Hay informes que indican que el grupo mercenario ruso Wagner ha reclutado a decenas de miles de prisioneros para luchar en Ucrania. Pero con el creciente número de bajas y ejecuciones extrajudiciales hace que sea mucho más difícil encontrar voluntarios, incluso en las cárceles.
Muchos presos temen ahora que se les obligue a ir a la guerra, y quienes se encuentran en una posición particularmente vulnerable son los trabajadores migrantes de los países de Asia Central.
Anuar llegó a Rusia en busca de trabajo en 2018. Más tarde fue encarcelado por tráfico de drogas y enviado a cumplir su condena en la Colonia Penal Número Seis en la región de Vladimir, a 190 km de Moscú. La BBC no revela su nombre real ni su ciudadanía por razones de seguridad.
A fines de enero, le dijo a su padre que un grupo de centro asiáticos había sido enviado a luchar a Ucrania sin su consentimiento.
«Hay muchos uzbekos, tayikos, kirguises en esa prisión. Ahora planean enviar otro grupo y mi hijo está preocupado de que lo obliguen a ir también», le dijo el padre de Anuar a la BBC.
La BBC ha visto documentos judiciales y cartas de Anuar que confirman que, efectivamente, cumple su condena en esa prisión.
Y su versión sobre el grupo que se vio obligado a ir a Ucrania en enero también la corrobora Olga Romanova, directora de la organización de derechos civiles Rusia Detrás de las Rejas. Los padres de esos presos se acercaron a ella buscando ayuda.
«No les dieron otra opción. Les dijeron que firmaran el contrato y fueron enviados al frente como un costal de papas», declaró Romanova.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES. Los padres de los presos se han acercado a Olga Romanova en busca de ayuda.
Al principio, los padres estuvieron dispuestos a acudir a los tribunales para que sus hijos no acabaran en Ucrania, señala.
Pero luego se negaron a hacerlo, por temor al castigo que podrían enfrentar sus hijos si permanecían en prisión.
La Colonia Penal Número Seis es conocida por los malos tratos y las frecuentes palizas a los convictos.
Olga Romanova la describe como «una prisión de tortura». Es donde se encuentra recluido Alexei Navalny, el prominente opositor ruso.
La administración de la colonia no ha respondido a la solicitud de la BBC de responder a las denuncias de que obligaron a los prisioneros a firmar contratos militares.
Sin mucho éxito
El reclutamiento en las prisiones parece haber tenido mucho éxito, pero las cosas están cambiando a medida que el grupo de Wagner sufre grandes pérdidas en el campo de batalla.
El Servicio Uzbeco de la BBC habló con Farukh (no es su nombre real), un ciudadano de Uzbekistán que se encuentra en prisión en la región rusa de Rostov, a 200 km al norte de Moscú.
Varios de sus compañeros de prisión se unieron a Wagner. Primero se les envió de forma voluntaria, indicó Farukh, pero ahora le preocupa que los prisioneros se vean obligados a ir a la guerra.
«Al principio, también consideré ir porque todos pensaban que Rusia era más poderosa, que Rusia ganaría, tal vez en un mes, tres meses o en un año», cuenta.
«Pero ahora vemos cuánta gente está muriendo allí y si se están quedando sin soldados, eso no es bueno. Si me dicen que vaya y me niego, entonces pueden declarar que yo estoy en contra de Rusia».
Los ciudadanos de Asia Central también están siendo reclutados de otras maneras para luchar por Rusia, no solo en las cárceles.
En total, hay alrededor de 10,5 millones de inmigrantes de Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán trabajando en Rusia, según las últimas estadísticas del Ministerio del Interior ruso.
Y eso es un recurso enorme para los reclutadores militares.
FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Según informes, Wagner ha reclutado a decenas de miles de prisioneros para luchar en Ucrania.
Las autoridades rusas inscriben abiertamente a la gente a las Fuerzas Armadas en el centro de migración en Moscú,
Incluso hay anuncios en los idiomas uzbeko, kirguís y tayiko que ofrecen a los ciudadanos de estos países una vía rápida para obtener un pasaporte ruso si se unen a las fuerzas armadas.
Pero los activistas dicen que no siempre es voluntario.
La defensora de los derechos de los migrantes, Valentina Chupik, le dijo a la BBC que los agentes de policía a veces detienen a los inmigrantes de Asia Central en la calle y los intimidan para que firmen un contrato militar. Les dicen que de lo contrario serán deportados, afirma Chupik.
Muchos trabajadores inmigrantes carecen de los permisos de trabajo adecuados, viven en un lugar diferente al que están registrados o violan otras normas migratorias.
Es por eso que pueden ser un blanco fácil para los reclutadores.
Aziz (no es su nombre real) que tiene doble ciudadanía, rusa y tayika, le dijo a la BBC que fue detenido durante una redada policial en el sitio de construcción donde trabaja.
Le dijeron que lo llevarían a una estación de policía para verificar su identificación, pero en lugar de eso, terminó en una oficina de alistamiento militar.
Cuando comenzó a gritar a los policías exigiendo por qué le habían mentido, le retorcieron los brazos y lo empujaron de vuelta al autobús.
Finalmente lo liberaron.
Pero muchos inmigrantes en Rusia tienen miedo de las agencias de seguridad y no se atreven a oponerse a que los alisten para la guerra.
Imagen de portada: GETTY IMAGEN. Estos hombres fueron reclutados como parte de la movilización parcial de Rusia el año pasado.
FUENTE RESPONSABLE: Abdujalil Abdurasulov; BBC News. 15 de febrero 2023.
Un grupo de economistas ucranianos responde a las falacias de Chomsky y otros intelectuales a propósito de la guerra en Ucrania.
Estimado profesor Chomsky,
Somos un grupo de economistas ucranianos a los que nos ha dolido una serie de comentarios sobre la guerra rusa contra Ucrania en sus entrevistas recientes. Creemos que las opiniones que ha manifestado sobre este asunto son contraproducentes para poner fin a la injustificada invasión rusa de Ucrania y a todas las muertes y sufrimientos que ha traído a nuestro país.
Tras familiarizarnos con el conjunto de sus entrevistas sobre este asunto, hemos observado varias falacias recurrentes en su línea de argumentación. En lo que sigue, deseamos señalarle estos patrones, junto con nuestra breve respuesta:
PATRÓN Nº 1: NEGAR LA INTEGRIDAD SOBERANA DE UCRANIA
En su entrevista con Jeremy Scahill en The Intercept del 14 de abril de 2022, usted afirmó “El hecho es que Crimea está fuera de discusión. Puede que no nos guste. A los habitantes de Crimea aparentemente sí les gusta”. Queremos llamar su atención sobre varios hechos históricos:
En primer lugar, la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 ha violado el memorando de Budapest (en el que prometió respetar y proteger las fronteras ucranianas, incluida Crimea), el Tratado de Amistad, Asociación y Cooperación (que firmó con Ucrania en 1997 con las mismas promesas) y, según la orden de la Corte Internacional de Justicia de la ONU, violó el derecho internacional.
En segundo lugar, los “crimeos” no son una etnia ni un grupo cohesionado de personas, pero los tártaros de Crimea sí lo son. Se trata del pueblo indígena de Crimea, que fue deportado por Stalin en 1944 (y solo pudo volver a casa cuando la URSS se desmoronó), y que se vio obligado a huir de nuevo en 2014 cuando Rusia ocupó Crimea. De los que se quedaron, decenas han sufrido persecución, han sido encarcelados por acusaciones falsas y han desaparecido, probablemente muertos.
En tercer lugar, si por “gustar” se refiere al resultado del “referéndum” de Crimea del 16 de marzo de 2014, tenga en cuenta que este “referéndum” se celebró a punta de pistola y fue declarado inválido por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Al mismo tiempo, la mayoría de los votantes de Crimea apoyaron la independencia de Ucrania en 1991.
PATRÓN Nº 2: TRATAR A UCRANIA COMO UN PEÓN ESTADOUNIDENSE EN UN TABLERO DE AJEDREZ GEOPOLÍTICO
Ya sea de forma voluntaria o involuntaria, sus entrevistas insinúan que los ucranianos luchan con los rusos porque Estados Unidos los instigó a hacerlo, que el Euromaidán ocurrió porque Estados Unidos intentó separar a Ucrania de la esfera de influencia rusa, etc. Tal actitud niega la agencia de Ucrania y es una bofetada a millones de ucranianos que arriesgan sus vidas por el deseo de vivir en un país libre. Sencillamente, ¿ha considerado la posibilidad de que los ucranianos quieran alejarse de la esfera de influencia rusa a causa de una historia de genocidio, opresión cultural y negación constante del derecho a la autodeterminación?
PATRÓN Nº 3: SUGERIR QUE RUSIA ESTÁ AMENAZADA POR LA OTAN.
En sus entrevistas, se empeña en sacar a colación la supuesta promesa de [el Secretario de Estado de EEUU] James Baker y el Presidente George H.W. Bush a Gorbachov de que, si este accedía a permitir que una Alemania unificada se reincorporara a la OTAN, EEUU garantizaría que la OTAN no se movería “ni un centímetro hacia el este”. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la historicidad de esta promesa es muy discutida entre los estudiosos, aunque Rusia ha participado activamente en su promoción. La premisa es que la expansión de la OTAN hacia el este no ha dejado a Putin otra opción que atacar. Pero la realidad es diferente. Los Estados de Europa del Este se unieron, y Ucrania y Georgia quisieron entrar en la OTAN para defenderse del imperialismo ruso. Tenían razón en sus aspiraciones, dado que Rusia atacó a Georgia en 2008 y a Ucrania en 2014. Además, las solicitudes actuales de Finlandia y Suecia para ingresar en la OTAN se han producido en respuesta directa a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, lo que es coherente con que la expansión de la OTAN sea una consecuencia del imperialismo ruso, y no a la inversa.
Además, no estamos de acuerdo con la idea de que las naciones soberanas no deben hacer alianzas basadas en la voluntad de sus pueblos debido a las controvertidas promesas verbales de James Baker y George H.W. Bush a Gorbachov.
PATRÓN Nº 4: AFIRMAR QUE ESTADOS UNIDOS NO ES MEJOR QUE RUSIA.
Aunque admite que considera la invasión rusa de Ucrania un “crimen de guerra”, nos parece que no puede hacerlo sin nombrar al mismo tiempo todas las atrocidades pasadas cometidas por Estados Unidos en el extranjero (por ejemplo, en Irak o Afganistán) y, en última instancia, dedicar la mayor parte de su tiempo a discutir estas últimas. Como economistas, no estamos en condiciones de corregir sus metáforas históricas y, ni que decir tiene, condenamos las matanzas injustificadas de civiles por parte de cualquier potencia en el pasado. Sin embargo, no acusar a Putin de crímenes de guerra ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya solo porque algún líder del pasado no recibió un trato similar sería una conclusión errónea de esa analogía histórica. Por el contrario, sostenemos que procesar a Putin por los crímenes de guerra que se están cometiendo deliberadamente en Ucrania sentaría un precedente internacional para los líderes mundiales que intenten hacer lo mismo en el futuro.
PATRÓN Nº 5: BLANQUEAR LOS OBJETIVOS DE PUTIN PARA INVADIR UCRANIA.
En sus entrevistas, usted se esfuerza por racionalizar los objetivos de Putin de “desmilitarización” y “neutralización” de Ucrania. Tenga en cuenta que, en su discurso televisivo del 24 de febrero de 2022, que marcó el inicio de la guerra a gran escala, el objetivo textual declarado por Putin para esa “operación militar” es “desnazificar” Ucrania. Este concepto se basa en su largo artículo pseudohistórico de julio de 2021, en el que negaba la existencia de Ucrania y afirmaba que los ucranianos no eran una nación. Como se explica en el “manual de desnazificación” publicado por la agencia de prensa oficial rusa RIA Novosti, un “nazi” es simplemente un ser humano que se autoidentifica como ucraniano, el establecimiento de un estado ucraniano hace treinta años fue la “nazificación de Ucrania”, y cualquier intento de construir dicho Estado tiene que ser un acto “nazi”. Según este manual de genocidio, la desnazificación implica una derrota militar, una purga y una “reeducación” de la población. La “desmilitarización” y la “neutralización” implican el mismo objetivo: sin armas Ucrania no podrá defenderse, y Rusia alcanzará su objetivo a largo plazo de destruir Ucrania.
PATRÓN Nº 6: ASUMIR QUE PUTIN ESTÁ INTERESADO EN UNA SOLUCIÓN DIPLOMÁTICA.
Todos nosotros esperábamos un alto el fuego y una solución negociada, que podría haber salvado muchas vidas. Sin embargo, nos parece absurdo que usted atribuya repetidamente la culpa de que no se llegue a este acuerdo a Ucrania (por no ofrecer a Putin alguna “salida”) o a Estados Unidos (por insistir supuestamente en la solución militar en lugar de la diplomática) en lugar del agresor real, que ha bombardeado repetida e intencionadamente a civiles, salas de maternidad, hospitales y corredores humanitarios durante esas mismas “negociaciones”. Dada la retórica ascendente (citada antes) de los medios de comunicación estatales rusos, el objetivo de Rusia es el borrado y el sometimiento de Ucrania, no una “solución diplomática”.
PATRÓN Nº 7: DEFENDER QUE CEDER A LAS DEMANDAS RUSAS ES LA FORMA DE EVITAR LA GUERRA NUCLEAR.
Desde la invasión rusa, Ucrania vive en una constante amenaza nuclear, no solo por ser un objetivo principal de los misiles nucleares rusos, sino también por la ocupación rusa de las centrales nucleares ucranianas.
Pero ¿cuáles son las alternativas a la lucha por la libertad? ¿Rendición incondicional y posterior eliminación de los ucranianos de la faz de la Tierra (ver arriba)? ¿Se ha preguntado alguna vez por qué el presidente Zelensky, con el apoyo abrumador del pueblo ucraniano, está suplicando a los líderes occidentales que le proporcionen armas pesadas a pesar de la amenaza potencial de una escalada nuclear? La respuesta a esta pregunta no es “Por el Tío Sam”, sino más bien porque los crímenes de guerra rusos en Bucha y muchas otras ciudades y pueblos ucranianos han demostrado que vivir bajo la ocupación rusa es un “infierno en la tierra” tangible que está ocurriendo ahora mismo y que requiere una acción inmediata.
Podría decirse que cualquier concesión a Rusia no reducirá la probabilidad de una guerra nuclear, sino que conducirá a una escalada. Si Ucrania cae, Rusia puede atacar a otros países (Moldavia, Georgia, Kazajistán, Finlandia o Suecia) y también puede utilizar su chantaje nuclear para empujar al resto de Europa a la sumisión. Y Rusia no es la única potencia nuclear del mundo. Otros países, como China, India, Pakistán y Corea del Norte están observando. Imagínese lo que ocurrirá si se enteran de que las potencias nucleares pueden conseguir lo que quieran utilizando el chantaje nuclear.
Profesor Chomsky, esperamos que considere los hechos y reevalúe sus conclusiones. Si de verdad valora las vidas ucranianas como afirma, le pedimos amablemente que se abstenga de echar más leña al fuego de la maquinaria bélica rusa difundiendo opiniones muy parecidas a la propaganda rusa.
Si desea seguir hablando de cualquiera de los puntos mencionados, estamos siempre abiertos a la discusión.
Saludos cordiales,
Bohdan Kukharskyy, City University of New York
Anastassia Fedyk, University of California, Berkeley
Yuriy Gorodnichenko, University of California, Berkeley
Las sanciones occidentales contra las dos jóvenes son la respuesta a los crímenes de guerra presuntamente cometidos por su padre en Ucrania. Se sabe poco de ellas aparte de que se benefician del poder y la influencia del presidente en la vida financiera rusa.
Si deseas conocer otros aspectos de esta entrada; cliquea por favor donde está escrito en “negrita”. Muchas gracias.
Poco se sabe sobre las hijas del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Pocas veces se filtraron fotografías de su intimidad y las noticias sobre sus vidas privadas, y especialmente sobre sus patrimonios financieros, son silenciadas por el Kremlin.
Pero las dos hijas del líder ruso, quien apenas habló de ellas públicamente, están a punto de ser sancionadas por la Unión Europea y Estados Unidos como parte de la presión internacional para que Rusia finalice su guerra contra Ucrania.
María Vorontsova, nacida en 1985 en Leningrado -como se llamaba San Petersburgo en la era soviética-, se sabe que se graduó del Departamento de Medicina Fundamental de la Universidad Estatal de Moscú.
Vladimir Putin siempre fue muy reservado sobre su vida personal. «La sociedad tiene derecho a saber cómo viven las figuras públicas. Pero incluso en este caso, hay un límite: la vida privada, que nadie tiene derecho a traspasar. Siempre me desagradaron los que, con sus narices infectadas y sus fantasías eróticas, irrumpen en los asuntos privados de otras personas», dijo en 2008.
Desde entonces, solamente en dos ocasiones Putin habló de sus hijas. «Ellas estudiaron solo en universidades rusas. Estoy orgulloso de ellas. Continúan estudiando y trabajando», reconoció en 2015. Dos años más tarde se informó que Putin dijo: «Mis hijas están involucradas en la ciencia y en la educación. No interfieren en nada, incluida la política. Viven normalmente».
María Vorontsova
De la hija mayor, María Vorontsova, nacida en 1985 en Leningrado -como se llamaba San Petersburgo en la era soviética-, se sabe que se graduó del Departamento de Medicina Fundamental de la Universidad Estatal de Moscú en 2011 y forjó una carrera en endocrinología, según The New York Times.
En marzo, María Vorontsova se separó del empresario holandés Jorrit Faassen.
Según el diario británico The Daily Mail, María se convirtió en endocrinóloga pediátrica y una de las principales expertas en enanismo de Rusia.
Desde 2019 es copropietaria de Nomenko, que participa en un proyecto de inversión mayoritariamente privado de Rusia en atención médica valorado en US$634 millones. Uno de los accionistas de su compañía es uno de los mejores amigos de Putin, Nikolai Shamalov, accionista del Banco Rossiya, que EEUU describe como el banco personal de la élite rusa.
En marzo María Vorontsova se separó del empresario holandés Jorrit Faassen, según informó el periodista ruso exiliado Sergey Kanev, ex editor del sitio de investigaciones sobre política rusa The Insider. Hasta entonces, había vivido con su marido en la provincia de Holanda Meridional (Países Bajos), y se desconoce su paradero actual.
Katerina Tikhonova, de 37 años, y de su hermana menor, María Vorontsova, de 36 años, ambas hijas de Lyudmila Putina, la exesposa de Putin que trabajó como asistente de vuelo de la aerolínea estatal Aeroflot.
Katerina Vladimirovna nació en 1986 en Dresde (Alemania) y renunció a utilizar el apellido Putin para llevar el de su abuela materna, Yekaterina Tikhonovna Shkrebneva. Es bastante conocida como bailarina acrobática y tiene una pasión por el rock and roll acrobático, informó The Washington Post.
«Su amor por el baile de rock era tan profundo que también se desempeñó como vicepresidenta de expansión y marketing en la Confederación Mundial de Rock and Roll (WWRC), el organismo que organiza competencias en la disciplina en todo el mundo», informó la revista Newsweek.
Actualmente Katerina es subdirectora del Instituto de Investigación Matemática de Sistemas Complejos en la Universidad Estatal de Moscú y dirige proyectos financiados con fondos públicos de inteligencia artificial. Se cree que siempre le fue bien en términos financieros porque cuenta con el apoyo de algunos oligarcas amigos del presidente ruso.
Katerina Vladimirovna nació en 1986 en Dresde (Alemania) y renunció a utilizar el apellido Putin para llevar el de su abuela materna, Yekaterina Tikhonovna Shkrebneva.
Los asesores de Katerina en la Universidad Estatal incluyen a cinco miembros del círculo íntimo de Putin, incluidos dos ex oficiales de la KGB -el servicio secreto soviético- que acompañaron al ahora presidente en su misión en Dresde y la conocieron cuando era una niña.
Entre los inversores de los proyectos de Katerina se encontraba Kirill Shamalov, dueño de una importante compañía de gas y petroquímica rusa, e hijo de Nikolai Shalamov. Katerina se casó con Kirill en 2013, aunque se cree que se separaron antes de 2018.
Cuando se conoció la existencia de Katerina, la agencia estadounidense Reuters calculó con la ayuda de analistas financieros que ella amasaba una fortuna de más de US$ 2.000 millones. En 2015 se dijo que poseía una lujosa residencia en Biarritz (Francia) valorada en casi US$4 millones.
Katerina es conocida como bailarina acrobática y tiene una pasión por el rock’n roll acrobático
Muchos informes, basados en fuentes del Kremlin, aseguran que el presidente ruso tiene una tercera hija, producto de una relación posterior a su divorcio de Lyudmila. Se trataría de Luiza Rozova, una joven de 18 años que nunca ha sido reconocida formalmente por el presidente ruso.
Luiza es hija de la limpiadora convertida en multimillonaria Svetlana Krivonogikh, de 45 años, copropietaria de un importante banco ruso y una de las mujeres más ricas de Rusia, que nunca comentó las afirmaciones de que Luiza es hija de Putin.
La cuenta de Instagram de Rozova, que tenía 84.000 seguidores, dejó de publicar en noviembre de 2021, cuando empezaron a surgir las primeras sospechas de un ataque ruso a Ucrania, lo que provocó la sospecha de que Putin la había silenciado.
Otros informes occidentales afirmaron que el presidente ruso mantuvo durante años una relación con Alina Kabaeva, una gimnasta olímpica rusa, ganadora de decenas de medallas de competencias internacionales, que una vez fue apodada como «la mujer más flexible de Rusia».
Muchos rusos consideraron a Alina como la razón del divorcio de Putin con Lyudmila. El presidente y Alina fueron fotografiados juntos varias veces (en 2015 se la retrató embarazada, lo que generó rumores de que tuvo un hijo de Putin) y ella habló públicamente de un hombre al que «ama mucho».
Imagen de portada: Gentileza de CEDOC
FUENTE RESPONSABLE: Dario Silva D´andrea. Editor de Breaking New Editorial Perfil.
Ucrania/Rusia/Putin/Guerra en Ucrania/María Vorontsova/Katerina Tikhonova/Sanciones/Unión Europea.
Para comprender mejor las razones subyacentes al trágico conflicto entre los dos países, conviene revisar la historia de las relaciones entre ambos y observar la composición étnica y religiosa del Estado ucraniano.
Para los eslavos orientales, que constan de varias ramas, Kiev se asocia históricamente con la imagen de la Madre Rusia. Esta expresión se menciona por primera vez en La primera crónica eslava, recopilada supuestamente en 1113 por Néstor, un monje de Kiev.
A este respecto, es importante mencionar que esta capital se percibe tradicionalmente en la cultura rusa como una especie de centro espiritual. El príncipe Vladimiro, quien en el año 989 eligió la rama ortodoxa del cristianismo y tomó la histórica decisión de bautizar a sus súbditos, también era de Kiev. La ciudad continuó siendo el centro de las tierras rusas hasta el siglo XII, cuando comenzó a dividirse en varios estados independientes.
BOGDAN KHMELNITSKY: LA INCORPORACIÓN A RUSIA
A principios del siglo XVII, la población ortodoxa de Ucrania, entonces Hermanato cosaco (actual centro de Ucrania), sufría una opresión continua por parte de la Commonwealth católica polaco-lituana y la Turquía musulmana. Bogdan Khmelnitsky intentó establecer alianzas con varios gobernantes europeos, pero se dio cuenta de que la única salida era formar parte del Estado ruso.
CARTA DEL HETMAN BOHDÁN JMELNITSKI AL ZAR ALEJO I CON LA SOLICITUD DE ANEXIÓN AL ZARATO RUSO.Foto: CC
La firma del acuerdo en 1654, el Tratado de Pereyaslav, fue iniciativa de la parte ucraniana.
Obviamente, la incorporación a Rusia trajo una considerable influencia cultural. El idioma ruso se extendió y Moscú, posteriormente, San Petersburgo, se convirtieron en centros de atracción para muchos ucranianos con talento.
No es coincidencia que varios escritores ucranianos de fama mundial, como Nikolái Gógol, Tarás Shevchenko y Vladímir Korolenko, vivieran parte de su vida en Rusia y escribieran en la lengua de este país.
LA UNIÓN SOVIÉTICA
Ucrania pasó a formar parte del joven Estado prácticamente desde el principio y fue uno de los fundadores de la Unión Soviética. Durante la época soviética, Ucrania adquirió la configuración geográfica actual.
Al final de esta etapa, Ucrania constituía una entidad multicultural y multiétnica compleja. Por un lado, el este y algunas áreas del centro eran predominantemente de habla rusa.
Mientras, el oeste era muy irregular: población de habla ucraniana en Galicia oriental (antigua Polonia, cedida a la República Socialista Soviética, RSS, de Ucrania en 1939), de habla húngara (región de Zakarpattia, cedida a la RSS de Ucrania en 1945), de habla rumana (región de Zakarpattia, cedida a la URSS en 1945 y Bucovina, cedida a la RSS de Ucrania en 1940), así como rusinos, judíos, etc.
En 1954, Nikita Khrushchev, entonces primer secretario del Partido Comunista de la URSS, transfirió la península de Crimea de la Federación Rusa a la RSS de Ucrania a través de un decreto especial.
Otra faceta de esta diversidad étnica es la diversidad religiosa. El este y el centro de Ucrania son predominantemente ortodoxos y en la parte occidental hay ortodoxos, católicos, católicos griegos…
NIKITA KHRUSHCHEV, EN EL VIGÉSIMO CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA EN EL KREMLIN (1956).Foto: CC
LA INDEPENDENCIA DE UCRANIA
Esta irregular composición geopolítica explica las tendencias generales del Estado ucraniano postsoviético.
Lamentablemente, ninguno de los líderes ucranianos –ya sean el pro estadounidense Victor Yushenko, el prorruso Vitor Yanukovich, el proeuropeo Piotr Poroschenko o el actual Volodymir Zelenski– ha sido capaz de diseñar una estrategia exitosa que reúna a ciudadanos tan diversos.
Estas diferencias y desacuerdos se han multiplicado: la Ucrania de habla rusa comenzó a sentirse decepcionada por la política de ucranización y se inclinó hacia Rusia, mientras los de habla ucraniana en el oeste, en particular, los húngaros y los rumanos (alrededor de 150.000 en cada grupo), compartían sentimientos similares y formaron alianzas con sus respectivos países de origen.
Entre los eventos más destacados que muestran la gran división se encuentra el reciente conflicto en torno al papel de Moscú y el Patriarcado de Moscú en Ucrania.
En los últimos años, muchos rusos y ucranianos han sentido que la fe ortodoxa es la única conexión que queda entre estos dos países y que es el motivo por el que mantienen la cordialidad.
En 2019, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla otorgó a la Iglesia ortodoxa de Ucrania el tomos, es decir, el derecho a la plena autonomía del Patriarcado de Moscú en materia religiosa.
Este hecho avivó la discordia: mientras que algunas iglesias ortodoxas de Ucrania se unieron a la Iglesia ortodoxa ucraniana, otras se negaron y permanecieron en el Patriarcado de Moscú.
EL FUTURO DE RUSIA Y UCRANIA
Es muy posible que Ucrania continúe desintegrándose.
El escenario más probable es que la parte de habla ucraniana se incline aún más hacia Polonia y los de Zakarpattia busquen acercarse respectivamente a Hungría y Rumanía. Por otro lado, la crisis política de las élites ucranianas conducirá a un relevo en el poder, que da esperanza para iniciar un diálogo tan necesario desde hace tiempo.
El conflicto entre Rusia y Ucrania explicado sencillamente
En la mañana del 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó a sus tropas bombardear e invadir Ucrania, país vecino. Es la primera gran agresión de este tipo en Europa desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el fin de la dictadura de los nazis en Alemania. ¿Qué ha provocado este ataque?
Una ciudadana ucraniana llora desconsolada junto a su casa después de un ataque con misiles en la ciudad de Kiev, Ucrania, el viernes 25 de febrero de 2022.Foto: AP
Rusia es la nación más grande de la tierra, un verdadero continente. Su territorio se extiende desde el centro de Europa hasta el extremo de Asia.
Durante buena parte del siglo XX, Rusia existió dentro de un estado aún más grande que se llamó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Ese estado nació cuando, después de la Revolución de 1917, el Imperio de los zares de Rusia se deshizo y un número importante de países surgieron de sus cenizas: Polonia, Estonia, Letonia o Lituania, pero también otros como Ucrania y Georgia y, por supuesto, la república de Rusia.
Rusia se convirtió en el primer Estado socialista del mundo. Estaba dirigida por los bolcheviques, un partido antiliberal y antidemocrático que, si bien inició algunas leyes progresistas e innovadoras, controlaba la sociedad con una dictadura marcada por la violencia y la imposición.
Los bolcheviques querían crear una sociedad igualitaria, pero para ello suprimieron las libertades ciudadanas y los derechos civiles. Destruyeron así la primera democracia parlamentaria que se había creado en Rusia.
Cuando la Rusia bolchevique se consolidó, comenzaron a atacar a los países que la rodeaban. En unos pocos años, Rusia invadió y recuperó muchos de los territorios que había perdido y los incorporó a la URSS. Uno de ellos fue Ucrania, un territorio muy amplio del que una parte quedó en manos de Polonia.
La Rus de Kiev
En la Edad Media había existido un primer estado ucraniano, la Rus de Kiev, que también se considera el inicio de Rusia. Cuando, en el siglo XVIII, Rusia se convirtió en un imperio, casi toda Ucrania quedó en sus manos.
La cultura y el idioma ucraniano fueron menospreciados y perseguidos durante muchos años. A la lengua ucraniana se la consideraba mero dialecto de la rusa, la cultura propia se veía como campesina, pobre, poco sofisticada.
Las élites culturales ucranianas lucharon por una autonomía en el imperio y, cuando este se hundió tras la revolución, intentaron crear un Estado independiente.
La reconquista del país por los bolcheviques tuvo primero una cara amable: se permitió el florecimiento de la cultura y la lengua. Pero luego la política se hizo muy restrictiva. Las políticas de los bolcheviques llevaron al país a una gran hambruna, llamada Holodomor, en la que murieron millones de ucranianos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis invadieron la URSS y provocaron una enorme destrucción en Ucrania, asesinando a millones de personas, incluyendo a casi toda la población judía.
Ucrania fue uno de los escenarios del Holocausto. Una parte de los ucranianos colaboró con los nazis para lograr su independencia, cometiendo muchos crímenes. Otra parte luchó contra los invasores nazis y consiguió expulsarlos del país, junto con el ejército de la URSS.
Con el tiempo, Ucrania dentro de la URSS se recuperó y llegó a ser uno de los territorios más importantes de la Unión. Tenía una gran industria y era considerada como el granero del país: producía una gran cantidad de trigo y pan. Cuando en 1991, tras muchas tensiones, la URSS se disolvió, los países que la componían se hicieron independientes. Ucrania también votó, en un referéndum masivo, a favor de su consolidación como Estado propio.
Rusia en el siglo XXI
El camino para la paz y la prosperidad estaba aún lejos. Ucrania es un país muy grande, donde casi la mitad de la población tiene como lengua materna el ruso y se sienten vinculados a Rusia.
Había mucha indecisión acerca del camino que tenía que tomar Ucrania: ir hacia la Unión Europea y occidentalizarse o mantenerse bajo la influencia de Rusia. Muchos ucranianos pensaban que era posible tener ambas cosas.
Aprovechando una crisis política en Ucrania en 2014, con manifestaciones y violencia callejera, Vladimir Putin ordenó a sus tropas invadir de forma anónima (sin uniforme) la península de Crimea, que formaba parte de Ucrania. También impulsó levantamientos en dos provincias fronterizas con Rusia (Donetsk y Lugansk), que convirtieron esa parte del país en una zona de guerra durante muchos años. Los intentos de acuerdo en la ciudad bielorrusa de Minsk no sirvieron de mucho.
Durante años la tensión entre los dos países fue creciendo. Rusia acusó al gobierno ucraniano de ser ilegal y de apoyarse en la ultraderecha. Hay que recordar que, paradójicamente, es Putin quien se ha convertido en un modelo para la ultraderecha en Europa y el mundo. Con el tiempo, Rusia incrementó la presión y llevó a sus ejércitos a la frontera con Ucrania. Hasta este 24 de febrero, cuando se ha decidido a lanzar sus tropas desde diversos puntos de la frontera, bombardeando ciudades, aeropuertos y vías de comunicación.
¿Por qué Vladimir Putin no ha aceptado el camino de independencia y soberanía de Ucrania? Para muchos rusos, Ucrania sigue siendo un territorio muy ligado a ellos, algo que también piensan muchos ucranianos.
Pero los rusos también consideran a Ucrania un “hermano menor”. No aceptan que los ucranianos puedan dirigir sus propios destinos y decidir lo que quieren.
Vladimir Putin y parte de los políticos rusos están acostumbrados a la idea de ser un imperio. Para ellos, representa una humillación que Ucrania siga su propio camino en la política internacional.
Imagen de portada: Gentileza de The Conversation. Visita de BOGDAN KHMELNITSKY.
FUENTE RESPONSABLE: The Conversation. Por Sarali Gintsburg y José María Faraldo Jarillo.
* José María Faraldo Jarillo es historiador de la Universidad Complutense de Madrid. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.