenden a cocinar, a costear los platillos. Otros van a la producción de un programa de televisión. Otros escogen medicina, aprenden primeros auxilios, visitan hospitales, platican con los médicos. Los estudiantes quieren más proyectos así.

Una escuela abierta a la innovación, porque los docentes nos topamos con una pared: no lo puedes hacer, no está en el programa, no tiene suficiente investigación, no está respaldado por la ciencia. Y si nunca se ha hecho, ¿cómo va a estar respaldado por la ciencia?

Cuando se desarrollaron las primeras vacunas en la pandemia, se dio autorización de emergencia para utilizarlas sin que la investigación estuviera completa. Estamos en una crisis mundial de pobreza de aprendizaje según el Banco Mundial, la UNESCO y UNICEF. Si esto no es una emergencia educativa, no sé qué puede ser.

En ningún momento de la historia de la escuela, ésta ha estado tan amenazada, ha sufrido tanto y ha tenido tantos reveses, una crisis encima de otra. Si tenemos ideas y queremos aplicarlas, ¿no se podrá dar algo así como una autorización de emergencia?

Durante la pandemia la sala se transformó en google classroom, Zoom o Teams, y el reporte alerta sobre que la educación se sustente en empresas lucrativas, que utilizan nuestros datos, y plantea un sistema público digital para la enseñanza, ¿cuál es tu opinión?

No estoy en desacuerdo con el uso de las plataformas, que en nuestro caso nos ayudó muchísimo. Tenemos que dejar de verlas con determinismo: si nos gusta qué bueno, y si no, no lo usemos, no es una bestia que estamos intentando domar.

Podemos pensar maneras en que sea incluyente y no atente contra nuestros derechos.

Elisa Guerra

FUENTE DE LA IMAGEN – ROX DE LUNA

También se critica el solucionismo tecnológico, la idea de que lo digital va a eliminar todos los problemas. La tecnología tiene que estar al servicio de la pedagogía y no al revés. No por usarla voy a convertir una mala pedagogía en buena pedagogía.

La tecnología es un micrófono: si tienes bonita voz va a ampliarla, pero si no cantas bien, no te acerques, porque no va a hacer que tu voz suene melodiosa. Hemos tenido mucha confusión al pensar que modernizar la educación es subir las lecciones que no funcionaban en el aula a la plataforma. Si no funcionan en el aula, no van a funcionar.

¿Cómo dirías que es el cerebro de los niños de hoy? ¿Cómo se los cautiva?

Hemos subestimado la capacidad y el potencial cerebral de nuestros niños, aunque hemos avanzado en las neurociencias cognitivas aplicando cada vez más sus hallazgos al aula.

Los niños tienen un potencial lingüístico tremendo que no se ha traducido a la lectura. Les enseñamos a leer a los seis años, porque nos queda mejor como sistema: pueden sentarse en un salón, quedarse quietos por más tiempo, separarse de los padres sin llorar y prestar atención en grupos grandes al cuidado de un solo docente.

Los niños pueden aprender a leer antes, no de la manera en que les enseñamos a los seis años, pero estamos tan habituados y nos da tanto miedo salirnos de esa cajita que seguimos haciéndolo, aunque ya no sea lo óptimo. Como ese ejemplo, hay muchísimos más. Yo creo que al niño le hemos dado un rol de súbdito en la educación y no se vale.

El súbdito se tiene que sentar, escuchar, no puede hablar, no se puede mover.Sin embargo, el reporte propone incluir la emoción, permitir los errores, desarrollar el pensamiento crítico. ¿Cómo se lleva eso a la práctica?

Muchas veces les digo a los docentes: hagamos las cosas sin pedir permiso, lo que tú puedas dentro de tu aula.

Una de las razones por las que no damos a nuestros niños la atención que quisiéramos es el número extraordinariamente grande de chicos en un grupo y eso difícilmente lo podemos cambiar.

Me gusta hacer alianzas, con los padres, los maestros y con los mismos niños, decirles: cuando tengas una situación particular, aquí estoy, háblame, generar esa confianza. También dar espacios de mindfulness en el aula, o movernos rápido con una música elevada para reactivar la circulación, la respiración, oxigenar el cerebro, despertarnos.

Buscar otros lugares para enseñar, hacer a un lado el currículo para atender cosas más importantes, no tener miedo a brincarte un tema. Suena como anatema, ¡excomulgados los docentes que se brincan un tema!, pero a veces vas a sacrificarlo para avanzar después en los demás.

Leí el libro de un maestro que dedica el primer mes a conocer a los estudiantes. Si tenemos esas conexiones, los papás con los hijos, los maestros con los hijos, los estudiantes entre ellos, creo que hay mejores oportunidades de transformar la escuela.

Muchos padres se frustran porque no pueden escoger la mejor escuela para sus hijos o ven que sus hijos sufren por bullying, ¿qué les dirías?

No podemos quedarnos cruzados de brazos esperando que las autoridades resuelvan todo. Ya vimos con la pandemia que no pueden.

Quisiera que el mensaje sea que desde tu trinchera puedes hacer algo. A lo mejor no vas a mover al elefante, pero puedes dar pequeños pasos.

Si no puedes elegir la escuela y no puedes cambiarla, con la pandemia ya nos convertimos también en docentes de nuestros propios hijos. No dejar que con la vuelta a la presencialidad eso se pierda. Los padres pueden ser co-educadores con pandemia y sin pandemia. Y, de hecho, lo que pase en la casa es más poderoso que lo que pasa en la escuela en el desarrollo de cada niño.

Las tareas (los deberes) es un tema controversial. Una queja es que después de 7 horas en el colegio -el equivalente a una jornada laboral- tengan que seguir en casa. ¿Cuál es tu visión?

Si el objetivo es crear un hábito de estudio por las tardes, no debería de ser más de una hora.

Muchas veces no se utilizan para afianzar el conocimiento, sino para cubrir lo que no se alcanzó en el aula, pero no es culpa del estudiante, tampoco del docente. Puede ser la organización escolar, la sobrecarga curricular.

Elisa Guerra

FUENTE DE LA IMAGEN – ROX DE LUNA

¿Y las sanciones?

En primer lugar, cambiar el nombre, quizás a consecuencias, y enfocarse en resarcir el daño.

En el caso de algún chico que haya agredido a otro, lo primero es concientizar en cómo vas a resarcirlo. En toda comunidad tiene que haber reglas de convivencia, pero también cierta flexibilidad para considerar las situaciones únicas de cada estudiante. Y un punto aquí, no a que las consecuencias sean hacer más tareas, leer 20 minutos o no tener recreo, eso es contraproducente, porque estudiar o leer se convierten en un castigo, algo espantoso que no haces más que cuando te lo exigen.

¿Y cómo damos la oportunidad de enfrentar la consecuencia y de resarcir el daño? Cuando alguien va a exceso de velocidad y un agente de tránsito lo detiene, le dice: «Venía usted con exceso de velocidad, ¿tiene algún problema? Ay, no me di cuenta, oficial, qué barbaridad».

El oficial extiende una multa, uno la tiene que pagar y fin de la situación. No se pone a gritarnos: ¡qué estaba usted pensando! ¡cómo es posible!, pero muchas veces hacemos eso con los niños. A los niños, los padres y los docentes, los abusamos. Si ya venía lastimado emocionalmente, en lugar de investigar qué está pasando y cómo apoyar, estamos haciendo el problema más grande.

El reporte habla de aprender, pero también de desaprender, ¿qué es lo que hay que desmontar en la educación?

Tiene que ver con la interculturalidad y la aceptación de la diversidad. Hay cosas que hemos aprendido que no hacen más que perpetuar las injusticias sociales.

Se ha dicho mucho que el niño no nace odiando o con un prejuicio hacia otros, es algo que se aprende, pero es ya estructural, los docentes y los padres lo tenemos y no nos damos cuenta.

El primer camino es concientizarnos y analizar nuestras actitudes y pensamientos, porque somos parte del problema y perpetuamos las exclusiones. Tenemos que desaprender la imagen antropocéntrica de que los seres humanos estamos al centro de la vida y que el planeta existe para y por nosotros.

Somos una parte del ecosistema, pero hay otros seres vivos que tienen derechos y no están para rendirnos pleitesía, porque incluso cuando decimos que hay que cuidar el planeta, lo hacemos como si fuera nuestra propiedad, como cuando le decimos al niño «cuida tu chamarra para que no se te pierda».

¿Cuáles son los derechos de los niños hacia 2050, en ese futuro que intentamos visualizar?

Todos, incluyendo los que tienen necesidades educativas especiales o alguna condición de aprendizaje, todos los niños llevan dentro la semilla de la genialidad y tienen un enorme potencial. Su primer derecho es tener un ambiente óptimo que les permita desarrollarlo.

Ese potencial se va a ver diferente en cada uno, pero nuestra responsabilidad como educadores, como padres, es generar ese ambiente que les nutra, y que a nosotros, como adultos, también nos permita desarrollarnos.

No podemos pensar en la educación como un periodo en la vida, que se acaba cuando se sale de la escuela con un diploma. Sigue toda la vida. Otro derecho de los niños es que tanto sus padres como sus maestros sigan aprendiendo, que sean mejores para orientar, auxiliar, apoyarlos. También el derecho de acceso a la escuela, a las tecnologías que favorecen el aprendizaje, el derecho a encontrarse tanto en su casa como en la escuela con un ambiente libre de violencia, un ambiente de acogida.

Puedes leer toda nuestra cobertura del Hay Querétaro haciendo clic aquí.

Imagen de portada: Elisa Guerra (por Rox de Luna)

FUENTE RESPONSABLE: Diana Massis. HayFestivalQueretaro@BBC Mundo. 1 septiembre 2022

Sociedad y Cultura/Educación/HayFestival

 

El lado negativo de que tu familia te diga que eres una persona bonita.

Imagínate la escena: una niña se prueba un vestido lindo, hace un giro y, con gran satisfacción, lo alisa. Los adultos a su alrededor se hacen eco de su deleite y le dicen lo bonita que es.

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Más tarde, mira sus libros favoritos y ve personas delgadas y animales delgados que se embarcan en emocionantes aventuras, mientras que sus contrapartes más pesados son retratados como lentos o torpes. A veces, se da cuenta de que sus propios padres se preocupan por el peso o apariencia que tienen.

Para cuando sea adolescente, quizá sus padres se preocupen por el impacto de los influencers en la imagen corporal que tiene de sí misma.

Pero investigaciones indican que, en realidad, su percepción de los cuerpos y su aceptación social se habrán formado mucho antes, en esos primeros años.

Cuando pensamos en nuestra relación con nuestros cuerpos, a menudo es difícil determinar con precisión de dónde proviene nuestra satisfacción o insatisfacción.

Si pensamos en nuestra infancia, podemos recordar una colección de comentarios u observaciones. Ninguno de ellos quizá parezca enormemente impactante en sí. Y, sin embargo, su efecto acumulativo puede ser sorprendentemente potente.

Ya sea en forma de elogios o críticas, el tipo de atención a las formas del cuerpo puede establecer creencias e inseguridades que son difíciles de eliminar.

Las consecuencias pueden ser tremendamente dañinas, como muestran estudios, con actitudes familiares y comentarios despectivos sobre el peso vinculados a problemas de salud mental y trastornos alimentarios.

Además, ha aumentado la estigmatización más amplia de los niños con sobrepeso, lo que afecta su autoestima y, por supuesto, su imagen corporal.

Dado lo temprano que comienza esta conciencia de los ideales corporales, ¿qué pueden hacer los padres y cuidadores para ayudar a los niños a sentirse seguros de sí mismos y más solidarios con los demás?

La vergüenza corporal no es innata

Los ideales físicos difieren enormemente a lo largo del tiempo y las diferentes culturas: una mirada rápida a cualquier pintura de Peter Paul Rubens, o incluso a la estatuilla de 29.500 años conocida como la «Venus de Willendorf«, muestra cuán exuberantemente han acogido los humanos las características curvilíneas.

Familia en la piscina

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES/JAVIER HIRSCHFELD. Desde una edad temprana, los niños se ven influenciados por las opiniones de sus padres sobre la apariencia física.

Pero hoy, a pesar de un creciente movimiento de positividad corporal que celebra todas las formas y tamaños, la idea de que un cuerpo delgado es preferible sigue siendo dominante en las redes sociales, en los medios tradicionales, en la televisión, en la pantalla grande y en la publicidad.

La conciencia de los ideales corporales comienza temprano y refleja la experiencia de los niños del mundo que los rodea.

En un estudio, se pidió a niños de 3 a 5 años que eligieran una figura de una gama de tamaños delgados a grandes, para representar a un niño con características positivas o negativas.

Por ejemplo, se les preguntó qué niños serían antipáticos o amables, quiénes serían objeto de burlas por parte de otros y a quiénes invitarían al cumpleaños. Los niños tendían a elegir las figuras más corpulentas para representar las características negativas.

Crucialmente, este sesgo fue influenciado por otros: por ejemplo, las actitudes y creencias de sus propias madres sobre las formas del cuerpo afectaron el resultado.

Además, los niños mayores mostraron un sesgo más fuerte que los más pequeños, lo que nuevamente indica que fue aprendido, no innato.

Los hallazgos «indican que los entornos sociales de los niños son importantes en el desarrollo de actitudes positivas y negativas hacia el peso», concluyen los investigadores.

«Vemos los patrones en los que los niños atribuyen las características positivas a las figuras más delgadas y las características negativas a las figuras más grandes», dice Sian McLean, profesora de psicología en la Universidad La Trobe en Melbourne, Australia, que se especializa en insatisfacción corporal.

«Están desarrollando eso temprano, lo cual es una preocupación porque potencialmente tienen la oportunidad de internalizar esa percepción, que ser más delgado es deseable y está asociado con recompensas sociales».

Otro estudio mostró que la actitud de sus padres hacia el peso influía en niños de hasta 3 años. Con el tiempo, aumentaron las asociaciones negativas de los niños con los cuerpos grandes y la conciencia de cómo perder peso.

A menudo hay un elemento de género en estas percepciones, con los hijos más afectados por las opiniones de sus padres y las hijas por las actitudes de sus madres.

Si bien los padres juegan un papel importante en la formación de las actitudes y puntos de vista de sus hijos, se debe enfatizar que están lejos de ser la única influencia a la que los jóvenes están expuestos y, a menudo, pueden tener un efecto positivo que puede contrarrestar los mensajes de otras fuentes.

Mujer en escritorio

FUENTE DE LA IMAGEN – ALAMY/JAVIER HIRSCHFELD. La mayoría de nosotros habremos experimentado comentarios u observaciones improvisadas durante nuestra infancia.

El uso de dietas para controlar el peso se ha detectado en niñas de hasta 5 años, por ejemplo, y en ese caso, los principales factores fueron la exposición a los medios, así como las conversaciones sobre la apariencia.

Pero la investigación muestra que las opiniones de los padres sí importan.

El peligro de burlarse

Muchos padres pueden sentirse sorprendidos al escuchar que sus propias inseguridades, que después de todo pueden ser completamente involuntarias y no algo que deseen transmitir, pueden tener tal impacto. Pero algunos miembros de la familia también magnifican este efecto a través de comentarios despectivos.

En un estudio sobre los efectos de las burlas de los miembros de la familia sobre la insatisfacción corporal y los trastornos alimentarios, el 23% de los participantes dijeron haber recibido burlas de uno de sus padres por la apariencia, y el 12% fueron objeto de burlas por su sobrepeso, también por parte de uno de los padres.

Más informaron haber sido objeto de burlas por parte de sus padres que de sus madres. Tales burlas paternas fueron un predictor significativo de insatisfacción corporal, así como de comportamientos bulímicos y depresión, y también aumentaron las probabilidades de que un hermano se burlara de ellos.

Las burlas maternas fueron un predictor significativo de depresión.

Ser objeto de burlas por la apariencia por parte de un hermano tuvo un impacto negativo similar en la salud mental y la autoestima, y ​​aumentó el riesgo de trastornos alimentarios.

Los autores sugirieron que comprender los antecedentes familiares de burlas ayudaría a los proveedores de atención médica a identificar a las personas en riesgo de «trastornos de la imagen corporal y de la alimentación y un funcionamiento psicológico deficiente».

Otra investigación en niños de 7 a 8 años ha demostrado que los comentarios de las madres sobre el peso y el tamaño corporal se han relacionado con un comportamiento alimentario desordenado entre sus hijos.

Del mismo modo, las niñas «cuyas madres, padres y amigos las alentaron a perder peso y ser delgadas» tenían más probabilidades de respaldar creencias negativas sobre el peso de los demás, conocidas como «estereotipos gordos».

Esto es especialmente alarmante dado el aumento de la estigmatización y el acoso relacionados con el peso.

Más allá de la familia

Niña mirando cartel con mujer mostrando metro

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES/JAVIER HIRSCHFELD. Algunas mujeres adultas todavía sienten el dolor del estigma del peso experimentado en la infancia.

Hay una razón por la que la influencia de los padres es tan fuerte.

Rachel Rodgers, psicóloga de la Universidad Northeastern, dice que cuando un padre se preocupa por su propia imagen corporal, estará modelando comportamientos que muestran que «esto es importante».

«Incluso si no mencionan la apariencia física del niño, siguen actuando de una manera que sugiere al niño, ‘esto es algo que me preocupa, esto es algo que me preocupa’, por lo que los niños se quedan con eso».

Además, muchos padres tienden a comentar sobre lo que los niños están comiendo, vistiendo o cómo se ven, a menudo con buenas intenciones, y eso puede aumentar la preocupación por la apariencia y el peso.

La «idealización delgada» resultante hace que los niños crean que su «valor social depende de su apariencia física y eso los llevará a invertir en ella en términos de su autoestima, así como su tiempo y energía», dice Rodgers.

Por supuesto, a medida que el niño crece, sus pares y los medios de comunicación tienden a asumir un mayor protagonismo.

A menos que se contrarresten, estas influencias pueden reforzarse entre sí.

«La forma en que los ideales de los medios son apoyados y respaldados por sus compañeros/amigos fue un factor más crucial que la exposición directa a los medios en sí misma», explica Jolien Trekels, psicóloga que estudia la imagen corporal en KU Leuven en Bélgica, quien dirigió una investigación sobre el rol que los amigos juegan en los ideales de apariencia.

En una nota positiva, puede significar que los jóvenes no solo están a merced de los ideales de los medios, sino que pueden dar forma colectivamente a sus propias respuestas.

Qué hacer

Dado lo omnipresentes que son estos mensajes, ¿qué pueden hacer los padres para contrarrestarlos y, en su lugar, fomentar una imagen corporal más generosa, positiva y empoderadora?

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES/JAVIER HIRSCHFELD. Centrarse más en los intereses de un niño que en su aspecto podría mejorar su sentido de satisfacción personal.

Primero, como muestra la evidencia, la forma en que los adultos hablan sobre los cuerpos alrededor de los niños es importante.

«Recomendamos a los padres o educadores que no hagan comentarios sobre la imagen corporal, incluso si son positivos», dice McLean.

En su lugar, los padres deben centrarse en lo que los niños disfrutan hacer y en lo que están interesados, poniendo «más valor en quiénes son y sus habilidades y talentos especiales, y menos en cómo se ven», dice Stephanie Damiano, que trabaja en la organización benéfica Butterfly, que ofrece apoyo basado en evidencia para los trastornos alimentarios.

Esto ayuda a los niños a tener una sensación de satisfacción y autoestima que no está ligada a su apariencia.

También deben trabajar en su propia autopercepción y autoestima, dado que las investigaciones demuestran lo fácil que es transmitir nuestras inseguridades.

Damiano recomienda a los padres que eviten hablar sobre el peso o decirles constantemente a los niños que coman alimentos más saludables.

«Cuanto más nos enfocamos en un peso más alto como un problema, o en ciertos alimentos como ‘malos’, es probable que los niños sientan más culpa, vergüenza e insatisfacción corporal».

En cambio, los padres pueden hablar sobre el ejercicio como importante para la salud y el bienestar general, en lugar de una forma de perder peso.

Bebé con marcas de besos

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES/JAVIER HIRSCHFELD. Las relaciones familiares positivas pueden ayudar a reducir los efectos negativos de la insatisfacción corporal.

Las familias también pueden normalizar el consumo de comidas saludables, en lugar de hablar abiertamente de que ciertos alimentos son malos. Después de todo, a todos nos gustan las golosinas, por lo que parece contraproducente enseñarle a los niños a sentirse culpables por tener una.

De hecho, se sabe que disfrutar de las golosinas es clave para una actitud saludable hacia el peso.

Ver programas de cocina en la televisión que presentan alimentos saludables también puede alentar sutilmente a los niños a comer ese tipo de alimentos.

Las relaciones familiares pueden desempeñar un papel positivo importante: un estudio demostró que una buena relación entre las madres y sus hijos adolescentes puede reducir los efectos negativos del uso de las redes sociales en la insatisfacción corporal.

Limitar el tiempo de los niños en las redes sociales puede reducir las «comparaciones de apariencia» y mejorar la salud mental.

«La forma en que los padres dan significado a lo que el niño está viendo» también es muy importante, dice Rodgers, ya que puede ayudar al niño a decodificar lo que realmente muestran las imágenes.

Y, por supuesto, no todas las redes sociales son malas; también pueden ser una fuente de comunidad y aliento.

Los padres pueden encontrar útil trabajar en equipo con las escuelas.

El programa Butterfly Body Bright en Australia ayuda a los niños de primaria a desarrollar una imagen corporal positiva y opciones de estilo de vida. En un programa piloto, se encontró que la imagen corporal de los niños mejoraba después de una lección.

Los programas de intervención que se enfocan en desarrollar la autoestima también han tenido éxito. Reflexionar sobre estos programas y sus mensajes puede incluso ayudar a los padres a examinar sus propias ideas sobre el peso y los cuerpos, y desechar creencias dañinas arraigadas durante mucho tiempo.

En cuanto a lo que se puede hacer en casa, un cambio fácil podría ser hacer una pausa cada vez que estemos a punto de elogiar la apariencia de un niño y pensar en otra cosa que nos guste de ellos y que queramos que sepan.

En lugar de decirles «Me encanta tu vestido», simplemente podemos sonreír y decirles lo agradable que es verlos y lo divertido que es estar cerca de ellos.

* Melissa Hogenboom es la editora de BBC Reel. Su libro, The Motherhood Complex , ya está disponible. Si quieres leer el artículo original, haz clic aquí.

Imagen de portada: GETTY IMAGES/JAVIER HIRSCHFELD

FUENTE RESPONSABLE: Melissa Hogenboom BBC Future. 27 de agosto 2022.

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